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My Happy Virus (ChanBaek) [3Shots]. por ParkWenny

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Notas del fanfic:

Hace un tiempo tenía esta idea en mi cabecita... Y qué mejor día para publicarla que en visperas de San Valentin.

 

No importa si están solterxs o en una relación. Es solo regalo de mi para ti :3 d84;

 

 


 

Notas del capitulo:

¡Disfruten! :3

No recuerda con exactitud cuando las comenzó a recibir. Pero sí recuerda, a la perfección, lo que decía la primera carta.

"Hyung, hola. Sí, sé que es extraño recibir una carta anónima pero, prometo que no será por mucho tiempo mientras logro reunir todo el valor para así mostrarme frente a ti. Por favor, cuídate y mantente saludable. Ve al doctor o tu resfriado va a empeorar."

Esa carta la encontró debajo de su pupitre en el mes de agosto. Desde ese entonces, casi todos los días, recibía esas pequeñas cartas. 
Al principio, con la primera, pensaba que alguien me había equivocado. Así que, cuando terminó de leer la volvió a guardar en el sobre y la colocó donde la encontró.

"Hyung, las cartas sí son para ti. BaekHyun
Me alegra que me escucharás y fueras al doctor. Hoy te ves mucho mejor, en realidad te ves muy bonito."

Baek recién entraba de su receso. Aquello lo tenía emocionado, pero, también le asustaba. ¿Y si se trataba de un acosador, violador, asesino o algo parecido? 
Pero él tenía curiosidad por saber quién era, se prometió ser más atento con los de su alrededor, en busca de algun sospechoso.

¿Cómo se suponía que debía responder las cartas? ¿Dónde debía dejarlas? Optó que en el mismo sitio en donde las recibía.

"Hola, desconocido. No preguntaré quién eres porque sé que es perdida de tiempo. Solo espero que no seas alguien malo... Al menos sé que soy mayor que tú. 
Mi salud está mucho mejor, gracias."

La adrenalina hacía estragos con su cuerpo, deseaba llegar pronto al colegio y revisar su mesa. ¿Habría leído la carta? ¿Qué le diría esta vez?
Para cuando estuvo sentado, lo primera que hizo fue llevar sus manos hasta esa parte de la mesa, efectivamente había otra carta.

"Soy una muy buena persona, lo juro. Así que no hay nada por qué preocuparse. 
¡Ahh! Estoy tan alegre. Creo que voy a enmarcar tu carta.
Sí, eres mayor pero no es grande la diferencia."

Más de una ocasión BaekHyun trató de quedarse escondido y averiguar quién dejaba las cartas, pero era inútil. Durante el lapso de tiempo que estaba cerca del aula nadie se acercaba, tan solo la señora de la limpieza. ¿Cómo lo hacía entonces?

 

 

♥♠♥♠♥

 

 

Setiembre llegó y el intercambio de cartas no cesó en ningún momento. BaekHyun comenzaba a desesperarse, él ansiaba por conocer al remitente. 
Era la primera vez que miraba con detención a cada uno de sus compañeros. Podría ser cualquiera de ellos, podía haberlo saludado esta mañana o prestado sus notas el día anterior.

"Rindete Hyung. No me atraparas, soy más cauteloso que un gato. Así que no pierdas tu tiempo y mejor comete el chocolate que está a un costo de la carta."

¿Debía comerlo? ¿Y si estaba envenenado? Se estaba volviendo loco. Los dedos le picaban por abrir el dulce y devorarlo, las cosas dulces eran su debilidad. Pensó, pensó y pensó. Hasta que finalmente se le ocurrió una idea.

Rompió la envoltura del chocolate y con una dulce sonrisa, casi tan similar al chocolate, lo partió a la mitad y tocó tímidamente el brazo de su compañero.

—ChanYeol –Susurró – ¿Gustas?
Le extendió la pequeña porción a su compañero.

El chico lo miró sin saber cómo reaccionar, era la primera vez que BaekHyun le hablaba por algo que no estuviera relacionado con la tarea, proyectos o trabajos grupales. Su reacción era normal, pensó BaekHyun.

Nervioso aceptó el pedazo de chocolate. BaekHyun miraba con atención mientras este ingería el dulce, listo para correr al cesto y depositar su parte, en caso de que este estuviese mal. Luego iría por ayuda para ChanYeol.

Pero nada sucedió, ChanYeol lo comió y nada pasó. Su compañero lo miraba con una gran interrogativa ante su espontánea caridad. BaekHyun se limitó a sonreír, eso funcionaba cuando no quería dar explicaciones. Esta vez no fue la excepción, el chico solo dió las gracias y todo finalizó ahí.

BaekHyun consumió su parte y estuvo satisfecho. Tal vez podía comenzar a confiar, tan solo un poco. Era justo brindarle al menos el beneficio de la duda. Sonrió y continuó con su escritura, sin prestar atención al par de ojos que tenía a su lado observándole.

"Gracias por el chocolate. Lo disfruté mucho."

Afuera llovía a cántaros, como si el cielo se hubiera rasgado. BaekHyun, por poco, le faltó solo abrigar su nariz. Tal vez sí lo necesitaba, la punta de su nariz estaba completamente roja. Sus ojos le ardían un poco, y ni qué decir de su garganta. El frió era el peor enemigo de Baek, y tanto que el lo amaba.

Metió su mano y sacó la carta del día de hoy. A su lado sintió, y escuchó, la envoltura plástica de alguna golosina. Sonrió embobado.

