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reloj de arena. por yuki666

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Notas del fanfic:

por que solo era cuestion de tiempo que se volvieran a ver...

Notas del capitulo:

hola hola!! pues en que pedo me meti que me fui a inscribir en un evento de fic aokise xD y aqui esta mi aporte...

entoces esto quedaria mas o menos asi:

este fic esta participando en la convocatoria hecha por la pagina de FB aokise lovers

dedicado con todo mi amor a mi Crush, la mujer que me se ha desvelado conmigo y a la cual deje vestida y alborotada Irasema Alquicira. <3

-¿me veo bien?- Kise con su típica alegría entro a su habitación y modelo El thawb  que había comprado para esa ocasión.

 

Para ser sincero consigo mismo cuando lo habían visto en el aparador de la tienda Yukio pensó que era un costal de papas, ahora que veía como lo lucia la bonita figura de Ryota se dio cuenta que estaba muy equivocado, la típica túnica árabe era totalmente azul, con finos detalles dorados en el cuello y los puños dorados que solo resaltaba todas y cada una de las curvas de su cuerpo, destacaba sus ojos y acentuaba su belleza de manera etérea. Se tuvo que morder la lengua para no dar un silbido de aprobación o babear.

-te queda bien… pero no era necesario que vistieras ropa tan formal… despues de todos somos visitantes.

Con un lindo puchero Ryota se miró al espejo aprobando su imagen.

-pero es mejor así… para sentirnos en ambiente… además ¡hoy habrá una fiesta!- canturreo con un guiño coqueto y pese a todo Yukio sintió que se sonrojaba.

Los dos estaban ahí para festejar la mayoría de edad recién cumplida de Ryota, aunque era un doncel soltero, virgen y estaba comprometido con un conde desde que era niño se les había dado la oportunidad de realizar aquel viaje siempre y cuando fuera Yukio el que le acompañara, la opresiva sociedad de Londres, el hogar de ambos, jamás en la vida hubiera permitido que un doncel soltero viajara a tales tierras por el mero hecho de recrearse, la familia de Ryota era de las mas renombradas y un escándalo de su único hijo seria devastador.

Probablemente el conde Kise pecaba de confianza para con el pero Yukio era un hombre de honor que no defraudaría la fe que se le estaba brindando, Ryota y el eran amigos desde niños, pese a su condición de doncel el conde había permitido que el rubio estudiara, se graduara y ahora le había permitido viajar para que en cuanto regresara se desposara con Haizaki Shougo.

Yukio no podía creer que el conde Kise fuera a permitir semejante unión, todos conocía bien los rumores obscenos que se decían de Shougo y sus perversos juegos en los prostíbulos de Londres. Era una lástima que su estatus social no le permitiera pedir la mano de su mejor y único amigo, aunque nunca lo diría en voz alta no podía evitar amar a aquella magnifica criatura pese a que siempre hacia berrinches y pucheros.

-¿no vas a ir así al festival verdad?- como suponía que lo haría Ryota con tono despectivo rechazo su ropa.

Yukio se miró a sí mismo, si bien no llevaba una ropa pintoresca y bonita como la de Ryota sus prendas también eran tradicionales del lugar y eran bastante cómodas, totalmente negras, probablemente algo que usarían los hombres mayores ¿pero a quien le importaba?

Resignado Ryota se acercó a él y peino sus cabellos, le sonrió lleno de emoción y tomo su mano para comenzar a guiarle a las afueras del hotel, hasta la plaza central donde todo era música, baile, colores y olores místicos que pronto les envolvieron en una alegría fugaz que nunca se imaginaron estuviera por terminar.

 

 

 

Los nativos del lugar rodearon a Ryota mientras danzaban con movimientos candentes y llamativos en honor a Wadd, dios del amor, Yukio de pie le miraba fijamente, la alegría, la sensualidad y la diversión desbordaba por cada poro del bello rubio… definitivamente lo amaba… y lo único que podía hacer  era regresar con él a Inglaterra y verlo casarse con un asqueroso pervertido que definitivamente nunca podría hacerlo feliz. En serio ¿en que estaba pensando el conde Kise cuando permitió aquel compromiso?

