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Mi Corazón Te Pertenece a Ti por FlorDeDesierto

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Notas del fanfic:

Hola! Este fic es un Three-shot (o como lo quieran llamar :v), un regalo de cumpleaños para mi querida amiga Lobo Gris! Perdón por la tardanza y ¡Espero que te guste!

Cap. 1: Colisión De Dos Mundos

Era terrible.

La escena frente a sus ojos era peor que presenciar un campo de batalla después de una sangrienta matanza. El hedor a muerto comenzaba a dispersarse por toda la zona, ni siquiera un banco entero de tiburones podía deshacerse de tantos cuerpos, por lo que la gran mayoría terminaban arrastrados por el océano hasta las orillas, dejándolos en tierra para que sean vistos como un silencioso y desgarrador grito de acusación hacia la humanidad.

¿Humanidad?

¿Cuál humanidad?

Monstruos, así se deberían llamar.

_ ¿Ya recogieron a todos? – preguntó Fugaku sin ocultar el inmenso desdén que sentía hacia la raza que había provocado, una vez más, semejante tragedia.

_ Aún no se han encontrado tres de los cuerpos, señor – le informó el soldado – me temo que ya fueron arrastrados a la orilla junto con los cuerpos de los animales.

_ Continúen con la búsqueda – ordenó el rey del clan Uchiha – lo mínimo que se merecen las víctimas es una búrbuta digna. Debemos dar hasta nuestro último esfuerzo por aquellas familias que sufrieron esta trágica pérdida.

_ Sí, señor – con una breve reverencia, el soldado salió de su presencia para cumplir con el mandado.

Al ver salir a su súbdito del salón, Fugaku dejó de lado su semblante duro y, con una mirada llena de tristeza, llevó su mano a su entrecejo mientras se movía lentamente a través del agua usando su negra cola, nadando despacio hacia su trono para sentarse en él.

Su amada esposa, Mikoto, se aproximó a él y rodeó sus hombros, tratando de aliviar el peso que conllevaba su responsabilidad como principal jefe, compartiéndolo con él en un suave y consolador silencio.

_ Esos monstruos usaron ese aparato de nuevo – dijo Fugaku, dejando salir su frustración – el sonar – pronunció con rencor.

Él no sabía con qué objetivo los humanos utilizaban ese aparato infernal. Solo sabía que cada vez que lo usaban, las ondas de sonido que provocaba a través del agua, asesinaban a toda criatura que se encuentre a su alcance. Era un sonido tan insoportable, unas ondas tan macabras, que terminaban explotando el sus oídos internos, provocando una cruel y dolorosa muerte.

La raza de tritones, su raza, acostumbraba a viajar con las ballenas, esas criaturas majestuosas, cuya sola presencia les brindaba a ellos y otros inofensivos animales la seguridad que necesitaban para recorrer grandes distancias sin ser blanco de depredadores. Todas esas criaturas también eran inocentes víctimas de aquella raza llamada humanos.

_ Tendremos que cancelar las migraciones de nuestra gente – dijo Mikoto, y Fugaku asintió con pesar – lastimosamente no podremos hacer nada por los animales.  

_ Itachi aún no ha vuelto – dijo Fugaku agarrando su frente con sumo arrepentimiento – no debí… no debí dejar que vaya a ese… ese lugar… donde están esos monstruos. 

Sasuke, quien había escuchado todo desde la puerta sin que sus padres lo supieran, ya había tenido suficiente.

El pelinegro nadó con determinación hacia la zona restringida, el cleófalo. Era el lugar donde se realizaban las búrbutas. La búrbuta era una ceremonia donde los cuerpos muertos de las sirenas y los tritones eran transformados en burbujas que flotaban hacia la superficie y daba paz a sus espíritus.    

Bueno, no todos los espíritus se liberaban al parecer.

Desde niño, él solía ir a ese lugar a escondidas con Itachi. A Itachi siempre le había fascinado aprender cosas nuevas, era inteligente y muy sabio, así que cuando se encontraron con el portentoso y orgulloso fantasma de su antepasado (sí, fantasma, un pinche fantasma. Decir que a Sasuke casi se le sale el corazón la primera vez que lo vio era poco), Itachi quedó embelesado con todo el conocimiento que ese afamado tritón tenía para compartir.

_ ¿Qué sucedió, Sasuke? El lamento del océano estruja mi alma en su incesante angustia – dijo el fantasma al ver a Sasuke acercarse a su estatua, a él.

Sasuke lo miró fijamente. El fantasma era uno de sus antepasados.

Su nombre era Madara.

A contrario de lo que parecía a simple vista, era una persona muy gentil. Siempre respondía con paciencia y delicadeza las cosas que ambos, Itachi y él, le preguntaban desde que eran niños. También mostraba su lado severo y autoritario cuando tenía que regañarlos, y sus regaños nunca fueron como los de otros adultos que te piden obedecer solo porque sí, Madara siempre se tomaba la molestia de explicar y, lo más importante, de hacerles comprender, el por qué algo estaba mal.

_ El sonar. Sucedió de nuevo.

El rostro de Madara no mostró ninguna sorpresa.

_ Itachi aún no regresa de su misión en el territorio de los humanos – Sasuke especificó el otro problema, a pesar de que fuera obvio.

Madara soltó un suspiro.

_ Le advertí que no lo hiciera. No importa cuánto conocimiento tenga del asunto, no se puede razonar con la raza humana.

Itachi se había ido a una misión hace más de dos meses. Usando el poder de hierbas mágicas de las profundidades, le fue dada la habilidad de tener piernas en tierra. Su misión consistía en buscar la fuente del sonar y destruirla.

_ Madara…  – Sasuke habló con seriedad – quiero ir a buscar a mi hermano, quien traerlo devuelta. No importa el riesgo. Necesito que me ayudes a llegar a tierra.

Madara lo miró sorprendido por la determinación y valentía de sus palabras. Y, desde el fondo de su fantasmal corazón, le respondió…

_ Nah – dijo cruzándose de brazos y mirando a un lado muy aburrido.

_ ¡¿Qué?! – gritó Sasuke indignado – ¡Itachi podría estar en peligro!

_ ¿Y qué te hace pensar que el que estés allí cambiará algo? – preguntó Madara reprendedor – él estudió todo lo básico de los humanos, si alguien podía defenderse en tierra era Itachi. Tú ni siquiera sabes para qué sirven las piernas.

_ ¡Yo sí lo sé! – refutó Sasuke profundamente ofendido – ¡Son para camanar!

_ Caminar, caminar ¡Por todos los cielos, Sasuke! ¡¿Ves?!

_ ¿Y eso qué? – contrarrestó negándose a sentirse avergonzado… externamente – ¡No necesito saber eso para traer a mi hermano!

_ Sasuke – habló severamente Madara, su cuerpo blanco y casi transparente flotó acercándose al joven – ni siquiera sabes dónde comenzar a buscar. Es peligroso. Aún si te ayudara a tener piernas, ¿cuál es tu plan para encontrarlo?

_ Tal vez dejó un rastro o…

_ No, Sasuke. La vida en la superficie es muy diferente. El terreno es un laberinto eterno de casas, calles y avenidas que no podrás descifrar a menos que sepas leer su lenguaje.

Sasuke no había entendido ni pepa de lo que hablaba. ¿Qué eran calles? ¿Qué eran avenidas? Demonios, debió haber estudiado más sobre eso en vez de preocuparse en perfeccionar su anguitrón.

Un momento… su anguitrón podría ayudarlo para amenazar humanos y…

_ Tu anguitrón no funciona en aire – Madara le cortó las esperanzas al reconocer sus negros ojos brillosos y esperanzados.

_ Maldición – Sasuke chasqueó la lengua mirando a un lado. Pero él… tenía otro plan. No quería comentárselo a Madara porque era consciente de la opinión que su antepasado tenía de los humanos, pero no le quedaba más remedio que revelárselo – yo… podría conseguir ayuda.

Madara estrechó los ojos.

El tritón fantasma era odiosamente perceptivo, así que Sasuke solo esperó un momento a que lo deduzca sin que se lo diga.

_ ¿Hablas del humano con cabello amarillo? – preguntó Madara con dureza en su voz – ¿ese con los ojos color cielo, de los cuales bota gotas de mar?

_ No necesitas decirlo así. Ya sé que se llaman lágrimas – dijo Sasuke haciendo un mohín, recordando que él lo había descrito con esas palabras la primera vez que lo mencionó cuando era niño.

