- Increíble -susurré sarcástico.
El centro comercial estaba lleno de gente, llenísimo, y aún faltaba comprar algo de comida, adornos y un presente, todo gracias a mis padres que debían hacer una cena de aniversario de matrimonio para la tía Heo y el tío Joon, se casaron hace un año y mamá “robó” los novios de losa del pastel, lo que significaba que un año después debían hacerles una comida, y no es que ellos me desagraden, ni que odie las cenas familiares, pero Dios ¡Es San Valentín! Y tenía en mente hacer algo con JangSoo, mi novio, y no me importaba si hubiéramos hecho una comida para dos o una simple tarde en el cine, la idea de San Valentín era estar con la pareja, hacer algo bonito, pero el muy idiota aplazó sus vacaciones y mi plan de una tarde juntos quedó de lado.
‘Solo en San Valentín’
Las vitrinas de las tiendas estaban repletas de cojines con corazones, peluches gigantes y ropa de pareja, siempre había creído que celebrar el 14 de febrero era para ñoños, pero aun así quería ser mimado por todas esas boberías que muestran en la televisión, con chocolates, flores y un besito.
Comencé a caminar sin ánimos al lado de mis padres, ambos me habían traído al centro comercial con la intención de acompañarlos, ‘Seguro, pídanle una mano al idiota que tiene a su novio lejos, de todas formas no tiene planes’. Los chicos iban con cajas de moños extravagantes; lo que me hacía pensar que era como navidad, solo que del amor, es como si fuera una competencia, ¡El mejor novio es el que da el regalo más grande o costoso!
‘Bleh’
- Tae -susurró papá cuando notó que mamá se adelantó con lista en mano para entrar a una nueva tienda- ve por un ramo de flores y chocolates -habló sacando dinero de su billetera.
- Creí que les iba a ayudar a cargar las bolsas con comida -tomé los billetes y los guardé en un bolsillo de mi pantalón.
- No creerás que ayudaré en una cena romántica para alguien más y llegaré con las manos vacías para mi esposa -habló con su tono de obviedad.
- ¿Y qué tipo de flores supone que debo comprar? -No sé sobre flores, conozco nombres como maravillas y orquídeas, pero ni siquiera sé como son.
- No lo sé, lo único que importa es que sean bonitas, solo haz como si fueran para tu novio y trae las que más te gusten.
- Que comentario más desagradable -bufé.
- Si te sobra dinero puedes dejártelo.
- No pensaba hacer algo más -me encogí de hombros.
Me desvié a paso lento mirando los pequeños puestos que estaban instalados en el centro comercial, unos de artesanía, otros de globos de helio con mensajes como Te Amo y Feliz Valentín, ‘Estúpidos globos’. Fui al segundo piso y entré a una tienda de arreglos florales sacando un nuevo suspiro al ver la fila de personas reclamando por una atención más rápida, ‘Lo que me faltaba, insuficiencia de personal'.
Me formé a la fila y me puse mis audífonos para pasar el tiempo, definitivamente esto era similar a navidad.
Al paso de los minutos llegó mi turno y escogí un ramo de flores naranjas dado a que era el color favorito de mamá, luego de tomar el ramo como a un bebé salí de la tienda en busca de Cacao, allí estaban los chocolates más deliciosos que había probado, de modo que no me sorprendió que el lugar tuviera sus puertas abiertas dejando ver un gentío alborotado seleccionando los tipos de chocolates que querían llevarse.
‘Maldición’ si entraba allí saldría con solo los tallos de las flores.
- Bien hecho, Taemin -dije sarcástico en voz alta, dándome la vuelta- debí comprar los chocolates primero y las flores después.
- Déjame adivinar, ¿allí adentro hay un caos? -miré al proveedor de la voz, era un chico alto, estaba a unos metros de mí tras el mostrador de una tienda frente a Cacao.
- Mmh -asentí.
