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En el Pasado por Princess Nemesis

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Notas del capitulo:

Aclaraciones: Saben que Juuri y Haruka murieron cuando Kaname tenía 7 años y Yuuki 5 años, pero antes de que eso sucediera, Kaname tuvo que recordar que él era el Ancestro de los Kuran ya que sus memorias fueron borradas.

 

De la mujer encapuchada solo hare referencia y aquí ella tiene un hermano mayor que es su gemelo.

 

Lo que quiero decir es que habrá un poco spoiler y por ultimo como saben los personajes de Vampire Knight no me pertenecen.

 

Le quiero dedicar esto a Fujoshi31 ya que le hice llorar. Espero y me perdones.

 

 

En el Pasado

 

El cielo estaba nublado por nubes de tormenta, la fría nieve caía lentamente, cubriendo toda la superficie con un manto de color blanco, ese era el color de la inocencia y la pureza, ese bello color que desprende inocencia como un recién nacido que ríe por primera vez y deleita los oídos de sus padres con su riza.

 

La nieve cae y revolotea alrededor de un pequeño vampiro, la briza fría mece sus cabellos castaños, en ese momento se encuentra perdido por haber escapado de sus guardianes, seguramente sus padres estarían preocupados buscándolo y amenazando de muerte a todo aquel que se les pusiera en frente.

 

Pero a él en este instante no le importaba nada, estaba muy confundido ya que sueños extraños y aterradores lo atormentaban cada vez que intentaba descansar.

 

El pequeño extendió sus manos y copos de nieves se posaron en estas, la nieve tan blanca y fría como la recordaba…. espera recordaba pero él nunca la había visto hasta hoy ya que sus padres nunca lo dejaban salir.

 

Sueños extraños y ahora sentimientos de melancolía por tocar la nieve, que andaban mal con él, porque esto lo abrumaba tanto.

 

Estaba tan metido en sus pensamientos que no se percató de que sus pasos lo llevaron a una antigua mansión, no perdía nada si pedía indicaciones por lo que se dirigió a esa mansión y cuando estuvo por tocar la puerta esta se abrió.

 

—¿Hola, hay alguien aquí? –dijo entrado en la mansión, esperaba que su dueño no fuera un malhumorado.

 

—Hola, disculpe por interrumpir en su propiedad –dijo ya que se sentía observado.

 

—Que hace un pequeño sangre pura aquí y sin guardianes –escuchó que alguien dijo, pero no veía a nadie, por lo que se volteo y tampoco vio a nadie, pero se sentía extremadamente observado.

 

—Sería bueno si se mostrara y dejara de jugar a las escondidas –dijo un poco molesto, no estaba en ese momento dispuesto a nada, no había dormido muy bien que digamos y ahora poco le importaba comportarse con modales.

 

—Muy pura sangre serás, pero eres muy maleducado para ordenarme algo en mi mansión –dijo ese hombre, recalcando “mi mansión”  como para hacerle enojar, en otro entonces no habría caído en su juego pero en ese momento no estaba en sus cabales.

 

—Bueno adiós, espero nunca volver a escuchar su voz –dijo para luego girarse dispuesto a irse.

 

Pero antes de salir de la mansión, alguien tomo sus muñecas evitando que se fuera y se escuchó una riza limpia y fresca.

 

—Cualquier sangre pura se fuera disculpado por su actitud, pero tú te molestaste, sí que eres interesante ¿Cuál es tu nombre?

 

—Si tanto presume de sus modales porque usted no comienza por presentarse –dijo para girarse y ver a aquel hombre que todavía no soltaba su muñeca.

 

Se quedó pasmado al verlo, cabellos plateados como los rayos brillantes de la luna con los ojos amatistas que brillaban como las estrellas y con una bella y sincera sonrisa que trasmitía seguridad.

 

—Está bien pequeño. –Dijo y suspiro —Mi nombre es Zero.

 

—Mi nombre es Kuran Kaname –se presentó el castaño y para el no pasó desapercibida la sorpresa que se plasmó en el rostro de  Zero por un segundo, pero lo que no entendió fue el porqué.

 

—Bonito nombre y dime que haces tú solo por aquí –pregunto sonriendo.

 

El castaño no sabía si decirle o no, pero estaba perdido no le quedaba de otra.

 

—Me escape de mis guardianes y me perdí –susurró pero sabía que el otro le pudo escuchar.

 

Una carcajada retumbo en la mansión lo que provoco que el castaño se molestara.