Suspiro totalmente derrotado y torció la boca en disgusto tratando de disimular la vergüenza que sentía cuando los bonitos ojos de Ryota se posaron en él y comenzaba a acercársele con pasos que infartarían a cualquiera.

-vamos a bailar…- le pucheo el rubio con bonitos ojos de cachorro y el moreno solo suspiro totalmente derrotado.

Si su vida dependiera del baile Yukio definitivamente moriría, era pésimo, le había pisado los pies a varias personas durante la danza y se sentía abochornado por moverse como un títere, pero se estaba divirtiendo, la risa de Ryota deleitaba su oído, su sonrisa iluminaba la noche, su baile se quedaría grabado a fuego en su corazón.

¿Realmente no podría hacer nada?

Fuertes sonido comenzaron a inundar la plaza, su primer pensamiento es que eran fuegos artificiales, fue solo cuestión de segundos que aquella idea abandonara su mente cuando la ausencia de luces en el cielo y la gente aterrada, gritando y sin nada de diversión en el rostro corriendo despavorida como si de cucarachas se trataran le dieran a entender que aquellos eran balazos.  El primer instinto de Yukio fue tomar la mano de Ryota y correr a cualquier hogar que estuviera abierto y les dieran refugio. No había ninguno, todos se habían encerrado a piedra y lodo a una velocidad rapidísima y se negaban a ayudarlos,  el sonido de caballos, gritos y balazos continuaba y el rostro de Ryota fue cruzado por el terror puro.

-vamos al hotel…- pidió el rubio, pensando que ese sería el lugar más seguro. Yukio no vio alguna otra opción viable así que tan rápido como podía regresaron por una serie calles como laberintos al hotel donde se hospedaban.

Para mala fortuna suya un grupo de jinetes  estaban ahí, Yukio se percató que aquellos eran los causantes del disturbio al ver  como portaban sus armas y ocasionalmente una bala era liberada al cielo, desde un callejón Yukio resguardo entre una pared y su cuerpo a Ryota y miro con detenimiento a 8 hombres en caballo que miraban todo alrededor como si buscarán algo. Escondidos en las sombras del callejón con Ryota temblando como una hoja de árbol al viento Yukio le atrajo hacia si tratando de calmarlo. El rubio se afianzó de su ropa y respiro con profundidad en su cuello, procurando no llorar como realmente quería.

-¿Qué estarán buscando?- le susurró suavecito, temiendo ser escuchado. Pese a lo horrible de la situación Yukio sintió un agradable cosquilleo que recorrió toda su espina dorsal al sentir el cálido aliento de Ryota contra su cuello, se amonestó a sí mismo y apretó más el cuerpo del rubio.

-no lo sé… pero esperemos aquí mientras tanto…- más hombres salieron a pie del hotel y dirigiéndose a un Moreno peliazul gritaron algo en árabe que Yukio entendió a la perfección.

“no está en su habitación”.

Así que no buscaban algo… si no a alguien.

Trago con fuerza tratando de deshacerse del nudo en su garganta, Ryota seguía resguardado en su pecho y miraba con miedo todo lo que sucedía.

-¿Qué dijeron?-

-no escuche bien…- mintió Yukio esperando de todo corazón que el pobre desdichado que era buscado nunca fuera encontrado.

 

El jinete cubierto por una capa al que todos se dirigían con sumo respeto y que claramente era el líder miro el hotel con gesto serio, después sus ojos, fríos, crueles y sin emoción alguna recorrieron los alrededores como si de un águila cazando se tratara. Era un hombre nacido y crecido en las arenas del desierto y sabía cuándo estaba siendo vigilado, cuando estaba siendo cazado y mejor aun cuando su presa estaba cerca… dándole una mirada muy significativa a Taiga, su segundo todos sus hombres a una señal se dispersaron sincronizadamente por las calles de alrededor, a galope lento y aburrido Aomine observo los alrededores y espero que  la señal fuera dada.

 

Yukio sabía que algo andaba mal cuando todos los jinetes despejaron el lugar y aquel moreno con gestos metódicos y lentos comenzó a fumar y tararear una melodía, ¿Qué esperaba? ¿A quién buscaban?

