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Lesión por Kichi Hikari

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Notas del capitulo:

Indicaciones de texto:

Mensaje cel.

Otro idioma o parecido

Videollamada

Llamada cel.

Mensajes computadora

Aclarando, creo que no hay mucha información sobre la familia de Kagami, ya lo había dicho, así que hay uso de OC, creo que no es demasiado descarado, y bueno, las situaciones medicas que se mencionen son sacadas de diversas paginas de salud en internet, no es algo seguro que sea cierto. Y también si hay faltas ortográficas en inglés, lo siento, soy mala para eso.

Disfruten el capitulo.


Kuroko miraba el mensaje que había terminado de escribir, aun inseguro de si mandarlo o no, pero el tono de Call me maybe le sorprendió, casi tirando el teléfono y contestando apenas reconoció el nombre de Furihata.

-Hola-

-Kuroko, que bueno que te localizo, quería avisarte que todo el ambiente aquí es muy tenso- la voz que salía por el altavoz sonaba jadeante, preocupando a su amigo.

-¿Estas bien?-

-Si, no te preocupes, solo que un perro me estaba persiguiendo-

-Ya veo- Kuroko se quedó en silencio, dejando que los segundos pasaran.

-¿Kuroko?-

-Estoy bien, lamento haberte metido en este lio-

-Mhm, no te preocupes, yo mismo decidí estar aquí-

Kuroko sabia eso, pero no lo hacía sentir mejor, aun así, confiaba en Furihata lo suficiente para contarle sobre sus sentimientos hacia Kagami, pero creía que lo estaba presionando demasiado.

-Kuroko, deja de pensarlo demasiado, todo está bien, tu solo preocúpate por hablar con Kagami-

-Gracias, te mantendré al tanto de todo, hablamos después-

-Vale, suerte-

Kuroko tomo aire, no podía dejarse vencer por el miedo y era momento de tomar la iniciativa. Sin querer sentirse intimidado pulso el botón de enviar y dejo salir el aire que no se dio cuenta mantenía dentro suyo.

-Kurokocchi-

-Kise-kun, ¿pasa algo?- miro a su compañero curioso, había salido del departamento para hablar con Furihata y le sorprendió ver al otro tan agitado.

-Simplemente me asusto que saliste de la nada- dejo salir aire aliviado -no vuelvas a hacer eso-

Kuroko no respondió nada, en su lugar viendo la nueva notificación de su teléfono, rápidamente apago el tono de notificaciones y lo guardo, tenía que darse el tiempo de revisar y leer ese mensaje con calma.

-Kurokocchi, ¿pasa algo?-

-No estoy muy seguro Kise-kun, pero pienso averiguarlo-

-Kurokocchi, sé que no te gusta demasiado oírlo, pero sabes que puedes confiar en nosotros, ¿verdad?-

-Lo se Kise-kun, pero quiero que confíes en mi para esto-

Kise solo pudo ver como su amigo volvía al edificio, sabía que Kagami era la persona más importante para el chico, pero desde su desaparición parecía apagado, como si en verdad fuera un fantasma.

-Oí Kise, ¿qué diablos estás haciendo?-

-Aominecchi- miro al moreno un poco sorprendido antes de sonreír más animado -intentaba lograr que Kurokocchi se abriera más-

-¿Funciono?-

La mirada derrotada del rubio fue respuesta suficiente para mantenerse en silencio, sabia lo importante que era Tetsu para Kise, y eso le molestaba hasta cierto punto, entendía que su mejor amigo estaba deprimido, pero eso no era suficiente excusa para que Kise se encimara aún más en el otro. Que todos sabían del enamoramiento de la sombra por su luz maldita sea.

-Deberías dejarlo en paz, Tetsu sabe cuidarse solo-

-Moo, Aominecchi, claro que se eso- el puchero de Kise era ya normal a estas alturas -pero eso no quita que me preocupe por él, somos amigos-

Aomine soltó un gruñido desesperado, lanzando el balón en su mano derecha a la cabeza rubia, obteniendo una queja en respuesta, además de una mirada extrañada, sin comprender que sucedía.

-¿Porque fue eso?-

-Siempre es lo mismo contigo, Tetsu esto, Tetsu lo otro, me tienes harto-

-¿Ha? ¿Qué pasa con esa actitud?, solo acepta que Kurokocchi te dejo por alguien más, alguien que seguramente lo valora como nadie supo hacerlo-

Apenas esas palabras salieron de su boca, se arrepintió y dejo que el temor lo inundara, pero no era para menos, la expresión de Aomine solo aseguraba una muerte lenta y dolorosa.