- Es tu día de suerte, amigo, yo también vendo chocolates -alcé una ceja acercándome no muy convencido, la mini tienda de por sí tenía buen aspecto, incluso había un grupo de personas siendo atendida por otros tres chicos, ‘Si hay clientes entonces no deben de saber mal’- ¿Qué? Son buenos, es verdad, los hemos vendido casi todos -terminó con una sonrisa.
- ¿Cómo puedo estar seguro de que son buenos?
- Te daré uno para que te decidas -ofreció poniéndose un guante trasparente y sacando uno bajo mi mirada atenta, los chocolates tenían buena presencia, estaban en un mostrador de madera protegidos por una vitrina de cristal- aunque estoy seguro de que te encantarán.
- Eso espero, no quiero hacer una fila en Cacao -tomé el chocolate y lo llevé a mi boca, ‘¡Santa madre!’ Sabían igual de deliciosos que los chocolates de Cacao.
- ¿Qué tal? -preguntó con una sonrisa.
- No haré fila en Cacao -Sonreí también- Dame unos veinte -contesté mirando el cartel de precios- esos los quiero en una cajita, y diez más pero solo en una bolsa, esos serán para mí.
- A tu novia le gustaran -quité la mirada del cartel para llevarla a él, sacaba los chocolates con una pinza y los dejaba en una caja roja en forma de corazón.
- No tengo novia, son para mi mamá.
- Oh -susurró- ¿soltero pero buen hijo?
- Buen hijo y con novio.
- ¿No deberías comprarle algo a tu novio? -frunció el ceño desconcertado y lo miré divertido.
- El idiota está de vacaciones, cuando llegue planeo golpearlo –esbocé un pequeño puchero mientras él reía suave por mis palabras- arruinó mi primer San Valentín con pareja -confesé, y he tenido más novios, pero todos tenían algunas actitudes insoportables que me obligaban a terminarlos, por lo que siempre llegaba a un 14 de febrero estando soltero.
- Debo suponer que esperabas una cita -asentí- en ese caso tienes todo el derecho del mundo para golpearlo.
- Por su culpa en vez de tener un día lindo estoy de ayudante, papá me mando a comprarle algo bonito a mi mamá -arrugué la nariz- yo quería mimos como en esos infomerciales ñoños de San Valentín.
- ¿Ñoños? -me miró divertido.
- Sí -afirmé- esos donde hay abrazos y besitos -musité- ¿tú que harás?
- Planeaba pasar la tarde con una película y algo de ramen.
- ¿Y por la noche? -pregunté, curioso.
- Más ramen -sonrió- quizás una cerveza.
- ¿Ramen y cerveza? -Alcé una ceja- Espera, ¿el chico de los chocolates en forma de corazón no tendrá una velada romántica?
- Ajá -susurró cerrando la caja de chocolates para mi mamá- ¿tú que harás?
- Unos tíos cumplen un año de matrimonio, mamá hará una cena y vendrán más familiares.
- Por lo menos estarás acompañado -mordí mi lengua para no decirle ¿Acaso tu no?
- Tomaré un buen montón de comida y me iré a mi habitación a ver una película para saltar todo eso de ¡Has crecido tanto! Y ¿Cómo te va en los estudios?
- ¿Sin video chat con el novio? -fue su turno de mirarme divertido.
- Sin video chat con el novio –‘Claro que no, que disfrute de la playa y a los chicos en bañador, porque si lo escucho pensaré en la cita que quería.
- ¿Qué tal una cita conmigo? -le hizo un nudito a mi bolsa con chocolates y se recargó sobre la vitrina para mirarme esperando una respuesta.
Lo analicé brevemente, no parecía bromear.
Veamos, es alto, labios gruesos, cabello castaño, mirada dulce pero coqueta e increíblemente guapo.
¿Cita? No es que este enamorado de JangSoo, es más, ahora mismo estoy molesto con él, pero han sido dos meses lindos, aunque serían más lindos si el maldito hubiera estado hoy conmigo como había prometido, Así que…
‘Sí… aunque puede ser una cita de amigos'
- ¿Cita de amigos con ramen y cerveza?
