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Hidden pain. por Evanences

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Notas del fanfic:

Bienvenidos<3

Capítulo 1: Fuera del infierno.

 

No recordaba en alguna ocasión, haber observado el ceño tan fruncido de su excompañera de escuela elemental, y mejor amiga. Natasha pasaba con suavidad el algodón, previamente remojado en antiséptico y colocándolo en la cien del castaño.-Ow, con cariño, por favor.-Expresó Tony con dolor, había apretado la mandíbula y resistido el impulso de alejarla.

 

-Disculpa.-Murmuró, demasiado concentrada en su herida, y en la furia burbujeante que le recorrió desde el pecho hasta la garganta.-Pero simplemente no puedo creer que ese…Animal, esa bestia se haya atrevido a golpearte de esa manera.-Más allá de la sorpresa, se encontraba una profunda ofensa a nivel personal, que no olvidaría tan fácil. Había puesto su confianza en él.

 

Tony sonrió con amargura, cerrando los ojos para mitigar el dolor.-Bueno, eso no importa ahora, ¿Escapamos, no? Eso es lo importante por el momento.-Sus pensamientos se desviaron al pequeño infante que descansaba en una improvisada cama, sobre un sofá.-

 

-Ni siquiera le importo que Peter estuviera presente.-Eso era algo que en la mente de la rusa, no había cabida.-No puedes dejar eso así.

 

-¿Y qué quieres que haga? ¿Demandarlo? Excelente idea, no sé por qué no se me había ocurrido antes, demandar a un héroe de guerra, uno que, la figura favorita de la nación, y que, en un día normal, bebe unas cervezas con el presidente del país, ¡Demonios Tasha! .-Alzó la voz levemente, cuando la agente presionó de más.-Dame eso, ¿Quieres curarme o terminarme de matar? .-Tony podía sostener su ánimo todo lo que pudiera, pero dentro de él, algo se había quebrado, había quedado tan fragmentado, que estaba seguro no volvería a componer.

 

-¿Y entonces? Vendrá por ti Tony, por Peter, sino lo detenemos, volverá a lastimarte, o a Peter.-La mujer siguió insistiendo.

 

-Lo sé, lo sé, sólo…Déjame pensar en algo.-Se pasó la mano por el cabello, desesperado, su mente trabajando a tiempo récord, estaba asustado y era difícil mantener la fachada, quería hundirse en su almohada, con un brazo alrededor de su hijo y ponerle fin a esa pesadilla.-No vamos a denunciarlo, es inútil, ¿Quién va a creerme? Ni siquiera esto me ayuda.-Señaló las heridas de su rostro.-Steve tiene a todo el mundo comprado, con su sonrisa perfecta, buenos modales y amistades, Tasha, si lo hago, me acusaría de infiel o algo similar, me quitaría a Peter.-Sintió unas nauseas atacarle, tuvo que realizar unos ejercicios de respiración para poder controlarse.-Me quitaría a Peter, él es mi todo, es lo que más amo, y si se mete con él, lo usará contra mí, me lo dijo después de que lo atacara.

 

-Tony, lanzarle whiskey a los ojos no es clasificado como ataque.-Le recordó su amiga.-Fue defensa propia, y tú no tuviste otra opción, ¡Tuviste suerte! Pudo haberte asesinado en tu propia casa. Sería una declaración bastante simple, Steve comenzó a mostrar su verdadero forma una vez casado, las cosas no cambiaron con la llegada de Peter, inició con insultos, empujones y después, el maldito, se atrevió a golpearte, en medio del ataque, lograste lanzarle el bendito whiskey a los ojos, escapaste con el niño. Fin. Y continúo, pudo haberte matado.-

 

-Pero no lo hizo, no lo dejé, Nat, entiende, no puedo levantar una denuncia contra él, el mundo sólo me conoce por haberme casado con él, nada más, él es rico, pensarán que sólo quiero su dinero, no, gracias. Tengo todas las de perder.

 

-¿Qué haremos entonces?-Ese era el plan inicial de la pelirroja, pero Tony ya lo había declinado antes de ponerlo en marcha.-No voy a dejarte que regreses, así que ni lo pienses.

