Su cabeza giraba de nuevo, justo igual como hace unos años atrás... no le tenía rencor ni nada por lo que había pasado antes, ya que justamente eso quedo atrás apenas podía recordar un poco porque si lo hacía por completo iba a desmoronarse.
No era la primera vez que bartolomeo sentía estos sentimientos por Cavendish, esto venía desde la secundaria, fue un día que no había ni una nube en el cielo, la temperatura era cálida pero seca a la vez. Se sentía muy nervioso por declarársele por primera vez, a pesar de que siempre se trataban mal o de alguna forma le metía una que otra broma al rubio narcisista, se llevaban más o menos bien al pasar el tiempo.
Jamás olvidaría su reacción y lo que sucedió después.
Los ojos se abrieron como 2 platos gigantes cuando escucho las palabras de amor de su compañero. Estaba todo la misma aula derrumbándose por donde mirara, esto no era nada de su agrado... luego de aquello dijo claramente
En cuanto quiso parar sus recuerdos la puerta de su local se había abierto por la llegada de él. Tenía una gran sonrisa en el rostro, era como si lo que había visto por la tv no le hubiera afectado en lo más mínimo, solo expresaba felicidad y tranquilidad al verlo. ¿Había cambiado? O quizás solo estaba mejor si sentía el olor a las flores, pero más a las rosas.
- ¡Yay! – apurándose y sin que el otro se diera cuenta corrió para abrazarlo un poco, luego de aquello se dirigió por la puerta trasera para ir a comer sus ansiadas y preciosas rosas que para él solo le indicaban "la paz" por al menos unos días.
- ... - ante el abrazo no había reaccionado ni un pelo barto y había quedado con las palabras en la boca, aun así no podía emitir algún sonido por lo que había hecho Cavendish con su abrazo.
Lo veía feliz, era todo lo contrario de su reacción natural, (se refiere que cuando vuelve del trabajo tiene una cara muy mala)
Al pensar eso dijo – ya ni se cómo sentirme, pero estoy confundido – ante su reacción, el leve sonrojo que le provoco el rubio se sentía un poco feliz, ya que sus palabras no lo confundieron.
- Una, ñam, dos... ñam – contaba aliviado sentado en el suelo las rosas que comía con ansiedad, aunque a veces trataba de parar para respirar por un momento. "Eres mi oasis, realmente aprecio esto" quería decirlo pero ya era tarde para hacerlo.
Cuando termino de comer unas 5 rosas más, dejo de importarle su alivio para verlo, ya que seguro "estaba preocupado por el" cuando había escuchado sus palabras por el celular se sintió feliz y "algo más".
- Oye barto – abrió la puerta y se dio cuenta que él no estaba en el mostrador ya, se encontraba agarrando unas flores para guardarlas en otro lado, en cuanto escucho ser nombrado levanto la cabeza para ver que Cavendish se apuraba a verlo, tenía algo mismo en la cara que le resulto ver extraño en él. Parecía estar confundido y avergonzado a la vez. Parecía que se encontraban en la misma situación.
- ¿T-t-te acu-acuerdas de mi rechazo hace 5 años atrás? – casi tartamudeando y bastante nervioso estaba agachando la cabeza hacia su persona.
Capaz haya pasado mucho tiempo desde la secundaria pero el primer amor no se olvida tan fácilmente y a pesar de que no pudo juntarse con el... lo recordaba cada vez que lo veía por la televisión o los show que se podían a llegar a ver por las noticias de la tarde.
La verdad no fue buena idea enamorarse de alguien que término siendo famoso y lo podía llegar a ver, en todos lados
Tuvo mala suerte, pero las cosas pasan por una razón y nada más...
- Lo recuerdo, claramente – puso una cara seria al decirlo, pero al ver que la cara de Cavendish se había puesto un poco triste, la cambio rápidamente porque no quería hacerlo sentir culpable de eso...además había pasado mucho tiempo ya ni debería importarle ¿o sí?
- Bueno... en realidad es que... - le costaba bastante expresarse para terminar de decirlo porque cada vez se volvía más rojo.
Ya ni le miraba a los ojos cuando estaba respondiendole justo en este momento, el corazón de barto empezó a acelerarse por cada segundo que pasaba y por la espera de la respuesta final ya que era muy importante para el incluso ahora, después de 5 años... ahora justo ahora podría ser que...
- Yo... - quería aclarar todo este problema cavendish sino sería muy tarde para él.
- Siempre te... -
Iba a estallar en ese momento el peliverde al querer oír las palabras de su ídolo en este momento, pero su propia mente lo encerró tratándole de proteger sin importar que. Como si de un castillo se tratara, uno de cristal y totalmente congelado, muy parecido a la vida real o a una persona sin confianza en nadie.
Yo siempre te odie, la verdad no puedo creer que ahora me estés haciendo una maldita broma, tú y tu boca realmente son desagradables, querer hacer una vida contigo para mi ¿FUTURO?¡ DEBES ESTAR BROMEANDO CABEZA HUECA, IDIOTA! Ah... claro creo que debo demostrarte que realmente te odio ¿no?
Luego de aquellas palabras y más insultos de parte de Cavendish, recibió una patada de enojo para que solo se recostara en el suelo por el dolor. Y luego de aquello se sumaron varias patadas más y no paraba de repetir la frase "¡¿VES?! ¡¿VES COMO ME IMPORTAN TUS MIERDAS DE SENTIMIENTOS?! ¡¿TONTO?! ¡MUERETE IDIOTA MUERETE!
