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The Legacy Of The Cooper Clan por Sly_D_Cooper

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Había pasado un tiempo desde que ambas bandas se conocieron y decidieron formar una alianza. Contaban con la mutua ayuda y la cooperación de los unos con los otros y entre todos se creó una gran confianza. Selvi y Bentley se habían hecho muy buenos amigos al compartir casi las mismas habilidades, Murray hablando de manera general era el colega de todos. Más sin embargo, lo que más destacaba era el lazo que unía a Sly con Dy. Ambos ladrones confirmaron gracias a Cooper, que la familia Blake era una aliada de la estirpe del mapache y que tal parecía que el destino había querido reunirlos para que se conocieran y pudieran llevar consigo la tradición de sus familiares. Cuando la noticia se supo, el más sorprendido fue sin duda el propio Dy.

Sin embargo aquello le gustó.

Durante ese tiempo transcurrido, Sly dejó de ser desconfiado con Dy y finalmente le fue contando algunas cosas sobre su clan, de hecho, no sólo lo compartía con el zorro rojo, también con el resto. Bentley se sentía más contento al ver que por fin, su gran amigo empezaba a avanzar positivamente como persona. Tenía esa sensación de que gracias a Dy, Sly poco a poco iba dejando atrás ese rencor que tan ciego lo mantuvo por tantos años. Bruce, por su parte, mantenía milagrosamente a Murray lejos de la nevera, cosa que la Banda Cooper le agradecía de antemano. Bruce también se volvió algo más comunicativo con los chicos, nadie sabía qué le inspiraba a hacerlo… Tal vez la fuerza de voluntad de Sly, la determinación de Murray y su gran auto estima o quizá la paciencia y la calma de Bentley. Pero aunque Bruce no quería admitirlo del todo, cuando vio a Cooper enfrentarse a Dimitri, sin duda llegó a sorprenderse porque nunca creyó que un mapache con una faceta tan infantil y tan idiota, pudiera albergar semejante espíritu de lucha con el que emitía tantas cosas…

Muchas veces, Bentley se dedicaba a enseñarle cosas nuevas de Selvi y éste le devolvía el favor mostrándole programas nuevos. Ambos genios de la tecnología se habían metido de cabeza en su rol dentro de la banda, impulsados no sólo por su gusto y su gran inteligencia, también por sus ansias de descubrir nuevas cosas. Los dos congeniaron de maravilla y como equipo, podría decirse que eran imparables. Si Bentley en solitario ya era un peligro, con la cooperación del zorro blanco entonces eran una auténtica amenaza. Sly ya los había llamado “Equipo Terminator X” en honor a las grandes habilidades hacker de sus dos compañeros. Porque sí, Cooper ya consideraba a la Banda Blake como a sus socios. Como unos buenos amigos a quienes debía cuidar debidamente aunque ellos pudieran valerse por sí mismos.

Selvi trató en múltiples ocasiones de enseñarle a Murray y a Bruce algo de la tecnología pero se dio por vencido, al menos con el hipopótamo al darse cuenta que no era precisamente su punto fuerte. El grandullón era puramente fuerza bruta y músculos, de cerebro… Poco. Pero no por eso lo consideraba inferior, tampoco era tan distinto de Bruce aunque éste fuera algo más listo. Lo que sí notó Selvi es que Sly había sido capaz de volverse bastante cercano a Bruce y eso tanto a él como a Dy les sorprendía porque hacer eso con el lobo no era exactamente una tarea sencilla. Bruce solía ser más reservado pero… Al parecer, Cooper sabía cómo acercarse a los demás, fueran quienes fueran. Dy no pensó mucho en ello pero el zorro blanco dedujo fácilmente que a lo mejor, llegar hasta el corazón de los demás era otra de las virtudes del mapache.

Y no se equivocó.