_ Sasuke, no se puede confiar en ningún humano.

_ ¡Ya lo sé! ¡Es solo que…! – el pelinegro miró a un lado sin saber cómo explicarlo – él… no parece tan malo.

Madara bajó la mirada al escuchar eso, dolido con recuerdos del pasado.

_ Lo mismo pensé yo, hace mucho tiempo.

Sí, Sasuke lo sabía perfectamente. Madara le había contado su historia.

_ Lo digo porque lo he observado desde que era niño – explicó Sasuke – Nunca lo he visto hacer nada malo. Y siempre alimenta y juega con mi delfín cerca de la orilla – frunció el ceño torciendo el gesto diciendo eso último – Kyuubi lo quiere más a él que a mí.

_ Los delfines son una especie gentil. Y a los humanos les gusta domesticar a los animales – dijo Madara encogiéndose de hombros quitándole la importancia al hecho – incluso a los que no deben. Y terminan extinguiéndolos.

Sasuke estuvo a punto de remarcar que domesticar a Kyuubi era casi imposible, y que todos en el clan le tenían miedo a ese delfín desgraciado muerde-colas que se creía tiburón, pero prefirió no decir nada.

_ Bueno… malo o no, creo que ese humano es bobo y manipulable. Podría ofrecerle perlas a cambio de su ayuda. Una vez dijiste que los humanos aman las perlas, ¿no? – Sasuke hizo un nuevo intento de convencerlo.

_ Sasuke… – pronunció Madara con impaciencia.

_ ¡Madara, por favor! – insistió Sasuke – ¿No harías lo mismo por tu hermano?

Madara mantuvo su dura mirada en él. Sasuke sabía que había mencionado algo delicado, pero no podía permanecer más tiempo sin hacer nada.

El tritón fantasma cerró los ojos por un momento, manteniéndose en silencio, seguramente conteniendo algo. Sasuke esperó pacientemente a que lo considerara.

Entonces Madara abrió los ojos nuevamente.

_ Bien – dijo resignado, y Sasuke sonrió esperanzado – pero tendrás que besarlo.

La sonrisa de Sasuke se esfumó.

¿Qué mier…?

¿Besar a quién rayos? ¿A su hermano? (¡Qué horror!) ¿Al hermano de Madara? (¡Ese había muerto hace décadas!) ¿A Kyuubi? (Los tritones solían besuquear a sus mascotas pero ese delfín te arrancaría la cara antes de que puedas siquiera pensarlo).

_ Al humano cabeza de erizo – especificó Madara revirando los ojos ante la cara confundida de Sasuke.

Sasuke se hubiera reído con el apodo de cabeza de erizo, si no fuera por la parte de besarlo.

_ ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! – preguntó Sasuke escandalizado.

Madara ignoró su carita llena de indignación y decidió comenzar a explicarle.

_ Orochimaru te dará una hierba mágica que te ayudará a aprender el lenguaje de los humanos con solo besar a uno. De ese modo podrás comunicarte con ellos.

_ ¿No puede darme lo mismo que le dio a Itachi? Él no necesitó besar a nadie – le recordó apresuradamente.

_ Es diferente. Itachi estudió el lenguaje, así que él ya sabía el significado de muchas palabras humanas antes de que se le diera la hierba. La otra hierba es, no solo para que hables su idioma, si no para que absorbas rápidamente los conocimientos que no tienes de su lenguaje.

_ Yo no necesito-

_ ¿Sabes lo que es correr?

_ ¿Qué? N-

_ ¿Sabes lo que es bailar?

_ No lo-

_ ¿Sabes lo que es un perro? ¿Una lámpara? ¿Un auto? ¿Una bicicleta? ¿Un cuaderno? ¿Una rana? ¿Un caballo? ¿Una rodilla? ¿Un trasero?

_ ¡Está bien! ¡Ya entendí!

Madara soltó otro suspiro resignado. Él sabía que ese asunto era muy malo para Sasuke, el puro y casto joven no había besado a nadie en su vida.

_ ¿Y qué es trasero?

Los hombros de Madara se tensaron de repente.

_ Pues… – Madara se aclaró la garganta ante la mirada con ceja levantada de Sasuke. Se arrepentía profundamente de haber mencionado esa palabra, y de último – es algo conformado por dos nalgas…

_ …

_ …

_ ¿Qué son nalgas?

Madara pasó su mano por su cara. Si no fuera un fantasma estaba seguro de que su rostro estaría roja como un tomate.

En fin, tendría que explicarle para que luego Sasuke no se asuste. Recordaba lo traumatizante que fue para él la primera vez.

_ Bueno, el trasero es algo que tienen todos los humanos en la parte de atrás debajo de la espalda – vio a Sasuke mirar hacia atrás donde acababa su espalda por inercia, y continuó – ahí mismo. Justo ahí tienen el trasero, que son dos bolas grandes de carne que…

/Media hora después/

_ Y eso es un trasero – dijo Madara después de terminar la detallada explicación de lo que era un trasero y sus principales usos.

Sip, Sasuke tenía cara de traumatizado. Seguro se estaba preguntando si Itachi valía semejante sacrificio.

Bueno, al menos sería menor el trauma cuando lo tenga.

Madara se aclaró la garganta.

_ En fin, tú ya sabes dónde encontrar a Orochimaru – Madara nadó hasta la parte de atrás de la estatua que habían hecho en su honor – Solo tienes que llevarle algo como paga – aclaró apuntando hacia una piedra plana que estaba sobre el suelo.

Sasuke se acercó y la removió, encontrando allí una extraña y brillante flor roja.

_ Dale eso y él te dará lo que le pidas – le dijo mientras Sasuke tomaba la flor y la ponía en el pequeño bolso que tenía colgado en su hombro.

_ Gracias – dijo Sasuke mirando a Madara con atención, sabiendo que éste tenía algo más que decirle.

_ Sasuke – Madara lo miró con seriedad y preocupación al mismo tiempo – si las cosas no salen bien, solo regresa al mar. Por favor, cuídate. Y no… – frunció el ceño conteniendo lo que no debía decir – no le abras tu corazón a nadie.

Sasuke asintió con decisión y se fue nadando.

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_ Ah, Sasuke-kun – canturreó una voz dentro de la cueva oscura a la que estaba entrando. Nadó un poco más encontrándose con la persona que buscaba sentada tranquilamente en su silla tallada de piedra – ¿A qué debo tu visita? – preguntó Orochimaru.

Sasuke miró hacia la perla krist que estaba en una mesa de piedra, y luego volvió sus ojos hacia Orochimaru con aburrimiento.

_ ¿Para qué preguntas si ya lo sabes después de andar espiándome con tu perla mágica?

_ Ow, Sasuke-kun, no eres divertido – dijo Orochimaru levantándose de su silla y nadando en torno a Sasuke.

Sasuke se quedó quieto sin quitarle los ojos de encima mientras el pelilargo nadaba elegantemente con su extraña cola de anguila.

_ ¿Cómo va tu anguitrón? – preguntó con interés el tritón con cola de anguila.

_ Progresó. Vayamos al punto – apresuró Sasuke – necesito tus hierbas mágicas para ir a tierra. Traje esta flor para ti a cambio.

_ Aah – se deleitó Orochimaru al ver la flor – el sharingan – sonrió – No sé de dónde sacan estas flores, ustedes Uchiha, pero me complace que las traigan para mí.

_ Como sea. Quiero piernas y el lenguaje humano, oral y escrito.

_ Oh, ¿quieres reunirte con tu querido humano cabeza amarilla?

Sasuke frunció el ceño.

_ No seas imbécil, iré a buscar a Itachi.

Mientras buscaba las hierbas indicadas en los agujeros oscuros de su guarida, Orochimaru rió por lo bajo ante la obvia molestia del joven.

_ Qué pena, yo creo que harían una buena pareja. Tiene buena musculatura.

_ ¿Lo has estado espiando? – preguntó Sasuke extrañado y también algo asqueado.

_ No, a ti. A ti espiándolo – especificó Orochimaru volteándose a mirarlo por un momento con una sonrisa ladina.

_ ¡Yo no lo espío! ¡Vigilo que no le haga daño a mi estúpido delfín! 

