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OBSESIÓN por Amaya Kurau

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III

COPOS DE NIEVE

 

 

 

Ese sueño venía una y otra vez a su mente. Zero sobre su escritorio totalmente desnudo y él entre sus piernas embistiéndolo con fuerza; aferrado a sus caderas disfrutando de su estreches, mordiendo la parte interna de su muslo saboreando el sabor de su piel y su sangre; y sobre todo, mirando la expresión en su rostro. Dios, en verdad quería ver esa expresión. En verdad lo quería suyo, completamente suyo.

Levantó la vista y miró al cazador. Éste se encontraba sentado en el alfeizar de la ventana que al parecer ahora era su lugar preferido en el despacho. Estaba hojeando un libro y parecía bastante entretenido. En cambio, él no podía sacarse de la mente ese sueño.

No era como que no hubiese soñado con él antes y menos de esa manera. Lo había hecho, tantas veces y de tantas formas que había perdido la cuenta. Pero hoy, hoy estaba ansioso.

Se llevó una mano al cuello y desató los cordones de su camisa. Sentía demasiado calor, su vientre cosquilleaba y no podía concentrarse. Incluso estaba percibiendo el aroma de Zero como si estuviese justo junto a él. Tan intenso, tan atrayente.

¿Acaso estaba en celo?, ¿Por qué de que otra manera podía ser posible que justo hoy lo deseara más que nunca? No, absurdo, él no era un animal; pero es que así se sentía y nunca antes había experimentado algo igual. Quizá se debía al estrés del trabajo, quería pensar; pero no ¿para qué mentirse?; todo se debía al hecho de que quería marcarlo para que ni Aidou, ni Yuuki, ni nadie se acercara a él. Quería llevárselo lejos, donde absolutamente nadie lo mirase, donde sólo estuviesen los dos, donde Zero simplemente…

Pero desafortunadamente no podía hacerlo y tampoco podía tener a Zero siempre y a toda hora consigo, aunque lo deseara; porque de lo contrario lo asustaría y él no deseaba eso. Por eso tenía que seguir moviendo sus piezas con calma; sin embargo, cada día le era más difícil controlarse. Justo hacia un par de semanas que se había percatado que su relación con Yuuki había mejorado pues ya no se trataban con tanta formalidad y él se había permitido una que otra vez sonreír. Pero justo ayer se había enterado que Aidou se había ofrecido a apoyarlo como su profesor particular. Saber eso hizo que sus celos aumentaran. Lo primero que quiso fue arrastrar a Zero hasta su habitación y encadenarlo a su cama, decirle que no necesitaba de Aidou, él podía enseñarle lo que fuera. Pero en cambio se reprimió. Quizá por eso soñó con él; y justo ahora sabía que bien podría tomarlo allí mismo.

Si, podría sujetarlo y llevarlo hasta su escritorio y tomarlo ahí. Arrebatarle la ropa y penetrarlo una y otra y otra vez hasta venirse en su interior. Hasta llenarlo de sí mismo. Hasta no poder más, igual que en su sueño. Cuanto deseaba poder sentirlo de toda manera posible. ¿Cómo sabría su cuerpo, su sangre, su semen? Quería saciar esa curiosidad.

¿Desde cuándo se sentía así?, ¿Desde cuándo deseaba a Kiryuu de esta manera?. Él no era así, él jamás había sentido tal deseo. Deseo que incluso era capaz de nublar su juicio. Él no era esa clase de persona.  ¿O sí lo era?

Cada día que pasaba no podía dejar de imaginar una y mil maneras de tomarlo. Al principio sólo imaginaba teniéndolo cerca y ahora que lo tenía cerca quería más de él. Quería dejar de pensar en él y a la vez deseaba más. Incluso desde un principio se había llenado de trabajo para dejar de pensar en él. Pero era imposible y al final sólo se llenaba de trabajo para no estar con Yuuki; porque del cazador, él no podía dejar de pensar.

Sin poder contenerse más, cerró la carpeta y se incorporó. Zero al percatarse de eso levantó el rostro hacia él.

-   Ey Kuran. ¿Sucede algo?

-   Saldré un rato –. Zero dejó el libro a un lado y se levantó.

-   ¿A dónde iremos?

-   Tu no vienes – le respondió tajante.

-   ¿Qué?, ¿Por qué?... soy tu guardián.

-   No te necesito. Estaré bien. Continúa leyendo.

Dicho esto, salió del despacho aprisa. Zero miró la puerta sin comprender que había sucedido.

