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Porceliano lėlė por Lunita Shinigami

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PORCELIANO LÄ–LÄ–

[Hannibal]

 

 

 

Nota: los personajes de Hannibal no pertenecen, este fic es sin ánimo de lucro.

 

 

Luchemos contra el plagio entre más seamos, más se escucharán nuestras voces, no dejemos que personas inescrupulosas se lleven nuestro trabajo… propuesta liderada por Katrinna Le Fay y adoptada por Luna Shinigami.

 

Si el fic no es de tu agrado, no te gusto el final, el comienzo o las notas de autor, no te gustan los personajes, ni te agrada la autora, por favor, a riesgo de ser grosera, no comentes, pero si tienes una crítica constructiva decente, soy toda oídos.

 

Atentamente Luna Shinigami

 

Hannibal Au

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

 

CHAPTER THREE

 

I

 

Tal vez era la encumbrada penumbra de la mansión, o tal vez simplemente era el apilamiento de la información, como Fuere, el sueño era algo que Alana no podía conciliar, al menos, no con calma.

 

Las ventanas en la mansión rechinaban como un viejo cuento de Poe. Quería pensar que solo eran viejos cuentos, no habitaban debajo de su cama monstruos más allá de su pensamiento.

 

Se levantó, colocando los pies en el suelo frio, sintiendo un corrientazo en su espina dorsal.

 

Aún estaban flotando y estrellándose en su mente las palabras de Margot

 

“es una larga historia Alana, solo debes saber que para alguien que jamás amo, su padre, Amaba demasiado a Will, al punto de morir por él”

 

“no es necesario que sepas, solo que sepas eso, no preguntes más, a veces quien pregunta, se encuentra con respuestas indeseables”

 

Eran palabras vagas, al aire, como le pudo haber dicho sobre el clima, o los tejados fríos en invierno; eran palabras que no eran profundas o duraderas, eran simplemente palabras que eran echadas al viento de manera fácil. Aunque, para ella, no era tan sencillo. Will no se parecía a Bedelía y la mujer distaba de mostrar algún apego emocional por el niño. Nadie mostraba un real apego real por el niño, tal vez, de vez en cuando Abigail cuando le mostraba algún conejo y zorro que había despellejado.

 

Will era un niño demasiado solitario, demasiado opacado, demasiado pegado a su muñeco, los sirvientes eran sirvientes, ni siquiera Margot, era algo maternal o cooperativa con el niño; era Will contra el mundo, era Will contra la soledad, contra su empatía, contra su dolor, contra su soledad y su único escudo, era un muñeco que ahora estaba remendando por los abusos sufridos por Randall Tier.

 

Se coloco la bata que cubría todo su cuerpo y salió, debía caminar, beber agua, algo debía hacer, inclusive podría aceptar un buen whiskey en compañía de Margot, al pensar esto solo se pudo sonrojar y su mente divago un poco, al menos en pensar algo diferente, cuando paso por la habitación de Will.

 

Debía mirar al niño antes de bajar por algo de beber a la primera planta, puso una de sus manos sobre la madera de la puerta y la otra sobre el pomo. Ladeo la cabeza empujando un poco la puerta y sus ojos en fracción de segundos, se abrieron de manera grotesca.

Will estaba acurrucado en la inmensa cama. Con los tendidos oscuros alrededor de su cuerpo, pero no estaba siendo cobijado por su muñeco, por Hanny.

 

Había un hombre, un hombre estaba abrazando a Will, le sostenía contra su pecho, abrió su boca para gritar, cuando el hombre le miro.

 

Alana maldijo y quiso gritar, porque su grito quedo asfixiado en las manos fuertes del hombre que le agarro con fuerza, su cuerpo se estrelló contra una de las paredes más cercanas.

 

-Will está dormido- susurro una voz ronca y extranjera a su oído, el cuerpo era caliente, bien vestido, con el cabello rubio perfectamente peinado y unos ojos marrones con algún brillo rojo –no queremos que se despierte o ¿Sí? Señorita Bloom-

 

Luego su cabeza fue, no había forma de describirlo de otra manera, estampada contra la pared.

 

Y a ella le llego la oscuridad.

 

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

 

-Alana despierta…- le movió suavemente la pelirroja – Alana- se escuchó una voz lejana para Alana, le dolía la cabeza de manera intermitente.

 

- ¿Margot? - susurró quedo.