_ Yo vigilo como buen maestro a mi querido pupilo para ver si está entrenando, y él divirtiéndose mirando a un apuesto humano e imaginando cómo sería un ritual de apareamiento con él – dijo fingiendo decepción mientras parecía hablar con una de las muchas anguilas mascotas que nadaban cerca de él – la juventud de hoy es tan irresponsable.

De repente la cueva se iluminó con una luz azul, y Orochimaru se volteó a ver a Sasuke, quien ahora estaba rodeado de una brillante electricidad que mataría a cualquier ser común que se aproxime a él. Estaba de más decir que el Uchiha se veía furioso.

_ Oh, sí ha progresado tu anguitron – dijo complacido Orochimaru, manteniéndose tranquilo – cálmate, Sasuke-kun, sé que solo mantienes vigilado a ese humano – reviró los ojos sonriendo ladeadamente por lo sencillo que era ofender al joven – Ven aquí para que te entregue las hierbas.

Sasuke desactivó su anguitrón y se acercó, sin dejar de fruncir el entrecejo.

_ Aquí tienes, solo necesitas comer estas dos algas. Cuando estés fuera del agua serás humano, dentro del agua serás tritón. Y cuando beses a solecito podrás entender el idioma humano y aprender rápidamente cualquier palabra que se te explique una sola vez.

_ Bien, aquí tienes la flor – Sasuke se la entregó, y se volteó para retirarse.

_ ¡Espera, Sasuke-kun! – lo llamó Orochimaru cuando estuvo ya a metros de lejanía, y su voz sonaba inusualmente urgente, por lo que Sasuke se extrañó y no dudó en detenerse.

_ ¿Qué?

_ Hay algo muy muy muy importante que debes saber sobre ser un humano – le dijo Orochimaru seriamente mientras Sasuke se acercaba de nuevo.

_ … – Sasuke lo miró con atención, listo para cualquier cosa.

/Media hora después/

_ Y así es como se usa un baño – dijo Orochimaru sabiamente después de la larga explicación de lo que era un baño, para qué se usaba y cómo se usaba.

Sasuke tenía la cara verde.

_ Esa información no está en ninguna de las investigaciones. Así que no estás en desventaja, Itachi-kun puso la misma cara, jujujuju.

¡¿Se suponía que eso era reconfortante?!

_ Ya me voy – dijo Sasuke después de salir de su trance, y se fue.

_ ¡No lo olvides, Sasuke-kun! – le gritó Orochimaru a lo lejos – ¡El papel higiénico! ¡USA EL PAPEL HIGIÉNICO!

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_ Kyuubi – llamó Sasuke acercándose a su delfín, el cual buscaba comida entre la arena con su nariz.

Kyuubi lo miró… y luego lo ignoró.

Sasuke frunció el ceño.

Estúpido e insubordinado delfín.

_ Necesito que vayas a jugar con tu amigo el humano – nadó hasta él para empujarlo, pero el delfín no se movió ni un ápice hacia la dirección que él quería, el mamífero era enorme – vamos, normalmente vas a jugar con él a esta posición del sol, no te hagas el que no quieres. ¿Acaso no lo aprecias y todo eso?

El delfín lo miró con aburrimiento, sin hacerle el más mínimo caso.

¿Qué demonios? El delfín siempre iba a reunirse con el humano sin falta, ¿y ahora que Sasuke quería que lo haga, no le daba la gana? ¡Lo hacía a propósito para fastidiarlo!

_ Debí haberle pedido a mi padre una manta raya – farfulló Sasuke cruzándose de brazos resignado.

En fin, tal vez no necesite de Kyuubi, después de todo, el humano sí era cumplido. Simplemente tendría que actuar más rápido de lo que había planeado.

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El joven sonrió mirando al cielo, dejando que le ilumine la luz del sol. El día estaba encantador esa tarde.

Disfrutando de la arena entre sus pies, el rubio caminó por la vacía playa con su usual balde de pescados para su delfín.

Su abuela no le creía, pero él tenía una mascota delfín salvaje que todas las tardes venía a jugar con él desde que tenía 12 años. Había conocido al delfín de pequeño, ¡ahora estaba gigantezco! A veces se preguntaba si era natural que sea tan grande, tal vez debería dejar de alimentarlo tanto.

En fin, eso no le importaba, hoy jugaría y nadaría con él como lo hacía todas las tardes. Era una de sus actividades favoritas además de comer ramen.

Quitándose su ancha camiseta y dejándola sobre una roca, Naruto entró al mar y avanzó hasta que el agua le llegó al pecho.  

_ Kuramaaaa~ – llamó al delfín por el nombre que le había dado – Oh, Kurama~ te traje salmón!! ¡Ven aquí, chico!

Estuvo un buen rato llamándolo y golpeando el agua con sus brazos para atraerlo con el sonido, pero el delfín no aparecía.

_ Mh… qué raro, tebayo. Normalmente no tarda tanto en venir – se dijo desconcertado. Ya estaba comenzando a preocuparse...

¡¿Y si le pasó algo malo?!

 Nah, de seguro solo se distrajo jugando con algún caracol.

_ ¿Uh? – Naruto dejó de buscar con la mirada cuando divisó a alguien a unos metros de distancia lejos de él.

Era un chico (¿¿O una chica??), solo veía su cabeza y un poco de sus hombros.

Seguro lo estaba mirando fijamente por lo raro y ridículo que se veía llamando al delfín. Por eso él iba a esa parte de la playa a esa hora de la tarde, se suponía que nadie venía en ese lapso de tiempo.

_ Uhm… jejeje, hola – saludó el rubio sonriendo nervioso y algo avergonzado mientras se rascaba la nuca – es extraño ver a personas a esta hora del día, de seguro pensaste lo mismo y querías la playa para ti solo, ¿no? Jajaja, yo… solo estaba llamando a un delfín que suele venir a jugar conmigo, tebayo.

_ …

El extraño no dijo nada.

_ Eehhh… – Naruto se puso más nervioso ante la falta de contestación – debe sonar raro, pero lo del delfín es cierto.

_ …

_Ehm, ¿está todo bien ahí? – preguntó el rubio, ahora más desconcertado.

Naruto sobresaltó un poco cuando el chico que estaba en el agua se zambulló de repente.

_ Jajaja, ¡claro! ¡Estás disfrutando de nadar un poco! – rio nervioso al no ver signos del joven en ningún lado. Eso había sido muy raro. Si necesitara ayuda, hubiera dicho algo, ¿no? – Sí, uhm… yo ya me tengo que-AAAH!!!

Casi se le sale el corazón cuando el chico pelinegro resurgió del agua, pero ahora justo en frente de él, quedando a centímetros de su cara.

_ Oh, hola – trató de tranquilizarse. No era propio de él actuar como un niño asustadizo, tal vez el asunto de Kurama lo había dejado algo alterado – uhm, ¿necesitas ayuda o algo?

El chico pelinegro, al cual ahora podía ver con mucho detalle, lo seguía mirando con esos afilados ojos color carbón, como si estuviera escudriñando su alma.

De repente el chico inclinó su cabeza un poco y abrió la boca, ¿al fin iba a decir algo?

Naruto pestañeó varias veces muy rápido cuando de la boca del pelinegro solo salió un sonido agudo que le recordaba a las ballenas.

_ Cielos, ¿estás bien? Parece que no puedes OH MIERDA QUE ES ESO?!!

No acostumbraba a decir malas palabras, pero cuando notó la cola de pez detrás del chico alzándose un poco fuera del agua a la superficie, casi le dio un paro cardiaco.

Como resorte, Naruto se impulsó para atrás tratando de alejarse de la criatura, y comenzó a desesperarse más cuando el chico (sireno??!) avanzó con determinación hacia él manteniendo la cercanía.

_ ¡E-Espera! ¡Espera! – exclamó el rubio alejándose, hasta que terminó llegando a la arena, donde quedó sentado de frente al chico-pez, y comenzó a arrastrarse con sus codos y pies, pero el pelinegro se apresuró quedando sobre la arena con él (POR TODOS LOS CIELOS!! AHORA SE VEIA ENTERAMENTE SU COLA!!!) y lo alcanzó abalanzándose sobre él rodeando su cuello con sus brazos para detenerlo y…

Y lo besó.

¿Qué…?

¿Qué?

¡¿QUÉ?!

¿Era en SERIO? ¡¿De verdad estaba ahí en la playa con un sireno encima de él BESÁNDOLO?!

Aunque en vez de besarlo parecía estar golpeándolo por lo agresivo del movimiento, como si su objetivo fuera chuparle el alma con mucha ira. ¿Los sirenos chupaban el alma? ¿LE ESTABA CHUPANDO EL ALMA?

