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Sólo dos palabras. [YoonMin] por TRB06

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Notas del fanfic:

Advertencia: Si bien este one shot que se sitúa con BTS, las canciones, regresos, y esas cosas, se encuentran alterados para beneficio de la autora que todo encaje. (Aunque tampoco menciono canción ni nada, dejandolo a la imaginación del lector)

JiMin, con el cabello rojo, el ceño fruncido y los brazos ceñidos contra su pecho, espera de pie frente a la puerta del departamento que comparte con los otros seis miembros de su grupo.

 

Son exactamente las cinco de la madrugada, y su novio, Min YoonGi, aún no regresa. Supuestamente se encuentra en el estudio, revisando e editando algunas de las canciones para su siguiente álbum. Y JiMin jura que ese no sería un problema si no fuera porque no se encuentra solo en dicho estudio. Al contrario, su novio se encuentra trabajando junto a NamJoon, el líder del grupo, quien fuera el novio alguna vez de YoonGi. Y eso hace que JiMin desconfíe.

 

YoonGi no es el mejor novio, es frío, apático, quejón, y cuando está en el departamento la mayor parte del tiempo se la pasa durmiendo. JiMin sabe estas cosas a la perfección, pues son las características principales del mayor, pero ¿cómo no desconfiar cuando sólo obtiene a lo sumo un beso por semana? ¿Cómo no pensar que su novio sigue sintiendo algo por el líder cuando, aún después de quejarse que está cansado, se desvela trabajando en equipo con él?

 

El segundero del reloj, ubicado contra la pared en medio de la sala, avanza, avanza, y la puerta que tiene enfrente no se abre.

 

El enojo e imágenes que no sabe si son ciertas empiezan a surgir. Sabe que no puede seguir así, no es sano, una relación no funciona de esa manera. Pero le quiere tanto, que no cree poder terminar con YoonGi. Sin embargo, tampoco puede seguir así.

 

JiMin debe tomar una decisión.

 

Ya no las cinco, son las seis y treinta. JiMin sigue de píe en el mismo lugar, excepto que tiene el semblante más sombrío que antes y una decisión tomada. Debe poner fin, cueste lo que le cueste, le duela lo que le duela.

 

El sol empieza a subir por el horizonte. El departamento poco a poco empieza iluminarse, y es entonces que la puerta finalmente se abre, dejando ver primero a Min YoonGi, riendo bajito mientras NamJoon entra detrás, sacudiendo la cabeza y con una sonrisa también grabada en el rostro.

 

¿Qué les hace tanta gracia?

 

La imagen sólo añade más leña a la imaginación de JiMin, y sabe que ya no hay marcha atrás. Hay grandes, muy grandes posibilidades que YoonGi siguiera sintiendo algo por el líder. Nunca nadie supo porqué terminaron, fue un misterio, y eso no ayuda a JiMin.

 

El pelirrojo aprieta los puños cruzados contra su pecho y se dice que no tiene porqué doler, después de todo, cuando aceptó a YoonGi en su corazón, sabía de su personalidad y la pequeña (o grande) posibilidad de que éste tal vez estaría ocupado.

 

Dándose fuerzas para llevar a cabo la decisión que acaba de tomar, observa como la risa de su aún novio desaparece al verle allí, esperándole.

 

–JiMin…

 

JiMin ve a NamJoon perder su sonrisa también, pero el líder no pronuncia su nombre, en cambio, les mira a ambos, y sin decir ni una sola palabra, camina hasta su habitación. De seguro ya se imaginaba que aquello serían cosas de pareja, y a menos que éstas perjudiquen al grupo, no iba a entrometerse.

 

–Pensé que llegaría… es decir, pensé que llegarían más temprano. –Dice finalmente JiMin, con la mirada fría.

 

YoonGi de seguro lo nota, porque enseguida suelta un bufido y pone los ojos en blanco.

 

–Por favor, no empieces con tus celos estúpidos otra vez ¿quieres? –Le dice, acercándose mientras se saca el abrigo y lo pone sobre el perchero cerca de la puerta. –Sabes perfectamente que debemos tener las pistas listas para presentar en menos de un mes si queremos nuestro regreso.

 

JiMin quiere reír de forma sarcástica y levantar los  brazos al aire, diciendo algo como “Claro, seguro se encontraban sólo editando. Seguro”, pero de eso, sólo le sale una palabra.

 

– Seguro, yo te creo, hyung.

