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Flor de lotto [BangLo] por Jelliesters

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En la mañana mientras JunHong acomodaba los adornos en la parte externa de la tienda un auto negro polarizado estacionó frente al lugar llamando su atención, giró completamente para dar la bienvenida al cliente,  le sorprendió ver al Señor del día anterior bajar del auto acomodando su traje y provocándole una sonrisa,  JunHong pensaba que el hombre era realmente atractivo.

—Buenos días señor —dijo amablemente haciendo una reverencia.—

—¿Señor? Solo tengo 25 años — El mayor parecía ofendido, algo que hizo a JunHong sonrojar por su torpeza — eres libre de llamarme YongGuk..

—Usted puede llamarme JunHong, si lo desea...  — se había avergonzado pero al recordar su trabajo le invitó a pasar a la tienda. 

YongGuk estaba agradecido de saber el nombre del chico de las flores,  entró a la tienda y al observar el mostrador notó varias libretas y libros sobre encima.

—Lo siento cliente — el menor intento limpiar todo — ¿en que puedo ayudarle?

—Quiero un ramo de flores de lotto.

JunHong intento guardarse las preguntas y ser profesional, mientras arreglaba el ramo podía sentir como el mayor le observaba por lo que pensó que no tardaría en hacerle conversación.

—¿Cuantos años tienes? — preguntaba el pelinegro intentando ver el rostro ajeno que bajaba la mirada para enredar el lazo. —

—18 — le respondió sonriente — ¿gusta comprar algo mas? — El ramo estaba listo frente a él.

YongGuk negó y se preparó para pagar, de nuevo el joven le despedía con una sonrisa a lo que al salir curvó una sonrisa en sus labios,  entró al auto observando el ramo en sus manos y lo dejó caer en el asiento a su lado, cruzó las piernas mientras por el cristal observaba como JunHong le daba la bienvenida a otro cliente.

—Señor ¿A donde le llevo?  — Preguntó el chófer tratando de verlo por el espejo. —

—Llévame al motel de Hana — Sabia que habían capturado a otro matón del clan siete estrellas y deseaba interrogarlo personalmente.

La mirada de YongGuk se mantuvo al frente sintiendo el vehículo en movimiento,  ese día no iría a visitar a su madre pero había deseado ver al chico de rulos castaños una vez más,  tenía una dulce manera de sonreír, tan puro que solo podía pensar en mancharlo. 

El seguir pensando en el adolescente lo estaba excitando a su manera, el deseo de corromperlo estaba en su mente, bajó la mirada para observar como el bulto en sus pantalones crecía junto a sus pensamientos de marcar la piel de JunHong, suspiro tratando de relajarse más tarde iría a uno de los burdeles de double dragon a cogerse unas cuantas putas que le hicieran olvidar al castaño.

Estaba tan centrado en tranquilizar sus pensamientos que no escucho cuando el chófer le aviso que ya habían llegado , abrió sus ojos al tercer aviso notando la puerta abierta a su lado,  bajó del auto y a paso fuerte entró al motel caminando hacia una de las habitaciones rentadas por el exclusivamente para sus interrogatorios, al entrar encontró a un hombre colgado del techo que tenía aproximadamente la misma edad que el o tal vez mas joven. 
—¿Cómo te llamas? — YongGuk desabrochó su saco y lo fue deslizando por sus brazos hasta dejarlo sobre la cama, mientras doblaba las mangas de su camisa giró rodeando el cuerpo suspendido — ¿No vas a responder?

Al no obtener respuesta decidió no preguntar de nuevo pues el no era exactamente conocido por su paciencia,  colocándose frente a él soltó dos puñetazos a su abdomen escuchando las quejas,  al ver que iba a abrir la boca levantó su puño dándole en el rostro con suma fuerza escuchando incluso el "crack".

—¿Para quien trabajas? — se dio la vuelta tomando el bate que le extendía uno de sus hombres, antes de que hablara se apresuró hacia su cuerpo golpeado su costado y tal vez causando una fractura que hizo gritar de dolor a la víctima — ¿PARA QUIEN TRABAJAS?

—¡Siete estrellas! — Gritó  desesperado antes de que YongGuk le diera otro golpe a su costado — Trabajo para siete estrellas...

El hombre estaba jadeante por el dolor, podía sentir como la sangre se acumulaba en su boca tras ese golpe en la mandíbula, cerró los ojos al darse cuenta que por haber hablado le interrogarían más, se maldijo así mismo y recordó que lo único que el quería era ganar dinero fácil.