- Nop -sonrió- una cita con el guapo chico de los chocolates – sonreí leve, despegando mis labios.
- ¿Guapo?
- ¿No lo soy?
- Lo eres. De acuerdo, tengamos una cita -acepté, tomando la bolsita mientras él sacaba su celular- ¿Sueles invitar a salir a personas de las que ni siquiera conoces su nombre?
- Es la primera vez que lo hago. No quiero que me digas tu nombre, al menos no por ahora, -me tendió su móvil y guardé mi número en él dejando el nombre del contacto en vacío- si te gusta la cita podrás darme tu nombre como recompensa.
- ¿Y yo que haré?
- Disfrutar de la cita.
- Cómodo, me gusta –dejé su móvil en el mostrador y acomodé entre mis brazos el ramo y los chocolates- mándame un mensaje una hora antes de juntarnos.
- ¿Necesitarás tiempo para arreglarte? -me miró divertido. ‘Sí’.
- No -mentí- es para crear una excusa con anticipación, no diré que dejaré la cena para salir con un extraño.
- Me llamo Minho –elevó sus labios- ¿Ves? Ya no soy un extraño. Cuando te mande un mensaje envíame tu dirección. Te veo en un rato.
- Te veo en un rato, Minho -volteé y apreté mis ojos mientras caminaba. ‘Uff ¿Qué fue todo ese coqueteo Lee Taemin?’
~*~
‘¿Listo para una cita ñoña?’
‘¡Santa madre! ¡No mentía!’ Sonreí mirando la hora en el móvil, 18:00, le envíe un mensaje con un Listo y mi dirección antes de ir al baño por una ducha.
Debería decir que me sentía mal por JangSoo, pero no, su última actualización en Delka era de una foto suya en bañador junto a otro chico, que por lo visto de seguro conoció allá, aunque no es como si estuviera celoso, porque por mi parte yo solo quería celebrar este día con alguien a mi lado, después de todo, como él dijo una vez, somos almas libres, nuestra relación es de puedes mirar, hasta coquetear, pero si te gusta alguien más terminemos y sigamos siendo solo amigos, entonces, eso me hace pensar de que ambos estamos teniendo un momento agradable con personas diferentes, porque me siento bastante interesado en la salida de esta tarde, aunque es algo natural, después de todo el chico de los chocolate es mi tipo, y del ideal.
Jeans negros ajustados, playera gris, altas zapatillas blancas y un delgado tapado negro.
‘¡Algo más!’ coloqué las argollas plateadas en mis orejas y me alejé un poco asintiendo con satisfacción.
Bajé a ver televisión con el móvil en mano hasta que sonó otra vez.
‘Estoy afuera'
Al salir mis ojos se posaron de inmediato en el guapo moreno recargado sobre un auto gris, vestía pantalón negro y camisa clara de cuello oscuro, elevó su cabeza al escuchar el sonido de la puerta y sonrió al verme.
‘Nunca he sido infiel, ser infiel es malo. Malo malo malo'
- Creí que te arrepentirías -abrió la puerta de copiloto y entre observando curioso el interior del auto, era un buen modelo, ‘¿Debería vender chocolates también?’.
- ¿Por qué lo dices? -Pregunté cuando entró sentándose frente al volante.
- Por el novio -Prendió el carro y lo miré acomodándome mejor en el asiento.
- Ooh -Sonreí- no, no hay arrepentimientos.
‘No los hay porque estoy curioso y quiero saber qué harás’ hizo partir el auto y prendió la música.
El ambiente dentro del auto era cómodo, él hablaba y yo le seguía encantado, casi olvidando que tengo novio, casi, solo casi, porque mi conciencia dice ‘¡NO!’
- Dije que podrías decirme tu nombre al final de la cita, solo si quieres -recalcó- pero me gustaría saber cosas sobre ti, como por ejemplo tu edad.
- ¿Qué edad crees que tengo?
