La primera en llegar fue Donna… Lo cual no había sido al azar, Dick la citó más temprano a propósito sin que ella lo supiera. No podía seguir engañándose a sí mismo y comenzó a aceptar el hecho de que su atracción por Jason era real y que estaba dejando de ser algo meramente superficial. Se encontró asimismo deseando la compañía de Jason a cada hora y en todo lugar, y pese a que no tenían la oportunidad de verse en persona muy seguido debido a los restrictivos horarios de Dick, los mensajes y llamadas del menor eran capaces de alegrar sus días y dejarlo con una boba sonrisa por el resto de la jornada. Dick conocía bastante bien esa sensación, y tenía suficiente experiencia para saber que ya era demasiado tarde para detenerse.
Pero las cosas no se le harían tan fáciles. Sus conocidos fracasos amorosos con personas que fueron y seguían siendo importantes en su vida no eran el único problema que se presentaba frente a esta nueva atracción. Pese a hablar constantemente con Jason y aprender todos los días algo nuevo de él, Dick no sabía absolutamente nada de la vida amorosa de su “nuevo amigo”, o asuntos más íntimos.
Sabía que Jason era adoptado, que pese a ser bueno en la cocina le gustaba la comida rápida, que era renuente al contacto físico casual (Dick podía percibir cómo se alertaba ante el más pequeño roce), que su signo zodiacal era Leo y como tal era orgulloso y protector, que era la única persona que podía igualar el conocimiento de Shakespeare que poseía Alfred, que fumar era un hábito que consiguió antes de ser adoptado porque los cigarrillos le quitaban el hambre, y que pese a ese mal hábito y las hamburguesas que se permitía comer de vez en cuando, Jason mantenía una rutina de ejercicio que explicaban esos fantásticos bíceps y una figura que nada, nada tenía que envidiarle a la de Dick.
Todo en cuanto a sus relaciones románticas era un completo misterio para Dick, motivo por el que decidió llamar a Donna, su amiga en común, para hablar al respecto.
Donna lo saludó con un efusivo abrazo al que Dick respondió con igual entusiasmo, enormemente feliz de ver a su mejor amiga una vez más. Se pusieron al tanto con el día del otro y antes de que Dick pudiera comenzar con sus insidiosas preguntas respecto a Jason, Donna lo sorprendió una vez más con su capacidad para leerlo como pocos podían.
- Y bien, ¿por qué soy la primera en llegar? ¿Qué te acompleja esta vez?
Dick llevó una mano a su cuello y esquivó su mirada. Hablar directamente sobre su curiosidad respecto a Jason no parecía lo correcto, por otra parte, sabía que no podía ocultarle cosas a Donna por mucho tiempo pero al menos lo intentaría para no volver las cosas más incómodas una vez el susodicho llegara.
- No es nada, solo me preguntaba cómo es que conociste a Jason. Ya sabes, tres de mis amigos más cercanos también son sus amigos, me cuesta entender cómo es que recién comienzo a conocerlo.
Donna inclinó su cabeza levemente, parecía no esperarse tal pregunta.
- Lo conocí cuando estudié literatura aquí en Gotham, ¿recuerdas? Eso hace un par de años, y gracias a mi conoció a Roy, Kori y a Kyle— Durante aquel año estabas entrando al cuerpo policial, no nos vimos mucho en ese entonces, y supongo que nunca coincidimos todos porque Roy vivía en Star City y Kori viajaba más periódicamente a Brasil, luego yo volví a Grecia...En todo caso, con Kyle fue distinto, a él ya lo conocía en la Academia aunque no eran precisamente amigos— De todas formas, todo fue distinto con Kyle.
- ¿A qué te refieres con “distinto”?
Un suspiro escapó de los labios de Donna, para luego sonreír y acomodarse en el sillón.
- Lo de Kyle y Jason fue...Especial. - Oh. Algo le decía que no iba a disfrutar de dicho relato. - No empezaron como amigos, al contrario, por algún motivo a Jason no le agradaba Kyle en lo absoluto— Kyle es un poco como tú, es un buen chico y quizás demasiado perfecto en un principio. Pero como era mi amigo, Jason estaba obligado a aguantarlo. Con el tiempo se conocieron mejor y...Se podría decir que se convirtieron en amigos, pero ya sabes, “con ventaja”. Honestamente, mientras más se acostaban juntos, mejor parecían llevarse— ¿Dick?
Donna había comenzado a reír pero se detuvo en cuanto notó la expresión de su amigo.
Estaba sorprendido, definitivamente no se esperaba aquello, y no pudo evitar pensar que el sujeto que le ¿gustaba? acababa de comenzar a trabajar con quien al parecer se había acostado en múltiples ocasiones durante sus años de estudio.
Intentó sonreír, pese a la poca usual sensación de celos que comenzaba a invadirlo. - Vaya, entonces Jason es ese tipo de chico, ¿no? Supongo que fueron novios— ¿O todavía no se acaba entre ellos?
- Fue extraño, ninguno de los dos quería ponerle un nombre a lo que tenían, pero para ser sincera, si andaban como pájaros enamorados. Se tomaban de la mano a veces, Jason hasta dejaba que Kyle se sentara en sus piernas— Les decía lo empalagosos que eran pero me alegraba verlos felices… ¿Dick? ¿Hay algo que quieras contarme?