 

—Estas perdido y aun así pensabas en irte, pero que orgulloso eres –dijo cuándo pudo contener un poco su riza.

 

—Si y ahora creo que estoy reconsiderando el hecho de que todavía este aquí –dijo molesto.

 

—Vamos no te molestes, ven sígueme seguro estás cansado –dijo el peli plateado, llevándose consigo, no más bien arrastrando al castaño a una habitación.

 

Esta estaba decorada muy delicadamente, las cortinas de terciopelo, había un diván y un tablero de ajedrez el cual tenía las piezas hechas con un fino cristal, por alguna razón el castaño no pudo evitar ir directamente a tocar el tablero, y cuando lo hizo una extraña nostalgia lo embargo era como si lo hubiera hecho en el pasado, pero él nunca había estado en esa mansión entonces porque siente una pequeña opresión en el pecho, no cabe duda tenía que dormir un poco, la falta de sueño  le estaba haciendo mal.

 

Se fijó que Zero lo estaba viendo desde el marco de la puerta, parecía perdido en sus memorias o anhelando algo.

 

—Puedes dormir en donde desees, después de todo desde que cruzaste esa puerta te convertiste en mi invitado –dijo.

 

—Pues parecía que me querías ahuyentar –dijo sarcásticamente.

 

—¿Quién sabe? –dice encogiéndose los hombros.

 

Kaname fue hasta donde estaba la cama, se sentó y se quitó los zapatos  para luego recostarse y dirigió sus orbes borgoñas hacia su anfitrión quien no se había movido de lugar.

 

—Piensas quedarte toda la noche allí –pregunto el castaño y luego comenzó a arroparse con las finas mantas de seda que eran de un profundo negro.

 

—Acaso me estas invitando a dormir contigo –dijo queriendo hacerlo enojar, pero estaba vez Kaname no caería.

 

—Es tu propiedad, por lo que puedes dormir donde quieras –dijo bostezando, ya que seamos sinceros estaba muy cansado y no estaba de humor para mantener la etiqueta.

 

 El peli plateado se acercó a la cama por lo que se sentó a un lado y empezó a acariciar los cabellos castaños del otro.

 

—Duerme yo vigilare tu sueño –dijo suavemente.

 

—Puedo hacerte una pregunta –dijo con los ojos entrecerrados.

 

—Claro pequeño, ¿Qué quieres saber? –dijo sin parar de acariciarles los cabellos.

 

—Cuando te dije mi nombre porque te sorprendiste –esa era una duda que tenía desde hace rato.

 

—Bueno, hace mucho tiempo conocí al ancestro de los Kuran, posiblemente tus padres te pusieron ese nombre en honor a él.

 

—El ancestro de los Kuran, entonces tú también eres un ancestro.

 

—Así es, le conocí cuando mi hermana gemela lo trajo a esta mansión –dijo con una sonrisa nostálgica —Poco después ellos se volvieron pareja.

 

—A ellos, los extrañas o me equivoco.

 

—Mi hermana se sacrificó por los humanos y a Kaname lo embargo la angustia por su pérdida y se lleno de remordimiento por su incapacidad para protegerla y tiempo después cayó en el letargo, bueno creo que, si, anhelo que ellos estuviesen aquí.

 

—Ya veo, amabas a ese Kaname –dijo sorprendiendo un poco a Zero —Se nota por la añoranza con la que pronuncias su nombre.

 

—Es tu mismo nombre sabes –dijo recalcando lo obvio.

 

—Sí, pero yo no soy ese Kaname. –dijo cerrando los ojos por completos para entregarse en los brazos de Morfeo. Casi al instante se durmió.

 

Zero beso la coronilla de su frente, acaricio suavemente su mejilla y susurro.

 

—Deberías dejar de rechazar tus recuerdos, no ves que te destruyes lentamente Kaname –esas joyas amatistas pasaron a ser rubís rojos como las sangre.

 

 

*

*

*

 

 

Sus ojos borgoñas lentamente se fueron abriendo, por lo menos pudo descansar bien, esos sueños aparecieron en un instante pero rápidamente se esfumaron cuando sintió un extraño sentimiento de calidez que era muy reconfortante. Sentía que la sensación de que aquella calidez le era reconocida y hacia que su corazón latiera fuertemente.

 

Noto que Zero estaba dormido plácidamente y lo tenía abrazado, su respiración bajaba y subía lentamente, cumplió lo dicho vigilo su sueño hasta quedarse dormido.