 

Y es mentira, JiMin no le cree ni una sola palabra. YoonGi le mira, y sabe que miente, por ello se le acerca y le rodea con sus brazos, un gesto poco común en él. YoonGi no suele tener ese tipo de contacto, al menos no en los últimos dos meses, y eso le hace pensar que quiere engatusarlo en su red de mentiras.

 

–No lo haces –le comenta el mayor, frotando sus manos contra la espalda del pelirrojo, quien sigue con los brazos cruzados sobre su pecho –pero deberías, JiMin. ¿Por qué no confías en mí?

 

JiMin se pregunta si de verdad su hyung quiere que le responda.

 

Lo hace.

 

–Él es tu ex novio. Y pasas más horas con él que conmigo, hyung.

 

YoonGi, al parecer cansado de verle con los brazos sobre el pecho, se aparta un poco y toma ambas manos para apartarlas de su cuerpo y rodearse con ellas. JiMin se lo permite, de momento, pues quiere saber que le contestará después de decir lo que dijo.

 

El mayor hunde su rostro contra el cuello del menor, aspirando su aroma, o tal vez suspirando, JiMin no está seguro.

 

–JiMin, tú lo dijiste, él es mi ex. Tú eres mi novio. Respecto a las horas con él, no sé qué más decirte aparte de que trabajamos en las pistas grabadas. Sin embargo, lamento mucho no poder pasar más horas contigo. Si he de serte sincero, extraño esto… -le dice, besando su cuello.

 

Y eso es suficiente para JiMin, quien ya no soporta más mentiras. Porque él cree que son mentiras, ya que si de verdad le extrañara, si de verdad lamentara pasar tan pocas horas a su lado, se hubiera hecho un hueco, o le hubiera invitado a estar con ellos, pero no, YoonGi no había hecho ninguna de esas cosas.

 

En una sacudida, el pelirrojo se deshace del abrazo del mayor y se retira a su habitación, la que, lamentablemente, comparte con su novio, por lo que sabe que pronto YoonGi estará a su lado nuevamente.

 

Pasan veinte minutos,  tiempo suficiente para que JiMin se cambiara de ropa para empezar las actividades del día, pues intentar dormir sería estúpido, ya que eran las siete, y en medía hora debía ya estar levantado, por lo que se sienta sobre la cama y toma su celular. La verdad es que está dolido, más que nunca, pues YoonGi no había ido tras él. Aquello debía de ser prueba suficiente de que su relación estaba rota.

 

No obstante, es en ese instante que la puerta se abre, dejando pasar a un YoonGi de mirada gacha. JiMin quería ignorarle, pero falla estrepitosamente al mirarle de reojo.

 

Lo primero que nota es la nariz roja del mayor, luego, cuando éste levanta la mirada, le ve los ojos, rojos e hinchados. Y no lo puede creer ¿acaso YoonGi ha estado llorando? ¿Debido a qué? ¿A que está enojado o a que se siente culpable por haberle engañado?

 

JiMin no soporta verle así. No quiere flaquear ni perder determinación, pero le quiere.

 

– ¿Te encuentras bien? –le pregunta, dejando su celular a un lado.

 

YoonGi niega, y de a poco se acerca para sentarse al lado del pelirrojo.

 

–No. Estás enojado conmigo. Y puedo ver que es distinto. No es como las otras veces. No crees en mi palabra. No confías en mí, JiMin. ¿Cómo quieres que este bien?

 

JiMin empieza a sacudir la cabeza.

 

–Oh, no. No trates de hacerme ver como el malo en esta relación. ¿Me pides confianza? No puedo, lo siento pero no. ¿Cómo quieres que la tenga cuándo te la pasas desde la mañana hasta la mañana del siguiente día encerrado en un cuarto con tu ex? Ni siquiera me mandas un maldito mensaje, y cuando no estás con él, en vez de estar conmigo, te la pasas durmiendo.

 

El menor se siente satisfecho con lo que ha dicho, pero no cuenta con las lágrimas que ve derramar a YoonGi, o con el hecho de que  éste se volteé y le mire como lo está haciendo, con la mirada más triste y apagada que le ha visto nunca.

 

–JiMin, es contigo con quien tengo una relación. No importa las horas que pase con los demás, o con NamJoon, él no es mi pareja. Y sí, es mi ex, pero eso es todo lo que significa para mí. Bueno, es mi amigo, pero sólo eso. Lo que pasó entre él y yo, es cosa del pasado. Mi presente eres tú.