-   Maldito vampiro caprichoso.

Fue lo que Kaname le alcanzó a escuchar, pero decidió ignorar aquello y cruzó el pasillo y luego el vestíbulo aprisa y comenzó a subir las escaleras.

-    ¿Kaname?

Al escucharla, a su pesar se detuvo y se giró. Yuuki estaba parada al pie de las escaleras. Tenía las mejillas ruborizadas. Entonces se percató que era la primera vez que ella lo llamaba sólo por su nombre. ¿Era eso lo que la había avergonzado?, que ridiculez.

-   Yuuki, lo siento, no te vi. ¿Sucede algo? – preguntó mientras descendía los peldaños.

-   Eh… no. Solo que quería hablar contigo.

-   ¿De algo en particular?

-  Si… eh… bueno, en un par de meses vamos a cumplir tres años viviendo juntos y quería que…

Ella se detuvo y sus gestos se tornaron tímidos. Al ver aquello una sensación de hastió lo invadió a él, pero de inmediato lo siguió una de culpa. No recordaba en absoluto aquel dato. Últimamente no recordaba nada relacionado con Yuuki aparte de su seguridad. ¿Así que eran casi tres años?, ¿Por qué parecía entonces que era una eternidad?...

-   Si. ¿Estás pensado en algo en especial?, ¿Una cena quizá o talvez…

-    No… no quiero nada de eso…

-    ¿No?, ¿entonces?

-   Sé que tienes demasiado trabajo que casi no hemos estado juntos. Pero en verdad deseo que nos tomemos unos días los dos solos.

-   Yuuki, creo que…

-   Has estado tan ocupado que no había encontrado el momento oportuno para sugerírtelo.

A Yuuki parecía estarle costando mucho decir aquello. ¿Cómo era posible?, tal pareciera que aún no se acostumbraba. Pero, ¿podía siquiera reprochárselo?, hacía meses que no la tocaba en absoluto.

Pensaba en eso mientras veía a la castaña, cuando sintió la presencia de Zero y entonces levantó la vista. El cazador llegaba al vestíbulo en ese momento y los observaba.

-   Yuuki… el vestíbulo no es el lugar indicado para hablar de eso. Si..

-   ¡¿Entonces cuál es?!, ¡¿a qué hora?!, ¡hace meses que…

La joven al darse cuenta que había elevado la voz y de lo que había dicho, guardó silencio y lo miró a los ojos. Él permaneció inmutable. Entonces ella hizo una ligera reverencia.

-   Lo siento… yo…

-   Está bien Yuuki, hablemos más tarde…

Fue entonces que ella también se percató de la presencia de Zero y con un rubor más intenso, se dio la vuelta y se retiró por un pasillo en sentido contrario a donde el cazador se encontraba, sin saludarlo siquiera. En cuanto a él, miró al cazador quien lo observaba impasible. Completamente irritado, pero sin mostrar alguna expresión al respecto, se giró y subió las escaleras rápidamente.

 

 

Al entrar a su habitación cerró la puerta con seguro y se quedó recargado sobre ella. Por culpa de ella Zero estaba molesto con él. No lo había demostrado, pero estaba seguro que así era. Zero lo juzgaba y estaba molesto, después de todo, Yuuki era alguien importante para él.

Apretó los puños con fuerza y se dirigió hacia el baño mientras se iba retirando, casi con desesperación, la ropa. Al llegar allá, abrió la ducha y de inmediato se metió en ella. Las frías gotas cayeron como alfileres sobre su piel, pero no le importó. El calor que emanaba de él parecía que sería capaz de evaporarlas.

-   ¿Qué se supone que fue eso?

Al escuchar esa voz se giró sobresaltado. En el dintel de la puerta se encontraba Zero, con los brazos cruzados y mirándolo con cierta diversión. Su corazón se agitó y comenzó a latir más rápido; pero no sólo éste reaccionó. Se giró y le dio la espalda al cazador ya que su miembro también estaba despertando.

-   ¿Qué… qué haces aquí?

-   Solo quería saber qué le sucedía al gran Kuran Kaname para tratar de esa manera a su amada Yuuki.

-  Que descaro, ¿y por satisfacer esa curiosidad invades mi intimidad?, me estoy duchando, sal de aquí. El que seas mi guardián no significa que…

-   No tienes nada que me interese.

La voz de Zero por alguna razón sonó más cerca, pero no se atrevió a voltear.

