Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No creo en el destino por CosmosLycoris

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por darle oportunidad a esta historia, estoy muy anímada con ella así que estoy escribiendo más rápido de lo que creí. 

Disfruten del capitulo tanto como yo disfruté al escribirlo.

Al día siguiente al despertarme miré el hematoma, se veía ligeramente mejor. Después de tantos días logré dormir más de seis horas y a decir verdad me sentía con mucha energía, más animado de lo normal. Siento como si estuviera de vuelta a la vida normal de cualquier persona y justo para la ocasiones, saliendo de mi casa, en mis auriculares sonaba “Back in Black” de AC/DC. Llegué temprano a la escuela, aproveché y saqué mi celular, de él colgaba el llavero en forma de dinosaurio. Al mirarlo recodé la escena romántica que se formó ayer cuando Kuroo besó mi bazo, me sentí totalmente avergonzado y eso se reflejaba con mi rostro caliente y un revoltijo en el estomago. Me sentía como en una montaña rusa en descenso, sin cinturón de seguridad… Despejé mi mente dándome unas palmaditas en la frente.

-Deja de pensar en cosas inútiles.

Me dije para tranquilizar mi pensamiento y mi cuerpo. Entré al internet de la cual robé la contraseña, me metí en las redes sociales y dejé un post sobre que vi la película de Jurrasic World. Después solo bajaba las noticias a ver si salía algo interesante, de un momento a otro noté algo familiar, en la página de un videojuego que se puso popular entre los jóvenes, el cabello de color bicolor de alguien que conozco. Regresé a aquella publicación y al darle click reconocí al chico de cabeza de flan. Redactaba sobre el creador de aquel juego, se volvió muy famoso y daría una conferencia en Alemania. Quedé bastante extrañado, ¿Kenma era el que estaba detrás de esa aplicación de la que tanto hablan? Recordé que Hinata lo llegó a mencionar en algún momento, decía que nunca podía pasar el último nivel. No pude acabar de leer la información porque el maestro entró de pronto, así que escondí rápidamente mi celular y así inició la clase. Estaba muy intrigado por esa historia y quería preguntarle a Kuroo al respecto, aunque por otra parte, recordé que al mencionar a su amigo de la infancia le veía algo abatido. No me gustaría fastidiarlo con algo incómodo pero no me agrada quedarme con la duda.

Las siguientes horas parecieron eternas, justo ese día me tocaban las materias más pesadas y el último maestro antes de la hora del almuerzo dejó un sinfín de tareas. Dejé escapar un largo respiro al mismo tiempo que sonaba el timbre que avisaba la hora del almuerzo. Me imaginé que Kuroo me iba a encontrar por sí solo, así que me dirigí al comedor. Me formé en la fila para comprar algo de tomar, pedí lo mismo: jugo de fresa con naranja. Fui a una mesa vacía y me senté, me extrañó el aun no avistar al chico molesto, saqué mi celular con la esperanza de mandarle un mensaje y me percaté de que no tenía su contacto.

-Se lo debo pedir.

-¿Pedir qué a quién? ¿No estarás pensando en cambiarme verdad?

Kuroo apareció de la nada detrás de mí y tomó asiento. Llevaba una chaqueta de color carmesí, parecía que tuviese una colección de chaquetas porque siempre se ponía una distinta.

-Por cierto, ayer quería pasarte mi número de teléfono pero el autobús apareció de pronto. No aceptaré un “no” por respuesta.

<<Justo en eso estaba pensando idiota>>, dije en mi cabeza. Le di mi número y viceversa.

-Genial, ahora podré molestarte aun más.

-Por favor, pórtate como el adulto que eres a menos que no quieres que bloquee tu contacto.

-Sabes que eso no es posible pero haré que tú mismo necesites de mis mensajes.

Lancé un bufido, ¿será que su nivel de ego tenga algún límite? Puso en la mesa dos sándwiches y me pasó uno:

-Debes de comer y recuerda que aún puedo quitarte el llavero.

Apuntó a mi celular y me lanzó un guiño seguido de una sonrisa pícara. Negué con la cabeza mientras tomaba el sándwich, estoy empezando a resignarme a su forma de ser o si no terminaré perdiendo la cabeza haciendo corajes. Después de una pausa por comer me arriesgué a sacar el tema:

-Hablando de contactos y todo eso, vi algo interesante en la mañana.

-¿Qué es?

Le mostré la pantalla de mi celular que publicaba la noticia de Kenma. Su rostro cambió por completo, se veía bastante disgustado y apartó la mirada.

-Algo raro pasó entre ustedes al parecer.