-Kise-

-No quiero saberlo, siempre preferiste a Kurokocchi, siempre fue el, aun cuando a quien follabas era a mi-

-Kise basta, estás haciendo una escena- la voz de Aomine, en tono bajo y grave solo logro poner a la defensiva al rubio.

-No me interesa, ahora, tengo mejores cosas que hacer- sin esperar más respuesta, dio media vuelta y corrió al departamento sin hacer caso a los gritos del otro.

También ignoro las caras preocupadas de sus compañeros de piso, solo entrando al cuarto que compartía con la misma persona con la que discutió, cerrando con llave y tirándose en la cama, esperando que todo se tranquilizaría en algún momento.

-Ahominecchi- murmuro, sintiendo como el enojo se iba transformando a tristeza.

-Kise, oí, abre la maldita puerta- ante los gritos solo se pudo encoger asustado, pero la puerta solo se agitaba, no se abría -deja de ignorarme, abre de una jodida vez-

-¡Hey!- el grito de Himuro logro sobresaltarlo demasiado, sorprendido por el tono molesto en su voz -dejen de gritar, molestan al resto-

Aomine solo hizo una mueca, pero dejo de intentar entrar a su cuarto y fue a la cocina, esperando encontrar algo que calmara sus nervios.

Kuroko ignoro todo el revuelo, y en su lugar se encerró en el antiguo cuarto de Kagami, más preocupado por el mensaje que aún no había leído.

"Me alegra descubrir tu preocupación, pero en este momento Taiga no está en condiciones de recibir visitas, aun así, me gustaría platicar contigo, en privado. Si te parece bien, veámonos en la cafetería que está a lado del hospital a las 20:00, te estaré esperando.

Kagami Shiro."

Hablar con el padre de Kagami-kun le intimidaba, pero si esa era la única manera de conseguir respuestas, y tal vez volver a tener contacto con Kagami-kun, entonces lo haría. El mayor obstáculo seria salir y que no lo buscaran en ese momento.

-¡Qué diablos!- el grito más agudo fue lo suficiente para sorprenderlo saliendo rápidamente del cuarto.

-Ten más cuidado enana-

-Eso debería decir yo, ¿acaso haces una bomba casera?- cuando dijo eso, fue que Kuroko se dio cuenta del desastre en la cocina, que estaba llena de un líquido, que sospechaba era refresco.

-¡No es culpa mía que el estúpido refresco explotara!-

-Si claro, seguramente fue el fantasma-

Los comentarios irónicos y molestos volaban entre Aomine y Akemi, mientras el resto solo miraba el intercambio, incluso Kise se había arriesgado a salir, solo para poder reír un poco con la pelea que se daba en la cocina.

-Como sea, no vine aquí para discutir-

Diez minutos después, todos estaban reunidos en la sala, Himuro, Murasakibara y Kise compartían un sillón, siendo el rubio custodiado por los otros dos. Aomine se dejó caer al lado de la chica, pero sin quitar la vista de Kise, mientras Kuroko se sentó frente a ellos.

-En primer lugar, y estoy segura que ya se dieron cuenta, pasar a los padres de Tatsuya y Taiga es bastante difícil, pero también son buenas personas, si son directos estoy casi segura que obtendrán más respuestas que con otro método- Kuroko no pudo evitar un pequeño sobresalto ante eso, pero nadie se dio cuenta -por otra parte, Alexandra no sabe nada, así que el asunto debe ser muy grave, por último, mi amigo me dio un poco de información sobre la salud de Taiga, bueno, solo me dijo que ordenaron una resonancia magnética, pero nada más-

-Vaya, en verdad eres de ayuda- Aomine mantuvo el tono irónico, aunque estaba usando a Akemi como fuente de apoyo.

-Bueno, por lo poco que investigue, las resonancias se usan para poder diagnosticar malas funciones en músculos, estructuras oseas y un poco en órganos- Akemi miro su teléfono mientras decía cada cosa -y a juzgar por la información que tengo, debe ser algo que afecte sus piernas, en específico la izquierda, después de todo, es más débil que la derecha-

-¿Por qué Kagamicchi tiene una pierna más débil que la otra?-

-Cuando éramos más pequeños, bueno, éramos un poco- Himuro se puso la mano en la barbilla, dudoso.