Sly por su parte, parecía albergar un interés creciente en el zorro rojo. Usualmente lo invitaba a dar vueltas por la ciudad para estar con él y poder hablar sin nadie más merodeando. Eran ocasiones que ambos muchachos aprovechaban para conocerse más ampliamente. Dieron con que tenían más cosas en común de lo que se habían esperado. Quizá de carácter podrían parecer un tanto distintos pero eran más iguales de lo que creyeron. Ambos perdieron a sus familias, sus vidas dieron un giro de ciento ochenta grados, vivieron durante unos años en un orfanato y allí conocieron a los que ellos considerarían sus hermanos, más tarde empezaron a entrar dentro del mundo de los ladrones y la delincuencia para posteriormente… Tomar objetivos en mente. Sly muchas veces mencionaba que el destino los preparó para conocerse mutuamente y una vez más, por instinto, Sly sintió que su legado como Cooper yacía vinculado a Dy por ser éste uno de los miembros del clan Blake y por ende, su viejo aliado.

Una parte del mapache le decía que sus difuntos familiares y ancestros le guiaban junto a Dy para poder llevar a cabo la voluntad que a él le dejaron. Era extraño pero, cuando Sly sentía cosas así, era imposible para él no llevarlo a cabo. Y era una de las razones por las cuales decidió ser más próximo al zorro rojo. Ambos solían cooperar juntos en muchos robos e incluso de salvarse mutuamente el trasero cuando la situación lo requería. La última vez fue con Dimitri. La iguana en aquél momento llegó a ser amenazada por Dy de seguir haciéndole daño a Cooper. Aquella pelea sin duda fue una de las que ambos más recordaban… Dy protegiendo a Sly y éste haciendo lo mismo. Puede que Sly hubiera dicho que él no cooperaría en esa misión e iría por libre pero, su deber como Cooper le traicionó y al final, hizo lo que su banda esperaba de él.

Quizá por eso Bentley no le dio demasiada importancia.

Pero sin duda, cuando de verdad se vio que Sly tomó interés en Dy y confiaba en él, fue cuando el zorro rojo fue herido en una persecución, gracias a los disparos incesantes de la inspectora Carmelita Fox y su aterradora pistola paralizadora. Cooper llegó a salvar a Blake y cargarlo en su espalda, protegiéndolo todo el tiempo. No es que aquella situación hubiera sido fácil pero, a pesar de todo, él era un Cooper y como tal: siempre albergaba un as bajo la manga. Incluso cuando todo se calmó y fue a casa, Sly atendió al zorro y asegurarse de que se recuperaba correctamente. Ahí fue cuando se notó un cambio importante entre ambos. Selvi y Bentley se alegraron por ello porque eso significaba que eran buenas noticias y que por fin, parecía que comenzarían a confiar más entre ellos.

Desde entonces, las cosas habían sido algo distintas. Sly era más comunicativo con sus aliados y cooperaba más con ellos a la hora de hacer un robo. Eran las oportunidades perfectas para mostrarle a Dy sus habilidades como Cooper y que Blake también mostrara las suyas. Como dos viejos aliados, eran un buen equipo que se complementaba perfectamente entre sí. Bruce y Murray se encargaba de las tareas más pesadas pero ellos dos también daban toda la impresión de que se volvieron más cercanos el uno con el otro y compartían muchas cosas. Mientras que Bruce ayudaba a que Murray no atacara el frigorífico de la Banda Cooper y le enseñaba cosas útiles a la hora de comunicarse, usar la tecnología –cosas que él supiera- o algunos movimientos para pelear, el hipopótamo le devolvía el favor contándole historias o comentándole que no tendría que ser tan reservado porque esa cualidad era innecesaria cuando estabas entre familia. La verdad es que la positiva actitud de Murray sorprendía muchas veces al lobo. Un hipopótamo con una barriga tan grande que soportaba los prejuicios de la sociedad y parecía no inmutarse por ello…

Quizá porque tenía a sus compañeros que ya le querían tal y como era.

Bentley también había aprendido a acercarse más a Bruce, dado que con Dy lo tenía más que fácil. El zorro rojo a diferencia del lobo, era más comunicativo e hiperactivo, divertido y con buen carácter. En parte, le recordaba mucho a su compañero el mapache. Ambos eran tan parecidos… Era inevitable no compararlos para sacar alguna diferencia, fuera buena o mala. Eso sí, los regaños de Bentley no tardaron en alcanzar a los de la Banda Blake. Selvi muchas veces se tronchaba de risa porque la tortuga sacaba su mal carácter sólo para corregir a Dy o bien a Bruce cuando éste decía algo que no debía. Sly solía comentar que Bentley era “Papá Furioso” y eso reventaba la paciencia de la tortuga que salía corriendo inútilmente tras el mapache o bien, era cogida por Murray, quien le daba esos abrazos suyos tan… Asfixiantes que literalmente dejaban K.O a Bentley.