No quería adentrarme más al tema si hacía que Kuroo se sintiera mal, no me gustaría que a mí me presionaran con algo difícil de digerir.

-Es una historia un tanto ridícula.

-No es necesario que me cuentes si no quieres.

A decir verdad sí tenía mucha curiosidad, miré atentamente cada gesto del pelinegro. Se veía indeciso, es bastante increíble ver que tiene tantas facetas, se supone que es un engreído, molesto y sobretodo tonto y ayer lo vi con ojos llorosos y hoy está bastante nervioso, pasándose la mano por el cabello como de costumbre. Podría crear un bloc de notas solo de sus expresiones. Regreso a la realidad << ¿qué tanto pienso sobre este tipo?>>. Al fin se decidió:

-Cuando estuve a punto de graduarme, nos llegó una carta, nuestro entrenador nos la leyó y era una convocatoria para Kenma y para mí, para unirnos al equipo nacional juvenil.

Quedé totalmente sorprendido, es increíble que su fama y talento se expandiera tanto como para que los quisieran reclutar al equipo de Japón. Sin duda esto tendría un mal desenlace.

-A Kenma le faltaba un año para salir de la preparatoria pero yo realmente estaba decidido a aceptar la propuesta y declaré que iría junto a él sin lugar a dudas. Ya sabes, mi compañero de vóley de toda mi vida y esta era una oportunidad única para ambos y  no quería participar si no era con él.

Afirmé con la cabeza, entiendo bien esos sentimientos. Siguió platicando:

-Al momento de ponernos de acuerdo, él no se veía convencido y nunca me dijo el porqué. La convocatoria sería rebotada al final del año ya que la época de entrenamiento iniciaba a mediados de invierno, así que decidí darle su espacio para que lograra entrar en razón. Al graduarme se acercó y simplemente me dijo que se mudaría a Estados Unidos. Me enojé tanto ya que nunca mencionó nada de eso, en ningún momento. Me pidió disculpas y un mes después se fue.

Hizo una pausa, parece que el tema aun le molesta. Siempre noté que el colocador de Nekoma era un tanto raro y callado pero no creí que fuera capaz de algo de ese estilo, en cambio Kuroo se ve totalmente leal, así que imagino que fue frustrante.

-¿Te mencioné que soy un idiota del voleibol no? Decidió dejar una oportunidad única para cualquier jugador. Entre tantos que existen en el país, nos querían a nosotros, fue una de las mejores noticias de mi vida. Pero no compartíamos la misma idea. Al parecer Kenma nunca sintió esa misma pasión que yo por el deporte. Estaba tan enojado que por puro despecho no acepté la convocatoria del equipo nacional. Solo hasta unos meses después me enteré de que había creado un juego que estaba creciendo en popularidad y una empresa importante de Estados Unidos lo había contratado. Aun no entiendo porque nunca me contó nada de eso… Algo tan increíble como ser requerido por una empresa extranjera, sin siquiera haber terminado la preparatoria. ¿No es algo que le dirías a tu mejor amigo? Sin dudas estoy feliz por él, pero no puedo perdonarlo.

Así son las personas, les entregamos todo pensando de que confían en nosotros pero al final terminan traicionándonos de alguna manera. La gente está podrida. Aunque a mi parecer en su situación creo que Kenma no le dijo para no lastimar a Kuroo, que resultó ser una estrategias totalmente equivocada ya que por lo que veo, sigue con la herida.

-¿Ya no se han comunicado?

-De vez en cuando me manda por paquetería suovenirs de allá pero no pretendo hablarle de ninguna forma que no sea en persona, cara a cara.

Ese es el orgullo de toda persona que tiene el corazón roto.

-Disculpa si te hice sentir mal solo para que me contaras.

-Tranquilo, quería decírtelo. Me inspiras mucha confianza Tsukki. Gracias por escuchar esta “trágica historia”.

Lo dijo con voz burlona, supongo que no quiere demostrar que le afecta bastante. Comprendo qué podría pasar por su cabeza: traición, engaño, abandono, enojo. Acomodé mis lentes:

-Entonces ya no juegas.

-Te equivocas, voy a entrenar de vez en cuando cerca de mi vecindario, tienen buenos jugadores. Pero como estoy atascado de deberes, prefiero ir solo en mi tiempo libre.

-Eso suena bien.

-Un día te llevaré.

Asentí con la cabeza sin darme cuenta y sorprendiéndome a mí mismo de no poner ninguna objeción. Sonrió de oreja a oreja. La hora de almuerzo acabó:

-Tengo que quedarme en el laboratorio hoy, así que te mandaré mensaje. Ten cuidado al ir a tu casa.