-¿Problemáticos, tal vez?-

-Akemi-

-Es la verdad-

-Lo que sea, el punto es que en una de nuestras aventuras no termino muy bien y Taiga se terminó rompiendo la pierna izquierda-

-Kurochin, ¿estás bien?- ante la voz de Murasakibara todos voltearon a ver al más pequeño, que parecía perdido en sus pensamientos.

-Tetsu, hey, Tetsu-

-Si, ¿qué sucede?- el pestañeo rápido de Kuroko solo demostró lo obvio, no estaba escuchando.

-¿En qué piensas?-

-¿Qué quieres decir?- Akemi solo rodo los ojos, pero no miro a Kuroko a los ojos, aun entretenida en su celular.

-Te ves tenso, ¿recordaste algo?-

-El día antes de que llegara el padre de Kagami-kun, cuando jugamos ese partido, el parecía mal, y desde antes, había momentos que en los entrenamientos el parecía más cansado, adolorido-

Diversos recuerdos llenaban la mente de Kuroko, pensando en todos los momentos que Kagami se veía mal, como si estuviera adolorido, y fueron muchos tantos, que solo pudo sentirse tonto, ¿cómo nunca se dio cuenta?

-Ya veo- alzo la vista, sonriendo divertida -pero no deberías preocuparte mucho por eso, estoy segura que podrás averiguar más de ahora en adelante-

Kuroko quería preguntar a qué se refería, pero la canción pop que tanto le mortificaba sonó desde la que era su habitación en ese momento. Sin dar tiempo de preguntas, corrió al cuarto, cerrando la puerta detrás suyo, un mensaje brillaba en la pantalla, pero fue suficiente para poder darle tranquilidad.

"Todo estará bien, tu date el tiempo de ir a ver a Shiro, y habla con el directamente, expresa todas tus dudas, te prometo que al final todo va a resultar, y sé que todo resultara entre tú y Taiga

Aburame Akemi"

Kuroko solo miro el mensaje con extrañeza, antes de escuchar su puerta ser abierta, no entendía como diablos si le había puesto seguro, pero al voltear y encontrarse con Akemi que sostenía un clip en su mano derecha.

-¿Cómo lo supiste?-

-Una corazonada- y volvió a cerrar la puerta, sentándose en la cama -¿Cómo estas Kuroko?-

-¿A qué te refieres?, estoy perfectamente bien, si por bien puedes entender que la persona más importante para ti podría estar lesionada a un punto casi crítico, y que además no puedes hablar con el-

Akemi no se inmuto ante el estallido de Kuroko, más bien, le asombro el tiempo que logro soportar antes de perder por completo el control. Dejo que siguiera quejándose, mientras más gritaba, lagrimas caían de sus ojos y su voz bajaba en volumen.

-Yo solo quiero ver a Kagami-kun-

-Entonces dile eso a Shiro y a Taiga, diles la verdad, si nunca dices nada, entonces podrías causar malentendidos con las personas que te importan-

Kuroko restregó sus ojos, esperando que sus gritos no llamaran la atención de los demás, pero los bajos murmullos que llegaban a sus oídos le hicieron ver que su esperanza fue en vano.

-Entonces, ¿qué harás?-

-Iré a pedir respuestas con Kagami-san- Akemi asintió, satisfecha con la respuesta.

-Me alegro ver que te dejaste de esconder- la mirada confusa de Kuroko le hizo reír -has estado callado, pero era obvio que había muchos sentimientos ocultos detrás de eso-

Kuroko solo se dejó caer en la cama, mientras Akemi salía y cerraba la puerta, solo para encontrar al resto buscando alguna pista del estado de Kuroko. La chica se sentía tranquila, esos chicos eran muy buenas personas, algo torpes, sí, pero aún eran jóvenes, chicos que estaban aprendiendo con la vida.

-Todo está bien, no deben de preocuparse-

Y salió del departamento, dejando al resto discutiendo, Kise quería ir a ver el estado de Kuroko, pero fue detenido por Aomine, tenían que respetar las decisiones del otro, además, Aomine aún tenía cosas que hablar con Kise, así que simplemente lo jalo a la habitación que compartían, disculpándose con Himuro por el escándalo que se llegara a hacer.

-Murochin, ¿qué está pasando?-

-Creo que las cosas se podrían hacer más fáciles de ahora en adelante Atsushi-

-Eso es bueno, ¿no?- Murasakibara miro a Himuro con duda.

