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Venganza por Naruto25Uchiha

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Notas del capitulo:

Hola aquí les traigo un nuevo capítulo de esta historia, gracias por sus comentarios, quiero aaclarar algo, la historia va conforme sale de mi imaginación, se que es medio rara pero yo no quiero nada cliché es por eso que busco la variedad en fin. AAgradezco sus ccomentarioslos aprecio y lamento no contestarlos pero mi internet es inestable asi que solo aprovecho para actualizar. 

—Hasta donde planean llegar con todo esto?— pregunto con calma, un hombre de cabellos color plateado el cual cubría la mitad de su rostro. 

 

—Hasta el final...— respondió Naruto.

 

Aquella reunión se llevaba a cabo en la vieja residencia de los Namikase. 

 

—¿Estás seguro?— hablo un joven de no más de veintiocho años, cabellos castaños con una cicatriz que cruzaba su nariz. 

 

—No tenemos dudas...— hablo Naruto mirando fijamente a los dos invitados. 

 

—Ellos no tienen la culpa de nada— hablo Iruka. 

 

—Son sus hijos...— 

 

—Esa no es una excusa...— rebatió el joven de cabellos castaños —Es mejor que se detengan a tiempo antes de que sea demasiado tarde...— miro fijamente los ojos azules —Hay cosas que ustedes aun desconocen de Itachi y Sasuke...—

 

—Iruka...— hablo el peliplateado, tratando de calmar a su pareja. 

 

—Lo sabemos todo de ellos...— sonrió el ojiazul —¡Todo...!— aquella azul mirada tan cargada de odio fue algo que jamás Iruka imagino ver en Naruto —Ya saben lo que tienen que hacer...— se levanto dándoles la espalda —Ya el final de esto se acerca...— los miro por encima del hombro —Y nada cambiará, el destino de ellos y Fugaku esta decidido... Espero ya todo este arreglado...— sin más palabras se retiro. 

 

—Ya no es el mismo...— hablo Kakashi agarrando la mano de su pareja —Desde aquel día—

 

—Tal vez hubiera sido mejor dejarlos...— se silencio unos instantes —Nunca imagine que ellos fueran capaz...— 

 

—Ya no hay marcha atrás Iruka— 

 

—Lo se Kakashi...— lo miro fijamente un suspiro de resignación escapo de sus labios. 

 

—Vamos tenemos que terminar con el encargo...— 

 

~

 

Corría a todo lo que daba sus piernas, su corazón estaba acelerado pero por donde miraba solo había árboles, la luz de la luna era lo único que alumbraba su camino, una fina capa de sudor cubría su piel, sabía que estaba corriendo en círculos pero era lo único que podía hacer ese lugar era desconocido, por más que corría no llegaba a ningún lado sus piernas comenzaron a doler se detuvo recostando su cuerpo en el tronco de un gran árbol, dejándose caer. 

 

—¡Maldición!— sus puños se apretaron con fuerza, estaba perdido en medio de un bosque, un frío viento recorrió su cuerpo logrado erizar cada parte de su piel, después de escapar de las garras de Deidara mientras dormía lo único que había logrado agarrar fue sus bóxer y una camisa.

 

Sentía frustración al no saber que hacer ante esa situación, no entendía de porqué tanto odio dirigido a su hermano y el. Por más que buscaba una explicación lógica no la conseguía. 

 

—¿En serio creíste que podrías escapar?— un escalofrío recorrió el cuerpo del azabache al escuchar la voz del rubio, miro en todas las direcciones y no vio a nadie —Creíste que caería en tu trampa de seducción...— esa voz era suave, su pulso se aceleró a puntos insospechados. 

 

Cerró sus ojos negros al sentir algo frío en su frente, sin duda era una pistola. 

 

—Dispara...— lo miro fijamente sin un ápice de miedo —¡Dispara!— repitió desafiante —No pienso volver al maldito encierro...— sus puños se apretaron —No quiero que tus sucias manos me vuelvan a tocar...— sus negros ojos dejaban ver el odio que sentía —Me das asco— con fuerza le dio un fuerte manotazo apartando la pistola de su frente. 

 

Ahora o nunca, con todas sus fuerzas reunidas en su puño, golpeó el rostro del rubio, el cual retrocedió varios pasos, el azabache no se espero con rapidez comenzó a correr. 