 

El castaño le sonrió nuevamente, con un poco más de sinceridad, confesiones como esas, le hacían sentirse amado, lo que acababa de pasar era algo difícil, pero no era la primera vez que le sucedía, y simplemente había aprendido a vivir con el dolor, y estaba bien para él esa clase de vida, pero tenía Peter, y Peter no se merecía eso de ninguna manera, era un niño, uno que él había decidido traer al mundo, y era su completa responsabilidad entonces, era su obligación darle una vida digna, y alejarlo de la crueldad de su otro padre.-No pensaba regresar. Jamás.

 

-Bien, porque no iba a darte permiso.-Se jactó de poseer esa peculiar autoridad sobre él.-Quédense el tiempo que sea necesario, pensaremos en algo, juntos.-Recalcó que no lo dejaría solo en ningún momento.

 

-Gracias, Nat. –Y él agradeció esa solidaridad.

 

-Lo que sea... –Nada de sentimentalismos en ese momento, o al menos no en ese instante. -¿Algún mal golpe? –Inspeccionó el cuerpo del hombre, desde el cuello, donde había señas de intento de estrangulamiento, que había omitido contarle, lo cual le hizo embravecer, aún más, y terminó por darle un amistoso golpe en las costillas, sólo para recordarle que no debía ocultarle nada.

 

-¡Ah, demonios Nat! –Se encogió de dolor sobre el sillón, cerrando los ojos para mitigar la horrible sensación de la fractura.

 

-¿Costilla rota?, Suficiente, vamos al hospital. –Dictaminó.

 

-No, Nat…-Su voz se quedó ahogada entre su sufrimiento y la almohada. –Dame un té o algo, puedo manejarlo.

 

-¿Un té? ¿Un maldito té? Eso no va a curarte, tenemos que ir al hospital. –Su tono de voz no dejaba lugar a negaciones.

 

-No, tal vez esté buscándonos, además, no voy a dejar a Peter solo, y tampoco quiero llevarlo. –Pero Tony podía ser una verdadera representación

 

-¡Bien! Pero llamaré a alguien.

 

-Eres la mejor.

 

-Por supuesto que lo soy.

 

 

Natasha no hacía obvia su preocupación hacia el estado de su amigo, pero sí, estaba muy preocupada, ¿Y sí no volvía a ser el mismo? Antes de dormir, se tenía que tragar las ganas de ir a casa de Steve y dispararle al rostro… Hablando de Steve, como agente especial de inteligencia, de una organización privada, de la cual Tony no sabía mucho, se había dado a la tarea de investigar al infeliz, lo esperaba cada que salía del trabajo, haciéndose pasar por vagabundo en una esquina. No le agradó lo que vio, no sólo era un abusivo, sino infiel también.

 

¿Cómo es que Tony había terminado con un hombre así? No lo entendía, su amigo siempre terminaba enredado con tipos así, recordaba a un novio de preparatoria, no recordaba el nombre, pero sí que ella tuvo que golpearlo, cuando encontró a Tony con un ojo, tan inflamado, que no podía cerrarlo, en universidad tuvo más relaciones así, y ella siempre terminaba con los nudillos raspados y sangrantes, pero en esa ocasión era diferente…Steve había sido encantador desde un principio, y la reputación que poseía como héroe nacional, no había espacio para Natasha se preguntará sí era realmente él, además, Tony se miraba tan feliz a su lado, tan completo, con las heridas emocionales cerradas, y mostrando sonrisas auténticas. Le conoció en su último semestre de universidad, la cual no pudo terminar, no había dinero suficiente para ello, y él se negó a ella la pagara, Natasha era mayor a él, así que ella se había graduado años antes, era como su hermano menor.

 

Tony, sin embargo, se negó rotundamente, además, con Steve ahí, ella se confió demás y le dio luz verde para que su relación se formalizará, el matrimonio se interpuso en sus estudios, y terminó en Brooklyn. Mala idea, si algo debía de admitir, es que se sentía ligeramente, o sea muy, incómoda, con la idea de Tony viviendo al otro lado del país, lejos de ella y su protección, agradecía profundamente a la vida, de haber tenido asuntos en New York, y que él la hubiese alcanzado, si no…No le gustaba pensar en otro posible desenlace.

