Narra Naruto
Al fin llegamos, baje corriendo del auto y entre sin escuchar lo que me gritaba Itachi, tenía que ir por él.
– Sasuke!
Grite al entrar pero... No había nada ni nadie, el lugar estaba vacío, ni una sola personar03; en ese lugar. Caí de rodillas al saber que Sasuke no estaría ahí.
– ¿Que paso? ¿no está? – escuche la voz de Itachi va mi lado.
– No, no está.
Comencé a llorar nuevamente, está vez no era solo Sasuke quien estaba involucrado, también mi hijo, no quiero perderlos, a ninguno de los dos.
De pronto escuche el tono de mi celular,lo saque.
– Shikamaru?
Conteste la llamada.
– Sasuke está en el hospital.
– ¿Pero como?
– solo ven rápido, ya te enviaré la dirección de el hospital en el que está.
– S-si.
Corte la llamada, guarde mi celular y me levanté con rapidez. Comencé a correr al auto siendo seguido por Itachi, me subí en el puesto de conductor y volví a tomar mi celular, como Shikamaru había dicho, envío la dirección. Comencé a conducir en dirección a ese lugar, claro no sin que Itachi se subiera antes.
– ¿A donde vamos? – preguntó Itachi.
– Se donde esta Sasuke.
Continué conduciendo hasta llegar al lugar en donde debería estar Sasuke. Baje y entre corriendo, corrí por los pasillos hasta ver dos siluetas conocidas.
– ¿padre? ¿Naoko? ¿que hacen aquí? – pregunté.
Vi a Naoko sonriendo de mala manera y a mi padre acercarse aquí.
– Lo siento – escuche a mi padre. – Yo fui, yo secuestre a Sasuke.
No me contuve y le golpee en la cara haciéndole caer al suelo
– Y tu que? – pregunté a Naoko.
– Ja ¿crees que yo no tuve nada que ver? Yo intenté violar a Sasuke – admitió sin vergüenza alguna.
Frunci el ceño molesto y me acerque a él, lo tome de la camisa y le di un gran golpe en la cara, callo al piso, intenté contenerme, pero no pude, me subí sobre el mientras comenzaba a golpearlo sin piedad. Escuchaba que me pedían que lo soltara, pero no hacia caso, hasta que sentí como Itachi me apartaba a la fuerza.
– Naruto, detente estás asustando al resto de la gente.
– Tsk.
Me levanté y lo mire viendo que lo había dejado muy herido.
– ¿Familiares de Sasuke Uchiha? – preguntó una enfermera.
– Yo – dijimos Itachi y yo al mismo tiempo.
– Él no está en peligro, en este momento duerme.
– y ¿el bebé?
– El bebé... A causa de los golpes que recibió el el estómago y vientre, lo perdió.
Apreté los puños con fuerza sintiendo como nuevamente lágrimas recorrían mi rostro, mi bebé no puede... Simplemente no puede...
– P-puedo verlo? – pregunté a la enfermera, la cual respondió afirmativa.
Entre a la habitación en donde estaba sin preocuparme por mi padre, quien estaba afuera.
– Sasuke...
Me acerque y me senté en una sola que estaba al lado de la camilla.
– Sasuke, lo siento, por no llegar antes.
Me sentía culpable de lo que había pasado, si tan solo hubiera llegado antes, anda de esto hubiera pasado.
– Lo siento...
– N-no te disculpes... Naruto.
– Sasuke? – levanté la mirada viéndolo, había despertado – lo siento por despertarte, vuelve a dormir, debes estar cansado.
Sonreí falsamente, no quería que en un momento como este tuviera preocupaciones.
– Naruto...
Me abrazo con fuerza llorando en mi hombro, debió haber sufrido mucho, y yo no estuve ahí para él.
– Sasuke!
Comencé a llorar al igual que él mientras correspondía a su abrazo, me sentía triste por lo que acababa de pasar.
– y mi bebé? Esta bien? – me pregunto preocupado deshaciendo el abrazo.
– Él... Esta en un lugar mejor – dije sabiendo lo que significaban esas palabras.
– N-no... Mi bebé, nuestro bebé.
Volvió a llorar desconsoladamente mientras lo abrazaba también llorando.
– Todo es mi culpa, si tan solo yo no hubiera llegado tar...
– No es tu culpa – me interrumpió. – No te culpes a ti mismo de lo que ocurrió.
Deshizo el abrazo y le beso en los labios sin dejar de llorar. Yo correspondi también llorando, no nos sentíamos bien.
Deshice el beso y lo mire a los ojos, le limpie las lágrimas con mi pulgar.
– No llores, estás bien, nuestro bebé ahora está en otro lugar así que... N-no te preocupes por él, porque de seguro que te estará viendo y cuidando desde otro lugar.
– N-naruto... Tienen razón – se secó las lágrimas y sonrió. – gracias.
Me volvió a besar. Me dolía haber perdido a nuestro bebé, nos dolía haberlo perdido a ambos, pero no podíamos hacer nada.
– Sasuke... – lo volví a nombrar. – te extrañé, lo siento por no llegar antes – volví a repetir.
– Ya te dije que no te disculpes, usuratonkashi.
– no me llames usuratonkashi, teme.
Ambos sonreímos y soltamos un pequeña risa, sabíamos que no podíamos estar tristes siempre, por más que doliera teníamos que aceptar que nuestro bebé ya no está con nosotros.