Se alejó y me despedí con un gesto de mano. Regresé a mi aula y en mi cabeza sonaban como eco sus últimas palabras <<te mandaré mensaje>>. Vaya, qué asco era tener su tono de voz bombardeando mi cabeza, si no fuera porque tengo una habilidad receptiva increíble no le hubiera entendido a las clases. Saliendo de la escuela tenía mi celular en la mano, ¿realmente estaba ansioso por recibir un mensaje de ese idiota? Sacudí mi cabeza, casi asqueado por la idea. Saqué mis audífonos y me los coloqué, busqué algo bueno en mi reproductor para quitarme pensamientos inservibles. Le piqué a la pantalla y rápidamente empezó “Na Na Na” de My Chemical Romance, era casi imposible no tararear el pegajoso coro. Caminé a casa, la brisa era ligeramente fría. Al llegar entré a mi casa y se sentía cálida comparada con el exterior:

-Por eso usa chaquetas todo el tiempo.

Aporreé la puerta detrás de mí:

-¿Por qué mierda estoy pensando en ese sin vergüenzas?

Fastidiado me senté bruscamente en la mesa y saqué todos mis libros para iniciar mis deberes. Dos resúmenes, problemas de precálculo y ejercicios de razonamiento cuantitativo. Si eso no me quitaba de la cabeza el estúpido de Kuroo me iba a empezar a preocupar y tal vez vaya a visitar un doctor. En mi departamento reinaba un silencio total, que se veía interrumpido solo por los sonidos del reloj y el que producía mi lapicero al escribir. Siempre tengo ganas de poner música pero quería acabar lo más rápido posible. Ya teniendo la mitad de mi tarea lista me percaté que eran las siete de la tarde así que decidí cenar. Fui a echar un vistazo al refrigerador, tomé la leche para servirme un plato de cereal y de reojo avisté unas fresas. Me las regaló Akiteru el día que me mudé, no pude resistirme, acabé comiendo cereal con fresas. Cuando decidí reiniciar con los trabajos vibró algo a lo lejos, en mi mochila. Saqué mi celular, me había llegado un mensaje mediante el chat:

 

“Hey, soy Kuroo. Salí súper tarde de la escuela, estoy agotado. ¿Me extrañaste?”

Realmente es un niño, su mensaje estaba acompañado por emoticones de todo tipo, hasta demasiados para un chavo de su edad. Que repugnante, sobre todo por el hecho de que piense de que lo extrañé, ni que fuera mi cama. Seguidamente me llegó otro:

 

“¿Ya cenaste? ¿Qué haces? A parte de extrañarme.”

Qué se creía este, ni siquiera mi hermano es tan empalagoso o por lo menos no se lo permito. Le contesté lo más seco posible para ver si le bajaba:

 

“Ya cené y estoy haciendo tarea.”

No tardó nada e contestarme:

 

“Espero que te hayas alimentado bien, moriría si algo malo te pasara.”

 

“No seas exagerado.” 

Le contesté,hizo una pausa:

 

“Sabes, estaba pensando sobre lo que te dije hace rato y me siento avergonzado por contarte algo tan lamentable, lo siento.”

 Esta vez no usó ningún emoticón, así que supuse que lo decía seriamente, no quería que nuestra conversación se tornara tensa, el único que puede ser cortante aquí soy yo, así que intenté aligerar las cosas:

 

“Siempre eres lamentable, no te preocupes.”

 Pero irónicamente esas cosas no se me dan, a eso él me envió:

 

“Pero así me quieres.”

 Regresó a escribir normalmente, así que no lo había hecho tan mal. Puse los ojos en blanco, sus comentarios siempre estaban tan fuera de lugar y sin pensar le escribí:

 

“¿Yo quererte? Pero si pensé que tú y esa cabeza de flan tenían algo.”

 Le puse al final un emoticón de una sonrisa cínica para que viera que lo decía de broma, no quería crear conflictos. Me respondió con varias caritas que demostraban risas muy fuertes y exageradas. Con su último mensaje me sobresalté:

 

“¡¡Nunca, ni de broma!! Y a decir verdad a mí siempre me gustó alguien, y aún me gusta.”

 Mi corazón dio un brinco, solté mi celular como reflejo y mi mano empezó a temblar:

 -¿Qué me pasa? Maldición.

Notas finales:

Gracias por leer y gracias por los rewievs, son poquitos pero en verdad me ayudan mucho y me alegran bastante.

Pienso que a veces soy muy detallista y en esta historia le quise bajar a mi nivel de redacción sobre detalles, porque pensé que la/os aburriría. Pero espero que como está siguiendo la historia sea de su agrado.

Subiré el siguiente cap, lo más pronto posible. ¡Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).