Hoy, el reloj marcaba las siete y media de la tarde y Sly ya estaba despierto. En su casa, nuevamente los de la Banda Blake acudieron como ya era una costumbre. Pensaban en ir a robar pero, cuando Cooper estaba en el salón, vio que Murray le extendía una carta.

- ¿Qué es esto? – Preguntó el mapache.
- No sé, no tiene remitente… Aunque te ha sido enviada a ti. – Contestó el hipopótamo.
- ¿Tenemos un anónimo? – Bentley lucía desconcertado. Sly movió sus hombros, indicando así que no tenía ni la más remota idea.
- ¿Qué tal si lo abres? – Sugirió Dy por pura lógica. – Quizá así podamos hallar alguna pista.
- Tienes razón. – Asintió Cooper. Rápidamente abrió el sobre y sacó un papel doblado pero, cuando vio el contenido se quedó pálido. - ¿Pero qué…?
- ¿Qué dice? – Selvi se asomó para mirar. – Oh… - Sólo para darse cuenta de lo que pasaba. – Está… ¿En japonés?
- ¿Es japonés, Sly? – Cuestionó Murray. - ¿O es chino?
- Es japonés. – Confirmó el aludido. – Pero ese no es sólo el problema… - Dijo

Todos se quedaron mirando a Cooper sin entender bien qué ocurría. Bentley, por su cuenta, analizaba la mirada de su socio y dedujo que para que Sly estuviera en esas condiciones es que realmente era algo muy serio. Pero se quedaba pensando en… ¿Una carta anónima? ¿Y encima en japonés? ¿Quién haría algo así? ¿Y cómo sabía que vivían precisamente en esta casa? Fuera quien fuera… Se trataba de una persona que parecía haber vigilado a Sly durante mucho, mucho tiempo. Pero el misterio estaba en que era en japonés… Sólo Cooper podía leer su contenido…

- Un momento. – Intervino Bentley en la conversación, parando así la discusión de Dy con Selvi, los cuales callaron al oírle. - ¿Has dicho que está en japonés, Sly?
- Exactamente. ¿Por qué?
- No sé pero… ¿No será que tal vez pueda ser…? – Se calló, haciendo más notoria la intriga. Sly pestañeó, observando fijamente a la tortuga hasta que llevó hacia atrás su cabeza, moviendo ésta de manera negativa.
- Es imposible… - Susurró. - ¿Estás queriendo decir que…?
- Es la única posibilidad que se me ocurre.
- ¿De qué estáis hablando? – Preguntó Dy, muerto de la curiosidad. Quería entender la situación. - ¿Es que ya sabéis de quién es la carta esta?
- No pero ya tenemos una sospecha. – Bentley miró al zorro rojo. – Pensadlo bien, chicos. – Pidió. – Los datos que tenemos ahora son: una carta anónima de alguien anónimo, el contenido está en japonés, la persona que la haya enviado sabe dónde vivimos y posiblemente cuántos somos, también conoce a Sly. De todas las personas en el mundo, ¿Quién le mandaría a nuestro amigo una carta semejante?

Dy bajó la mirada durante unos instantes así como Murray. Bruce miraba a Cooper, viendo a éste en lo que parecía un tremendo shock. Debía de ser grave el asunto para que alguien como el mapache hubiera reaccionado de esta manera. Observó a Selvi, quien lucía el más pensativo de todos hasta verlo alzar la mirada.

- Un Cooper. – Habló el zorro blanco. – El único que habría podido hacerlo es un Cooper.
- ¿Tú crees Selvi? – Dy miró a su hermano. – Puede que sea otra persona, no sé, hay mu…
- Selvi tiene razón. – Le interrumpió Sly. – Sólo ha podido ser un Cooper. – Dijo y mostró la carta a los demás. – De hecho, sé quién es.
- ¡¿Qué?! – Todos se quedaron con la boca abierta.
- ¡¿Sabes de quién es?! – Bentley no podía estar más incrédulo. - ¡¿Pero cómo?! ¿Dice el nombre acaso?
- No. No hay nombre alguno pero, no necesito un nombre para conocer la identidad de la persona. – Contestó el mapache, quien lucía serio. – Soy Sly Cooper y mi idioma principal es el japonés, todos los de mi familia también lo hablaban y lo escribían. Sé perfectamente que la carta es la de un Cooper sólo por la caligrafía. – Explicó. – Y sé de qué Cooper se trata.