 

JiMin se mantiene en silencio, aún observando las lágrimas que caen por las mejillas del mayor. En sus años conociéndolo, jamás le había visto derramar ni una, si siquiera cuando rompió con NamJoon. Pero JiMin puede ser obstinado y orgulloso, así que su silencio también forma parte de esas cualidades (o defectos).

 

YoonGi se ve vencido, y al ver que no dirá nada, suelta un largo suspiro, levantado sus brazos para limpiar su rostro.

 

– ¿De verdad nuestra relación está tan mal, hasta el punto en el que te quiera como lo hago no es suficiente?

 

Ante estas palabras, los ojos de JiMin se abren como platos y a su corazón le da un patatús.

 

YoonGi puede haberlo dicho así como así, como si fuese la cosa más obvia, o como si lo hubiera dicho tantas veces ya que está cansado de repetirlas, pero lo cierto es que no. JiMin es la primera vez que las oye, y puede jurar que es la primera vez que YoonGi las dice, pues le ve las mejillas rojas, y no por el llanto precisamente.

 

– ¿Qué acabas de decir? –le pregunta una vez que ha recuperado su voz y los latidos de su corazón vuelven a un ritmo normal.

 

–Te he preguntado si de verdad nuestra relación está tan mal.

 

JiMin sacude la cabeza.

 

–No, eso no. Lo otro. YoonGi… -Quiere decirle que si no las siente, no las diga, que no le lastime más de lo roto que se siente, pero YoonGi aprieta sus puños y le mira a los ojos, con el rojo elevándose por el cuello.

 

–De acuerdo, tal vez lo dije como si fuera algo común, pero… ¡Dios, JiMin! Te quiero. De verdad te quiero. No tienes idea cuánto.

 

Aquellas son palabras mágicas, palabras que hacen a JiMin olvidar toda inseguridad, porque los ojos de YoonGi le dicen que no miente, que es verdad, que esas dos simples palabras: “te quiero”, son la más absoluta y pura verdad, cargadas de mucho sentimiento y valor.

 

Y no puede evitarlo, todo enojo desaparece. Toda desconfianza se desvanece, porque YoonGi acaba de darle algo que tanto quería, seguridad y sentimientos.

 

En cuestión de segundos, el cuerpo de JiMin se está moviendo y, sin esperar,  abraza al mayor con desesperación, buscando sus labios. Tan sólo se aparta cuando necesita aire.

 

Con la frente pegada a la de YoonGi, le sonríe.

 

–Yo también te quiero, hyung. –respira, aliviado de que su relación no esté rota, de que YoonGi le quiera a él y no a NamJoon, de que sus celos sólo fueran fantasmas por la inseguridad que sentía por los sentimientos del otro. –Yo también te quiero. –repite.

 

Esa noche JiMin entra en YoonGi, haciéndole el amor mientras repiten una y otra aquellas tan significativas palabras.

 

***

 

JiMin ha notado un cambio en su novio, no sólo porque éste le dice le quiere al menos una vez al día, sino porque está pasando menos horas en el estudio, intentando llegar más temprano al departamento, o a lo sumo, si llega tarde, mandarle un mensaje e intentar pasar más horas despierto, teniendo sus brazos rodeando su cuerpo, o haciendo cosas rápidas antes de las actividades del día.

 

Pero ahora JiMin se siente culpable, pues dos meses han pasado y los arreglos en las canciones que pertenecerán al nuevo álbum no están terminados, ganándose varias reprimendas, sumando el hecho de que la salud de YoonGi ha decaído estrepitosamente.

 

Una mañana, JiMin se despierta al sentir a su pareja intentando desenredarse de entre sus brazos y le ve correr al baño con una mano sobre su boca. Le sigue. Le encuentra en el baño, con la cabeza dentro del retrete, vomitando su estómago y mucho más pálido de lo normal.

 

–Lo siento, YoonGi. Pero es hora de ir al médico. No estás bien. –Le dice, sobando su espalda, mientras el mayor, rendido porque su salud no mejora, asiente.

 

–En la empresa van a querer matarme… -dice, mientras se pone de pie y se dirige a lavar sus dientes.

 

JiMin muerde sus gruesos labios, sintiéndose más culpable que nunca.

