Un adolescente de piel olivada y cabello negro como la noche intentaba con una rama pegada a un cuchillo atrapar unos peces, no le era un trabajo difícil puesto a que no solo tenia un buen arpón improvisado sino que también poseía unos sentidos casi caninos.
Kris llevaba tres años viviendo con Tao, era su tutor legal y el nombre del chico era oficialmente Wu Zi Tao y ahora con la edad de quince se había convertido en un joven alto y musculoso, fanático de las artes marciales y con una belleza exótica que enloquecía a varias chicas, vecinas de la gran casa de la cual Kris era dueño.
-¿Por que siempre te encuentro en este río y haciendo lo mismo?- Oyó la voz de su tutor el adolescente de cabellos negros.
-Me gusta este lugar, ademas el libro que me diste casi me mata del aburrimiento- respondió sin tomarle mucha importancia.
-¿La Metamorfosis de Ovidio te parece un libro aburrido? Es una joya de la cultura romana que todavía perdura en nuestros días Tao, dale una oportunidad a ese libro, contiene poesía e historias muy hermosas-
-No es por nada Kris pero de que me va a servir saber sobre mitología romana si Roma ya ni existe, ademas, vivimos en China- hizo una pequeña pausa y prosiguió -Prefiero el libro que me diste el mes ante pasado... - Tao no pudo continuar puesto a que un sirviente de la casa había llegado hasta el lejano rió gritando ''Señor Wu'' a todo pulmón.
-¿Que sucede Ming Hao?- pregunto Kris, ignorando a su protegido el cual todavía se encontraba dentro del río.
-Acaba de llegar una carta, no dice quien lo envió pero si dice que es urgente que usted lo lea- dijo el hombre mientras entregaba el sobre amarillento a Kris y veía con curiosidad a Tao, el cual se había quitado la camisa para usarla como una red y atrapar mas peces.
-Joven Wu- preguntó el mayordomo, Kris se disponía a abrir la dichosa carta pero los dos ''Wu'' voltearon al ser llamados -Mas bien, Joven Zi Tao ¿No le gustaría que le trajera una red? No tengo ningún problema en volver a la casa por una, no lo tome como un regaño pero esa camisa es muy cara...- El hombre no pudo continuar ya que Kris empezó a regañar a Tao.
-¡¿Sabes cuanto me costo esa maldita camisa Tao?! Es traída de Francia, pontela y ven para acá, nos largamos- le gritó a el muchacho.
-No he terminado de pescar Kris, si no me hubieses dado ese libro tan aburrido no estaría aquí- le respondió de una forma un poco grosera a su tutor.
-¿Me hablas de esa forma? ¡Ming Hao, encierralo en su cuarto! Adolescente malcriado- gritó Kris mientras se alejaba del chico.
-Tú me criaste, imbécil-
Kris ignoro aquello y se dirigió a la casa mientras leía la carta, dejando a Tao solo con el mayordomo.
-Joven Zi Tao, no creo que halla sido una buena idea expresarse de esa forma hacia su padre adoptivo- dijo el hombre mientras recogía los pescados que había conseguido Tao.
-Tú mismo lo dijiste, no es mi padre- respondió Tao de una manera seca.