Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No creo en el destino por CosmosLycoris

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Al fin empieza la historia de nuestra verdadera pareja.

Espero que disfruten de este capítulo y como no he escrito en mucho tiempo lo estoy haciendo lo más rápido posible.

Gracias por darle una oportunidad a esta historia.

-Si también fue mi culpa, nunca me iba a rendir, para seguir adelante.

Y esas mismas palabras me libraron de mucho dolor. Las que me ayudarían de ahora en adelante, aunque no fue nada fácil, porque vamos, nos conocimos desde pequeños, llevábamos más de un año de relación, compartimos cientos de gustos, estamos en el mismo salón, en el mismo club de vóley y casi somos vecinos. Rompí todos sus regalos, eliminé todas sus fotos. Estoy tan enojado, tan triste… Las siguientes semanas sufrí de insomnio, nauseas, gripe, calentura y una infinidad de cosas. Me veía fatal. Estuve a punto de dejar de ir a los entrenamientos con tal de no verlo. Pero al final nunca me rendí, lo ignoraba y al momento de tener contacto de algún tipo con él, lo trataba como una persona cualquiera. Me enorgullece ya que gracias a eso avanzamos muchísimo con el equipo y yo obtuve muchas habilidades. Tuve la mala suerte de siempre ser muy serio y eso al momento de terminar con Yamaguchi no me ayudó en nada. Todos pensaban que fue por mi causa, en el equipo de vóley me miraban no tan bien y no fue hasta que Hinata (que no puede nunca mantener la boca cerrada) les explicó un poco sobre lo que realmente sucedió, y así se acabó la tensión. Hasta me ayudaban a estar alejado de él lo más posible. Pero en la escuela fue diferente, los que no me conocían muy bien se alejaron por completo y se pusieron totalmente del lado de Yamaguchi. Me hice una reputación del asco y por lo tanto los demás días de mi estadía en la escuela no fueron para nada buenos. Pasó la graduación y Yamaguchi intentó reconciliar nuestra “amistad” pero solo le dije adiós, para luego nunca volver a verlo.

Me mudé lo más lejos posible y suena a cobardía pero en mi ciudad tenía demasiados recuerdos, y más bien fue un acto de reinicio para mi vida. Iba a empezar de cero y lo iba a lograr sin él. Estaba dispuesto a destruir ese destino que había formado con él y desde ahora mi vida no iba a estar regida por eso llamado destino. Me mudé a Tokio y entré a una universidad, fue fácil elegir ya que tenía las calificaciones lo suficientemente altas como para que cualquiera me aceptara y también conseguí una buena reputación en el lado deportivo. Aunque no sé si quiero seguir practicando vóley…

Estaba sonando en mis audífonos “Feeling good” de Muse justo en el momento en la que llegaba a mi nuevo departamento. Dejé mis cosas y me acosté en la pequeña cama que estaba colocada a una esquina. Iba a desempacar mañana al volver de clases, posé mis lentes en un estante a mi lado y puse mi despertador. “Es un nuevo día, y yo iba a estar bien. Mañana será el primer día de mi vida”.

Al día siguiente tomé mi mochila y me puse los audífonos, puse el reproductor en aleatorio y lo primero que se sonó fue “Can’t Stop” de Red Hot Chili Peppers, perfecto para empezar el día. Al encontrarme a la entrada del edificio me fijé en lo grande que estaba, y de la nada recordé las palabras de Sugawara:

-Al entrar a la universidad tus horizontes se van a ampliar.

Y ciertamente, había centenares de personas, totalmente diferentes. Lo bueno es que en este lugar no tendría esa maldita mala reputación que se había formado por culpa de aquel. Me acerqué a un tablero donde indicaban el salón de los de nuevo ingreso. 1-A, en el segundo piso. Me apresuré a llegar porque sin duda quería ocupar un lugar cerca a la ventana. Caminé rápido por los pasillos, al subir las escalera me acomodé los lentes y sin darme cuenta choqué con alguien y de pronto solo sentía que mi cuerpo caía hacía atrás, todo en cámara lenta. Y cuando pensé que todo se iba a ir al carajo, justo en el primer día de clases, sentí un fuerte apretón en mi brazo. Alguien no me dejó caer y enseguida me vi frente a frente con un muchacho con un extraño peinado y una sonrisa pícara. Y sí, todo se iba a joder el primer día. Me quité los audífonos y lo miré con más atención, era nada más y nada menos que Kuroo, estaba allí mirándome de una forma entre divertida y sobretodo desvergonzada y aun seguía apretando mi brazo:

-Si no me sueltas me saldrá un moretón.