 

—Comienza el juego del gato y el ratón...— sonrió el rubio escupiendo sangre. 

 

Se acerco hasta donde había caído el arma agarrándola. Comenzó a caminar con total tranquilidad el conocía a la perfección aquel bosque, solo había un camino para salir de el. 

 

~

 

Se encontraba de nuevo en aquel cuarto recostado en la cama, amarrado de manos, parecía un muñeco sin vida, sus ojos negros se veían vacíos, en menos de tres días su vida cambió, ver como su padre había quemado viva a su madre le había terminado por destrozar, estaba pagando las culpas de otros sin el saberlo. 

 

—¿Cómo te sientes?— pregunto Naruto colocando una bandeja con comida sobre la mesita de noche, para después sentarse al lado de su prisionero. 

 

—¿De verdad te importa como me siento?— contesto sin siquiera mirarlo —¿Porque no terminas este maldito juego de una vez...?— 

 

—¿Cuál juego?— desató las manos del azabache —Come algo te vas sentir mejor...— el ojinegro podía sentir la burla en esas simples palabras. 

 

Ahora más que nunca tenía que salir de ese lugar, aclarar cada maldita duda que atormentaba su mente, y acabar de una vez por todas con ese maldito juego en el cual fue metido, sin motivo. El tenía un carta a su favor y si sabía jugarla terminaría siendo el vencedor. 

 

Con algo de esfuerzo logro suavizar sus facciones, y sin que el rubio se lo esperara lo jalo por la camisa juntando sus labios en un beso demandante, apasionado, lleno de lujuria y desenfreno, un beso de los que logran robarte hasta la última bocanada de aire, sus leguas jugaban en una batalla por dominar la contraria, y aunque no tenía mucha experiencia aprendía bastante rápido, el preciado aire comenzó a escasear logrando separarlos, un ligero tono carmesí adornaban las mejillas pálidas del azabache. 

 

Con tranquilidad desabrocho cada botón de la camisa del rubio, acariciando la piel en el proceso. 

 

—¿Que pretendes Sasuke...?— pregunto el rubio sintiendo como su cuerpo se erizaba ante las sutiles caricias. 

 

—Siempre estuve enamorado de ti— lo miro fijamente —Desde el primer momento en que te conocí— confesó —Odie a mi padre cuando sin explicación alguna me prohibió acercarme más a ti...— se sentó sobre las piernas del rubio el cual escuchaba con atención las palabras dichas por su víctima, palabras que sabía con certeza que eran sinceras —Me amenazó con enviarme a una escuela militar, al igual que a Itachi— recostó su cabeza en el hombro del rubio, cerró unos segundos sus ojos al sentir las manos del rubio cerrarse en su espalda en un abrazo —El fue el que más sufrió ya que el tenia una relación sentimental con tu hermano...— un ligero temblor se apoderó se su cuerpo —Meses después de alejarnos de ustedes, nos dio la noticia de que nuestra madre nos había abandonado por otro hombre...— un suspiro escapo de sus labios, sus ojos comenzaron arder pues ya sabía la verdad —El se volvió más cariñoso con nosotros...— 

 

—Sasuke...— apretó más su abrazo al sentir su hombro mojado. 

 

—Unos años después nos enteramos que ustedes los Namikase habían desaparecido después de robarle a mi padre gran parte de su fortuna...— limpio las lágrimas que habían escapado sin permiso de sus ojos —O al menos eso fue lo que nos dijo...— finalizó, levantó su rostro mirando fijamente esos azules que esos momentos le recordaron aquel niño del que alguna vez llegó a enamorarse —Jamás imagine volver a verte...— recorrió con su dedo una de las cicatrices en la mejilla del rubio —Convertido en una persona fría y calculadora capas de hacerme tanto daño...— mientras hablaba no dejaba de mirar los ojos del rubio. 

 

—El final de esta historia ya está escrito Sasuke...— agarro la barbilla pálida juntando por leve segundos sus labios —Me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes— una pequeña sonrisa se poso en sus labios —Pero ya es demasiado tarde y no hay marcha atrás...— dio por finalizada la conversación. 

 

Un nuevo beso dio inicio a lo que sería un encuentro diferente entre víctima y agresor. 

 

Las manos del rubio recorrían la piel llena de moretones, llenándola de ardientes besos, recorriendo con su lengua cada herida, marcado ese pálido cuello como de su propiedad, esta vez quería ver a Sasuke retorcerse de placer. 