Cuando se desprendió de él (porque sólo así podría llamarlo por el sonido chistoso que causó, desprenderse), Naruto seguía en completo shock.

El pelinegro exhaló el aire contenido en sus pulmones, frunciendo el ceño y mirándolo muy indignado.

_ ¿Ahora sí me entiendes, usuratonkachi?

_ …!

MALDICIÓN, ¿QUÉ DEMONIOS ESTABA PASANDO?

Naruto cerró su boca, la abrió, la volvió a cerrar, y otra vez la abrió. Si no fuera por ese movimiento, hubiera parecido que lo mató, porque el rubio no estaba respirando.

El chico-pez gruñó frustrado ante la falta de respuesta, haciendo sobresaltar al rubio con el sonido.

_ Escucha, necesito que me lleves hacia donde vive tu clan, estoy buscando a mi herma-

Naruto salió corriendo.

_ ¡¡HEY!! – gritó el pelinegro alterado al ver al humano correr lejos de él, agarrando su camiseta y poniéndoselo mientras corría. Se volteó a mirar su cola cuya aleta aún estaba en el agua que ondeaba en la orilla, mientras que el resto de su cuerpo estaba sobre la húmeda arena, maldición, ¿qué debía hacer? ¿Ese humano bobo no le había entendido? – ¡COBARDE! ¡REGRESA! 

El rubio paró en seco.

El tritón pestañeó confundido, ¿al fin entendía lo que le decía? ¿Había dicho una palabra clave humana o algo?  

El humano se volteó con una mirada colérica.

_ ¡¿CÓMO ME LLAMASTE, ESTUPIDO SIRENO?!

Sasuke lo miró sorprendido. Antes lo había escuchado hablar pero no le entendía nada, era la primera vez que las palabras del rubio alcanzaban su entendimiento.

Un momento…

¿Lo había insultado?

Sasuke estrechó los ojos sintiéndose muy ofendido.

¡Grosero!

_ ¡Vete al mar! – el rubio se acercó a una distancia discreta, muy enojado, y comenzó a hacerle señas con los brazos para que se fuera – ¡A casa! ¡Shu!

_ Idiota – dijo Sasuke mirándolo igual de enojado (para él no era insulto si era cierto) – necesito tu ayuda.

_ ¡Sólo usa tus brazos! ¡El agua está cerca! – sugirió el humano pensando que le pedía ayuda para volver a mar.

_ ¡Eso no! – Sasuke trató de armarse de paciencia – necesito que me ayudes a encontrar a mi hermano, él salió al terreno de los humanos. Te daré perlas a cambio.

Naruto lo miró sin poder creer lo que escuchaba… ni lo que veía.

De repente, se escuchó el ruido de motores acercándose. Normalmente la gente iba a esa hora a la playa para hacer reuniones o parrilladas.

El rubio se distrajo un poco con el ruido, cuando volvió su vista hacia el pelinegro, este se estaba arrastrando más hacia él.

Naruto se sobresaltó.

_ ¡¿Qué haces?! ¡Ve al océano!

_ ¡Ayúdame! ¡No deben verme! – insistió Sasuke. Luego se le ocurrió algo – ¡Estoy lastimado! ¡No puedo volver al océano así nada más!

Naruto miró desesperado hacia los automóviles que se estacionaban a lo lejos, luego al tritón, luego a los automóviles, luego al tritón.

_ ¡Maldición! – exclamó apresurándose a acercarse al pelinegro, quien rápidamente se colgó de su cuello cuando el rubio se agachó a levantarlo en brazos.

A Naruto le recorrió un escalofrío de pies a cabeza cuando su brazo izquierdo rozó toda su piel con la suave textura de la cola del tritón.

Oh cielos ¡OH CIELOS!

Por un momento se le ocurrió que debía ir hacia el agua y arrojar ahí al desgraciado para que deje de fastidiarlo o tratar de infartarlo con su presencia, pero algo dentro de él (de seguro la parte tarada de su ser) lo impulsó a correr hacia su camioneta.

A la máxima velocidad que le permitían sus pies, Naruto llegó hasta su camioneta. Por un momento dudó en donde poner al tritón. ¿Lo ponía adelante? No, su cola no entraba ahí. ¿Lo ponía atrás? No, eso sería muy cruel, no era un animal, y dijo que estaba lastimado.

Rápidamente se decidió por los asientos de atrás de la camioneta.

_ S-Sostente bien – le indicó al pelinegro, quien miraba extrañado la camioneta naranja – necesito una mano para sacar mis llaves.

_ ¿Qué son llaves? – preguntó Sasuke desconfiadamente. ¿Qué pasaba si llaves era una especie de arma? – ¿Y qué es esto? ¿Es una especie de jaula? – miró a Naruto acusadoramente, refiriéndose a la camioneta – ¡No dejaré que me metas a una jaula! – dijo furioso, agarrando el cabello de Naruto dura y amenazadoramente.

Mientras el rubio lo miraba con la boca abierta y suma incredulidad, ¡¿qué clase de persona se deja alzar en brazos y llevar por ahí teniendo tanta desconfianza?!

_ ¡E-Es una camioneta! ¡Es para transportarse! ¡No puedo llevarte en brazos caminando, tebayo!

_ ¿Por qué no? – preguntó Sasuke estrechando los ojos… desconfiadamente otra vez.

_ ¡Porque me cansaría!

Sasuke pareció considerarlo.

_ Qué débil.

_ ¡¿QUÉ?!

¡¿Por qué estaba ayudando a ese sireno bastardo?!

¡Ya quería despertar de esa rara y estresante pesadilla!

_ ¡Cállate y sostente fuerte! – le ordenó.

No le dio chance a protestar. Naruto usó su mano derecha, dejando de sostenerlo, lo cual hizo que el tritón por inercia se sostenga fuerte de su cuello apegándose más a él. El rubio sacó las llaves de su bolsillo y oprimió el botón que abría las puertas.

Abrió la puerta trasera y metió al pelinegro allí.

A Sasuke no le quedó más que cooperar. Se acomodó como pudo en ese lugar de textura dudosa (el asiento) y vio a Naruto cerrar la puerta.

No pudo evitar sentirse algo asustado cuando lo vio caminando fuera de esa cosa llamada camioneta, pero se tranquilizó cuando vio que el rubio solo había caminado alrededor para llegar a la otra entrada y entrar por allí.

Sasuke se sobresaltó cuando la camioneta comenzó a moverse, hacer ruido y avanzar.

Ooooh, entonces era como un bote/barco que usaban los humanos en el mar, pero en la tierra.

_ ¡Maldición, maldición, maldición! – escuchó al rubio exclamar mientras dirigía, suponía Sasuke, la camioneta a través de la tierra – No vayas al océano todos los días, me dijo. Deja de jugar con ese delfín, me dijo. Ponte a estudiar, me dijo. No te metas en problemas, me dijo. No hagas tonterías, me dijo, ¿Y qué es lo primero que hago? ¡¿QUÉ ES LO PRIMERO QUE HAGO?!

_ ¿Todos los humanos son así de ruidosos? – preguntó Sasuke. Y más que una pregunta de curiosidad, era una queja.

_ ¡CALLATE, SIRENO! –exclamó el rubio alterado – ¡NO TIENES DERECHO A OPINAR NADA!

Sasuke frunció el ceño.

_ No soy sireno, soy tritón. Se le dice sirenas a las de sexo femenino – explicó fastidiado. Qué humano tan ignorante.

Naruto apretó la mandíbula mientras mantenía las manos en el volante tensando todo su cuerpo. Demonios, su abuela Tsunade lo iba a matar. Afortunadamente, ella había salido de viaje. Sólo tendría que deshacerse de ese “tritón”-según el sireno- antes de que ella vuelva.

Tenía que tranquilizarse. No era conveniente conducir con los nervios de punta.

De repente escuchó un jadeo de sorpresa provenir del pelinegro.

_ ¿Tienen su aparato reproductor expuesto? ¡Qué repugnante!

_ ¿Q…? – extrañado por el comentario, Naruto se volteó a mirar al tritón y….

ÑÑÑRRRRRRRRIIIIIIIIIIIIIIIGH!!!

Frenó la camioneta de golpe.

_ ¡¿Qué te pasa, bestia?! – exclamó Sasuke después de que su cara casi diera de frente con el espaldar del asiento de adelante.