-¡Hey! Tranquilo, mi intención era ayudarte, casi mueres y ¿ni siquiera me das unas gracias?

De las miles de personas en toda la escuela, ¿tenía que encontrarme justo con él? Este sujeto es tan irritante, el anterior capitán de Nekoma, el eterno rival de Karasuno. A él le debo la mayoría de mis habilidades y mi gusto por el voleibol, entrené con él en algunas ocasiones, pero eso no quitaba el hecho de que era un tipo casi insoportable. Y eso que no quiero pensar en Bokuto o si no me empezaría a doler la cabeza por recordar los malos chistes que hacían esos dos juntos. El encuentro fue tan brusco que no me dio tiempo de sorprenderme al verlo en la misma escuela. Puse mis ojos en blanco y le contesté:

-Gracias por casi tirarme de las escaleras y dejarme un futuro moretón en el brazo. ¿Feliz?

Le hice una sonrisa forzada y por alguna razón el me regaló una sonrisa diez veces más grande:

-Wo, no has cambiado nada o tal vez te has tornado más punzante. Me sorprende mucho verte aquí.

-Y tú sigues siendo el mismo niño atrapado en el cuerpo de un adulto.

-Qué te puedo decir, ese es mi encanto. ¿Sabes qué? No me sorprende, me alegra.

Sin quitar ese aire de niño creído miró el reloj que tiene en la muñeca luego regresó la mirada a mí, directo a mis ojos:

-¿Qué carrera tienes?

-Nanotecnología.

-Interesante, muy digno de un nerd como tú.

Que castrante:

-¿Y tú?

-Microbiología. Es gracioso porque ambos tienen que ver con lo minúsculo.

Alcé una ceja, su inclinación hacia las ciencias me sorprendió:

-Pensé que serías policía o abogado, siempre se te dio bien dar órdenes.

-¿De qué hablas? ¿Estás resentido por esos días de arduo entrenamiento?

Se rió y de nuevo miró su reloj.

-Ya es tarde niño nerd, debes llegar a la ceremonia de apertura. Lo bueno es que nuestros salones no están muy lejos. Vamos a comer juntos en el almuerzo, ¿te parece?

-Me voy a esconder para que eso no sea posible.

Se fue alejando poco a poco bajando las escaleras mientras me gritó:

-¡Sabes que no voy a parar hasta encontrarte!

Para luego desaparecer, sentí mis orejas calientes por su última afirmación. <<Realmente es molesto, ¿qué me pasa?>> me dije para mis adentros. Seguí mi camino y al momento de abrir la puerta de mi aula recordé que quería ocupar una silla junto a la ventana.

-Maldito Kuroo, seguramente ya las habrán ocupado todas.

Miré dentro y justo quedaba un asiento en la parte trasera pegado a la ventana. Qué suerte la mía, al parecer todos se conocían y se había puesto es lugares cercanos entre amigos, mientras tanto me tocó el asiento del “quién no conoce a nadie”. Dejé mis cosas y seguí a los demás que se trasladaban a la sala de ceremonias donde nos iban a dar un largo sermón de bienvenida.

Pasó tan lento que por un segundo deseé no haber asistido el primer día de clases. De nuevo en mi salón tuvimos unas charlas con nuestro maestro encargado, nos entregó nuestros horarios y todo tipo de información. Lo que me agradó bastante de esta escuela fue la amplia gama de carreras, todas distintas y poco comunes. El plan de estudios se veía interesante, aunque algo comprometedor. Vino a mi mente lo raro que fue el ver a Kuroo aquí, es un año mayor pero no creí que tuviera las habilidades estudiantiles para estudiar microbiología. Qué raro, que interesante… Y justo pensando en él, sonó el timbre para el almuerzo. No quería salir para no topármelo, igual no sabía en qué salón estaba, pero sabía a qué carrera pertenecía. Hice una mueca, revolví mi cabello y me puse los audífonos. No me iba a encontrar en ese enorme edificio, así que decidí ir al comedor. Me abría paso entre la multitud mientras mi reproductor tocaba “Bohemian Rhapsody” de Queen, me puse en la fila para comprar bebidas, ya que aun no había recuperado al cien mi apetito, solo tenía mucha sed. De pronto mi música se dejó de escuchar y mis oídos quedaron destapados, el molesto Kuroo me había quitado los audífonos y se los puso.