No se dieron cuenta cuando un par de hombres se acercaron por atrás de ellos con tanto sigilo que sin saber cómo Yukio ya estaba contra la pared y un cuchillo en el cuello y Ryota rodeado por los brazos de un alto pelirrojo.

-¡aquí está!- grito en árabe el que sostenía a Ryota que temblaba y tenía los ojos anegados en lágrimas.

Yukio escuchó la montura acercándose y supo que el líder estaba ahí.

-hola Kisa-

Sonrió de manera sensual y cruel el moreno dirigiéndose a Ryota. Yukio quiso interponerse entre el moreno y su amigo pero el hombre que lo había inmovilizado corto un poco la piel de su cuello haciéndole saber que cualquier movimiento que diera no dudaría en degollarlo.

-¿Qué quieren?- sollozó Ryota tratando de evitar que hirieran más a su amigo.

-a ti Kisa…-

De manera extraordinariamente rápida el moreno acercó su montura a Ryota y el pelirrojo lo levantó como si de un muñeco se tratara para ser recibido y férreamente sujetado por el moreno. Los ojos dorados llenos de terror buscaron los azules de Yukio sólo para encontrarse con la escena de su amigo siendo apuñalado en el estómago.

A Ryota no le importó que fueran más hombres, que fueran más grandes o que el fuera un Doncel que no supiera luchar, habían herido a su amigo y era todo lo que estaba en su mente, Yukio sangraba y sujetaba la herida tratando de retener la hemorragia. Como pudo Ryota serpenteo en los brazos de su Captor y calló del caballo haciéndose daño en los huesos, tampoco le importó, gateo a Yukio, su único y mejor amigo y lo acogió entre sus brazos, recargándolo en su regazo y haciendo presión en la herida, la sangre emanaba a borbotones y las lágrimas de Ryota caían desde sus mejillas hasta el rostro pálido y con gesto de dolor de Yukio.

-idiota… no llores… huye…-

Ryota ni quería ni podía huir o dejar de llorar, ya no importaba lo que pasara, si iban a morir lo harían juntos.

Ese era el plan de Ryota, pero el pelirrojo sin esfuerzo aparente volvió a cogerle en brazos y subirlo a la montura de su líder, está ocasión el moreno  lo sujeto con mayor fuerza, impidiéndole prácticamente respirar envolviéndolo ágilmente con una capa que le cegaba de todo lo que pasaba a su alrededor, un par de órdenes fue dada y para sorpresa suya la montura comenzó a galopar con todo el vigor de una bestia del desierto.

Probablemente fue el miedo, la descarga de adrenalina reciente, la preocupación por lo que les fuera a pasar, el temor por la vida de Yukio o simplemente el beso demandante que estaba recibiendo cuando el caballo se detuvo tras la larga carrera … no supo con exactitud qué, pero Ryota fue reclamado por un mundo de oscuridad y silencio.

 

 

 

                              *********************************************

El ligero olor a incienso y la suavidad que lo rodeaban le hicieron sentir tan cómodo y feliz que Ryota se estiró como un lindo minino, los recuerdos de lo ocurrido le llegaron de golpe y sus ojos se abrieron con terror y como si fuera impulsado por un resorte se sentó en su cama y miro su alrededor en busca de Yukio.

Estaba en una cama adocelada por telas tan coloridas y finas que por un momento pensó que seguía soñando, se removió en la cama y como pudo atravesó todas las telas para ponerse de pie y encontrar que estaba en una enorme recamara, de elegancia inaudita y confort innegable, era esplendido todo lo que miraras alrededor, con telas bellísimas e incrustaciones de piedras preciosas ¡hasta en la pared!

Entonces Ryota miro un espejo enorme pegado a la pared y se dio cuenta de su vestimenta… o la falta de esta según la quieras ver.

Un largo camisón de seda blanca cubría su piel, solo eso, y la tela era tan bellísima como transparente así que las finas líneas de su cuerpo eran vistas con facilidad.