_ ¡¿QUÉ DEMONIOS PASÓ?! – gritó Naruto mirándolo en shock.

_ ¿De qué hablas?

_ ¡TU COLA! – exclamó apuntando a las ahora piernas desnudas del pelinegro. ¡¿Dónde estaba su cola?! ¡¿Lo había alucinado?!

_ Ah – dijo Sasuke comprendiendo la confusión – se secó y me salieron piernas.

_ ¡¿QUE?!

_ Eso pasa cuando me seco… – iba a continuar su explicación, pero el rubio mirándolo con los ojos redondos y la boca abierta lo puso sumamente nervioso – ¡Deja de mirarme! – ordenó encogiendo sus piernas para cubrir esa cosa que tenía en medio. ¡¿Por qué Madara no le había hablado de eso?! ¡Era más traumatizante que el trasero!

_ ¡Tsk! – Naruto volvió su mirada al frente con la cara roja. Rápidamente se sacó la camiseta y se la tiró al pelinegro sin voltearse a mirarlo – ¡Toma, ponte esto!

Sasuke tomó la prenda en sus manos mientras la miraba con una ceja alzada. Él podía saber cómo se usaba con solo haber visto al humano usándola. El agujero grande era para la cabeza y los pequeños para los brazos. Sip.

_ ¡Demonios, demonios! – farfulló el rubio arrancando la camioneta de nuevo.

_ ¿A dónde vamos? – preguntó Sasuke después de ponerse la camiseta de forma exitosa.

_ A mi casa – refunfuñó el rubio sin dejar de torcer el gesto y su ceño fruncido.

_ ¿Mi hermano está en tu casa? 

_ ¡No!

Sasuke frunció el ceño.

_ ¿Entonces por qué me llevas a tu casa?

_ ¡Para…! ¡Tsk! ¡Allí veremos qué hacer con esta situación, tebayo!

_ Tu muletilla “tebayo” suena idiota – opinó Sasuke.

Naruto tenía un tic en el ojo.

_ Ugh, ¿por qué yo? – soltó para sí mismo, lastimero y con algo de resignación.

_ Porque no confío en nadie más – escuchó la sincera respuesta del tritón, aunque la pregunta haya sido más bien retórica.

Vaya, eso había sido lo más agradable que le había escuchado decir al pelinegro.

Naruto condujo en silencio por un rato más, sintiéndose un poco más calmado mientras comenzaba a invadirle la curiosidad.

_ Uhm… y… ¿tienes nombre o algo así? – le preguntó el rubio dándole un par de ojeadas por el retrovisor.

_ Mi nombre es Sasuke Uchiha.

_ ¿Sasuke, uhm? – repitió el blondo estrechando un poco los ojos. Ese apellido se le hacía familiar, pero eso era imposible, ¿no? ¿Cómo podría un tritón tener un mismo apellido que un humano? – Yo me llamo Naruto. Naruto Uzumaki.

El camino continuó en silencio, Sasuke observaba sin ningún interés las casas seguidas unas de otras pasar rápidamente frente a sus ojos, porque sí, el mundo de los humanos no merecía en ningún sentido su interés, y punto.

Entonces se detuvieron.

_ Bien, ya estamos aquí – dijo Naruto apagando la camioneta. Se bajó y fue hasta la puerta trasera para abrírsela a Sasuke – Ven, vamos – le indicó esperando que salga.

Sasuke echó un vistazo hacia abajo y vio suelo, luego miró hacia sus piernas.

_ No sé cómo usarlas – dijo resoplando.

_ ¿Uh?

_ Es la primera vez que tengo piernas – le explicó.

_ Oh… bueno, pero… no lo sabrás si no lo intentas – el rubio sonrió tratando de darle ánimos, y Sasuke notó que era la primera vez que lo veía sonreír desde que se reveló ante él – a ver, inténtalo.

Sasuke movió sus piernas hacia el suelo mientras Naruto lo ayudaba sujetándolo de un brazo. Sus pies tocaron el suelo y trató de poner todo su peso sobre sus piernas, con lo que estas temblaron de repente. Se desequilibró y por inercia se sujetó de los hombros del rubio, quien lo sostuvo rápidamente.

_ Tsk, esto es horrible – se quejó el Uchiha. Odiaba sentir ese grado de inutilidad, en especial porque se veía sumamente fácil cuando los otros humanos lo hacían.

Y se sentía pesado.

_ Tú llévame – le dijo al rubio levantando la cabeza para mirarlo a los ojos. No estaba acostumbrado a que lo anden tocando, pero no se sentía incómodo cuando Naruto lo hacía porque era una justificada necesidad. Además, el que lo levante en el aire no se sentía mal, era como recibir un particular servicio digno de la nobleza a la que, de hecho, pertenecía – como lo hiciste en la playa.

Naruto lo estaba mirando con los ojos de huevo frito, mientras el tritón se colgaba de su cuello y lo observaba expectante y autoritario.

El tic en su ojo volvió.

¡¿Qué se creía ese sireno tritón o lo que sea?!

Bien podría mandarlo a la mierda y dejarlo tirado en la calle y…

¡No, no! ¡Él era buena gente! De seguro no existían los modales bajo el océano, por eso era tan bastardo. Además, su madre siempre le decía cuando era niño…

“¡COME TUS VEGETALES, MOCOSO SINVERGÜENZA, TE ATRAPARÉ, TEBANE, NO CORRAAAAAAAS!”

Uhm, bueno, su padre le decía…

“Naruto, hijito, tu… ehm… tu pececito Lolito está en un lugar mejor ahora. Lo que tiré al inodoro era solo una cosa muy parecida a él jejejejejeje…je…”

Okeey…. Su tío Kakashi le decía…

“Sé bueno, Naruto… ¡O si no vendrá el coco y te comeráááááá!!!!!”

_ …

¿Y ahora venía a darse cuenta de las fuentes de sus traumas de la niñez?

En fin, con eso era suficiente.

Resignado a su extrema bondad y a su absolutamente heredado instinto de nobleza, el rubio alzó al Uchiha en brazos. Al menos ahora no tenía que tocar esa tersa y escalofriante cola de tritón, sólo tenía que tocar la suave piel de sus piernas...

Ok, eso no ayudaba en nada.

_ ¿Naruto?

Una voz familiar hizo sobresaltar al Uzumaki.

Al voltearse se encontró con su vecina, quien llevaba unas bolsas en las manos. Al parecer estaba volviendo de hacer compras, y ahora estaba parada en la acera de su casa mirándolo con los ojos muy abiertos.

_ Oh… Anko-san, ¿c-cómo está? – saludó el rubio sonriendo nervioso.

Anko salió de su estado de shock y esbozó una vil sonrisa ladina que hizo sudar frío al rubio. ¿Por qué lo miraba así?

_ Oh, Naruto, no sabía que tenías esos gustos.

Y Naruto recién se dio cuenta de la imagen que Anko estaba presenciando.

Ahí estaba él, sin camisa, con un chico en brazos, el cual no tenía pantalones, usando solamente su largacamiseta que apeeenas le cubría el trasero, dejando sus largas piernas blancas a la vista, las cuales, con el objetivo de cargarlo, estaba tocando.

La cara del Uzumaki se puso coloradísima.

_ ¡¿QUE?! ¡¡No no!!! ¡No es lo que piensa!

¿Y qué era lo que pensaba? Pues, lo que cualquier persona normal pensaría… bueno, tal vez algo peor de lo que cualquier persona normal pensaría, porque Anko no tenía nada de normal, era un vil y perverso ser.

De seguro la mujer estaba pensando que Naruto se llevó al chico de paseo a nosédónde, se lo “devoró” en el asiento trasero de la camioneta sin ninguna compasión por lo cual había quedado adolorido y le costaba caminar, y ahora estaban volviendo a casa donde Naruto lo estaba muy románticamente llevando en brazos a la cama para descansar todo el día del paseo pasional que habían tenido.

El horror.

_ ¡Pff! No te preocupes – dijo Anko haciendo un ademán, quitándole importancia – tienes buen gusto, es bastante lindo – le guiñó un ojo y siguió su camino hacia su casa.

_ ¿De qué está hablando esa humana? – preguntó Sasuke estrechando los ojos con sospecha al ver esa sonrisa que por alguna extraña razón le recordaba a la de Orochimaru.

_ ¡N-Nada! ¡Vamos adentro!

