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Dos vidas diferentes, un mismo camino por Asato Hikaru

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Notas del capitulo: Hola de nuevo! aqui estoy de regreso con un capi nuevo que lo disfruten!! mijaru-rivera muchas gracias por tu apoyo me hizo sentir bien todo lo que me escribiste ^_^ naty-chan gracias a ti tambien, saludos y nos leemos pronto... que disfruten, ja ne!!!

Un cielo matizado de azul, rosa y naranja daba indicios de que pronto llegaría la noche, el atardecer se veía realmente hermoso con el sol ocultándose en el horizonte, una suave y fresca brisa acariciaba las copas de los árboles movía en un vaivén todo aquel sembradío en el campo. Dentro de un muy humilde hogar, un angustiado y preocupado anciano velaba por el bienestar de su amada esposa quien poco a poco parecía ir abandonando la vida terrenal…

 

- Mariko… -el anciano tomaba con delicadeza una de las manos de su amada esposa, la acariciaba suavemente y le dirigía una tierna mirada.

 

- Oh Yoshi… me siento tan… débil… -balbuceó con voz cansina la mujer.

 

- Es porque estás enferma cariño –le respondió su esposo.

 

- Es más que eso… siento… siento que la vida se me esta yendo –le dijo con pesadumbre.

 

- No digas eso vas a estar bien, pronto te recuperarás… mala hierba nunca muere –trató de animarla.

 

- Mira quien habla de mala hierba… -rió un poco- donde… dónde esta Asato-chan? Quiero verlo, el pobrecito debe estar muy preocupado por mi… llámalo por favor.

 

- Debe estar en su cuarto… iré por el, mientras tanto descansa –vuelve a poner la mano de su esposa en su lugar, se inclina para darle un beso en la frente y luego sale del cuarto para ir por el niño.

 

- Descansaré después de ver a mi pequeño nieto… Asato hijo lamento no poder cumplir mi promesa… -murmuró la anciana tras asegurarse de que su esposo no la escuchara.

 

- Asato… -el anciano toca la puerta antes de entrar- Asa… -encuentra al niño completamente dormido, arrodillado frente a su cama, con los brazos y la cabeza apoyados sobre el mullido colchón- pobre mi niño… todo esto debe ser tan duro para ti… -se acerca a él para despertarlo- Asato hijo despierta.

 

- Mmm… -Asato empieza a despertar- ojii-san… -se frota sus ojitos con pereza.

 

- Asato… tu abuelita quiere verte –le anunció.

 

- Obaa-chan quiere verme!? –sus hermosos ojos color violeta brillaron de emoción- eso quiere decir que ya esta bien verdad… no se va a morir verdad? -sus ojitos miraban esperanzados a su abuelo.

 

- … -el anciano no supo que responderle, no podía mentirle y decirle la verdad solo lo haría llorar más.

 

- Ojii-san? –le miró preocupado.

 

- Eso… solo kamisama lo sabe –respondió apesadumbrado.

 

- Demo… demo… ojii-san yo no quiero que se la lleve… -sus ojos comienzan a inundarse de lágrimas- no quiero… -gimió entre sollozos.

 

- Yo tampoco lo quiero… -se pone a su altura- pero ya no llores más a tu abuelita no le gustaría verte así, se que es algo difícil pero sonríe si?... hazlo por ella.

 

- Si abuelito –se seca aquellas lágrimas que habían amenazado de nuevo en salir.

 

- Bien, vamos con la abuela –le ofrece su mano para ayudarlo a ponerse en pie.

 

- Hai –le toma de la mano.

 

Abuelo y nieto salen del cuarto de este último camino al cuarto donde descansaba la anciana Mariko…

 

- Obaa-chan… -llamó Tsuzuki con timidez.

 

- Mi lindo niño… -Mariko se alegra de ver al niño y hace un esfuerzo por extender sus brazos para recibirlo- ven.

 

- Obaa-chan… -Tsuzuki se acerca con paso vacilante.

 

- No tengas miedo mi niño… acércate… quiero darte un abrazo –la débil anciana hacia un esfuerzo por enderezarse sobre la cama.

 

- Oh no, no te esfuerces abuelita –Tsuzuki se apresuró a llegar donde ella- ya estoy aquí… no te levantes –le pidió en suplica mientras la ayudaba a recostarse.

 

- Mi niño, estuviste llorando? –inquirió la anciana al notar lo rojos e hinchados ojos de su nieto.

 

- Etto… me entro una basurita y me hizo llorar… pero no te preocupes abuelita ya sabes como soy de llorón –mintió el niño mientras se restregaba el ojo fingiendo que “la basurita” aun le molestaba.

 

- Vamos Asato… sabes que no… cof… me puedes engañar… tu… cof… estabas llorando… por algo más… -repentinamente le dio un fuerte ataque de tos.

 

- Abuelita!!! –se alarmó el niño al verla toser de esa manera.

 

- Por kamisama, Mariko!! –el anciano corrió a auxiliarla- Asato, rápido ve por un vaso de agua.

 

- Si!!! –Tsuzuki corre a todo lo que sus piernas dan hacia la cocina, llena un vaso con agua y de igual forma corre de regreso.

 

El anciano acomodó con cuidado a su esposa para que descansara pero apenas se hubo recostado la anciana volvió a enderezarse y toser con intensidad, el dolor que sentía era tan fuerte que se llevo una mano a la boca queriendo detener el tosido y el dolor, pronto sus ojos se abrieron en sorpresa al sentir que algo húmedo y espeso mojaba la palma de su mano.

 

- Ka…mi…sama… -exclamó la mujer al ver su palma manchada de un rojo líquido.