 

La otra mujer sonrió y la ayudo a sentar en su cama - ¿Qué sucedió? Te encontramos desmayada afuera de la habitación de Will-

 

Como pudo Alana abrió sus ojos y la miro - ¿la habitación de Will? - luego pareció tener un flash – Había un hombre, Margot- su voz era asustadiza, con tres tonos más arriba de su entonación vocal normal.

 

Margot negó dándole un té- Will solo estaba con Hanny, Alana, tal vez lo soñaste, has estado bajo mucho estrés, todo a sucedido rápido y …-

 

- ¿No me crees? - dijo escéptica – te estoy diciendo la verdad, había un hombre en la cama de Will, uno de carne y hueso y no un muñeco-

 

-te creo, creo que le viste, pero creo también que estas bajo mucho estrés, no solo por lo sucedido con Randall Tier, sino por la misma situación que ahora está viviendo Will, su empatía, su entorno, todo, por eso creo que viste, lo que deseaste ver- Margot se levantó acomodando su cabello rojo asomándose a la ventana- ¿Por qué viniste desde tan lejos a Baltimore? -

 

Alana estaba enojada queriendo refutar cada palabra, aunque con la pregunta quedo un poco desarmada - ¿Qué quieres decir? -

 

-vi tu curriculum en los documentos de la oficina de la Señora Bedelía, eres estudiada, demasiado, para ser una simple niñera, tu no estas para un trabajo como estos, sino para trabajar en un hospital, Alana, ¿Qué te hizo huir? -

 

Alana suspiro –jamás encontrare un trabajo de titular, nunca seré vista como una psicóloga de verdad solo por ser mujer, no al menos en este mundo, aquí, a menos puedo ayudar a William- se levantó - no sabes que es sentirse encerrada en una prisión que llamas cuerpo, ser minimizada solo por ser mujer, aun cuando tenga las capacidades para superar a los hombres, no puedo hacerlo-

 

Margot suspiro – Yo lo sé, se porque estas pasando- toco con su mano el vidrio frio de la ventana – mi hermano me humillaba, me golpeaba y me violaba desde niña, jamás pude decir nada porque él era varón y yo simplemente una mujer Alana y si, sé que es ser minimizada, vulnerada, gritar en la oscuridad y que nadie venga a ayudarte, que los golpes, la humillación y la violación, sean todo culpa tuya- suspiro y sintió como la mano de Alana cubría la suya, contra el vidrio de la ventana y se giró un poco, para mirar fijamente a la pelinegra y allí, fundirse en un beso suave, uniendo los labios lentamente en un beso, que si bien les supo a pecado, también les supo a gloria.

 

Y allí, en ese beso, Alana olvido por un momento lo que vio en la habitación de William Graham.

 

Por ese beso, acaba de olvidar casi todo.

 

o. O.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

Will estaba jugando con su muñeco con suavidad – no estuvo bien golpear a Alana, Hanny- dijo balanceándose en el columpio que había en el jardín – No es educado- le reto con suavidad - ¿Sabes que el inspector Crawford nos está vigilando? ¿Verdad? Eso es bastante descortés- sonrió besando las manitas del muñeco de porcelana, balanceándose de nuevo y escuchando una risa oscura en la profundidad del bosque y solo pudo balancearse más fuerte hasta donde alcanzaban sus piecitos.

 

o. O.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

Jack estaba fumando su pipa, cuando vio sentarse a Beverly – sé que vas a decir-

 

La mujer le miro y negó – no es lo que iba a decir, iba a decir que hay otro asesinato a las afueras de la ciudad, un ángel de carne suspendido en la nada- Jack se levantó y Beverly suspiro – creo que es un imitador, alguien que se siente identificado con el Destripador o en su defecto que quiere hacerle un homenaje-

 

El hombre de tez oscura le miro - ¿crees que es un imitador? Y si …-

 

La mujer se acercó a Jack haciendo resonar sus tacones contra el suelo – Ni pienses decir que Hannibal Lecter es el que está haciendo esto, tú lo asesinaste, le diste 8 disparos certeros en el pecho, dos de ellos atravesaron su corazón- le miro – Jack, no digas que es Lecter, lo plausible es lo que se ve y se siente, no hay historias de fantasmas- su voz era fiera.

 

El moreno le miro tomando el arma mientras salían a la escena del crimen – ¿sabes lo que dicen en la ciudad? ¿sabes cómo encontramos a Tier? ¿Ahora este asesinato? ¿Saben que dicen de ese niño? -

 

Beverly le miro y salió a su lado - Baltimore, es la ciudad universal de los asesinos en serie, no la cuna de Hannibal Lecter y es estúpido culpar a su hijo de los pecados del padre, ese niño es lo más inocente que dejo Lecter, un ángel sin culpa o mancha, que solo tiene la desgracia de compartir sangre con él-

 

Jack le miro y salió camino hasta el coche para dar rienda a la escena del crimen.