 

Las manos pálidas se aferraban con fuerza a las sábanas, al sentir como esa lengua lamia su pene, mantenía sus ojos cerrados y mordía su labio para evitar que algún sonido escapara.. 

Era increíble que estuviera disfrutando con el que lo torturó horas atrás. Pero el cerebro es traicionero y ante el peligro reacciona de maneras inimaginables. 

 

Con algo de esfuerzo logro detener al rubio el cual tenía una mirada llena de deseo, sin palabras Naruto entendió lo que su prisionero quería, terminó por quitarse lo que quedaba de ropa mostrando su más que despierto pene, se recostó en la cama, mientras que el azabache se sentaba en sus caderas, comenzando con lentos movimientos que los estaban enloqueciendo del placer, compartiendo besos apasionados, las acanaladas manos apretaban con fuerza las nalgas del azabache, el cual se levantó un poco y con la ayuda del ojiazul se penetro de una sola vez. Un dolor fuerte le recorrió su cuerpo, aún estaba lastimado en esa zona. 

 

Mientras que Naruto solo sentía un placer desbordante, el interior de Sasuke era sumamente apretado. 

 

Aún sentía dolor, pero eso no le impidió comenzar a moverse con lentitud, subiendo y bajando de forma pausada, sus ojos negros no perdían movimiento alguno del rostro de Naruto, los movimientos se tornaron un poco más rápido conforme el dolor iba disminuyendo, sus manos estaban apoyadas en el pecho del rubio dándose impulso en sus movimientos. 

 

Con rapidez el ojiazul invirtió los papeles ahora era Sasuke el que estaba acostado en la cama, sintiendo las fuertes envestidas de Naruto, su cuerpo se retorcía al sentir como una y otra vez tocaban ese punto que le hacía olvidar el dolor por completo y solo concentrarse en el placer, con su mano derecha halo de la nuca al rubio para juntar sus labios, evitando a toda costa que algún sonido fuera de lugar escapara sin autorización de su boca. 

 

Sin que el rubio se diera cuenta, el azabache había estirado su mano izquierda a pesar los movimientos logró agarrar lo que buscaba, cerrando su puño con el objeto entre sus mano. 

 

El final se estaba acercando, y las envestidas eran bastante salvajes, con una de sus manos comenzó a estimular el pene del azabache, su azul mirada estaba fija en los negros, ese sin duda alguna era un encuentro que quedaría grabado en su alma y su piel. 

 

—Naruto...— no pudo evitar que ese nombre saliera de sus labios al sentir el inminente orgasmo recorrer todo su cuerpo, manchando ambos vientres, contrayendo su entrada logrando que el rubio también acabará inundando con su semen todo su interior.

 

Agotado Naruto se recostó aún lado de la cama, tratando de normalizar su agitada respiración manteniendo sus ojos cerrados, sentía una sensación extraña recorrerle el cuerpo y los pensamientos se acumularon en su mente, dudas comenzaron adueñarse de su cerebro. 

 

—Quieres más...— hablo aun sin abrir sus ojos, pues sintió como el azabache se subía de nueva cuenta sobre su cuerpo —Si me vas a matar no lo dudes antes de que mi cordura regrese... es la única manera de salir con vida de aquí...— los ojos negros se abrieron con sorpresa. 

 

Aún así levanto su mano la cual empuñaba la navaja del rubio, era su oportunidad de vengarse de todo el daño sufrido. Los ojos del rubio se abrieron chocando con los suyos era el momento de la verdad.

 

Un corte preciso y certero. 

 

~

 

Ya no podía correr más, sus piernas le hicieron caer, sentía demasiado dolor en ellas, su garganta estaba seca su corazón acelerado, sabía que estaba acorralado por Deidara. 

 

—Te encontré...— con precisión apunto la frente de Itachi. 

 

—No tienes...las agallas... para jalar ese gatillo...— lo miro desafiante —Eres un... cobarde...—

 

—Eso crees...— sonrió con maldad mirando fijamente los ojos negros de Itachi.

 

—Cobarde...— cerró sus ojos estaba demasiado agotado.

 

—Quien es el cobarde...— hablo al mismo tiempo que soltaba un disparo. 

 

Consumando por fin la venganza que tanto anhelaba... 

Notas finales:

No me odien... Nos vemos en la actualización. 


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