Ryota sabía que era guapo, lo era, aunque sonaba presuntuoso y narcisista que él lo dijera, pero nunca en la vida había usado algo tan… tan sensual. En Inglaterra los donceles eran educados para ser buenos consortes que tenían que ser “decentes”, “recatados” y que tenían que “satisfacer “las necesidades de su pareja. De manera rebelde Ryota se había prometido que una vez casado con Shougo le confesaría que a veces se tocaba y le gustaba mucho cuando se acariciaba los rozados pezones o el hueso de su cadera, incluso la sensible rajita de su pene… probablemente su prometido lo tacharía de inmoral o indecente, pero tenía  muy claro que aquel peligris sería su marido hasta que la muerte los separara, tenía que haber confianza en ambos, ¿no?-

 

Tan absorto estaba en el reflejo del espejo que no se dio cuenta cuando la puerta de su habitación se abría dando paso a su raptor. Daiki se quedó de pie cerca de la puerta, viendo como una pantera a su presa. Ryota había crecido para convertirse en un doncel bellísimo que desprendía sensualidad con tan solo respirar, había sido buena idea que le pusieran aquel camisón, la bonita raja del culo y el atractivo sexo dormido, rodeado de una mata de vello rubio eran tan visibles y tan sexys que Aomine quería tomarlo ahí frente al espejo.

Con pasos lentos y silenciosos se acercó a su bello rubio y fue hasta que su imagen en el espejo fue reflejada que Ryota se percató de su presencia.

El rubio se quedó ahí, tieso como un animalito faroleado, con los ojos enormes mostrando terror y vergüenza, las mejillas rojas y las lágrimas corriendo silenciosas por sus mejillas.

Antes de que las piernas del rubio no le pudieran sostener más Aomine le rodeo la cintura con ambas manos y le cargo en vilo hasta regresar a la mullida cama con almohadones de pluma de ganso.

-bienvenido Kisa… - se dispuso a besar lo que era suyo pero un movimiento de cabeza y un par de manos se interpusieron en su camino.

-¡suéltame! ¡Por favor suéltame!- el terror reflejado en la voz de su futuro consorte era ofensivo para Daiki.

-tranquilo Mon cheri… todo está bien…-

El escepticismo en la mirada rubia también fue ofensivo para el árabe.

Probablemente había sido mala idea apuñalar a su amigo y tomarlo de aquella manera tan poco educada… está bien, definitivamente había sido mala idea, pero si no fingían como se debía la vida de su gatito estaría en peligro.

-¿Qué…? ¿Qué quieres?- logro articular el rubio con los dientes castañeándole como si tuviera frio y los ojos anegados en lágrimas.

¿Qué que quería? ¡Fallárselo por todos los rincones del palacio y embarazarlo para que nunca en la vida lo dejara! ¡Hasta la pregunta sobraba!

Sonrió con toda la sensualidad que poseía y miro al rubio respetando tanto como su deseo se lo permitía el espacio personal del doncel.

-todo lo que pasó tiene una razón Habi…-

El moreno se sentó en flor de loto y se dispuso a sacar una serie de papeles de una bolsa que colgaba del cinturón de su pantalón, Ryota, avergonzado por estar prácticamente desnudo frente a un extraño tomo una mullida almohada y la puso en su pelvis a manera de protección. Era una lástima pensó Aomine.

 

Tan pronto los papeles fueron sacados Ryota reconoció el escudo de armas en el sello que mantenía el sobre cerrado, era de su familia, no sabía por qué pero sentía que nada de esto traería algo bueno en su vida, algo estaba cambiando, los hilos del destino se estaban moviendo como nunca y le estaban llevando a terrenos desconocidos delos que estaba seguro no habría retorno... era como si el tiempo comenzara a fluir mas rápido, como si la arena de un reloj fuera rápidamente pasada de un lado a otro. Era asfixiante...

El moreno le extendió el sobre y le dedico una sonrisa deslumbrante de dientes perfectamente blancos y alineados.

Sabiendo que no lo dejarían solo y que tenía que leer la carta, con manos temblorosas Ryota abrió el sobre y se dispuso a leer.

 

Mi querido Ryota.

Si, aquella era sin lugar a dudas la letra de su padre.