 

Era verdad, él había asesinado a Lecter luego que secuestro a Gideon y se lo comió, a él le había quedado una cicatriz permanente en su cuello y una amargura que rivalizaba con su odio por Lecter.

 

Debió haberlo atrapado vivo y ser entregado a la justicia como el monstruo insano y sediento de sangre que era, pero en cambio recibió las balas como si fueran regalos y falleció en su propia mancha de sangre.

 

Beverly tenía razón. Hannibal Lecter solo era un mito, una leyenda oscura que quedaba en Baltimore y sus días oscuros.

 

Hannibal Lecter solo era un maldito murmullo en la oscuridad y era ahora, que debía atrapar al maldito asesino que quería hacer un homenaje a un loco desquiciado caníbal.

 

Llegaron al fin a la escena del crimen.

 

Jack bajo del auto con su actitud severa e inflando su pecho, su color era un edicto para las burlas, y él se hacía respetar, a su lado Beverly actuaba como una secretaria seguidora, dejando a los hombres blancos ignorándola, sin saber que era un verdadero cerebro andante de las ciencias forenses, algo nuevo en el campo.

 

-Crawford-  se acercó uno de los agentes – encontramos ángeles… ¿te gustan los ángeles, Negro? - se burló, pero la risa y la burla no duraron tanto, Jack lo había tomado de las solapas del traje barato y lo empotro de manera anti natura.

 

-Brown- le siseo – vuelve a decirme negro y te aseguro que te travesare el cráneo con una pica, para demostrarte que tan negro soy-  le soltó para continuar, ganándose una sonrisa burlona del agente Brown.

 

-el trabajo con Lecter te afecto- se burló a la distancia.

 

Jack no dijo nada y camino para adentrarse más en el bosque – si hubieras sido tú, no hubieras salido vivo de su casa- aseguro entre dientes para luego enfocar su mirada en los ángeles piadosos y de carne que estaban en el claro.

 

Sus cuerpos estaban desnudos, un hombre, una mujer, una sincronía completa del cuerpo andrógeno de los ángeles.

 

No un hombre.

 

No una mujer.

 

Algo intermedio entre los dos.

 

Ambos tenían las manos pegadas por las palmas y arrodillados. Los músculos de sus omoplatos hablan sido levantados en el aire y sostenidos por hilos delgados, como un ángel abriendo las alas para su emancipación del cielo.

 

Jack camino con agilidad impensable en un hombre tosco de su tamaño. Los hilos estaban bien atados a los árboles, los parpados estaban abiertos antinaturalmente mientras donde deberían ir los ojos estaban cóncavos.  Los labios estaban unidos algún tipo de pegamento.

 

-están cuidado- dijo Beverly a su lado – están dando plegarias, no entiendo-

 

Jack alzo despacio su cabeza y miro hacia donde estaban colocados los ángeles, la vista perfecta de la mansión Lecter, se acercó a los ángeles y en el suelo de hojas vio una pequeña manta azul con un dibujo de perro, cualquiera hubiera pensado que no tenía nada que ver con la escena del crimen, pero Jack no, él analizaba cada cosa, cada objeto, tomo una rama tocando el dichoso objeto y podía reconocerlo, claro que reconocía la pequeña manta manchada de sangre – están dándole sus bendiciones y plegarias a William Lecter- aseguro tomando la pequeña manta, aquella que había hecho desistir al caníbal. Cerro los ojos recordado el llanto del bebe envuelto en esa manta, tan diferente al psicólogo extranjero. - el asesino está bendiciendo al Hijo de Hannibal Lecter-

 

Y un viento fuerte azoto los cuerpos para mostrar plenamente la mansión Lecter en la lejanía, encumbrada sobre las montañas.

 

Y Jack solo pudo pensar en el muñeco que sostenía el niño Lecter en sus brazos.

 

 

 

 

 

 *-*-*-* Continuara*-*-*-*

 

Hola, mucho tiempo sin escribir, pero realmente no tenía ganas, hace poco bueno no hace más de cinco meses falleció mi gatita, mi bebe y no me hallaba con humor de escribir o subir algo.

 

Besos… espero que les haya gustado y espero regresar sin que la tristeza me afecte.


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