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Flor de lotto [BangLo] por Jelliesters

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Corea, 2018.

 

YongGuk cerró la puerta del departamento detrás de él, un pequeño departamento alquilado en el que solo llegaba a dormir pues el trabajo le consumía gran parte del tiempo, trabajaba como obrero para una compañía de construcciones después de perderlo todo, pronto serían 4 años de la última vez que observo esos bellos ojos suplicando ir con él, se llevó la mano a la cabeza peinando su cabello hacia atrás para colocarse una gorra que lo protegiera del sol, aunque no pudiera detener los pensamientos dedicados a JunHong prefería pensar que estaba muerto como una forma de castigarse por los graves errores que cometió y le costó la vida de la poca familia que le quedaba, diariamente se preguntaba qué le respondería a YongNam si lo observará en ese estado.

 

Como siempre las calles estaban llenas de automóviles en movimiento, se detuvo en una esquina esperando el señalamiento que le permitía pasar al otro extremo, un auto oscuro y polarizado se detuvo al otro lado de la calle, no evitó la sonrisa que se le formó al recordar que antes el solo viajaba en ese tipo de automóvil y ahora tenía que caminar varios minutos para llegar a su trabajo con el fin de ahorrar y llegar a fin de mes, la señal para los transeúntes se colocó en verde y pudo pasar a lado de otras personas que también esperaban, del auto un hombre de traje oscuro salió, DaeHyun lucía totalmente distinto a la última vez que se vieron, incluso se acomodó el cuello del traje en un gesto arrogante que le saco una carcajada, sabía bien que lo estaba esperando así que no le dio más vuelta, si lo que quería era enfrentarlo a la cara que lo hiciera.

 

—Veo que no se te hace difícil encontrarme — cedió unos pasos cerca de él pero aun guardando distancia para no poner el cuello en bandeja de plata—.

 

—El único que creía que se escondía eras tú, nunca te perdimos la pista — DaeHyun señaló con la cabeza dentro del vehículo — Mi jefe quiere hablar contigo, coopera con nosotros y esto será sencillo.

 

—Verás…quién me dijo que me perdiera fue tu jefe, así que es difícil de creer que él pida verme — DaeHyun ignorando los reproches volvió a subir al auto con la puerta abierta para que YongGuk le siguiera — Aún tengo trabajo.

 

—Lo sé, el jefe te contrató en una constructora — Se asomó por la puerta llamándolo con la mano — Tienes el día libre.

 

YongGuk maldijo al viejo que no le dejaba en paz, subió por su voluntad al vehículo guardando silencio todo el camino, por más que intentara pensar en la razón por la que quisiera verlo una idea era más descabellada que la otra, trono la lengua pensando en que si querían cerrarle la boca se las verían muy duro, DaeHyun parecía no tener idea de la razón por la que fue llamado así que lo mejor era ahorrarse la pelea sin sentido con el chico, aunque tuviera ganas de saber si tenía conocimiento de cómo se encontraba JunHong se aguantó la pregunta, la casa del líder de siete estrellas no era la misma a donde en un momento siguió a JunHong, ahora se trataba de una mansión muy moderna en una zona rica.

 

DaeHyun dirigió el camino, sin embargo a pesar de que no conocía a donde iba no se permitió quedarse atrás, el trayecto fue a pasos largos compitiendo por quien entraba por la puerta primero, chocando hombros para atrasar al contrario hasta que fueron detenidos por un regaño del dueño quien al verlos competir como dos adolescentes mostró su decepción por ambos, cuando el líder de Siete estrellas le permitió aproximarse a YongGuk y le pidió retirarse a DaeHyun, el rostro de victoria en uno de ellos no fue nada discreto, el hombre quien aún tenía un porte elegante y tradicional le invitó a tomar asiento frente a él, se encontraban dos sillones acomodados uno frente al otro con una mesilla manteniendo la distancia entre ambos.

 

—Creí que me matarías si ponía pie en tu territorio — El hombre que principalmente se encontraba tomando de un vaso de cristal guardó silencio — ¿Qué necesitas de mí?

 

—Aun eres demasiado arrogante, quiero darte un trabajo — El jefe de Siete estrellas se apoyó sobre el sofá y dejó caer su mano cerca de sus pies para levantar un portafolio y colocarlo sobre la mesa — Una entrega muy importante fuera del país.