-No lo sé Atsushi, a veces las cosas más fáciles son las más difíciles-

Sonrió ante la cara de confusión de Murasakibara, y solo negó con la cabeza para caminar a la cocina, dispuesto a preparar un aperitivo para su amigo, era temprano, apenas las 4:30, pero conocía lo suficiente a Murasakibara para saber que el otro no tardaría en tener hambre.

-Kise, por favor, en verdad quiero hablar- Aomine no podía creer que estuviera rogándole al modelo, pero apenas habían entrado a la habitación, Kise se puso sus audífonos y lo ignoro -Kise, maldita sea, háblame- arranco los audífonos del otro sin importarle la mirada enojada que le dio Kise.

-¡¿Qué diablos te sucede?!-

-Deja esa actitud, tu y yo tenemos mucho de qué hablar-

-Claro que no, tú lo dijiste cuando nos separamos en secundaria, solo éramos follamigos, nunca te interese, y sabes que, me alegro, jodete, tu sabias que me gustabas, por eso me acostaba contigo, ¿y ahora te comportas así? ¡Te odio!-

Aomine solo se quedó ahí, con los ojos completamente abiertos y sin saber que decir, bueno, ciertamente había pistas en el aire, y varias veces sus amigos lo insinuaron, pero, carajo, no podía creer que en verdad Kise tenía sentimientos por él.

-Yo, lo siento, no sabía, no lo sospeche-

-Ese es el problema contigo Aominecchi, nunca pensaste en los demás-

Aomine solo dejo que Kise saliera, aun en shock, dejándose caer en la cama y pensando en todo lo dicho por el menor, en realidad, sí que era un idiota.

Mientras tanto, el hospital estaba lleno de murmullos, un hombre de pelo negro y lentes con armazón negro caminaba tranquilamente por el vestíbulo, como si fuera dueño del lugar.

-Excuse me, could you help me?-

-Surre, what do you need?-

-I´m looking for Kagami Shiro-

-Tori-

-Shiro-

Ambos hombres se vieron con diversión antes de darse un abrazo, si bien ambos eran japoneses, eran muy dados a mostrar afecto sin problema.

-Gracias por venir tan rápido, me sorprendiste-

-Bueno, estaba bastante cerca en realidad, a unas tres horas- Fukutori dejo que su sonrisa callera un poco al ver a Saeko -vaya, si ni ella pudo hacer algo, ¿qué puedo hacer yo?-

-Convéncelo de hablar, es lo único, Tori, te dejare todo a ti, además, tengo una cita con el pretendiente de mi hijo-

Fukutori quiso preguntar más, pero con la sonrisa tan escalofriante que le dio Shiro, decidió quedarse con la duda, y mejor aceptar el pase de invitado a tiempo completo que le ofrecía.

-Veré que puedo hacer-

-Gracias-

Fukutori dejo ir a su hermano y se dirigió con Taiga, entendía un poco la situación, pero en verdad necesitaba que fuera el chico quien le explicara todo.

-Hey, hola campeón-

-¡Fukutori¡- el tono de asombro y alegría de Taiga le saco una carcajada.

-Me alegro de ver que estas bien- ante eso el silencio se hizo -vamos, no quiero tristeza, en verdad estas bien, por lo que escuche, podrás volver al juego después de un tiempo-

-Pero, aun así, esto es demasiado frustrante, y también están ellos, los deje, seguramente me odian-

-Taiga, no creo que ese sea el caso, por lo que me dijo Shiro, vinieron a buscarte-

-No creo que lo merezca, termine decepcionando a Kuroko-

-Es el chico que te gusta, ¿cierto?- Taiga solo asintió -Taiga, sé que no es fácil, pero habla conmigo, dime que es lo que pasa, si no dices nada pensare que estas bien-

-Pero que puedo decir, que odio estar aquí?, en verdad odio el hospital, entiendo que es por mi bien, pero lo odio, también odio ser un cobarde que no acepta hablar con sus amigos por miedo al rechazo, uno que se me merezco, tengo miedo de hablar con Kuroko y me vea débil, que no me controle y le diga que siento, que él me deje atrás, Fukutori, tengo miedo de ya no poder caminar, que la cirugía no resulte, que ya no pueda caminar, en verdad tengo miedo-

Soltó todo de golpe, había empezado a lagrimear cerca de la mitad y los sollozos seguían persistiendo después de desahogarse, pero Fukutori solo le paso un brazo por los hombros en muestra de apoyo, aun así, le alegraba que Taiga al fin soltara todos los sentimientos que se había guardado.


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