—¿Quien es tu jefe? —Al notar como se resistía tomo un cuchillo de la mesa que le habían traído y rajo su camisa hasta descubrirle el pecho, pudo observar el tatuaje de siete estrellas en su pectoral derecho —Denme el soplete.

YongGuk extendió su mano para tomar el soplete,  apuntó hacia el tatuaje y aun cuando las suplicas por clemencia taladraban su cabeza encendió el soplete esperando quemar ese trozo de piel marcado con el símbolo de sus enemigos.

—¡El jefe ira a la boda de uno de los miembros importantes! — Al escuchar aquello,  YongGuk apagó el soplete y levantó una de sus cejas preguntándose si debía creerle o matarlo de una vez por mentiroso. — Por mi puesto no lo conozco..   Pero si me perdonas la vida puedo investigar por ti ¡utilizame, maldición! — El hombre temblaba colgado suplicando internamente seguir con vida.—

—¿Por que diablos debería creerle a un traidor? — Con una sonrisa giró hacia sus matones — Traigan la gasolina, haré arder a este bocón.

—¡Quiero seguir con vida, no le tengo lealtad a Seven Stars! — Se desgarraba la garganta gritando por la atención de YongGuk — ¡Te juro por mi vida que si me perdonas te guiaré a el!

YongGuk cruzó sus brazos aun con el soplete en una de sus manos, observó a el chico temblando y sangrando al mismo tiempo,  su rostro era de total pánico algo que le hizo sonreír de oreja a oreja, no tenía lealtad alguna solo interés por si mismo y al ver aquello el pelinegro se sintió de buen humor al darse cuenta que había encontrado a una de las ratas de la mafia enemiga.

—Vas a regresar y a traerme el nombre del presidente de Seven Stars, pero antes...  — Encendió el soplete apuntando a la nada — Dejemos en claro tu lealtad — con lo último se acercó hasta su pecho quemando las estrellas que le tatuaban la piel.


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—Bienvenido... ¡Hyung! — JunHong al levantar su cabeza encontró al chico que le había hecho suspirar por años,  emocionado corrió a darle un fuerte abrazo.  — ¿DaeHyun, qué haces aquí?

—Escuché de tu familia que trabajaras aquí, me pidieron dar una vuelta cerca — Ambos chicos tomaron asiento bajo la mirada chismosa de la señora Park — ¿Te esta yendo bien?

—No es necesario cuidarme, me esta yendo muy bien y la señora Park es amable conmigo — Al escuchar aquello a la viejilla chismosa se le subieron los humos y les dio privacidad a los jóvenes — Atender la tienda es agotador pero me doy pequeños descansos cuando no llega nadie,  ¡Además hoy llegaron muchos niños de el preescolar! me hizo recordar a cuando asistía a la escuela,  se veían tan monos.. Aunque debo decirlo, yo me veía muy bien en uniforme y como soy alto dejé a tantos compañeros a...

JunHong no había podido continuar con su largo monólogo sin final por que unos gruesos labios se posaron sobre el callando cualquier sonido que pudiera emitir, cerró sus ojos dejando a la acción tan familiar seguir hasta que volvió a sus cinco sentidos y lo empujó por el pecho, al no medir su fuerza casi hace al chico caer al suelo.

—¡Tienes novia, idiota! — El castaño se limpiaba la boca mientras su atacante solo se reía acomodándose de nuevo en su sitio — No es gracioso, te pedí que no volvieras a hacerlo.

—Es la única manera de que te calles,  hasta lo estabas disfrutando — El tono de DaeHyun era burlón, llevó una de sus manos a el muslo derecho de JunHong subiendo poco a poco sin medir el peligro — ¿Acaso no extrañas el calor de otro cuerpo?

—Créeme, si llegara a extrañarlo jamás iría a ti — Tomando uno de sus dedos apartó la mano de su pierna haciendo reír de nuevo a DaeHyun — Además, ya me gusta alguien.

Lo dicho tenía verdad y mentira a la vez, le había emocionado saber que DaeHyun aun tenía interés en el pero habían cosas que JunHong no estaba dispuesto a hacer, tal era mantener una relación con este mientras era consiente del noviazgo que el mayor sostenía con una joven,  sus gustos por otros hombres le dejaban una lista casi inexistente de posibles parejas pero no por ello se lanzaría a los brazos del primero que le arrojara un hueso,  por que el tenía dignidad ¿verdad?


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