 

— ¡Ja! ¿Qué gano yo, ir a la cárcel? —YongGuk entendía muy bien que el tráfico al extranjero era muy riesgoso como para tomar la idea de buenas a primeras — No tengo intenciones de poner el culo a los…

 

—No será gratis —YongGuk estaba a punto de replicar que no podía alcanzar el precio cuando el hombre siguió hablando — Te diré donde está, te diré donde está JunHong a cambio de que entregues este portafolio a su dueño, es muy importante que llegue a su destino y no confío en nadie más que en ti.

 

—Viejo, hace cuatro años estabas amenazándome con matarme si me atrevía a buscar a JunHong, ¿y ahora me dirás donde esta? —Observó el portafolio sobre la mesilla y tomó asiento en el sillón, tuvo la intención de tomarlo y abrirlo pero el hombre colocó con fuerza su mano encima del portafolio impidiéndole — Al menos quiero saber qué clase de droga estaré llevando conmigo.

 

—No necesitas saberlo — El padre de JunHong volvió a apoyarse sobre el sillón en una posición más cómoda — Más importante ¿Tienes Visa?



 

 

Italia, actualmente.


—Gracias por ayudarme en la mañana Evan, ve a la colegio con mucho cuidado y nos vemos mañana — JunHong revolvió los cabellos del adolescente varios centímetros más bajo que el—.

 

Entró nuevamente a la florería que logró abrir luego de unos meses de duro trabajo como asistente en una oficina, trabajo que no le gustaba lo suficiente como para llevarlo a cabo hasta que lograra graduarse, faltaba poco para ello, al llegar al mostrador observo el reloj, estaba a punto de llegar su parte favorita de las tardes en Italia, después de los años volvió a sonreír como antes, extrañaba su país, a sus padres, sobre todo entrañaba a YongGuk, una sombra de tristeza le dio un bajón a su ánimo, tomó asiento detrás del mostrador colocando los brazos sobre el cristal observando las bellas flores que habían en su local, deseaba verlo, abrazarlo, besarlo, aún no podía enamorarse libremente de cualquier persona, aún no olvidaba a su segundo y ahora último amor, dejó caer la cabeza en el mostrador soñando en cómo debería de verse unos años después ¿Se dejaría el bigote? ¿Seguirá trabajando en lo mismo?

 

El sonido de la campana sobre la puerta sonó y una sonrisa cubrió su rostro al recordar la primera vez que YongGuk entró a la florería de la señora Park, incluso ese aroma a colonia le era inolvidable, ¿Que tenía que hacer para volver a verlo? Se levantó del mostrador y se acercó a la puerta para dar la bienvenida.

 

—Tengo una entrega de mi jefe — mastico la última palabra no muy convencido con el portafolio cerca de él — ¿Podrías ir y avisarle a...?

 

En un instante ambos se observaron cara a cara, las emociones les invadieron una detrás de otra sintiendo revolver el estómago y llenado sus cuerpos de ansiedad, en el momento en que las mejillas claras de JunHong comenzaron a tomar un tono rojizo advirtiendo las lágrimas que vendrían, YongGuk sujetó su rostro dejando caer el portafolio al suelo y abriéndose al momento, el moreno sujeto con firmeza la cadera de JunHong con el molesto mandil amarrado a su cintura y juntaron sus labios en un demandante beso que llevaban pidiendo cada día, JunHong creció aún más pero eso no le impidió a YongGuk guiarlo entre las repisas adornadas por flores haciendo caer algunas sobre el suelo y pegarlo a la pared rompiendo un adorno de paso, las bocas se juntaban en un ansioso y pasional beso que delataba cuánto había crecido dejando atrás toda ingenuidad e inocencia.

 

—Guk… ¿Donde...? — El moreno pegó su frente haciéndole guardar silencio — Tienes razón… no importa, lo importante es que estas aquí, estas bien, pero… yo aún te amo. — Las palabras se revolvían al salir de su boca tras no poder ordenar todo lo que quería decir en esos largos 4 años —

 

—Ese maldito viejo lo supo todo el tiempo, debe estarse riendo ahora de mí — Acercó sus labios nuevamente escuchando el jadeo de sorpresa que soltó el más alto, los suaves labios rosas eran devorados entre besos, una juguetona mordida fue la razón para que avanzaran a explorar con sus lenguas las boca ajena, las manos de JunHong cubrieron la boca de YongGuk alejándose de él dispuesto a parar todo aunque tuviera las mismas ganas de tenerlo entre las piernas — Sigues siendo el mismo conservador de siempre… — Se reía tomando las manos del alto para acercarlas a sus labios y darles un beso en el dorso — No te preocupes… Yo también te amo.