 

- Obaa-chan! –se asustó el niño al momento de entrar ver la sangre que su abuelita tenia en mano y el hilito que había la comisura de su labio, de la impresión dejó caer el vaso con agua que traía en manos.

 

- Por dios Mariko… iré a buscar al médico –Yoshiro se puso inmediatamente en pie dispuesto a salir.

 

- Yoshi… -le llama para detenerlo, el hombre voltea a verla y ella mueve lentamente la cabeza en negación- el doctor ya no puede hacer nada… pronto iré a reunirme con mi querida Ami.

 

- Iie… iie… iieeeee!!!! –gritó el niño llevándose ambas manos a la cabeza para cubrir su oídos- tu no te vas a morir abuelita… no te vas a morir… no… no quiero… no quiero!! –se deja caer de rodillas comenzando a llorar una vez más.

 

- Asa…to… -la anciana lo miró con suma tristeza- mi querido y amado niño… per… perdóname… no podré cumplir… mi promesa…

 

- O… Obaa-chan!! –el niño corre a su lado y la toma de la mano- no me digas eso… tu… tu te vas a poner bien… mi mama no te va a dejar ir con ella…

 

- Lo… siento… Asato… Yoshi… los a…m…o –dijo en un ultimo suspiro antes de que su mano cayera pesadamente sobre la cama y sus ojos lentamente se fueron cerrando.

 

- Mariko –la voz del anciano quedó atrapada por un nudo que le amarró la garganta.

 

- Obaa-chan… -Tsuzuki vuelve a tomar la mano de su abuela y le da unas palmaditas intentando despertarla- no te duermas... des…despierta… obaa-chan… obaa-chan… iieeeee…. obaa-chan!!!!! –gritó al cielo, un mar de amargas lágrimas empaparon sus tiernas mejillas.

 

La anciana Mariko había dejado de respirar, había cerrado sus ojos para no abrirlos nunca más… El cielo pintaba de un triste y lúgubre color gris, pequeñas gotas de lluvia mojaban la tierra y a aquellas personas vestidas en luto caminaban en silencio detrás de un anciano que cargaba una cajita y un pequeño niño que en sus manos llevaba el retrato de la persona fallecida, iban camino al cementerio para dejar los restos de su familiar…

 

- Sayonara mi amada Mariko que kamisama guíe y guarde tu alma en la eternidad –rezó el anciano al momento de depositar las cenizas de su esposa junto a la tumba donde ya la habían enterrado.

 

- Sayonara… obaa-chan, te voy a extrañar –susurró el pequeño dejando el retrato de su abuela sobre la tumba, se seca las lagrimas que desde su muerte no habían querido dejar de caer y miró hacia el cielo gris y lo que ahí vio le sorprendió- Mamita… -murmuró con asombro al ver la imagen de su madre esbozando una feliz sonrisa- onegai cuídala… –pidió en suplica y como respuesta su madre asintió.

 

- Asato hijo… ya es hora… vamos –le llamó su abuelo.

 

- Arigato… –el niño devolvió la sonrisa a la imagen y volteo para responderle a su anciano- Ya voy!!!... vamos Kuro –se agacha para tomar en sus brazos al pequeño minino que le había seguido hasta aquel lugar y se dirige al encuentro de su abuelo.

 

- Tsuzuki-chan ya ha llegado el momento… este día ya estaba previsto, todo esta saliendo tal y como lo planee… pequeña y hermosa criatura hoy serás mío –murmuró una frívola voz cuyo dueño se ocultaba tras el tronco de un grueso árbol y llevaba rato siendo la sombra del niño.

 

- Sabes ojii-san… estoy seguro de que mi obaa-chan esta en buenas manos –le dijo a su abuelo con una gran sonrisa.

 

- Ah si… y que te hace asegurar tal cosa? –inquirió curioso su abuelo.

 

- Me lo dijo un angelito –respondió escuetamente.

 

- Jejeje… veo que empiezas a recuperar tu humor –Yoshiro le revuelve felizmente los cabellos a su nieto.

 

- Hai! –sonrió aun más feliz ante la muestra de cariño que siempre le daba su abuelo.

De pronto el pequeño felino que Tsuzuki cargaba erizo los pelos, se tenso y emitió un gruñido… algo que había visto pasar detrás de su amo lo alertó.

 

- Kuro que pasa? –preguntó con extrañeza al tiempo que elevaba al aire al minino.

Una vez más el animalito araño a su amo para librarse de su agarre y corrio como alma que lleva el diablo a aquel lugar donde vio una sombra esconderse…

 

- Kuro lo has hecho de nuevo –lloriqueo graciosamente con el rostro nuevamente marcado en arañazos- Kuro… ven aca… Regresa… Kuro!!! –Tsuzuki corrió tras el gato.

 

- Deja que el gato se vaya… eh Asato regresa!!! –le llamo su abuelo al verlo alejarse.

No muy lejos de ahí…

 

- Kuro… donde estás… Kuro… -el niño comenzó a sentir miedo, el cielo se había puesto de un oscuro gris y el cementerio lucía aun más lúgubre- Ku… Kuro…ve… ven… sal… sal de tu escon… aaahhhh –dejo escapar un gritito al ver una pequeña y rápida sombra acercarse a el- Kamisama… me asustaste! –resopló al ver al minino frente a el- por un momento crei que eras un fantasma o algo… anda, ven conmigo ojii-san nos esta esperando y si no regresamos me va a regañar, me va a decir que me deshaga de ti y no queremos eso ¿verdad? –se agacha para agarrar al animalito.

 

Ajeno a lo que sucedía a su alrededor Tsuzuki no se percato de la persona que como lobo que acecha a su presa se puso tras el dispuesto a capturarlo en un repentino abrazo…


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