Si en estos momentos estás leyendo esto quiere decir que por fin estas a lado del Caíd Daiki quien es hijo de un amigo muy querido… y tu futuro esposo.

Espera… ¿Qué?... Ryota levanto los ojos del documento al moreno que se balanceaba como niño frente a sus ojos con una sonrisa de oreja a oreja… decidió que era mejor continuar con su lectura.

 

Te amo con todo mi corazón Ryota, y tiempos desesperados requieren medidas desesperadas, hace 27 años, cuando conocí a tu madre pensé que era la mujer más hermosa que hubiera en toda la tierra, lo sigo pensando, lo sigue siendo…

Ryota sonrió pese a las circunstancias, había sido hijo único que solo había visto amor entre sus padres, el deseaba lo mismo.

pero mi estatus social no me permitía pedir la mano de tan bella dama… así que hice un pacto con el diablo, el peor que uno puede encontrar, en mi desespero por amar a esa joven que bendito el cielo me correspondía, ahogado en amor por ella… realice negociaciones clandestinas con Haizaki Ren, me concedió una cuantiosa suma de dinero y con eso prospere en el negocio hasta ser un renombrado conde que era dueño de una empresa famosa que se extendía aterradoramente rápido al oriente… cuando pedí la mano de tu madre, me fue dada con infinito placer, permitiendo que la desposara y la amara como ella se merecía, y ella me dio el regalo más precioso que un hombre puede pedir, tu, mi joya más preciosa, fruto del amor que le tengo a la mujer más bella y mío.

Espero que recuerdes tu fiesta de cumpleaños número 8, aquel en el que varios amigos extranjeros fueron y tú eras el actor estelar al demostrar tus formidables dotes en el esgrima, aquel día Ren quiso cobrar el favor que años atrás me había hecho… quería que tu fueras el consorte de su hijo, desde esa tierna edad él ya me estaba pidiendo tu mano y yo quería matarlo, desgarrarle la garganta, borrarlo del mapa. Me estaba pidiendo lo más puro del mundo… y no podía evitarlo, “por honor” “por obligación” por la estúpida frase “una promesa es una promesa” cedi tu mano en compromiso para su hijo para que ambas familias prosperaran económicamente y se hicieran de las más poderosas del reino.

 

Las lágrimas de Ryota comenzaron a correr libres por sus mejillas y trato de ocultar su rostro detrás de las hojas, fue entonces que unas manos morenas quitaron de su campo de visión la carta y el rostro del moreno, lleno de preocupación absorbieron su atención.

-no llores Kisa… no pasa nada-  pese a la mala pronunciación de su nombre y la bizarra atención que estaba recibiendo pues el moreno limpiaba con la yema de los dedos sus lágrimas Ryota no hizo nada por apartarlo, al fin y al cabo… al parecer iba a ser su marido.

-Kise...- susurro y el moreno le miro un poco confundido...

-mi nombre es Kise Ryota...- tenia que aclarar inicialmente eso.

El moreno le sonrió divertido y beso su mano de manera fugaz.

-lo se... pero eres mi Kisa... mi gatito...-

Oh...

 

Cuando se calmó un poco regreso su vista a las líneas escritas por su padre.

Acepte renuente que el fuera tu “prometido”, despues de todo era hijo de mi amigo. Te permití toda la libertad que podría darte, te amé y disfrute como nada en la vida, te vi crecer hasta lo que eres hoy, un doncel de belleza solo comparable a la de tu madre,  solo quería y quiero tu felicidad.

Pero la fecha para tu boda estaba aterradoramente cerca y los rumores de tu prometido eran cada vez más difíciles de ignorar para mi enfermo corazón, simplemente no podía, no debía darte a aquel hombre… y entonces hace 3 años recibí la visita del Caíd Aomine Daiki, con la terrible noticia de que su padre había muerto… y me pedía en matrimonio tu mano.