-    Entonces márchate, no estoy de humor para bromas Kiryuu.

-   ¿Ah no?             

Esta vez sintió el aliento de Zero en su cuello; lo cual le arrancó un suspiro y sin poder contenerse más. Se giró y sujetando a Zero por un brazo lo atrajo bajo la regadera y lo impactó con fuerza contra la pared. Tanta que ésta se fracturó ligeramente. Zero sonrió y lo miró aún más divertido. El agua mojaba rápidamente su cabello y su ropa. Él frunció el ceño. ¿Qué estaba haciendo?...

-   ¿Qué haces Zero?... ¿acaso intentas seducirme?

-    Podría ser…

-   ¿Qué?

-   Podría ser que esté seduciéndolo, sensei.

Ante esas palabras Kaname no pudo contenerse más, al diablo todo.  Se apoderó de los labios del joven y al instante fue retirando, no, más bien fue arrancando su ropa mojada arrojándola lejos; sin dejar de besarlo y acariciarlo.

-   Kaname…

Que fantástica y excitante sensación le provocaba escuchar su nombre de boca de Zero. Era una pronunciación tan erótica. Giró al muchacho con brusquedad contra la pared y separando sus glúteos comenzó a restregar su miembro totalmente duro y enhiesto contra él.

-   Zero… Zero…

-   Ah… Kaname… hazlo… hazlo ya… mételo…

Dios, ¿Zero era capaz de hablar de esa manera?

Sin dudar ni un instante atendió las suplicas del joven y atrayéndolo hacia si por la cintura dirigió su miembro hacia él y comenzó a penetrarlo.

-    Hugh… Ze…Zero...

-    Ahhh… Kana…me…

Contuvo la respiración. Esa estreches era maravillosa. Si no se contenía se vendría y no, todavía no; quería disfrutar eso que tanto deseaba.

Cuando estuvo completamente en el interior del joven, éste se inclinó hacia atrás y recargó su cabeza sobre su hombro buscado su rostro. Él no dudo, se inclinó sobre él y comenzó a besarlo para así poder contenerse.

-    No tienes idea… cuanto he deseado esto… Kaname

-    ¿En verdad?

-    Si… estaba tan celoso de Yuuki…

-   Zero… yo también estaba celoso… y tampoco podía contenerme más…

-    Muévete Kaname… quiero sentirte por completo ya… lléname de ti…

Al escuchar eso, se abrazó al joven y comenzó a embestirlo con fuerza y necesidad. Ya no importaba nada, nada ni nadie.  Zero era suyo, solamente suyo.

Mientras embestía, el joven buscaba asirse a algo. Sus pies apenas y tocaban el piso y sus dedos se oprimían con fuerza contra el mármol, pero él ya no podía detenerse, continuaba golpeando con fuerza deleitándose en los sonidos indecentes que eso provocaba; perdiéndose en el éxtasis de las sensaciones, adorando los gemidos que surgían de la garganta del cazador y que era él quien los provocaba.

Besó la espalda del cazador hasta llegar a su cuello. Entonces éste separó uno de sus brazos de la pared y la llevó hasta su nuca atrayéndolo.

-    Ahí… justo ahí… si… ahhh… Kaname…. Si…

Complacerlo no era un problema, embestía sin piedad uniendo sus gemidos a los de Zero.

-   Voy… voy a caer… no puedo mantenerme en pie… aahh… Kaname… Kaname… voy a caer…

Sonrió al escuchar eso, así que bajó el ritmo y separó a Zero de la pared y lo llevó contra el piso sin salir de él. Levantó sus caderas y cerrado los ojos volvió a aumentar el ritmo disfrutando del inmenso placer. Una y otra y otra vez. Lo embistió con toda la desesperación que sentía, con todo el deseo contenido; hasta que se inclinó sobre su cuerpo y una implosión de energía le hizo descargar todo en su interior.

 

 

Abrió los ojos respirando con dificultad, inclinado sobre la pared sosteniéndose de ella con una mano y con la otra su miembro. El agua arrastraba el semen de entre sus dedos hacia el piso. Sus ojos estaban nublados por el placer y su cuerpo presentaba ligeros espasmos a causa del orgasmo.

Había experimentado nuevamente un intenso placer; pero de igual forma ahora experimentaba nuevamente cierta frustración.