 

Lentamente sus ojos amatistas se abrieron poco después dejo de abrazarlo cuando se tallo los ojos y bostezo.

 

—Lo siento te desperté –preguntó Kaname, quien se levantó lentamente de la cama.

 

—No y dime dormiste bien pequeño.

 

—Oh eso, bueno si, graci… —no termino la frase cuando con su velocidad bajo a la sala de estar por lo que Zero igualmente lo siguió.

 

—Pasa algo –pregunto al llegar a la sala.

 

—Mis padres están a unos 20 metros de aquí.

 

—Te tienes que ir, bueno adiós –dijo Zero y por un instante sus ojos perdieron su brillo.

 

—Muchas gracias –dijo haciendo una pequeña reverencia —si pudiera hacer algo para recompensarle.

 

Tenía que ser educado, después de todo Zero le hospedo en su mansión y le dejo dormir sin pedir nada a cambio y por lo contrario el, al comienzo se comportó muy maleducado aunque no pensaba admitirlo abiertamente.

 

Zero se puso a la altura del castaño, acarició delicadamente su mejilla y tomó posesión de esos pequeños labios rosados fundiéndolos en un beso que el oji borgoñas seguía torpemente.

 

Zero se deleitó saboreando cada rincón de esa pequeña boca, que tanto había ansiado en el pasado pero que solo una vez tuvo la oportunidad de probar, pero esa vez basto para que lo volviese adicto a ella.

 

Cuando el aire les hizo falta se separaron y Kaname tenía sus blancas mejillas levemente rojas.

 

—La deuda ya está pagada –dijo Zero y Kaname se giró para ir al encuentro con sus padres.

 

Zero lo abrazo desde atrás y le susurro.

 

—En tu próximo juego de ajedrez, no veo el problema en participar, puedes usarme como guste mi rey.

 

 Las pupilas de Kaname se dilataron y adquirieron un toque de astucia y perversidad.

 

—Aunque olvides tu palabras yo no lo hare, me has dado tu permiso para usarte, espero y no te arrepientas.

 

Con lo dicho se marchó y sus ojos volvieron a reflejar una pura inocencia sin recordar nada de su conversación anterior.

 

Cuando Kaname estuvo fuera de su vista y su presencia se alejó lo suficiente, Zero salió de la mansión.

 

No te arrepientas, había dicho Kaname y no se arrepentiría ya que ansiaba matar a Rido Kuran con sus propias manos.

 

Empezó a recordar el día en que ese vampiro vino hasta su mansión después  de haber despertado a Kaname de su letargo. Él llego a su mansión con arrogancia diciendo que le iba a matar, Zero sabía que él no podría hacerlo pero le dejo destruir su cuerpo ya que no lo necesitaría más.

 

Deseaba matar a Rido porque se atrevió a beber de la sangre de Kaname, esa sangre que él nunca había osado probar y que anhelaba, ese maldito probó la sangre de la persona que amaba y se las pagaría ya que tomar la sangre de Kaname era un gran pecado que Zero no estaba dispuesto a perdonar.

 

Sabía que cuando muriera su alma volvió a reencarnar, y así sucedió había vuelto a nacer pero esta vez no como un sangre pura sino como un cazador, y no cualquier cazador sino descendiente de los Kiryuu que eran una de las familias fundadoras y tenían gran cantidad del material genético de su hermana gemela.

 

Poco a poco sus recuerdos iban desapareciendo, lo sabía, pero cuando sintió la presencia de Kaname cerca de la mansión, su alma que todavía conservaba sus recuerdos abandono su nuevo y pequeño cuerpo y se dirigió a la mansión para poder verlo por última vez.

 

En el pasado se hizo a un lado ya que su pequeña hermana se enamoró del castaño pero esta vez no estaba dispuesto ceder a Kaname a nadie. Crearía lazos con quien fuera, fingiría algo que no siente para permanecer al lado de la persona que en realidad ama, a quien amo en el pasado y a quien amara eternamente, no le importaba tener que reencarnar una y otra vez para poder estar a su lado.

 

Ya se hacía tarde, mejor regresaría a su nuevo cuerpo.

Notas finales:

No me malinterpreten, no odio a Rido solo que aquí lo necesitaba como el malo, les tengo que decir, que más bien Ri-chan es uno de mis personajes  favoritos de toda la serie.

 

Ya que el solo cayo a la locura porque no pudo tener el cariño de persona que amaba.

 

Por favor díganme que les pareció.


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