Se lo llevó dentro de la casa rápidamente.

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Usó la misma maniobra que había usado con la puerta de la camioneta para abrir la puerta de su casa. Al entrar en ella, no supo qué hacer.

_ ¿Quieres que te ponga en la tina o en la cama? – preguntó el rubio mirando al Uchiha cuestionador. Tal vez el chico prefiera estar en agua a pesar de tener piernas.

Sasuke lo miró levantando una ceja.

_ ¿Qué es una tina? ¿Y qué es una cama?

Oh, cierto, no era como si el sireno supiera de esas cosas.

_ Tina es un espacio pequeñito donde hay agua – explicó el Uzumaki caminando por la sala para dirigirse hacia las escaleras – Cama es donde los humanos dormimos.

_ Quiero ver la tina.

Naruto lo llevo al baño para que vea la dichosa tina. Y, por supuesto, lo que hizo el tritón al verla fue arrugar su empinada nariz con desagrado.

_ Qué horror – opinó, dando por obvio que no quería que lo ponga ahí.

_ ¡Está bien, te llevaré a la cama! – Naruto lo llevó a su habitación, ya con cero de paciencia. Él era muy atlético y fornido pero no era de piedra, ya le estaban doliendo los brazos.

_ Primero quiero ver que-AH! – exclamó el pelinegro cuando Naruto lo tiró a la cama sin ningún decoro.

_ Y esa es una cama – dijo el rubio sonriendo divertido al ver la cara de enojo del otro chico.

Sasuke chasqueó la lengua mirándolo asesinamente, pero luego se distrajo rápidamente sintiendo la suave textura de la cama bajo su tacto.

_ Uf, bien, ahora, primero lo primero – dijo el rubio mirando alrededor, tratando de recordar donde tenía guardado el botiquín de primeros auxilios. Luego volvió su mirada hacia el pelinegro – ¿dónde estás lastimado?

_ ¿Lastimado? – preguntó el Uchiha sin prestarle mucha atención mientras tocaba la almohada con mucho interés.

_ Dijiste que estabas lastimado, tebayo.

_ Ah – Sasuke le dirigió la mirada al fin y le respondió con cara de aburrido – era mentira.

_ …

_ …

Sasuke alzó una ceja. El rubio parecía alegre esbozando una fea sonrisa chueca, pero… ¿eso en su frente era una tensa vena de ira?

_ Bien. Perfectamente bien, tebayo – dijo el Uzumaki entre dientes mientras se giraba con su cuerpo totalmente rígido y se ponía a buscar algo en el cajón.

El rubio sacó unos guantes que rápidamente se puso en sus manos, y luego fue hasta la bolsa de boxeo que colgaba del techo de su cuarto en la esquina, y comenzó a golpearlo como si la pobre bolsa le hubiera hecho algo.

Los humanos eran tan raros.

_ Necesitaba que me lleves contigo – explicó con calma Sasuke – Debo encontrar a mi hermano. Él vino al terreno de los humanos hace más de dos meses para cumplir una misión.

Naruto no dejó de golpear la bolsa de boxeo, le estaba ayudando a calmarse.

_ ¿Tu hermano es un tritón también? – preguntó sin voltearse hacia Sasuke.

_ Sí, y podía convertirse en humano también.

_ ¿Cómo se llama?

_ Itachi.

_ Lo siento, nunca oí hablar de él – Naruto dio un último golpe fuerte que hizo a la bolsa mecerse mucho más dando por terminada su sesión tranquilizante de golpes, y se volteó hacia el pelinegro poniendo los puños en su cadera – No sé cómo podría ayudarte.

_ Tienes que ayudarme. Por favor – insistió Sasuke inclinándose hacia adelante y haciendo lo que seguramente era su cara más suplicante (la cual no era tanto). En la posición en la que estaba sentado con las manos sobre la cama, parecía un gato, y seguía sin pantalón y tenía puesta su camiseta blanca, se veía… Naruto desvió la mirada cortando el curso de sus pensamientos, ¿qué demonios? – Te pagaré, con muchas perlas.

_ ¿Cómo sabes que tu hermano no hizo una vida aquí y ahora está feliz? – preguntó el rubio casual mientras revisaba los mensajes de su celular distraídamente.

_ Él nunca haría eso – aseguró Sasuke frunciendo el ceño – Él prometió que volvería.

_ ¿Y qué misión es esa que vino a hacer al mundo humano?

El pelinegro desvió la mirada.

_ Es una misión secreta.

Naruto reviró los ojos y dejó su celular a un lado.

_ Pues, lo siento, sirenito, no puedo ayudarte si no me das detalles.

Sasuke frunció el ceño, mirándolo fijamente.

_ El sonar.

_ ¿El qué?

_ Es un aparato humano – aclaró Sasuke, por un lado decepcionado de que Naruto ni sepa qué es eso, pero por otro lado aliviado al saber que no tenía nada que ver con ello –  No sé para qué lo usan, ni por qué, pero cada vez que lo hacen muchas criaturas marinas mueren en el proceso, incluyendo tritones y sirenas.

_ He escuchado de eso. Los encallamientos – dijo pensativo el rubio – Hace poco hubo un incidente que dejó muchos cuerpos muertos en una costa cercana. En los noticieros se dice que se desconoce el motivo.

_ Pues para nosotros el motivo es muy conocido. Es el sonar – reiteró Sasuke enojado.

_ Está bien – aceptó el Uzumaki – Y… ¿Cómo es tu hermano? Descríbelo.

Sasuke pestañeó desconcertado por la repentina petición.

_ Uhm… Tiene cabello negro y largo, usa una coleta. Ojos negros. Tez clara. Uhm… – no estaba seguro de qué decir para ser más específico, él sabía que había humanos con esas generales características, así que tendría que esforzarse más para describirlo.

_ ¿Se parece a ti? – ayudó el Uzumaki.

Sasuke resopló recordando todas las veces que les habían dicho lo mucho que se parecían.

_ Sí.

_ Ok – Naruto asintió. Con eso era suficiente. No era muy sencillo encontrar caras tan bonitas en la ciudad… no que el bastardo tenga cara bonita, o sea, no estaba tan bonito como para… ¡COMO SEA! – Mañana saldremos en mi camioneta recorriendo la ciudad para buscar y preguntar por tu hermano, ¿te parece bien?

_ ¿Por qué mañana? – preguntó Sasuke haciendo un pequeño mohín de molestia.

¡Joder que era mimado el sirenito este!

_ ¡Porque tú ni siquiera sabes caminar apropiadamente, tebayo!

_ No necesito caminar – aseguró el pelinegro, haciendo que Naruto lo mire confundido – Tú puedes usar tus brazos para cargarme.

Naruto definitivamente iba a necesitar golpear su bolsa de boxeo un poco más.

_ ¿Eres así de consentido en tu hogar? – no pudo evitar preguntar el rubio.

_ ¡No soy consentido!

_ ¡Pues lo parece! – objetó el rubio. Luego lo miró estrechando los ojos con sospecha – No me digas que eres un princesito.

_ ¿Princesito? – cuestionó Sasuke frunciendo el ceño. No estaba familiarizado con esa palabra.

_ Hijo del rey, ya sabes, el que manda y todo eso.

_ Mi padre no es rey – el pelinegro pronunció la palabra con desdén – Es jefe del clan – corrigió Sasuke entendiendo que se refería a posición jerárquica.

_ Sip. Definitivamente un princesito – dijo el Uzumaki caminando hacia la puerta de la habitación.

_ ¿A dónde vas? – preguntó el Uchiha cauteloso.

_ Tengo hambre – el rubio se volteó hacia él pestañeando confundido. Su estómago había gruñido y por poco se olvidaba que tenía un invitado al que alimentar también – ¿Tienes hambre?

_ Un… poco – dijo el pelinegro mirando a un lado para no demostrar mucho interés. La verdad era que no había comido desde la mañana por planear todo ese suceso de ir a la tierra, apenas ahora que mencionaban la comida surgía su hambre.

_ Uhm… tú… – el Uzumaki se rascó la nuca, sin saber si lo que iba a preguntar era ofensivo o no ¿comes peces o algo así?

_ Sí.

_ Oh, ok… “las sirenas son mamíferos como los humanos, no peces” – ratificó Naruto en su mente – yo iré a preparar la cena y veremos que podrías comer – se volteó para retirarse de la habitación de nuevo, pero se detuvo al considerar algo – Mh… ¿quieres esperar aquí o prefieres ir conmigo a la cocina y platicamos mientras preparo todo?