 

JunHong mostró una sonrisa al escuchar las palabras de YongGuk y por un momento se dedicó a pensar en el gran cambio que tuvo, deseaba preguntar que paso después de que se fue y por qué le tomó tantos años volver a su lado, ahogó las preguntas en su mente y cerró sus ojos iniciando el beso, YongGuk no tendría problema en hacerlo ahí mismo y el menor sabía muy bien eso, por lo tanto guió hacia la puerta que estaba detrás del mostrador que daba a un pequeño almacén de su local y para convencer al moreno desabrocho lentamente los botones de la camisa que portaba para llevar las manos sobre sus hombros y acariciar su piel deslizando la tela por los brazos del mayor.

 

La camisa quedó por fuera del almacén mientras ellos entraban cerrando la puerta, YongGuk comenzaba a ver esto como una competencia por quien extrañó más al otro, sin embargo después de quitarle el mandil e intentar bajarle los pantalones JunHong tembló por el escalofrío que provocaba las caricias con sus manos en su piel, por lo que bajó la velocidad de los besos y el ambiente se volvió más romántico y pasional, JunHong separó sus labios para abrir los ojos y verlo cara a cara gracias a la luz que llegaba de la ventana cercana al techo.

 

—Me gusta como a ti te gusta… — Mordió su labio deslizando ambas manos por su pecho recorriendo las líneas del tatuaje — ha pasado un tiempo, mi cuerpo solo necesita paciencia, cuando esté listo… tómame como tú quieras.

 

YongGuk inevitablemente sonrió y buscó sujetar su cintura para continuar el pasional beso, tomó la playera que JunHong llevaba encima y la subió hasta sacarla por su cabeza y brazos quedando ambos con el pantalón abierto y aún puesto, acariciando sus costados sin ninguna prisa bajaron al suelo compartiendo nuevamente un beso, al sentarse JunHong sobre sus piernas con las rodillas a cada lado abrió su boca para recibir la lengua que intentaba explorar un terreno conocido, el pantalón marcaba muy bien los glúteos del menor así que acarició sobre la tela y luego aprovechó a introducir sus manos debajo de esta a lo que JunHong respondió con provocadores sonidos invitándolo a seguir apretando su cuerpo.

 

JunHong se levantó sobre sus rodillas para permitir que YongGuk bajara las telas que cubrían su piel lo suficiente para liberar su entrepierna y glúteos, abrió la boca al recibir un par de dedos que buscaban un lubricante para hacer todo más sencillo, mojó los dedos con su saliva y luego agachó la cabeza cuando estos salieron de su cavidad para rozar su entrada trasera, la humedad ayudó al dígito a ingresar en su cuerpo, apretó los hombros de YongGuk sonrojado más por la excitación que por la vergüenza, los delgados dedos no forzaban con fuerza su estrecha cavidad si no que le mantenía paciencia hasta que los movimientos pudieran ser más seguidos y sin incomodidad, al ver el rostro de YongGuk frente a frente recibiendo los besos y las palabras obscenas que le susurraba le excito tanto que por cuenta propia levantaba más el trasero para recibirlo con más profundidad.

 

— ¿Me extrañaste Jun? — Aprovechando que el menor quedaba más arriba de su cara acercó su boca hasta sus hombros y cuello dando repetidas succiones y mordidas — ¿Te tocaste pensando en mí? ¿Qué tanto metiste a este agujero en mi ausencia? —Empujó dos dedos dentro.

 

— ¡Ah, Gukkie! —Bajo el rostro cerrando sus ojos y apretando los hombros de YongGuk mientras hacía el esfuerzo de mantener la posición y no sólo temblar en manos del hombre que amaba — No digas esas cosas… — Se mordió el labio al sentir el movimiento de los dedos empujando y saliendo de él—. Solo toque un poco…

 

El menor bajo su mano hasta el pantalón de YongGuk donde el pantalón abierto dejaba ver el bóxer abultado, trato de bajar la ropa para que la erección saliera y acarició despacio hasta que sintió la seguridad de comenzar a masturbar gracias a los ruidos que YongGuk guardaba en su garganta, entreabrieron sus labios para volver a besarse mientras estimulaban sus cuerpos, el calor al estar en un lugar cerrado y la propia excitación que les hacía subir la temperatura se vieron reflejados en las pequeñas gotas de sudor en sus cuerpos.