 

–Es mi culpa –dice finalmente, abrazando a YoonGi por la espalda –si yo no te hubiera presionado para que pasaras más tiempo a mi lado…

 

YoonGi empieza sacudir la cabeza. Y después de enjuagarse la boca, replica:

 

–No creo que tenga que ver, debe ser estrés, estoy mal comido, mal descansado. Las canciones no están listas –empieza a decir –NamJoon también me está estresando, con eso de que está distraído porque no sabe qué hacer con JungKook y… -y corta sus palabras, abriendo los ojos como si hubiera dicho algo malo.

 

JiMin deja de acariciar el abdomen de su novio y le mira a los ojos a través del reflejo del espejo.

 

– ¿Con eso que no sabe qué hacer con JungKook y quién? –pregunta.

 

YoonGi  cierra los ojos, pero ya no puede mentir, sabe que JiMin armaría una guerra por ello.

 

–NamJoon pilló a JungKook y a TaeHyung haciéndolo. –le dice.

 

Esta vez es JiMin quien abre los ojos como platos.

 

– ¿Que qué? –Pregunta, jurando que ha escuchado mal.

 

–Lo que oyes, lo que entiendes. Y eso es un problema, porque no parecen tener una relación… oficial. Parece ser basada solo en sexo. Y no sería un problema si JungKook fuera legal, pero tiene 19. Sus padres podrían hacer un escándalo. O algo más. Pero se supone nadie lo sabe, NamJoon sólo los vio pero no interrumpió. Y tampoco se supone que yo lo sepa, ni tú.

 

JiMin asiente en silencio, así que decide dejar el hecho de que sus amigos han optado por no contarles de su relación carnal a un lado, y vuelve a mirar con ojo crítico a su pareja.

 

–Bien. No sé nada al respecto. Ahora, no trates de mirarme con esos ojos de perro muerto de sueño, puedo ver el sudor en tu cuello, no te sientes bien. El médico es inevitable.

 

***

 

Dos hora después, YoonGi se encuentra mordiéndose las uñas en el pasillo de una clínica privada muy costosa (todo sea para mantener su privacidad y no alarmar a sus fans y que JiMin pudiera estar allí con él sin reparo alguno). El médico les ha atendido hace algo de cuarenta minutos. JiMin, a su lado, se encuentra con la mirada clavada en nada específico.

 

A ninguno le ha gustado para nada las preguntas que lees han preguntado. Ni los análisis que le hicieron en el acto.

 

JiMin quería darse la cabeza contra la pared. Siente que todo es por su culpa, por sus celos, por sus demandas de atención.

 

–YoonGi… -le dice en un susurro.

 

–No, JiMin. No te sientas culpable por mi salud deplorable –El pelirrojo se acerca, lo abraza y le besa, porque lo necesita, porque ambos lo necesitan.

 

Ninguno de los dos está en buena posición para ponerse a descansar, las órdenes han sido claras, ya han pospuesto una vez la salida del nuevo material, la empresa no volverá a moverla porque YoonGi no esté bien.

 

–Nos van a querer cortar la cabeza. –Dice YoonGi, gimiendo.

 

–Sí, pero… tú salud es más importante, hyung.

 

 

Cuando el médico vuelve con los resultados de los análisis, les dio las noticias que menos querían escuchar: Estrés, agotamiento.

 

Solución: Vitaminas. Horas de sueño. Todas las comidas.

 

Sin embargo, el médico, al verles las caras y saber de lo apretada que tenían la agenda, les ofrece el cóctel de vitaminas intravenoso. Lo toman.  Pero saben que deberán hablar con NamJoon, el manager y el jefe.

 

Antes de volver a la camioneta que les había llevado, JiMin sujeta con fuerza la mano de su novio, con la determinación brillando en sus ojos.

 

Las decisiones debían ser tomadas con rapidez.

 

–Estaré a tu lado. Me siento culpable, y voy ayudar en todo lo que pueda para que todo se entregue en fecha. Te quiero, YoonGi.

 

YoonGi le mira a ojos, con las mejillas sonrosadas, un poco azorado.

 

–JiMin… -asiente ante la imposibilidad de decir algo más – ¡Ash!, ya te dije que no debes sentirte culpable. Es mi culpa, jamás debí sobre exigirme. Creo que deberé aprender a planificar horarios o algo así.

 

JiMin niega.

 

–Trabajaras lo que tengas que trabajar. Y en el departamento, dormirás. Después de todo, sé que luego de las promociones tendremos tiempo para nosotros.

 

JiMin quería decirle que ahora que sabía que le quería, estaba mucho más tranquilo, pero se guarda eso para él, porque le recuerda lo idiota que había sido por poner en esa situación a su novio.

