Seungcheol y Jihoon bajaron las escaleras de la terraza en completo silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. Cuando llegaron a la primera puerta, el mayor se disculpó con Jihoon y se encaminó al baño para arreglarse un poco. Se lavó la cara, las manos y se comió una menta, para tratar de disimular un poco el olor a tabaco. Igualmente procuraría no acercase mucho a los miembros.
Antes de entrar a la sala de prácticas tomó aire y dio un largo suspiro, era hora de poner orden y lo sabía. Una vez que abrió la puerta encontró todo en el mismo lugar en el que lo había dejado. Salvo por la mirada reprobatoria, aunque no nueva, de Jeonghan sobre él y ahora también, la de Jihoon. La del último no era tan severa como la de Jeonghan, pero estaba cargada de algo similar a decepción… pero lidiaría con eso más tarde. Al parecer, la situación se había normalizado en su ausencia, aunque todavía quedaba vestigios de un ambiente tenso, todos los miembros trabajaban con mucho empeño, tanto en la música como el baile ya que sabían que con el debut a la vuelta de la esquina no podían perder tiempo en riñas infantiles.
Ya eran alrededor de la una de la madrugada, por lo que Seungcheol dio por finalizada la práctica de ese día. Generalmente, en esos días solían terminar como temprano a las cuatro de la mañana, pero a juzgar por los recientes eventos era mejor para todos tener una buena noche de sueño y así aclarar sus ideas. Todos comenzaron a juntar sus cosas para poder partir hacia el departamento; todos menos Jihoon.
— Hyung, voy a quedarme a trabajar un poco más en la composición, hay algunas cosas que quiero arreglar todavía— Seungcheol vio sus ojeras, notó el cansancio en su voz, pero con un leve movimiento de cabeza dio su aprobación.
— Cuando termines llama un taxi o si necesitas algo me llamas al teléfono— Jihoon murmuró un leve ‘sí, Hyung’ y se encaminó a la sala de producción por su cuenta. Aunque ya era una costumbre el que pequeño se quedara por su cuenta en las instalaciones de Pledis, Seungcheol sintió que esta ocasión por alguna razón era distinta.
Una vez que todos en el departamento, los miembros cenaron y se alistaron para descansar. Jeonghan no le dirigía la palabra a Seungchel y este último no iba a ceder tan fácilmente. Estaba cansado de ser tratado como un niño, él ya era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones aunque a no todo el mundo le gustasen y por más que considerada a Jeonghan un amigo muy preciado, no iba a cambiar de opinión. Perdido en sus pensamientos, no se percató que era el último despierto en la sala hasta que la puerta se abrió con mucha suavidad. Jihoon entró muy despacio, tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie. Se sorprendió al encontrar a Seungcheol sentado en el sofá, sólo.
— Jihoon-ah, llegaste temprano. —Fue lo primero que salió de su boca. Sabía que era una oración un poca tonta, claro estaba que no era temprano.
— Van a ser las cuatro de la mañana, Hyung…—Le contestó Jihoon sonriendo un poco mientras se acercaba al sofá para sentarse. — ¿Qué haces despierto a esta hora igualmente? Podrías estar durmiendo.
Sabía que lo decía con buenas intenciones, pero en el fondo pudo notar un dejo de envidia. Era apenas visible pero él lo vio, descubrió que Jihoon sentía un poco de celos por una cosa tan insignificante como dormir un poco más, pero sabía a lo que se refería.
— ¿Estás cansado no, Jihoon-ah? — El pequeño solo bajó la cabeza, sintiéndose descubierto. — Lo entiendo. Estas bajo mucha presión por tu cuenta, produciendo nuestra música, trabajando hasta tan tarde por todos nosotros… y yo acá, haciendo nada, escapando de los problemas. Perdón, Jihoon. —No sabía a qué se debía, pero sentía muchas ganas de disculparse con el pequeño. Era consciente de la presión bajo la que estaba, sabía que producir un álbum y tener el futuro del grupo bajo el ala era algo que por momentos lo colmaba. Lo sabía y él no estaba haciendo nada al respecto como líder. Lo poco que podía hacer lo iba a hacer. Primero, pedirle disculpas.
El pequeño no le respondió. Solo bajó la cabeza a tal punto que sus ojos ya no eran visibles. Seungcheol esperó. Esperaba alguna respuesta, algún grito o un ‘sí, eres pésimo’ o tal vez un ‘todo va a salir bien’, pero nada sucedió. De un momento a otro el cuerpo de Jihoon dio un salto involuntario, seguido de otro y luego otro. Confundido, se acercó hasta quedar al lado de Jihoon en el sofá y ahí cayó en la cuenta que no eran saltos involuntarios, Jihoon estaba llorando. Sin decir nada, sin emitir sonido el menor se desmoronó delante del líder. La presión que sostenía era inmensa y el solo escuchar que alguien lo veía y se daba cuenta de todo lo que estaba haciendo, lo había tocado en lo más profundo sacando a flote sus emociones.
Seungcheol no sabía cómo reaccionar ante la situación. Jihoon estaba desmoronado delante de él. Con mucha torpeza lo único que se le ocurrió fue envolverlo en un abrazo, un tanto incómodo. Dos segundos después recordó lo poco que le gustaba el menor el contacto físico y decidió romper el abrazo pero antes de que pudiera hacerlo, Jihoon se abrazó a él sin poder contener su llanto. El pequeño seguía sin emitir sonido, no podía armar una frase para poder expresar lo que le pasaba, pero Seungcheol entendió. No hacía falta que le dijera nada. Siguieron así, abrazados, hasta que Jihoon pudo serenarse y hablar.
— Perdón Hyung…—Fue todo lo que pudo decir. En su mente había muchas cosas, muchas frases empezadas pero sin terminar, preguntar sin respuesta pero nada más salió.
— Yo soy el que te debe una disculpa, no deberías cargar con todo por tu cuenta. —Estaban toda muy cerca el uno del otro, se habían separado solo para hablar pero sus cuerpos seguían casa pegados. Ninguna le prestó mucha atención, estaban cómodos.
— Sé que es mi lugar, aunque a veces me gustaría poder descansar un poco. —Lo dijo con tanta sinceridad y cansancio que a Seungcheol le dolió. No tenía por qué ser así.
— Creo que podemos encontrar una solución, —Le contestó con una sonrisa— tal vez no sea la mejor, pero te doy mi palabra que no vas a estar solo en esto.
Sin esperar respuesta volvió a abrazarlo, esta vez sin llantos de por medio. Esperó unos segundos a ver si al estar un poco más calmado lo rechazaba pero no fue el caso. Con suavidad, Jihoon se abrazó a él otra vez tratando de relajarse y confiar en la palabra de Seungcheol.