Sasuke no sabía qué era “cocina”, pero si Naruto estaba yendo también, supuso que era seguro. Además, quería vigilarlo de cerca.

_ Creo que ir contigo nos daría tiempo para continuar la plática – accedió Sasuke.

_ Está bien – Naruto se acercó a él y se agachó con la intención de ayudarlo del brazo para que se levante – Vamos.

Cuando el rubio estuvo a su alcance, Sasuke alzó los brazos y los puso alrededor de su cuello, inclinándose hacia él para que…

_ ¡No voy a cargarte, tebayo! – exclamó el rubio sintiendo los colores en la cara. ¿Cómo podía ese chico pedir silenciosamente que lo alce en brazos con esa cara inexpresiva de “esto es normal como el cielo es azul”?

Sasuke frunció el ceño y lo miró haciendo un pequeño mohín.

Naruto estrechó los ojos ¡No, no, no! ¡¿Qué rayos?! ¡Él no iba a mimar al princesito sólo porque le haga esa cara! ¡La cual no era tierna en absoluto! ¡NO!

_ Vamos, caminar es fácil – insistió el rubio jalándolo un poco para que el pelinegro baje los pies de la cama. Sasuke reviró los ojos y se puso de pie apoyándose en los hombros del rubio. Aún no estaba acostumbrado al peso de su cuerpo sobre sus pies, así que sus piernas aún tambaleaban. Miró hacia abajo mirando los pies del rubio y los suyos propios para ver si tenía que mantener alguna posición específica – sólo tienes que acostumbrarte… uhm… – el Uzumaki recién se dio cuenta de que Sasuke seguía sin pantalones, y él sin camiseta – creo que primero te prestaré uno boxers y unos shorts jajaja! – dijo sonrojado mientras lo guiaba para sentarse en la cama de nuevo – Y… yo me pondré una camiseta, sip.

Después de prestarle la ropa adecuada se retiró un momento de la habitación mientras Sasuke se vestía (él aseguró que sabía cómo vestirse, así que bueno) y fue a la cocina a revisar su refrigerador y decidir qué preparar.

Normalmente se prepararía un ramen instantáneo, ya que eso era lo que menos tiempo le llevaba y además… era su comida favorita. Pero hoy no estaba solo, así que, haciendo uso del básico y obligatorio conocimiento de cocina que tenía, tendría que preparar algo más adecuado para el tritón.

Sacó el pescado que tenía reservado para el almuerzo de mañana y decidió hacerlo frito. Seh, primero lo lavaría, y luego le pondría los condimentos, y luego-

_ ¿Qué es eso?

Naruto se sobresaltó cuando escuchó la voz de Sasuke en la cocina.

_ ¡Estás caminando! – observó animado el rubio mientras veía al pelinegro (ya completamente vestido) caminar hacia él calmadamente.

_ Sólo necesitaba practicar un poco – dijo el Uchiha encogiéndose de hombros. Cuando vio al rubio sonreír con cara de “te lo dije”, decidió agregar – es conveniente, puesto que tú eres muy débil.

El pelinegro sonrió con satisfacción al presenciar la cara enfurruñada del Uzumaki.

Sasuke se sentó en una silla a la mesa mientras Naruto preparaba la cena. Mientras lo hacían, el rubio se la pasaba mostrándole cada cosa que usaba y cada cosa a la vista. Le decía a Sasuke lo que era y para qué servía. Había pensado en hacerle preguntas de cómo eran las cosas bajo el mar, pero prefirió no presionar nada.

Sasuke lo miraba con una cara aburrida, por lo que el rubio pensaba que en cualquier momento lo iba a mandar a callar diciéndole que no le interesaba nada de lo que decía, pero el pelinegro simplemente asentía atento, aburrido, pero atento.

Naruto se preguntaba si realmente era capaz de asimilar tanta información nueva (ya que Sasuke en ningún momento había pedido que le repita nada) o si simplemente estaba fingiendo prestarle atención mientras su mente divagaba en otras cosas.

Después de varios minutos, Naruto terminó de preparar la cena y puso un plato frente a Sasuke en la mesa.

Sasuke miró el plato con la ceja alzada.

_ Pruébalo – ofreció el rubio con una sonrisa. Se notaba algo nervioso. Era la primera vez que cocinaba para alguien más y se había esforzado más de lo habitual para que el sabor sea aceptable – si no te gusta frito, no hay problema, sé que no hay fuego bajo el mar y tal vez estás acostumbrado a comer pescado crudo, así que… eh… en el refrigerador hay un pedazo crudo por si lo prefieres.

Sasuke levantó la mirada de su plato por un momento, luciendo muy escéptico, pero luego volvió sus ojos a la comida y decidió probar.

Primero tocó el pescado con la punta de su dedo, estaba caliente, pero no tanto como para quemarlo. Lo pellizcó y se sorprendió al ver que se deshizo fácilmente con sólo sus dedos. Tomó un pedazo y miró al rubio por un momento.

La cara con la que Naruto lo miraba le recordaba a sí mismo cuando era niño y esperaba nervioso a ver la reacción de su madre después de darle un regalo hecho a mano envuelto con algas.

Sasuke se lo llevó a la boca.

Primero lo dejó quieto un momento, y luego comenzó a masticar despaaaacio.

Naruto quería arrancarse los cabellos. La cara del pelinegro no estaba expresando nada mientras masticaba, solo se veía pensativo. Si hiciera mala cara al menos sabría que no le gustó, si hiciera buena cara sabría que había aprobado. ¡Pero nada!

Después de un momento, Sasuke tragó.

_ Me gusta.

_ ¡¿En serio?!

Naruto lo miró con la boca abierta mientras Sasuke se metía otro pedazo a la boca.

_ Sí, ¿por qué? – Sasuke lo miró cuestionador por tanta sorpresa – ¿no debería gustarme?

_ ¡No! ¡Es que…! Uhm… – el rubio se rascó la nuca sonriendo – es la primera vez que cocino para alguien.

Continuaron cenando y hablando sobre cosas humanas que probablemente Sasuke en algún momento necesitaría saber (bueno, Naruto hablaba). Luego comenzaron a hablar sobre como pasaría el día buscando a Itachi por la ciudad, y en eso se le fueron las horas. Naruto le mostró un mapa y propuso buscar por sectores ordenadamente, a lo que Sasuke estuvo en total acuerdo.

Naruto se moría por llenar a Sasuke de preguntas, es decir, estaba frente a tritón, un ser que la gran mayoría de la gente cree solo un mito, ¡¿A quién no le daría curiosidad?!

Pero era mejor esperar un poco, ya tendría todo el día siguiente para seguir conversando.

Aunque había algo que sí quería preguntarle hoy…

_ Hey, Sasuke…

_ ¿Mh? – Sasuke lo miró cuestionador al ver lo pensativo que se había puesto el rubio de repente. Era obvio que lo próximo que diría estaría fuera del tema.

_ En la tarde tú dijiste que no podrías confiar en nadie más – rememoró el Uzumaki mirándolo fijamente – ¿a qué te referías con eso? ¿Hice algo para ganar tu confianza?

_ Bueno… – Sasuke miró a un lado – yo ya te había observado antes, no me parecías tan malo.

_ Oh – el rubio pestañeó sorprendido– ¿Me observaste? ¿Qué hice de bueno?

_ Nada – dijo el Uchiha encogiéndose de hombros, haciendo que al rubio le baje una gota por la cabeza – pero tampoco hiciste nada malo.

  _ Ah…

El rubio se veía claramente decepcionado con su respuesta.

Sasuke soltó un suspiro revirando los ojos. Él no quería hacer sentir a ese humano “especial” ni nada, pero… bueno, había dicho que estaba dispuesto a ayudarlo ¿no? Lo mínimo que merecía era su sinceridad.

_ Te vi triste, cuando tenías siete años – comenzó a explicar resignado. Naruto levantó la mirada sorprendido – te había visto antes en la playa, de lejos, pero aquella fue la primera vez que te veía muy de cerca. En esa ocasión fuiste a la parte rocosa de la playa y te sentaste en una piedra que estaba rodeada de agua. Allí te pusiste a… a llorar – dijo el pelinegro mirando a un lado. Aun recordaba lo perplejo que le había dejado ver que salía agua de los ojos del humano. Igualmente recordaba preguntarse si, tal vez, salían lágrimas de sus ojos también cuando estaba triste, solo que no lo notaba porque estaba bajo el agua – y era la primera vez que te veía solo, y no sonriendo. Yo solía sentirme también, mi familia siempre estaba ocupada con sus responsabilidades, incluyendo a mi hermano.