"Eres malo Hyung ㅠ ㅠ. Supongo que puedo entenderte, así que por eso no me molesta. También hubiera dudado en comerlo si alguien que no conozco me deja un chocolate debajo de mi pupitre. Pero ya que has visto mis buenas intenciones, por favor come con confianza las gomitas."

A pesar del frío BaekHyun se sentía acalorado, específicamente sus mejillas. Pero la temperatura se convirtió en su mejor aliada, sabía que su rostro estaba rojo. Nadie podría molestarlo por ello, cualquier persona pensaría que solo era una reacción del cuerpo ante el congelado día.

"Una vez más, gracias por el dulce. Lo siento, pero agradezco que comprendas. Esta vez las comeré yo solo, no las compartiré con nadie
Pd: ¿Acaso quieres engordarme?"

Fue lo que escribió antes de tomar el paquete y llevar las gomitas a su boca. BaekHyun podría vivir a base de golosinas, está seguro que sí. Ahora más que nunca le gustaría conocer a ese chico y pedirle que se quedé a su lado para siempre, eso sí, siempre y cuando continúe dándole golosinas.

Se había quedado dormido sobre su escritorio, era la última clase y de verdad el frío lo estaba matando. 
Cuando despertó, cuando lo despertaron, un gran y pesado abrigo estaba sobre él, claramente no le pertenecía. Preguntó a las pocas personas que aún permanecían en el aula, pero nadie parecía tener información del dueño del cálido abrigo.

Estaba seguro de saber quién lo había abrigado, pero una vez más quedó a la deriva puesto que tan siquiera lo conocía. 
Pero, sin prestarle mucha atención al asunto se abrigó más y sonriendo dejó la clase.

 

 

♥♠♥♠♥

 

 

Tal vez este mes tendría la oportunidad de conocerlo. Qué mejor ocasión que en el baile de Halloween. Quizá debía insistir él e invitarlo. No tenían mucho tiempo, pronto llegaría el mes de noviembre y consecutivamente diciembre. Terminaría el curso lectivo y no tendría tiempo que compartir.

Era el quinto intento por escribir acerca del encuentro. Se rindió y solo respondió a la carta anterior, tratando de recordar tirar de las hojas usadas una vez que la clase terminara.

No recogió las hojas usadas, y ahí estaba, sobre su pupitre, la respuesta al dolor de cabeza que se formó por tanto pensar sobre cómo pedirle una cita durante el baile de Halloween.

"Me hubiese gustado hacerte la misma propuesta, de hecho lo había pensado. Lo juro. Pero ese día no vendré al colegio, debo atender algunos asuntos. 
Lo lamento, Hyung. Por favor, espera pacientemente por nuestro encuentro.

PD: Tal vez..."

Esperar y ser paciente, eran dos palabras muy difíciles de acatar para BaekHyun. Sin embargo no había otra opción, por lo que se conformó con solo seguir escribiendo y leyendo las cartas.

"Lo haré. 
Por favor, cuidate."

Miró con atención a las personas de la fiesta. Varios de sus compañeros faltaron, por lo que era difícil sacar conclusiones.

Algo desanimado guardo sus manos en el gran abrigo, salió de la escuela y camino de vuelta a casa. De nada servía estar en una fiesta si vas a actuar como Grinch.

 

 

♥♠♥♠♥

 

 

Noviembre. Triste y ventoso, y aparte de ello estresante. A solo unos cuantos días de finalizar el curso lectivo, todos los estudiantes corrían para entregar sus trabajos y proyectos finales. 
Pero había algo más, algo que los demás no experimentaban, que a BaekHyun sí lo afectaba.

El anónimo de las cartas dejó de escribirle. Eso lo tenía bastante molesto, desanimado. Ya había pasado casi un mes sin recibir una sola carta, se sentía engañado y decepcionado. Pensaba que era iluso por creer que alguien finalmente se había fijado en él, por idear conocer al chico que con constancia mejoraba su ánimo con pequeños detalles como las golosinas.

—Si ya han terminado, por favor entreguen sus trabajos a BaekHyun.

Por ser uno de los alumnos de confianza, no solo del profesor, este era quien se encargaba de recoger siempre los deberes y trabajos en clase de sus compañeros. 
Mientras todos terminaban Baek se distraía analizando a sus compañeros una vez más, todos estaban ahí, completos. Lo que quería decir que, el autor de las cartas tal vez no era de su clase, algo que BaekHyun descartó de inmediato, o simplemente este decidió acabar con aquel juego.

Todos finalmente se acercaron a dejar sus trabajos, BaekHyun solo aceptandols sin ver quién los entregaba. Su estado de ánimo no ayudaba mucho.

Pero hubo un trabajo que ocasionó un temporal estado de shock en él, estaba cien por ciento seguro de haber visto esa escritura antes. Era ese mismo puño y letra. Pero cuando estuvó a punto de descubrir al propietario del trabajo, más trabajos llegaron y empidieron la culminación de su hallazgo. Derrotado se limitó a entregar en un solo mazo los trabajos de sus compañeros.

Poco después la campana del colegio sonó, dando aviso a los estudiantes que el día había finalizado, y para la mayoría, el curso lectivo también. Era la primera vez en meses que BaekHyun sentía ganas de llorar, podía sonar infantil y estúpido. Sin embargo, trató de no pensar más en ello, después de todo había sido una experiencia única, divertida y sobre todo tierna, a su parecer.

Solo esperaba que esa persona estuviera bien, el enojo que sentía por él disminuía. Quería saber qué fue lo que sucedió, entender la razón por la cual sus letras no llegaron más. 
No había caso, al menos logró conservar un recuerdo físico, que no solo fueran las cartas, se abrigó más con la caliente prenda y inició su camino a casa.


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