- ¿Diecisiete? -aparcó en una laguna, oh sí, esa misma que parecía estar al día en cada festividad. Había un montón de parejas tomadas de las manos ‘Como en las películas, me agrada’.
- ¿Diecisiete? -quité el cinturón de mi cuerpo y volteé la cabeza para verlo.
- ¿Entonces no? -Sonreí ladino.
- Veintiuno.
- ¿Es en serio? -parecía sorprendido.
- Muy.
- Eso cambia las cosas -salió del auto y lo imité viendo como luego rodeaba la delantera.
- ¿Qué es lo que cambia? -pregunté curioso.
- Te lo diré al final de la cita -sonrió divertido al ver mi ceño fruncido.
- No puedes dejarme con la duda -‘No a alguien tan curioso como yo'.
- Estaremos a mano, ambos con la curiosidad de saber algo del otro, además, de esa forma tendrás que esperar hasta el término de la salida y no te irás antes de que eso pase -finalizó dejando una mano en mi espalda y comenzando a caminar. ‘De todos modos no pensaba irme antes’.
El parque estaba repleto de parejas, muchos de ellos con ropa de novios, ‘Definitivamente, como en las cursis y bonitas películas’, las chicas paseaban sosteniendo el lazo de globos de helio mirando sonrientes a sus novios, ‘Espero que te diviertas, JangSoo, porque cuando llegues exigiré uno de esos globos, uno grande grande’ y como si mi acompañante hubiera leído mi mente puso frente a mí un globo rojo con un Me Encantas en letras plateadas. ‘Diablos, esto es lindo'.
- Supuse que te gustaría uno.
- Supones bien -Sonreí tomando el lazo del globo- ¿Me encantas?
- Creí que un Te amo sería algo extraño, ya sabes, por el novio -explicó.
- En ese caso sería un Te quiero.
- ¿Debería pensar que no se aman? -me miró extrañado, ‘Ajá, aquí nadie ama a nadie’.
- Piensas bien, JangSoo y yo fuimos amigos, bueno, somos amigos -aclaré- el punto es que todos en nuestro grupo tenían pareja, queríamos cariño y como éramos los únicos solteros dijimos ¡Hey! ¿Por qué no? De todos modos somos guapos y ahora somos novios -expliqué bajo su mirada atenta.
- ¿Cuánto tiempo llevan?
- Dos meses –respondí haciendo memoria.
- Creí que llevaban algo así como un año, lo digo por tus ganas de celebrar San Valentín.
- Ya -rodee los ojos- pero pudimos haber tenido solo una semana y aun así hubiera querido un día bonito.
- Que mimado –Sonrió y le correspondí mirando sus ojos, eran grandes, brillantes y profundos. ‘Tonto, ni siquiera sabes si le gustan los hombres, quizás solo es amable’ - ¿Quieres algodón de azúcar? -‘O me encuentra cara de niña’.
- Del celeste, por favor.
Atento, muy atento.
También guapo. Guapo guapo guapo.
Paseamos tranquilos observando el alrededor, dado a la festividad tenía aquella “Temática romántica”, con artesanías bonitas, insistentes vendedores de rosas y un particular y agradable aroma a dulces, los árboles estaban adornados con corazones colgando de las ramas y cada ciertos metros se encontraban cabinas de fotos decoradas con colores intensos y brillantina.
Pensé en decirle que nos tomáramos algunas fotografías, digo, para el recuerdo, pero no, antes de siquiera dar la idea fui arrastrado de la mano hasta donde se encontraba un tumulto de parejas rodeando un escenario que tenía pinta de ¡Haremos concursos! Mientras en medio de la plancha estaba un hombre joven con una sonrisa impecable y tarjetas en su mano derecha hablando de lo emocionado que se sentía al estar allí, ‘Ese debe ser el animador’.
- Que suban las parejas más valientes y den todo de sí, porque hay un concurso y tenemos un premio que de seguro no querrán perderse, ¡Vamos, suban!