 

Llegó a casa, aventando las llaves en la mesa, bostezó, estaba cansadísima, se tronó el cuello en ambas direcciones y se dirigió a la cocina, sacó una cerveza, bebió y revisó que había hecho Tony de cenar ese día; eso era lo bueno, Stark se mantenía ocupado, haciendo labores domésticas, quién lo diría, podía apostar que no era su actividad favorita, pero era una manera de pagarle lo que estaba haciendo por él, no que lo necesitase o exigiese, pero así era él, al terminar, inconscientemente se dirigió a la pequeña habitación extra que poseía en el departamento que se le había otorgado para su estadía en la misión, en cuanto terminase, se marcharían a Washington y comenzarían una nueva vida ahí, Tony estaba con un brazo alrededor de Peter, tenía poco más de un año, se alegraba de que no fuera lo suficientemente mayor como para poder ser un testigo consciente de la violencia intrafamiliar a la que había sido expuesto, pobre castañito, a veces era tan iluso como para pensar que alguien cambiaría por él, tal vez una persona que le amase lo haría, pero ahí se equivocaba, nunca elegía a alguien apropiado. Era un imán de malas personas; pero en esa ocasión, había sido lo suficientemente hábil para escapar y darle una vida nueva a su hijo, ahí la clave, no era capaz de vivir por sí mismo, pero con Peter junto a él, el panorama pintaba distinto, todo iba a estar bien.

 

Con una cerveza más, se metió a la cama, no había prisas, mañana era su día libre, podían ir a hacer las compras, ir al cine, ver una película para Peter y al final del día comer en un lindo restaurante, o traer la comida a casa, lo que fuese, con tal de verle sonreír, una semana más y bye, bye captain Bully, tomarían el primer avión hacia la capital del país, un buen psicólogo que ayudase a Tony y después le ayudaría a buscar un trabajo, incluso podría ayudarle a mudarse en una pequeña casa cuando se estableciese económicamente, sólo si él quería; lo que le recordaba, tenía que darse prisa con la falsificación de documentos, un bostezo, tenía que contactar a un par de sujetos, otro más, cobrar un par de favores y tendría los papeles en un par de días. Nat out.

 

 

-Papá. –Llamó Peter, desde su improvisada, y segura, zona de juegos. -¿Hambre? ¿Comer? –Tony pudo derretirse en ese momento, su pequeño le ofrecía una manzana de plástico.

 

-Oh Pet, sí, mucha hambre, pero primero debo terminar esto, ¿Sí? Papá comerá contigo en unos momentos. –Le prometió en una sonrisa, para después medir el suavizante necesario para la última carga de ropa. –Esa Nat, parece que no sabe lo que significa la <>. –Murmuraba fingiendo ofensa. –Tú si debes aprenderlo, eh.

 

-¡Doble, doble! –Bien, esa era una nueva palabra, que celebró, dando pequeños aplausos para sí mismo, Tony le secundó, también orgulloso de su avance.

 

Si de algo se encontraba muy satisfecho, era de Peter, porque de toda la pila de mierda que él era, había hecho algo bueno, algo hermoso y perfecto, algo de lo que podía jactarse tanto como quisiese.

 

Para cuando la lavadora terminó su ciclo, la ropa fue a dar al canasto de ropa, hizo que Peter se sentara en sus hombros y le abrazara el cuello, así podría cargar el cesta e ir a la terraza a tender la ropa. Natasha había ganado la apuesta, detestaba esa clase de actividades, pero le distraían demasiado, así no pensaba en Steve, golpes y un futuro incierto, que cobraba solidez cuando veía a Nat. Dejó a Peter lo suficientemente lejos de la terraza, pero sólo para mantenerlo seguro. –No te preocupes, Petey, sólo tiendo esto y vuelvo contigo, ¿Bien? –Le prometió para calmar cualquier clase de rabieta futura, y al parecer entendió, porque el niño se dedicó a continuar con sus juegos de fruta falsa.

 

Podría ser peor, pudo haberse quedado en el departamento de Steve, eso, si le hubiese dejado con vida claro, aunque podía jugársela a que sí, las primeras discusiones violentas siempre terminaban en algunos golpes, tal vez con una fractura, pero nada más, no era sino hasta la vigésima vez, más o menos, cuando realmente había una alerta roja en su mente, y se daba cuenta que esa persona no iba a cambiar, era entonces cuando corría a refugiarse en Nat; pudo haber perdido a Peter, pero no, él estaba bien, estaba a salvo, jugando y riendo, ajeno a lo que su alrededor sucedía, así que eso debía alegrarlo, entonces, ¿Por qué se sentía tan destrozado? Era un egoísta.