_ Oh, yo… yo recuerdo eso – Naruto agachó la mirada con una sonrisa triste – fue el día en el que me enteré que había perdido a mis padres. Una tormenta alcanzó su barco.

_ Lo lamento – murmuró Sasuke con sinceridad – en ese tiempo yo no entendía nada de lo que decías mientras llorabas, pero pensé que podría animarte con unas conchas, así que dejé algunas sobre esa piedra y-

_ ¡¿FUISTE TÚ?! – gritó el rubio para luego quedarse mirándolo con la boca abierta.

_ Mh, sí – respondió Sasuke sintiendo un poco de calor en sus mejillas por cómo lo estaba mirando el otro – antes te había visto con una humana más grande, la cual supuse que era tu madre. Ustedes iban a la playa todas las tardes a recoger conchas y caracoles, y tú te veías muy feliz, así que pensé que eso podría animarte.

Naruto seguía mirándolo con los ojos redondos, en shock.

Sasuke miró a un lado, removiéndose incómodo en su asiento. En ese momento recién se daba cuenta de lo bobo que había sido su acto en la niñez.

_ El angelito acuático…

_ ¿Qué?

_ ¡El angelito acuático! – el rubio se puso de pie de golpe, con tanta precipitación que casi tumbó su silla – ¡Eras tú, tebayo!

_ ¿Angelito? – Sasuke estrechó los ojos sin poder evitar sonrojarse.

_ ¡SÍ! – vociferó el Uzumaki con una enorme sonrisa, completamente agitado y emocionado – ¡Por todos los cielos, no lo puedo creer! ¡Eras tú! ¡ERAS TÚ!

El rubio corrió hacia la sala, y antes de que Sasuke pudiera cuestionarle algo mientras se ponía de pie también, volvió corriendo con un frasco grande.

_ Aquí están, mira – el rubio puso el frasco sobre la mesa y lo abrió delante de Sasuke.

Sasuke no lo podía creer. Eran las mismas conchas y caracoles que le había dejado ese día.

_ Son mi mayor tesoro – confesó el Uzumaki con una dulce sonrisa – yo me sentía muy mal por la pérdida de mis padres, y aquel día fui a la playa a rogarles que volverían y no me dejaran solo – sus ojos se aguaron pero mantenía su sonrisa – al siguiente día estaban esas conchas allí, eran las más hermosas que había visto, y lo siguen siendo – aseguró sin ninguna duda – mamá, papá y yo íbamos todos los días a recolectar conchas, y luego con sentábamos juntos a mirarlas y ver sus bonitos diseños. Mamá solía decirme que, además de los ángeles invisibles, habían ángeles acuáticos y terrestres también, esos sí los podías ver pero sus alas eran invisibles. Después de ver las conchas, yo te vi…

_ ¿Me viste? – cuestionó el Uchiha sorprendido.

_ Sí, estabas detrás de una roca grande. Chiquito, pelinegro, piel blanca, cachetoncito-

_ ¡Yo no era…!

_ …Y luego te sumergiste, tebayo. En ese momento pensé que mis padres me habían mandado un mensaje contigo, que me habían respondido, me hizo sentir que aún estaban conmigo – sonriendo de oreja a oreja, dejó caer una lágrima, la cual Sasuke miró asombrado, ¿Qué los humanos no lloraban cuando estaban tristes solamente? ¿Por qué sonreía? – tal vez no haya pasado eso exactamente, pero fue gracias a ti que yo… – lo miró fijamente, Sasuke no sabía cómo reaccionar – que yo volví a sonreír. Gracias, Sasuke…

El cuerpo de Sasuke se tensó completamente cuando el rubio lo rodeó con sus brazos y lo apegó a él, abrazándolo fuertemente.  

_ ¿Q….Qué estás haciendo? – cuestionó el Uchiha aun sin creer el momento intimo que estaba teniendo con ese humano. Aún le costaba creer el impacto que había tenido sobre la vida de ese chico.

_ Se llama “abrazo”, es lo que hacemos los humanos cuando queremos dar afecto, tebayo – explicó el rubio con diversión en su tono de voz, sin soltarlo.

Sasuke soltó un bufido.

_ Usuratonkachi, ya sé lo que es un abrazo. Era una pregunta retórica.

_ ¡Oh! – sin dejar de sonreír, el Uzumaki se separó de él – ¡También tengo otra cosa! – metió la mano a su bolsillo y algo de allí – ¡Mira! ¡Me hice un collar con el caracol más bonito que me diste! ¡El pequeñito azul! – dijo el rubio colgándoselo en el cuello – Se me ve bien, ¿no? Todos dicen que resalta mis ojos. Siempre lo tengo puesto, pero todos los días me lo quito cuando voy a la playa para no perderlo o algo.

Sasuke abrió los ojos de par en par con horror al ver el collar.

_ ¡Q-QUITATE ESO! – vociferó de repente.

El rubio lo miró confundido.

_ ¿Eh? ¿Por qué?... cielos, tu cara está rojísima, ¿qué te pasa?

Sasuke se llevó una mano a la boca tratando de calmarse.

¡Tenía que tranquilizarse! No era como si las costumbres de los humanos fueran iguales a las de los tritones, por eso el rubio tenía puesto el collar como si nada, ¿no? Él no tenía como saber que para los tritones el lucir el caracol de otro tritón era anunciar a todos que “su corazón le pertenecía”. Pero, pero, en la tierra no significaba nada, nada de nada, ¿verdad?. Así que lo mejor era no decir nada, y tomarlo como eso. Nada.

_ Nada – dijo Sasuke recuperando la compostura – pensé que podrías ser alérgico a los caracoles o algo así.

_ …

_ …

_ ...

No fue su cuartada más brillante… pero bueno.

_ En fin, ¿dónde voy a dormir? – preguntó Sasuke cambiando el tema.

_ Oh – e rubio comenzó a considerar el tema – puedes dormir en la habitación de invitados, ¿te parece?

_ ¿Tú dormirás allí también?

_ Uhm, no, pero…

_ Quiero dormir donde tú duermas. La cama es grande.

_ P-pero… la cama de la otra habitación es lo suficientemente-

_ No – el rubio se calló ante la terminante negativa – tengo que estar siempre cerca de ti para vigilarte. Te advierto que tengo el sueño muy ligero, así que no intentes nada – le dijo amenazantemente para luego para de largo hacia las escaleras, dejando al rubio con la boca abierta – iré al baño y luego iré a dormir.

_ ¿E-Eh? ¡Espera! – el rubio se volteó saliendo de su shock – ¿Acaso sabes cómo se usa un-?

_ Sí – respondió el Uchiha con voz lúgubre y un aura oscura rodeándolo. Naruto se arrepentía de preguntar – sé cómo se usa un baño.

Después de unos minutos, ambos ya estaban acostados en la cama, ambos de espaldas.

_ Sasuke…

_ ¿Mh?

_ ¿Por qué me besaste en la playa? – preguntó el rubio con curiosidad acumulada.

Sasuke respondió con mucho gusto para que no se haga ninguna idea errada.

_ Era necesario para aprender a hablar el idioma humano y entenderte, funciona con la misma magia que transforma mi cola en piernas. Aunque al principio traté de hablarte para ver si me entendías y así evitar tener que hacerlo, pero no funcionó.

_ Ah…

Pasaron unos minutos en silencio…

_ Sasuke…

_ ¿Mh?

_ Gracias nuevamente, por… por lo de las conchas.

_ Mh…

_ Encontraremos a tu hermano. Te lo prometo – le aseguró con convicción.

Después de varios minutos de silencio, el rubio se durmió.

_ Gracias, Naruto.

.

.

.

.

.

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Como este fic es un regalito especial, técnicamente ya está listo. Iba a ser más cortito y de un solo capitulo, pero necesitaba sustanciar más la relación (me gusta sustanciosa!!!) así que quedó más largo, pero lo dividí en tres partes para ponerlo de forma que la historia dure toda la semana, para potencializar la lectura(¿?). Espero que te haya gustado como comenzó, Lobo!! Y a las demás personas, muchas gracias por leer!


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