‘Ja. Pobres, harán el ridículo allí arriba’ Pensé viendo como subían seis personas a paso lento, he visto la suficiente cantidad de concursos como para saber que les tocará hacer algo vergonzoso, y será gracioso, porque las tres chicas tenían sus mejillas sonrosadas y las miradas lejos de toda la gente que les miraba expectantes. Reí bajo hasta que el agarre de mi mano se hizo más fuerte y el moreno a mi lado comenzó a hacernos paso entre la gente, caminé con curiosidad y temor, ‘No no no, él solo quiere ver desde más cerca’ hasta que llegamos a una escalera de cinco peldaños que daba al escenario.
‘¡NO!’ y no hizo falta gritárselo en la cara porque pareció entenderme, pero en vez de darme en el gusto y alejarnos de la escalera sonrió mirándome con una expresión que descifré como De todos modos nadie nos conoce, no saben que no somos pareja. Y no, no somos pareja, nadie lo sabe y eso no es un problema, lo es el que quién sabe qué cosas nos harán hacer allí arriba.
Muy a mi pesar subí con desgano escuchando un ¡Felicidades por animarse! Del hombre de las tarjetas y silbidos emocionados de la gente que nos veía, ‘No quiero estar aquí’. Nos acercamos a las otras parejas y miré con rechazo las que parecían ser tres cajas de tamaño mediano que estaban sobre el piso tapadas con unas mantas rojas.
Doctor amor como se presentó el animador, comenzó a pasar por cada pareja, preguntándoles cuánto tiempo llevaban juntos, siendo nosotros los últimos en subir hubo el tiempo suficiente como para que Minho me susurrara un año, el cual dijimos luego en voz alta.
‘Al menos ellos nos apoyarán, ¡Voten por nosotros!’ pensé mirando los rostros de chicas con mejillas sonrojadas que gritaron cual fan al oírnos hablar, además de otras parejas que eran como nosotros, aunque en realidad no sé si Minho sea homosexual, pero ellos no lo saben, por lo que de seguro nos apoyarían por algo llamado solidaridad de sexualidad o qué se yo.
El animador destapó una caja y comenzó una canción que identifiqué como Careless Whisper, ‘¿Tarjetas? ¿Y la canción sensual por qué?’, dentro de la caja habían tarjetas pequeñas y lápices de colores, eran un pequeño montoncito de tarjetas que el hombre entregó a las chicas, y a mí, haciéndome sonreír algo ofendido, ‘Captado, soy la chica de la relación’ aunque era lógico, Minho no tenía en lo más mínimo la apariencia de ser pasivo.
- Elogios físicos, algo natural al comienzo de ligar y que además sigue a las parejas durante toda su relación. Quienes tienen las tarjetas deberán escribir en cada una de ellas elogios, lo que más les gusta de sus novios y según la cantidad de aplausos de quienes los ven sabremos qué tan de acuerdo están sobre de las opiniones que tienen los concursantes acerca de sus compañeros. –Explicó- Además, todas ellas deberán ser pegadas en el cuerpo de los chicos.
‘De modo que si una de ellas escribe “Hermoso” y los demás creen que no lo es tendrán menos aplausos. Cool.’ Bastó una sola recorrida al cuerpo del alto moreno a mi lado para comenzar a escribir.
Guapo, esta irá en su frente, definitivamente, algo así como Tiene la palabra Guapo tatuada en la frente.
Mirada provocativa, esa la pegué en su pecho.
Sonrisa encantadora, bajo su pecho.
Brazos fuertes, en su brazo izquierdo.
Buen trasero, sí, buen trasero, uno muy, muy bueno. Pegué esa al final de su abdomen.
Los demás chicos eran físicamente agraciados, pero diablos, mi atractivo acompañante se llevó la mayor cantidad de gritos y aplausos, pero es que ¡Es físicamente mi ideal! Claramente se trataría de alguien guapo. Un punto para nosotros y una pequeña vergüenza para mí, porque –y estoy seguro de que fue solo para avergonzarme- el animador me pidió que leyera cada una de las tarjetas que escribí, lo cual hice evitando la mirada de Minho.