 Tú y el caíd Aomine se conocieron hace años, en esa misma fiesta cuando peleaste duelos venciendo a muchos chicos incluso más grandes que tú, sin temor, con belleza y destreza de una fiera…

Desde entonces el caíd está enamorado de ti y me lo ha hecho saber con sus constantes regalos, apoyo y cartas, lo veo en sus ojos cuando habla de ti, de cómo el haber perdido contra ti fue lo mejor que pudo ocurrirle pues se encontró con un ángel… conócelo cariño, permítete quererlo y si no es de tu agrado él ha prometido dejarte en libertad y mantenerte oculto para protegerte. Para mí y para tu madre estarás vivo en nuestros corazones por siempre, y serás lo más precioso que la vida nos dio, y por eso mismo cariño debemos fingir tu muerte, alejarte de aquí para no encerrarte en aquella jaula de perdición, debemos permitir  que extiendas tus alas tan grandes como tu belleza hacia un nuevo mundo donde esperemos estés bien.

Cuando creamos prudente tu madre y yo, despues de sufrir nuestro “duelo” prometemos ir a verte. Mientras tanto por favor… cuídate.

 

Ryota releyó toda la carta, incrédulo y esperando de todo corazón que en algún momento Yukio se acercara a él y lo pateara juguetonamente despertándolo para ir a clases. Desafortunadamente no sucedió… pero lo que si paso fue que su… prometido tomo su mano como si de un pequeño animal se tratara y la besara con devoción.

-¿ahora lo entiendes Kisa? Teníamos que dar un gran show para que toda la gente pensara que habían sido secuestrados o asesinados, siento mi rudeza, pero juro no volver a tocarte así, ahora estarás bien.

Sinceramente Ryota no sabía que hacer o que decir, su padre había planeado todo esto para que no se casara con Shougo pero si con el moreno que tenía enfrente.

-y… ¿Yukio?- susurro temeroso, no sabía que podía o no hacer, tratar con un inglés era relativamente fácil, un árabe era… era como un cavernícola.

El moreno le miro sorprendido un poco, despues se acercó a él y acaricio su rostro, beso sus manos, toco con gentileza su hombro buscando darle confort. Ryota noto que aquel hombre le gustaba mucho tocarlo.

-está bien… su herida no era profunda, todo fue un gran show para que las personas que viajaban en su misma expedición aseguraran lo ocurrido, puedo ordenar a cualquiera del pueblo que diga lo que yo quiero y lo hará... pero con los extranjeros que venían con ustedes no, era un mal necesario, pero en cuanto se recupere ira a Oran para que tome un barco que le llevara de nuevo a Inglaterra.

-Yukio no se ira sin mi…-

-tu amigo también recibió una carta, se ira, no temas por eso.-

Y eso dejaba prácticamente a Ryota solo contra el mundo.

-¿entonces aceptas? meine Liebe... ¿me recuerdas? En aquella fiesta nos enfrentamos en muchas ocaciones, en todas me ganaste, en todas te veias orgulloso de ti, sonriente, tan bello... si alguien tiene que estar a mi lado eres tu... tienes que ser tu...-

Su padre le habia dicho que lo conociera, que era un buen hombre y que se notaba tenia sentimientos romanticos hacia el. ¿que mas podia perder Ryota? Tenia que fingir su muerte para no casarse con Haizaki (y extrañamente eso le alegraba mucho), estaba ahi solo, sin conocer a nadie y siendo realistas si aquel hombre fuera un barbaro ya hubiera tomado sin cuestionarle lo que al parecer su padre le habia otorgado.

 

-la verdad no te recuerdo...- susurro temiendo nuevamente dar una respuesta inadecuada, al ver un poco de desilucion en los ojos azules pero nada de enfado, creyo que era una buena idea continuar. –pero... acepto tu propuesta...-

La gran sonrisa que le dedico el moreno podria ir en la portada de un libro, definitivamente.

-entonces apartir de este momento eres mio...- declaro emocionado y con gesto triunfante.

 

 

 

 

Ryota no sabia muy bien lo que tenia que hacer asi que lo mas logico para el fue inclinarse un poco y besar la mejilla de su prometido, aquello parecio sorprender un poco al moreno, ¿habia sido muy atrevido? Su respuesta llego al ser lanzado hacia atras, en el colchon y su prometido, como un gran puma apunto de devorar a su presa y a gatas sobre el le miro con los ojos encendido.

-eres tan bello Mano meilė- ¿cuantos idiomas hablaba este tipo?