 

Había creído en el amor que Steve le profesaba, no comprendía su  comportamiento, su mirada había cambiado conforme el paso de los días, las palabras bonitas comenzaron a escasear y a sustituirse por agravios verbales, pero bueno, ¿Qué tenía de malo ser llamado <<Estúpido cerdo>> o bien, idiota analfabeta? Meh, había escuchado cosas peores contra su persona, podría acostumbrarse, además, el problema era él, porque Steve seguía siendo amoroso con Peter, pero lo analizó después, los niños aprendían lo que veían, y no quería que Peter se refiriera de esa manera con él en un futuro, no, se le rompería el corazón por completo, y entonces sí, no habría razón alguna para vivir.

 

Así que decidió ir con Steve, afrontarlo, decirle algo como <<Cariño, no me agrada del todo la manera en la que te comunicas conmigo, debemos hablarlo y buscar la manera de cambiar ese lenguaje, el niño nos escucha y…>> Pero no terminó de expresar sus amables disconformidades, no cuando su puño se estrelló contra su mejilla, rayos, ese golpe sí que había dolido, aún se sorprendía de tener los huesos de la mejilla intactos, del puñetazo vino otro, y otro, tal vez una patada, quizá dos, luego sus manos alrededor de su cuello, al parecer eso debió haber aburrido al capitán, porque le soltó, y él se quedó en el suelo con su miseria, recuperando el aire del cual había sido privado, y cuando sintió que el ataque había pasado, le empujó al otro lado de la habitación, no supo cuándo, o cómo, pero tenía un vaso al alcancé, lo tomó y lo lanzó directo al rostro de Steve, su intención era que recibiera un golpe, para atolondrarlo y escapar, pero el whiskey estaba ahí, le hizo el favor y el rubio fue quién se quedó sobre el suelo esa vez, corrió a la habitación de su hijo, agarró la manta más cercana, lo envolvió palpó su bolsillo trasero, perfecto, su cartera seguía ahí, ni siquiera su celular era importante en ese momento, lo único que importaba era escapar, para cuando estuvo en la puerta, Steve estaba de pie, se le aceleró el corazón, pero no había vuelta atrás, sino sacaba a Peter de ahí, el menor tendría sólo dos opciones, ser como Steve, o como Tony, y Dios sabía bien que el castaño no sabía que era peor.

 

Corrió por la calle, estaba tan sola a esa hora, Steve iba tras él, iba a cazarlo y a colgarlo como decoración en la ventana, el miedo le ánimo más a correr con más más fuerza que antes, Peter se había despertado ante los bruscos movimientos y no dudó en llorar con fuerza, un camión le tapó la visión a Steve, cuando Tony cruzó la calle, maldijo, pero no era estúpido, tuvo que esperar a que el semáforo cambiara de color para poder cruzar, pero para cuando lo hizo, Tony había desaparecido de su campo visual. Se esfumó; esa noche lo buscó por toda la ciudad, pero nadie buscaría en una escuela a las 2 de la mañana; Tony, con sólo un zapato puesto y su pijama de donas grises, encontró un teléfono público, y el único número que podía recordar era el de Nat, a decir verdad, era el único que se sabía. Y voalá, Nat-Nat al rescate, tomó el primer autobús a New York, sin maletas, solamente cargando una bolsa de plástico, repleta de pañales y fórmula en polvo.

 

-Oye, no piensas demasiado, no en las mañanas. –Nat, con el cabello yéndole en direcciones diferentes, le habló desde la cocina. –Y siéntate, no, ambos, a desayunar, no voy a esperarlos el tiempo que quieran, esto no es un restaurante, maldición. –Sí, Nat podía sonar todo lo apática y desinteresada que quisiera, pero le hablaba así a Tony, sólo para recordarle que las cosas seguirían como antes, que habían salido de situaciones como esas antes, y lo único diferente ahora era  que Peter les acompañarían.

 

Tony no le respondió, sólo se dedicó a poner la última pinza sobre una de las camisas favoritas de Natasha, esa que usaba para dormir, recogió el cesto de ropa, y echándose Peter al hombro, se dirigió a la cocina, tenía razón, iban a salir de esta. Siempre lo hacían, y Natasha iba a estar ahí, y si ella estaba ahí, no había razón alguna para temer.

Notas finales:

Al chile, no sé cuando vaya a actualizar :'v pero haré lo que pueda, gracias por leer, besos.


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