La segunda caja tenía adornos y espejos, las chicas se lanzaron a ellos con rapidez mientras yo solo esperé a que terminaran, ‘Seguro, ganamos la primera vez y ahora quieren quitarme el trono’ resoplé ‘No peleare por el mejor objeto, todo porque son chicas’, porque sus adorables sonrojos cambiaron a leves empujones mientras intentaban tomar el adorno más tierno, mientras yo fui al final tomando un cintillo blanco con orejas de gato.
Cuando llegó mi turno me tocó hacer como las demás chicas, crear un poema con los elogios que le di a mi novio, solo que al finalizar hice una de las cosas que mejor se me daban, aegyo.
Extrañamente esta vez no se tomó votación, y a pesar de que mi poema lo califiqué como un asco recibí muchos gritos de apoyo. Sonreí emocionado mientras sentía en mi espalda las miradas furiosas de las competidoras ‘Así es, niñas, algo me dice que les ganaré’.
Todo iba tranquilo hasta que apareció una silla roja junto a un ¡Es tiempo de bailar en el minuto sexy! del animador. Baile y una silla tenía solo un significado, o yo debía de bailarle a Minho o él debería de bailarme a mí, de todos modos, fuese cual fuese el resultado estaba seguro de que sería vergonzoso, pero aun así lo disfrutaría.
Esta vez bailó un chico y dos chicas a sus parejas respectivas, lo que me llevó a mí a sentarme a la silla mientras una suave y sensual melodía dominaba el cuerpo de Minho.
‘Querer ser infiel también es malo. Repito, malo malo malo’
Mordí mi labio nervioso mientras sentía una tibia respiración en mi oído y dos grandes manos paseando desde el final de mi abdomen hacia arriba. Aferré mis manos a los bordes de la silla, estaba seguro que si las despegaba de allí me pondría a tocar descaradamente a Minho ¡Y no quiero eso!, bueno no, lo planteé mal, sí quiero, vaya que sí, pero no debo.
Los segundos pasaron y me sentí como en una despedida de solteros al ver el trasero de Minho moviéndose frente a mí, el maldito usó mi Buen trasero de los elogios físicos para tentarme.
El baile continuó y Minho quitó mi diadema para ponerla sobre su cabeza, ‘Sexymente adorable’ hasta que el minuto se cumplió y Minho sonrió como un ganador mientras yo continuaba sin aire sentado en la silla roja. ‘JangSoo, por favor enamórate del chico de tu foto, porque si termino siento el único con ganas de besar a alguien me sentiré mal, muy mal’
Me levanté y tomé con gracia la botella de agua que hace pocos segundos el animador le daba a Minho, porque al parecer mis nervios lograron sonrojarme y poner sobre mis sienes una pequeña capa de sudor que instintivamente sequé con mi muñeca. Luego de dar un trago a la botella se la ofrecí a Minho, quien la tomó con una sonrisa.
Cuando los gritos cesaron el Doctor amor se puso tras la primera pareja anunciando que era el momento de elegir a los ganadores.
‘Poquitos poquitos’ pensé cuando luego pasó a la segunda y tercera pareja sin recibir demasiados aplausos, claro, hasta que puso una mano en un hombro de Minho y otro en el mío. ‘¡Esos sí que es ruido! Y del bonito’ El animador comenzó a saltar con nosotros, porque sí, comencé a saltar y Minho se me unió.
- ¡Han ganado una cena romántica en Deux!
Deux, un restaurant altamente costoso y exclusivo para reuniones amorosas, lo que me aseguraba de por sí un segundo encuentro con Minho, porque luego de esta salida ya tenía pensado en demandar una nueva cita de una u otra forma, algo como Es mi turno de invitarte a algo con la clara intención de saber si le gustan los chicos para luego intentar algo más.