Esa había sido una fantasía más. Realmente deliciosa, pero al final de cuentas fantasía. ¿Cuánto tiempo podría seguir controlándose con ellas?. Ésta había sido casi real. Su mente nublada casi se lo había hecho creer. Pero, ¿Zero actuando de esa manera?... aunque, podría ser… ¿Cómo sería Zero en la cama?

Sonrió y levantó el rostro hacia el techo dejando que el agua se llevara los últimos restos de lo sucedido. Después, ya más tranquilo y relajado, terminó de ducharse y salió de la regadera.

Una vez en su habitación se sentó en su cama y abrió el cajón de su cómoda buscando el pastillero. Lo tomó y vació el contenido en su boca. Si más la imagen de Aidou vino a su mente.

 

 

 

-    Kaname sama, aquí está lo que me solicitó. ¿Está bien?

-   Si, son suficientes, gracias – el noble asintió - … Aidou, supongo que no tengo que recordártelo ¿cierto?

-   Por supuesto Kaname-sama. No es de mi incumbencia.

-   Bien –. Tomó el frasco y lo guardó en el cajón de su escritorio.

-   ¿Sucede algo más?Ñ

-    Si, bueno, es sobre Kiryuu-kun.

-   ¿Qué sucede con él?

-   Quería informarle que he tomado a Kiryuu bajo mi tutela.

-   ¿Tu tutela?

-   Si, él ya ha perdido un año en preparatoria y otro en universidad, por lo que ahora desea avanzar lo más rápido posible y ponerse al corriente, sin embargo, le está costando un poco.

-    Debido a sus funciones como mi guardián.

-   Bueno, él no piensa descuidar su trabajo, pero...

-   Comprendo. Sin embargo, creo que no es buena idea. Ya tienes suficiente con la investigación que te he encomendado y con los estudios de Yuuki.

-    Kaname-sama, no hay ningún problema....

-   No te preocupes por Kiryuu, Aidou. No sabía que estaba teniendo problemas con sus estudios, así que me responsabilizare y seré yo quien lo tome bajo mi tutela.

-    ¿Usted Kaname-sama?

-    Si, supongo que no estarás dudando de mis capacidades ¿cierto?

-    Por supuesto que no. Yo jamás haría eso.

-   Entonces está dicho. Quiero que te enfoques en investigar esas tabletas y en Yuuki. Deja a Kiryuu a mi cargo.

-     Pero…

-    Si te preocupa que él no esté de acuerdo, no lo hagas. Después de todo soy su mejor opción.

-     No es eso, es que usted ya tiene demasiado trabajo y…

-    Kiryuu pasa la mayor parte del tiempo conmigo, y muchas veces se aburre porque dice que sólo pierde el tiempo; así que podríamos emplear ese tiempo.

-    Si, supongo que tiene razón. Entonces se lo diré.

-    No te preocupes, lo haré yo mismo

-    Está bien, entonces con su permiso –. Pudo ver en el rostro de Aidou cierta decepción y no pudo menos que sonreír internamente.

 

 

Suspiró y se incorporó de la cama. Comenzaba a sentir los efectos de las tabletas. Si Yuuki se enteraba que las consumía, ¿se molestaría?… mejor era no pensar en eso.

Se acercó a la ventana y entonces lo vio. Kiryuu aguardaba frente a la escalinata principal. Eso sí era un problema. De seguro lo estaba esperando ya que dijo que saldría y conociendo lo terco que era no estaría dispuesto a quedarse. Bueno, nunca dijo que saldría por trabajo, quizá podría llevarlo a ese bar e informarle sobre su tutoría. Sonrió ligeramente.

Ahora Zero pasaba gran parte de su tiempo con él y eso no lo cansaba a él para nada, de hecho, cada día deseaba que fuese más, que todo su tiempo fuese suyo y que el día no terminara. Zero era su guardia y el sería su tutor.

Pensaba en esto cuando repentinamente frente a sus ojos varios copos de nieve descendieron meciéndose lentamente. Entonces levantó la vista. Más de ellos comenzaban a caer. Esa era la primera nevada del año. Sonrió y bajó la vista hacia Zero, él también veía los copos de nieve caer; pero pronto sus ojos se encontraron. Zero por primera vez no rehuyó su mirada y entonces supo que podía hacerlo.

 

Siguiente movimiento, atraparlo.

Notas finales:

¿Qué tal?, dos fic actualizados hoy.


Espero que el capitulo de éste haya sido de su agrado. No duden en comentar. Sé que tardo en responder pero leo todos los reviews. Muchas gracias de antemano y hasta pronto.


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