 

YongGuk retiró los dedos de la entrada abierta y sostuvo la cintura del menor para invertir posiciones, aprovechando que JunHong no tuvo problema en acomodarse de espalda sobre el suelo le retiró el pantalón y bóxer observando las piernas encogerse contra sí mismo para cubrir la desnudez, algo que le provocó una sonrisa, pero si no quería que el menor le mirara mal por reírse en esa situación se apresuró a dar un beso en sus labios y dejarle abrir las piernas por si solo a cada lado de su cadera.

 

—La próxima vez, iré más lento para probar cada parte de tu cuerpo y ver que todo siga en su lugar — JunHong soltó una risita y envolvió su cuello entre sus brazos más confiado y le acercó para darle un beso en sus labios —.

 

—Yo también quiero asegurarme de que todo siga en su lugar — YongGuk sonrió y acarició las piernas de JunHong para separarlas y permitirle bajar hasta su entrada y colocarse de forma que su miembro empujara contra su cavidad rectal— Entra Gukkie…

 

YongGuk tragó saliva al verlo con esas mejillas rojas de excitación, empujó con firmeza su miembro algo despacio para dejar a las paredes relajarse con su intromisión, al volver a unir sus bocas se perdieron en el contacto de labios y lengua mientras sus cuerpos se aceptaban uno al otro, cuando YongGuk comenzó a empujar el menor respiró profundamente, apretó entre sus brazos su cuerpo recibiendo las embestidas que YongGuk daba.

 

—Guk… Así está bien ¡Sí! — Elevó más sus piernas a la par de las costillas del mayor sosteniéndolas para que YongGuk empujara directamente en su cavidad rectal, deslizó sus dedos sobre el gran tatuaje en su espalda que no les permitirá olvidar nada en sus vidas — ¡Ah, me gusta!

 

—Jun, si aprietas tanto… — YongGuk apoyó sus manos sobre el suelo a cada lado de la cabeza de JunHong empujando sus caderas para hacer ingresar su miembro con más fuerza en cada vaivén, los brazos de JunHong le abrazaban por lo que bajo la mirada para ver que los bellos ojos que amaba tanto se encontraban cerrados — Abre tus ojos… mírame… he vuelto a tu lado.

 

JunHong abrió sus ojos y levantó un poco su cabeza para besar los labios de YongGuk y mantenerlo encima de él, embistiendo, poseyendo su cuerpo, dominando su corazón con suaves caricias y besos a su piel, confundiendo a su cuerpo y corazón a cada sacudida que llevaba al éxtasis a sus cuerpos, nada era un sueño, todo era real, así que se permitió gemir y provocar al mayor mostrándole que solo disfrutaba de esa forma con él.





Desnudos sobre el suelo, YongGuk descansaba sobre el pecho de JunHong escuchando los susurros sobre cosas que sintió el día que no fue a su lado en el aeropuerto, para reconfortarlo se levantó para darle un beso en los labios, aún mantenía un puchero con ganas de recriminar el haberlo abandonado, sin embargo tenerlo de esa forma le hizo agradecer poder volver a verlo.

 

—Gukkie… ¿Tienes que irte de nuevo? —JunHong cerró sus ojos y YongGuk se acostó a su lado observando el techo del almacén—.

 

—Solo hay un apartamento de segunda y una pila de cadáveres esperándome allí… no tengo intenciones de volver, más bien — Giró para ver su rostro y JunHong se animó a abrir sus ojos — No quiero perderte otra vez…

 

JunHong se levantó para acercarse animadamente a él y besar sus labios con alegría por saber que ya no estaría completamente solo en ese país donde todos hablan y se comportan de forma distinta a los acostumbrado, el sonido de la campana al abrirse la puerta y unas voces infantiles preguntado por él en coreano le hicieron abrir los ojos asustado y levantarse rápidamente para ponerse la ropa y gritarle a YongGuk que también se vistiera, tomo el mandil y abrió la puerta del almacén amarrando las dos tiras detrás de él.

 

—Hemos vuelto~ — Dos pequeños gemelos con alrededor de cuatro años vistiendo uniformes escolares sonreían al pie de la puerta aún tomados de la mano —

 

—Bienvenidos ¿Tienen hambre? — JunHong aún respiraba algo fuerte por el susto, detrás de él YongGuk salió sin camisa y los tatuajes en sus brazos y pechos alertaron a los niños — ¡Por favor ponte la camisa!