-¿Bohemian Rhapsody, eh? Te queda perfectamente.

-¿A qué te refieres?

Le dije algo irritado arrancándole mis auriculares:

-Que es una canción con repentinos cambios de tonos pero eso la hace perfecta.

Me quedé perplejo, ¿qué me intentaba decir? Solo ignoré eso, aunque sentí un ligero rubor en mi rostro pero desapareció rápidamente ya que me enojé un poco por el hecho de que me encontró fácilmente. Llegó mi turno y pedí un jugo de naranja mezclado con fresa. Lo tomé y Kuroo me mostró una mesa y lo seguí. Nos sentamos uno frente al otro, el muchacho tenía de comer una gran hamburguesa, se veía apetitosa pero rápidamente me dio nauseas. Me fijé que estaba observando mi bebida:

-¿No piensas comer?

Me preguntó con un aire de jefe:

-No eres el capitán de mi equipo para hablarme así y no, no tengo hambre. A parte el jugo es suficiente para llenarme.

Me hizo un gesto que parecía entre enojo y sobresalto:

-Es cierto, pensé que era mi imaginación pero te notas más delgado. Igual cuando tomé tu brazo en las escaleras se sentía muy frágil. ¿Por qué en vez de perder peso no pierdes altura?

Otra vez con sus chistes malos, de las cuales solo se reía él, siguió insistiendo con el tema de la comida y eso iniciaba a sacarme de quicio:

-No, en serio, ya eres un adulto pero aun así necesitas alimentarte bien y más ahora que estás en la universidad, vas a necesitar que toda la energía posible corra a tu cerebro.

Dijo mientras se tocaba la cabeza con el dedo índice, después agarro su hamburguesa y le dio un gran mordisco, se tapó la boca pero aun así era desagradable que hablara con la boca llena:

-Y la única forma de conseguir energías es comiendo.

Puse mis ojos en blanco, por esto mismo no quería topármelo, porque es la persona más molesta que conozco, de esas que no puedo manejar. A parte sabía que haría muchas preguntas que no quiero contestar, que ni siquiera quiero pensar. Este no se detuvo a pesar de las caras de desagrado que le lanzaba:

-¿Ya no juegas vóley?

Negué con la cabeza y se vio realmente alterando por mi respuesta:

-¡¿Por qué?! ¿Qué pasó? ¿Es el mismo motivo por la cual no quieres comer?

Eso fue suficiente para terminar con mi paciencia, no quería retomar ese tipo de recuerdos, por eso me alejé de mi ciudad natal, para dejar todo atrás. Sin más ni más, me alevanté lo más rápido posible para retirme de allá pero el idiota del cabello alborotado me tomó del hombro y me detuvo:

-Hey, tranquilo, no fue mi intención incomodarte. Sabes que soy un idiota del vóley y con un talento como el tuyo, me quedé shoqueado por tu decisión de abandonarlo.

Él notó que no daba señales de ningún tipo pero no me soltó en ningún momento:

-Yo realmente me alegro de encontrarme contigo aquí. Por lo menos dejame seguir platicando contigo, prometo que evitaré preguntas molestas. Hey, mira tengo una idea para que me perdones. Ve al cine conmigo mañana, saliendo de clases, estará “Jurassic World” y yo sé que quieres verla.

Mierda, me compró totalmente con eso, así que lo confirmé para luego alejarme de allá. Es increíble que notara una enorme sonrisa en su rostro y es increíble que sienta mi cara ardiendo.

Notas finales:

Este capítulo ya es a mi completa imaginación, por que vamos, sería hermoso que algo así le pasara a alguien.


*A las chicas que escribieron raw en el primer capítulo: MUCHAS GRACIAS, no tienen idea de cuanto me animan sus palabras.*

Y sí, es un proceso dificil de superar para mí pero este fic me está ayudando mucho. Y lo repito, deseo que como a mí le ayude a varias personas que pasan o pasaron por lo mismo. Porque creo que fracasar es un hecho pero rendirse no es una opción.

Les agradezco que hayan leído este capítulo :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).