Ryota puso atencion por primera vez en el y se sorprendio a si mismo al ver que en definitiva era guapo, de piel morena, ojos profundos, rasgos tan masculinos. Una mano se acerco a su rostro y acaricio su mejilla, su mandibula y su (hasta ahora recien descubierto) sensible cuello. Gimio involuntariamente y Ryota queria que la cama se lo comiera. Extrañamente a Daiki parecio agradarle bastante aquella respuesta de su parte.

-quiero que te enamores de mi...- un suave beso fue puesto en su  mejilla y continuo en su cuello, provocandole cosquillas por todo el cuerpo, era la primera vez que le tocaban de aquella manera y se sentia... bien... siendo honesto consigo mismo muy bien.

-empezaremos lento ¿te parece? – un rapido beso fue puesto en sus labios y Ryota sintio verguenza de si mismo al levantar su rostro en busca de mas, Daiki se mostro satisfecho y complaciente inclinandose de nuevo y besandole un poco mas, moviendo sus labios de manera dulce y juguetona, dando mordiditas y jalando sus labios de manera provocativa y cariñosa.

Ryota se podria acostrumbrar a esto.

Cuando una lengua rozo sus labios y sus dientes el rubio se sorpendio un poco, la caricia le parecio intima y extrañamente placentera, Daiki estaba acostado a su lado, permitiendo que usara su brazo como almohada y moviendo con su mano libre su rostro incitandolo a cooperar en sus movimientos y amoldandolo a el para el disfrute de ambos.

 

Si estuvieran en inglaterra, sin lugar a dudas Ryoa seria enviado a la horca por permitirse tener un contacto tan intimo  con alguien que fuera su prometido (recien prometido). Desde que cumpliera los 8 años y le informaran que estaria comprometido con Haizaki solo se habian visto en contadas ocaciones, en todas acompañados por sus padres y se habian limitado a saludarse con un simple beso en la mano y una sonrisa fingida y educada.

Nunca le habia nacido la necesidad de querer mas contacto con Haizaki, tenia un no se que, que no le atraia, sinceramente su compromiso era solo eso, fue por decision de sus familias, sin embargo el habia estado dispuesto a cumplir con sus obligaciones maritales y tratar de amarlo asi como sus padres se amaban.

Y aunque con el caid tambien habia sido decision de su padre como que sentia que el compromiso no era muy forzado, se estaba dejando besar y para verguenza suya sus manos tenian vida propia y ya habia rodeado el cuello del moreno en busca de mas, era la primera vez que era besado y se sentia tan bien que su cabeza daba vueltas y sus labios los sentia hinchados.

El moreno estaba mas que complacido por ser correspondido, despues de años y años de espera y fantasia por fin su persona mas amada estaba ahi, recibiendo sus caricias (con gusto al parecer), amoldandose a el, entregandose a el.

Daiki estaba cachondo y sabia que si no se detenia llegaria hasta el final.

Se dispuso a dar por terminada esa sesion de mimos y arrumacos, dando un beso final, una ultima lamida en los labios y unas cuantas caricias mas hasta que (para sorpresa suya) el rubio volvio a capturar sus labios en un beso un poco mas... entusiasta.

Daiki se sorprendio incialmente ante tanto... eh... entusiasmo, Ryota habia cerrado los ojos y se habia abandonado al placer del momento, tenia la boca abierta y permitia que el interior de esta fuera debidamente recorrido, gimio cuando las manos de Daiki pasaron del rostro y cuello al rozado y duro pezon que se veia y palapaba atraves de la tela fina del camison.

El rubio se arqueo contra el, gimiendo tan bonito y tan duro que agradecia de todo corazon estar en un ala apartada del palacio, al diablo eso de ir lento... Ryota estaba mordiendo su lengua y correspondia con vigor y se entregaba a sus caricias con pasion.

 

-te deseo tanto...- Ryota entonces se detuvo por un momento y con las mejillas teñidas de carmin, la respiracion pesada, los labios hinchados y la mirada vidriosa le miro con bastante significado. El tambien estaba excitado, la almohada que anteriormente habia cubierto su pelvis habia sido olvidada en algun punto y para maravilla suya estaba duro, humedo y dispuesto.