 

YongGuk observaba con los ojos abiertos al par de niños coreanos que tenían cierto parecido en los ojos y mejillas abultadas a JunHong y el cabello con ondulaciones y alborotado como el suyo, aún con la camisa en mano se quedó en pie mirando de los niños y a su pareja buscando más diferencias entre ellos.

 

— ¿Acaso diste a luz? — Fue la pregunta que causo el silencio, JunHong hizo una cara de asombro por tal idiotez, estaba seguro que el mayor conocía muy bien su anatomía como para decir una estupidez de ese grado—.

 

— ¡No seas tonto! — Se abalanzó contra su pecho riendo a carcajadas por la tontería dicha — Ellos son Jess y Alec, son hijos de mi vecina y ya que ella trabaja yo me encargo de cuidarlos cuando salen de la escuela.

 

—Ya veo… — Mientras se ponía la camisa  y JunHong levantaba todo lo que tiraron al suelo, los niños mencionaron algo entre ellos en italiano de lo cual solo logro entender “Nos lo va a robar” — No vine a robar nada, él siempre fue mío, ustedes salen sobrando.

 

— ¡YongGuk! — JunHong volvió a reír empujando a su novio detrás del mostrador ya que parecía estar a punto de agarrarse a golpes con los dos niños, bajo la voz sonriendo — se sentía diferente, pero ya veo que sigues comportándote como niño cuando estas celoso…

 

—Tío Junnie, mira — Alec se agachó hacia el portafolio abierto y tomó una bolsita negra la cual le mostró a su hermano mayor y regreso para tomar una fotografía —

 

— ¿Jess, puedes mostrarme qué tienes ahí? — Se agachó para quedar a la altura del infante y tomar la bolsa que estaba llena de algunas semillas florales que le tomaría tiempo separar para descubrir de qué eran — ¿Y tú Alec qué tienes ahí? — Recibió una fotografía por parte del gemelo menor, en la fotografía se encontraba JunSeo y un YongGuk más joven y robusto, giro la foto y detrás había una caligrafía clara —.

 

“Sueña por ti y por quienes ya no pueden”

 

YongGuk quien había dejado de estar detrás del mostrador se acercó para espiar el contenido que el viejo le hizo llevar, los gemelos estaban quietos y en silencio sin decir ninguna palabra frente a JunHong, así que lo rodeó para quedar frente a él y ver los bellos ojos que amaba llorando en silencio frente a la fotografía de su hermano mayor y el hermano de JunHong se agachó a su lado y le abrazó con fuerza dando un beso sobre su cabeza.

 

—El viejo te extraña, por ahora me dejare ganar y diré que te ama más que yo — Sonrió ayudándole a levantarse y dar un beso en sus labios — o tal vez no, porque yo no puedo soportar la idea de tenerte lejos.

 

 —Gracias por volver YongGuk, ya no soportaba estar solo — JunHong se dejó envolver en los protectores brazos con un sentimiento que no lograba experimentar con nadie en ese lugar en el que tuvo que acostumbrarse a vivir.

 

—Vamos, ya no llores que asustas a nuestros hijos — lo dijo tan seguro de sí mismo que provocó que JunHong volviera a sonreír—.

 

— ¡Yah! No digas esas tonterías que si no su madre dejara de confiar en mí para cuidarlos — YongGuk sonrió frente a él y se inclinó un poco pero en el rabillo del ojo pudo ver al par de niños con la mirada fija sobre lo que estaban a punto de hacer —

 

—Cierren los ojos — Obedeciendo los niños rápidamente se cubrieron la cara entre sus manitas comenzándose a reír por el tío nuevo que había llegado —Así está mejor.

 

La sonrisa de JunHong le devolvía la vida cada vez que aparecía, se acercó hasta sus labios marcando un largo beso que mostraba su decisión por mantenerse a su lado y cuidar de él, sin embargo cuando el beso fue devuelto entendió que de la misma forma JunHong le cuidaría hasta sanar cada recuerdo triste que guardaba dentro de él con un amor puro, ingenuo, sincero y eterno, JunSeo no estaba equivocado al elegir la flor que describe la forma de amar de JunHong solo que su hermano no pudo ver esa pizca de pasión escondida que ahora y para siempre envolvería su vida en un subir y bajar de emociones.




Fin.


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