Suspiré mirando el lago, Minho había ido por unos bocadillos mientras yo lo esperaba sentado en el pasto cerca de la orilla del agua, en mi mano izquierda estaban las dos entradas para Deux y en la derecha mi móvil con una nueva imagen de JangSoo junto al chico en bañador de esta mañana, solo que esta vez la imagen me la había enviado en privado junto a un “¿Puedes creer que lo conocí ayer y ya me gusta? Lo he encontrado, Tae”
Lo he encontrado. Y allí estaba la clave mágica que creamos cuando decidimos ser novios, que es sinónimo de He encontrado a alguien que me gusta de verdad, es momento de ser solo amigos. Lo que me alegraba, porque eso significaba que ambos hemos encontrado a alguien agradable con quien queremos estar, y aunque al inicio del día estaba sentido con JangSoo –porque había prometido pasar este día conmigo- ahora me siento aliviado.
Luego de ese mensaje se encontraban otros más preguntando si estaba molesto porque había encontrado a alguien antes que yo, ‘Idiota, ¿por qué debería estaría molesto por algo así?’ pensé divertido viendo los mensajes.
- ¿En qué piensas tanto? –delante de mi rostro aparecieron dos chocolates calientes sobre una caja de donas.
- En que soy un hombre libre y soltero –sonreí con gracia guardando el móvil en el bolsillo de mi pantalón y tomando el chocolate que me ofrecía, sin importarme en mensajear a JangSoo, de todos modos le hablaré a la noche.
- ¿Y eso es bueno?
- Muy. Ahora puedo estar con alguien que me guste de verdad- ‘Menuda indirecta, debería de captarla, ¿verdad?’.
- Eso es bueno.
- ¿Sí?
- Muy –me quedé en silencio observando como miraba el paisaje mientras lamía la crema sobre el chocolate, luego de un suspiro lo imité sacando una dona glaseada- ¿Sabes? –habló al ver que yo no tenía intención en hacerlo, mi boca estaba muy ocupada con esa dona- me sentía preocupado.
- ¿Preocupado por qué?
- Porque creí que eras menor de edad, además de que me hacía sentir mal querer separar una relación. Luego dijiste que tú y JangSoo eran amigos siendo novios mientras esperaban a alguien que les gustará en verdad -arrugó su ceño y volvió su vista hacia mí- o al menos eso entendí, era así ¿verdad? -asentí rápido lamiendo mis labios para quitar los restos de la dona. ‘¿Entonces sí le gusto?’- y si me lo permites me gustaría seguir saliendo contigo.
- ¿Salir como amigos?
- Salir como una pareja ñoña -bajé mi mirada, nervioso, ‘Pareja ñoña, je, eso es lindo’.
- Mi nombre es Taemin -elevé mis ojos hasta los de él. Grandes, brillantes y profundos- y me gusta la idea de que seamos una pareja ñoña –‘¿Sera muy pronto?’.
- En ese caso, ¿Quieres ser mi novio? Con besos, abrazos y mimos -sonreí. ‘No, no es muy pronto’.
- Mmm no lo sé, ¿me darás chocolates y besitos?
- Muchos.
- Entonces quiero mis besos -sonreí ocultando mis gritos de alegría.
Los fuertes brazos de Minho se rodearon a mi cintura apegándome a él, haciéndome llegar de inmediato su cautivante aroma a menta, ‘Increíble’, envolví mis brazos a su cuello y sonreí cuando con su pulgar comenzó a acariciar mi espalda. Cerré mis ojos y lo próximo que sentí fueron sus gruesos y tibios labios uniéndose a los míos. Nuestros labios se mezclan y me fue imposible no suspirar, abrí mi boca dándole permiso para que entrará su cálida lengua, era increíble lo bien que me sentía a su lado, porque a pesar de que fuera algo apresurado me gustaba, me gustaba mucho mucho mucho.
‘Esto es diferente a lo que quería, pero mejor de lo que pudo haber sido’