-yo... soy virgen...- confeso como si aquello fuera un impedimento... aquello solo alimento el libido del moreno que se hinco en la cama, desabrocho sus pantalones y libero su ereccion dura, caliente y goteante.

Ver la cara de sorpresa del rubio solo logro enternecerlo un poco, le ayudo a incorporarse  hasta que los dos estuvieron de frente, Daiki llevo su mano al camison del rubio y lo levanto dejando su pelvis expuesta, libre y a su dispocicion.

-¿alguna vez te has tocado a ti mismo?- Ryota nego y luego asintio con la cabeza, en ningun momento pudo despegar la mirada de su sexo, como si de pronto le fuera a salir dientes y lo mordiera.

-¿donde te gusta tocarte?...- el susurro cargado de deseo y la pregunta hizo que (¡por fin!) Ryota dejara de ver su pene y le mirara a los ojos.

-a mi me gusta aqui...- comento Daiki mientras tocaba el bonito pene rosado y circuncidado de Ryota, el firme tronco duro y caliente se ajusto en su mano y comenzo con un ligero movimiento en su mano. Ryota gimio delicioso, cerro los ojos y se recargo contra el permitiendo una vez mas que Daiki le besara.

-¿quieres tocarme? Me gustaria que lo hicieras...- la mano temblorosa del doncel tanteo en su cadera, entre las telas y finalmente encontro la ereccion gruesa.

La mano blanca la sostuvo torpemente, recorriendola, y apretando con un poco mas de fuerza, el doncel estaba nervioso pues su mano temblaba y aunque Daiki sentia rico sabia que tendria que enseñarle a su futuro esposo como hacer una buena paja.

-ven aca  kisa...- como pudo se quito los pantalones, se acosoto boca arriba y puso encima de el a Ryota, pelvis contra pelvis, el intimo contacto era maravilloso y Ryota habia cambiado de un bonito palido sonrojado a un rojo completo...

-no te averguences kisa... solo soy yo, seremos esposos, puedes confiar en mi, decir si algo te gusta, si algo no...  ¿vez como de duro me tienes?... quiero que gozes... quiero darte placer... quiero amarte...-

Ryota asintio muchas veces, se inclino hacia abajo, besando sus labios, su mandibula, su cuello y de pronto algo magico paso... una mano colada (cortesia de Daiki) tomo ambos miembros apretandolos y masturbandolos... el placer fue suficiente estimulo para que Ryota balanceara sus caderas, los embites al ritmo de los movimientos en la mano eran algo que nunca en la vida podria imaginar sentir, Daiki estaba maravillado por la expresion pura de placer de su prometido, y mientras Ryota se frotaba contra el, el moreno les masturbo hasta que una gran humedad baño sus vientres.

Jadeantes, bañados en sudor,    satisfechos y abrazados en la cama Daiki fue el primero en soltar una carcajada divertida.

Ryota estaba somnoliento y todavia no aterrizaba en su totalidad del orgasmo pero tambien sonrio.

-te dije que queria ir lento my love...- y la verguenza llego a Ryota como un pesado yunque.

-no te preocupes... la boda sera cuando tu quieras, como tu quieras... y nadie dira nada de que antes de esta compartamos lecho...-

Ryota no se veia compartiendo cama con nadie, en inglaterra se tenia la costumbre de que cada uno tuviera su propia alcoba... la idea de dormir a lado de su prometido era... extraña... pero atrayente... muy atrayente si se volvia a repetir lo que pasaba hoy.

 

Notas finales:

oookkk.---- la verdad no se ni que hice... xD esto sera un twoshote, bastante apresurado si lo comparo con mis otros fics, y con un Daiki romanticon y cachondo que es mecha para Ryota, esta bastante cucho pero lo hice con todoooo mi amor, mis desvelos (he dormido 4 horas en 3 dias) asi que horrores ortograficos, pendejadas y mala puntuacion, por favor mandenme un jitomatazo por mensaje.

mas adelante hare algo mas largo y bonito de este fic,(primero tengo que acabar lo pendiente) gracias de antemano por leer.


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