Mientras era pateado una y otra vez, paro al verme que salía sangre por mi nariz y que había provocado golpes duros, por ello dejo de hacerlo solo me cubrí la cabeza para tratar de defenderme, por más que quisiera no podría hacerle daño, ya que mi corazón me lo impide y por esta tontería estoy llorando. "soy un completo idiota, tienes razón"
Fue un final triste y seco, para que abandonara toda esperanza de poder enamorarlo. Quería dejarlo bien en claro y así lo había hecho.
Una lágrima le rodaba por la cara y provenía del ojo izquierdo, al querer limpiarse interrumpió lo que diría Cavendish en ese momento.
Su corazón ya no puede... no puede perdonarlo.
- Lamento esto...en serio – al responderle se preguntó asi mismo "¿porque justo ahora ese recuerdo vino ahora? Esto es tan injusto" – estaré cerrando el negocio, disculpe jefe pero es la hora – al decirlo empezó a recoger las flores que se encontraban afuera en los cajones adornadas, para meterlas adentro y guardarlas.
El rubio quedo en silencio, al escuchar eso capaz barto ya no quería oírlo hablar, por eso se había molestado. En cuanto vio que el otro había entrado le agarro por el brazo y fue la primera vez que vio su cara de otra forma, una que no había visto antes.
¡Escúchame! – dijo a pesar de verlo así, pero cuando se dio cuenta ya... era tarde.
Se lo veía bastante enojado y serio, al ver esos ojos lleno de rabia e ira que estallaría por salir en cualquier momento solo se alejó entendiendo el mensaje sin decir otra palabra. Haciendo una mueca, salió de allí y llamo un taxi para irse a casa.
- ¡¿Por qué pensaría que podría tener chance con él?! ¡Esto es estúpido! – se dijo así mismo mientras cerraba la caja y sacaba de ahí una llave para cerrar el lugar. – ¡¿por qué seguí esperándolo?! ¡Es tonto! ¡Yo ya no quiero nada de ÉL! –
Esa parte lo termino gritando y alguien habia entrado por la puerta, lo habia visto llorar en este mismo instante.
- ¿Qué sucede? ¡No llores pollo no quiero verte así! ¡Sonríe! ¡sonríe! – al escuchar eso de Luffy trato de hacer una sonrisa pero se desintegro mientras más seguía pensando en lo que paso.
Se fue a limpiar su cara con un trapo que tenía en el negocio y antes de preguntarle a su amigo que hacía a esta hora ahí, no se le fue permitido ya que hablo el primero.
- ¡Vamos a mi casa barto! ¿Quieres jugar video juegos? ¡Tengo unos nuevos y de seguro te encantaran! – Bartolomeo no se lo diría pero ninguna persona por más que le digas sonríe en un momento así, podría hacerlo bien.
Pero la sonrisa de su amigo si lo animaba después de todo, él fue su apoyo en todo este tiempo y los 5 años también. Lo admiraba por ser tan despreocupado y ser muy confiado en que todo se arreglaría si creía en ello.
Cuando cerro el negocio bajo llave, el moreno se lo llevo de la mano hacia su casa, que no estaba tan lejos del local por eso venia siempre o las veces que podía desde su universidad hacia su lugar de trabajo, solo para verlo o animarlo las veces que necesitara. Fue ahí que recién esto no era costumbre... esto lo hacía porque si le importaba, con ese sentimiento pudo mejorar su cara y su dolor.
- ¿Qué jugaremos hoy Luffy-sempai? – sonreía mientras caminaba junto a su amigo
- ¡Es una sorpresa shishishishi! – al responderle se reia como acostumbraba a hacerlo cuando se sentía feliz.
Por el otro lado Cavendish se encontraba sentado en un restaurante bastante lujoso como invitado a una cena especial, no se sentía nada cómodo en ese lugar y cada tanto recibía mensajes de su representante diciendo "no la cagues".
Apurado respondió "déjame en paz vieja bruja" y de allí apago su celular.
- Disculpa la tardanza Cavendish, pero tenía unas problemas al venir supongo que no tuviste que ver haha – traje elegante tenía como si hubiera llegado de otra fiesta importante, y una sonrisa bastante molesta para los ojos del rubio.
Rodo los ojos en cuanto lo vio totalmente el rubio diciendo – yo no chantajeo a nadie para hacer fallar a alguien – al terminar de decirlo entrecerró más sus ojos mostrando una mirada de una fiera.
- ¿Y ahora me hechas la culpa a mí? Que seas malo para actuar es tan mmm... ¿cómo lo diría? Incompetente – sonrió mientras sostenía una copa y se servía vino tinto.
- Al menos no estoy perdido ni caí bajo por alguien menor a mí – entrecruzo sus dedos y apoyo su mentón en sus manos. – ¿qué planeas hacer conmigo gardoa? – Cuando pregunto eso, el otro solo se carcajeo más de la pregunta en cuestión.
El plato que le había servido una mesera el mismo tiro el plato hacia la cara de Cavendish, este al percatarse de ello levanto un brazo pero llego la comida a su rostro de todas formas.
- Solo quiero verte perecer, nada más – con una sonrisa en el rostro se levantó de su asiento y se fue directo por donde había llegado ahí.
- Inmaduro – respondió el rubio mientras trataba de sacarse la comida del pelo.