 

***

 

NamJoon se encarga de regañar a YoonGi, diciéndole que no había dormido las horas libres que había tenido. JiMin sabe que tiene que razón, pero sale en defensa de YoonGi diciendo que es su culpa. El líder le hace ver que fue estúpido. Hay discusiones, pues a YoonGi no le ha gustado el tono con el que NamJoon le ha hablado a JiMin, hasta que le recuerdan que es el líder, y ellos un grupo y deben velar por el todo, y todos, agregando que si lo que les interesa es sólo su relación, tienen las puertas abiertas.

 

Y ahí es donde todos hablan a la vez, algunos de acuerdo, pero no del todo. La voz de TaeHyung es la más alta cuando habla al respecto, y hace que todos los demás guarden silencio.

 

–Yo entiendo perfectamente a JiMin, hyung –le dice TaeHyung a su líder. JiMin le mira con los ojos como plato, sabiendo lo que va a decir a continuación –Tú te llevas a YoonGi, o YoonGi a ti, no lo sé, y si no fuera porque él tiene novio, no saldrían del estudio ¿cómo crees que veía JiMin eso? ¿Cómo crees que se sintió cuando en casi dos meses a penas si durmió a su lado? ¿Cómo crees que se sintió al verlos llegar, aún envueltos en su propio mundo, excluyéndole? Y sé que somos un grupo, y que YoonGi también tiene parte de la culpa, pues es un idiota frío que le cuesta demostrar a JiMin que le quiere, pero…-TaeHyung sacude la cabeza –no lo sé, sé que las pistas son necesarias para una fecha, es nuestro regreso después de todo, pero como líder también debes velar por el bienestar emocional de los miembros. Lo que digo es que, tú hablas de grupo, pero al tener a YoonGi trabajando tantas horas, creas tensiones, hyung. Tienes a YoonGi agotado, mal humorado, y a JiMin quemando todo con su mirada. Existe el equilibrio, hyung. Sólo hay que encontrarlo.

 

No hay palabras, de nadie. TaeHyung ha dado un discurso que ha asombrado a todos, se ha trabado un poco, cierto, pero han entendido el mensaje.

 

NamJoon acepta que el menor tiene razón y pide disculpas. Todos las aceptan, están bajo presión, y eso a veces les hace reaccionar por impulso.

 

Pero eso no  les salva del grito mayor, el del jefe. JiMin casi pierde todo lugar cuando YoonGi empieza a sudar frío frente a los gritos del mayor CEO de la compañía y se descompone allí mismo.

 

A JiMin no le importa la pirámide organizacional, no cuando quien salía más afectado es su novio. Así que habla y discute.

 

NamJoon se ve en la obligación de intervenir, acompañado de todos los chicos. Juntos, logran calmar las aguas, llegando a un acuerdo de que por el momento, y sólo si las condiciones de YoonGi mejoraban, éste podría participar de las actividades de forma liviana hasta que su salud se recupere. Las horas en el estudio podían bajarse por el momento, después de todo las cosas se encuentran algo avanzadas.

 

 

 

***

 

Todo sale como habían estipulado. YoonGi se mantiene activo y logra recuperarse, elevando las horas en el estudio para dar los últimos detalles a su nuevo trabajo. JiMin se moría de angustia, pero lo entiende, era trabajo, y si bien a veces los celos surgían, mantenía todo bajo control, así que él también se dedica a trabajar más duro, por el bien de todos.

 

Tanto YoonGi como JiMin se dieron cuenta que todo valió la pena cuando escucharon el nombre de BTS ser anunciado como ganador por primera vez en un show musical. La pareja, lo más disimuladamente posible, se mira a los ojos mientras todos aplauden, y en apenas un movimiento de labios, oculto bajo el cuello de la camisa, YoonGi dice dos palabras más poderosas que las mágicas.

 

–Te amo…

 

JiMin llora, por el premio, por las palabras, y aunque fue apenas un breve susurro casi sin voz no importa, porque sabe que al llegar a casa se las dirá toda la noche.

Notas finales:

Sólo dos palabras, o dos palabras: Te quiero, te amo.

 

Espero que les haya gustado. Me pase toda una tarde imaginando esto mientras le daba play a mi lista de música, luego me dije ¿por qué no escribirlo, y ver que sale? He de confesar que de ayer a hoy cambió mucho, pero aquí está el resultado.

 

Muchas gracias por leer a quienes lo hacen <3.


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