Entre ellos se miraron los unos con los otros, tratando de saber lo que Sly ya sabía. Dy por más vueltas que le diera no acababa de dar con la respuesta… ¿Y cómo no? Es cierto que el mapache tenía razón y que el idioma principal del clan Cooper fue el japonés, sin embargo… ¿Cómo reconocer una caligrafía que sólo Sly conocía? Además, eran muchos Cooper, demasiados… Y dar con el responsable de la carta no era fácil. Al menos ni para Dy, ni para Bruce y menos para Murray. Selvi y Bentley continuaban analizando, viendo la letra y el contenido, porque aunque no lo entendieran, a lo mejor habría algo que les daría la pista.

Sly, cogió su bastón que yacía apoyado en la pared y se acercó a los demás, mostrándolo.

- Bentley. – Llamó a su compañero. – Es hora de volver a mi casa.
- ¿Qué? – La tortuga alzó sus cejas y abrió a más no poder sus verdes ojos. - ¿Quieres volver allí?
- Sí.
- ¿Por qué?
- Porque tengo que hacerlo.
- ¿Volver a tu casa? – Repitió Dy. - ¿Cuál de todas?
- Al hogar en el cual me crié. – Sly cogió la carta. – Pero no iremos allí exactamente. La localización está a unos kilómetros más lejos.
- ¿De qué estás hablando? – Cuestinó Murray.
- Me refiero a la Catedral Cooper.
- ¿Ca… Catedral Cooper? – Por más que Dy lo pensase, no conocía ese sitio.
- Sly nunca me hablaste de eso. – Dijo Bentley.
- Porque yo nunca estuve ese sitio, mi tío me habló de él pero nunca lo visité. Por esa misma razón no te hablé sobre ello porque apenas tengo información.
- ¿Apenas?
- Sí, apenas. Hace unos días descubrí que en el Thievius Raccoonus se menciona mucho ese lugar, así que continué investigando por mi cuenta y parece ser que ese sitio existe sólo para poner a prueba a los Cooper desde hace muchísimo.
- ¿A qué te refieres con eso? – Preguntó Selvi. - ¿Poner a prueba a los Cooper?
- Mi clan transmitía los conocimientos de las habilidades a todos los miembros de la estirpe. Cuando un Cooper nace, automáticamente se le empieza a enseñar muy tempranamente la base de ser un auténtico maestro del robo, no sólo las capacidades físicas, también moralmente. – Explicaba el mapache. – Y por lo que he descubierto en el libro familiar, la Catedral Cooper se hizo con el fin de poner a prueba esas habilidades y la actitud de cualquier Cooper en cuestión.
- Ósea que ese sitio es como una especie de desafío para ver si era digno o no, ¿Es eso? – Habló Murray.
- Sí, algo así.
- ¿Y por qué tienes que ir allí? – Dy estaba cada vez más interesado en saber. Era increíble lo complejo que llegó a ser el clan del mapache. Sabía de antemano que eran maestros del robo con honor pero… Lo que nunca llegó a imaginar es que incluso entre ellos mismos se desafiarían sólo para comprobar hasta dónde podían llegar y cómo lo lograrían. Era un método bastante inteligente si lo analizaba desde un punto de vista objetivo.
- El Cooper que me ha enviado esta carta quiere ver con sus propios ojos cómo yo puedo superar ese reto. – Contestó Sly seriamente y con el papel en mano. – Y voy a demostrarle que soy un verdadero Cooper, ¿Qué digo? ¡Que soy un Cooper mucho mejor que él!
- ¿Y nos vas a decir quién es? – Se interesó Selvi en la identidad de ese anónimo.
- No. Con que sepáis que es familia mía es más que suficiente.
- Pero…
- ¡Venga! ¡Vamos a prepararnos y pongámonos en marcha!


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