A juzgar por la interrupción que Donna hizo en su propio relato, el semblante de Dick volvía a delatar lo que pasaba dentro de él… Hubiera deseado que su amiga no fuera tan gráfica, no era necesario y se le haría difícil quitarse esas imágenes de la cabeza.
- No, no está bien. Es solo que—
El sonido de alguien llamando a su puerta lo detuvo. Dick y Donna se miraron antes de que el dueño de casa se pusiera de pie y la abriera.
Intentando poner su mejor cara, Dick le dio la bienvenida a Jason.
- Hey Dick, tardé un poco porque tuve que pasar a recoger a este sujeto. - A su lado, un joven más bajo que Jason, de cabello negro y que portaba un amigable semblante sonreía lo saludaba agitando su mano. Dick concluyó que se trataba del infame Kyle Rayner. - Y luego nos encontramos a este otro allá abajo. - Y más atrás, el buen Roy Harper sostenía unas cuantas botellas de cerveza y se adelantaba para entrar a su departamento.
- ¡Dick! Hace años que no te veo. No me digas que ya te olvidaste de mí. - Tras dejar las botellas sobre la mesa, el pelirrojo se acercó a darle un abrazo a su amigo. Exageraba con eso de “años” pero debía admitir que no se habían visto en un buen tiempo, una vez más debido a su trabajo como policía.
Dick dejó escapar una risa al soltarlo. - Para nada, pero me enteré que tú me cambiaste por otro. - Dick le dirigió una mirada a Jason, el cual le sonrió como respuesta ante lo que el mayor no pudo evitar sostener su mirada en él por unos segundos más mientras Roy hablaba.
Si seguían así por el resto de la noche, estaba seguro que todos notarían que le pasaba a Dick frente a la presencia de Jason.
- No hay necesidad de que se peleen por mí, caballeros. Hay suficiente Roy para ambos.
- ¿Y hay un poco de Roy para mí?
Donna se puso de pie y abrazó al pelirrojo, dejando un suave beso en su mejilla. Dick y Jason solo los observaban, ambos esperando que la pareja notara de una vez por todas que estaban hechos el uno para el otro.
- Donna, bien sabes que ni Jaybird ni Dick pueden competir contra ti.
- ¿Jaybird? - Dick se largó a reír al oír tal apodo, era adorable.
- Ya déjalo, Harper.
- ¡Kyle, Jason! - Apartándose de Roy la joven se acercó a sus amigos y los abrazó a ambos. Al separarse volvió su mirada hacia Dick. - Dick, este es Kyle Rayner, profesor de arte y prodigio en la pintura.
- Hazlo hablar de Van Gogh y se pondrá a llorar.
Kyle golpeó a Jason con su codo, aunque comenzó a reír igualmente. Okay, muy bien.
- Y Kyle, este es Dick, oficial de policía.
- Un gusto conocerte, Dick. Donna y Wally hablaban mucho de ti.
Se saludaron con la mano, aunque la expresión de Dick volvió a teñirse de sorpresa. - ¿Conoces a Wally?
- Un amigo de mi familia y la pareja de su tía son muy cercanos, así que lo conozco desde pequeño.
- Oh, ya veo.
- Por cierto, Wally me dijo que va a llegar un poco más tarde. Creo que está ocupado con Bart. - Agregó Roy, quien no perdía el tiempo y se estaba tomando unas cervezas con Jason.
...
Mientras esperaban a Wally y a petición de Roy, Jason se dirigió a la cocina para preparar algo rápido y más sano que papas de bolsa y snacks de queso.
- Entonces, ¿después de esto salimos a un club? – Preguntó Roy, sin estar bromeando del todo.
- A nuestra edad no vas a durar ni hasta las 12 de la noche con suficiente energía. – Quizás Dick exageraba con el asunto de la edad, pero en ese instante le bastaba con compartir una velada tranquila junto a sus amigos.
O al menos sería tranquila hasta que Wally llegara.
- Mientras ustedes piensan en el retiro, yo me encargaré de poner algo de música. – Donna, la líder natural de su grupo de amigos, se puso de pie y eligió una playlist para animar el ambiente. Pronto un contagioso ritmo pop comenzó a sonar y Donna volvió a su lugar en el sofá.
- De todas formas a Jason no le gusta salir a bailar ni nada de eso. – Agregó Kyle.
Roy comenzó a reír. - Y se supone que él es el celebrado… No puedo creer que lo hayamos enviado a la cocina.
- Ustedes son lo peor. Voy a ver qué tal sigue. - Tentado por el delicioso aroma que salía de su cocina, Dick se levantó y se dirigió hacia el lugar, acercándose a su preciado chef.
Verlo tan concentrado en su labor lo hizo sonreír. Se asomó para mirar por sobre su hombro y alzó la voz: - Eso huele muy bien, ¿qué es?
- Pollo con verduras salteadas— Me sorprende que tengas verduras en tu cocina.
- ...La verdad es que a mí también me sorprende. No lo recordaba.
Jason se largó a reír, pero se detuvo en cuanto Dick se situó a su lado y cambió el tema radicalmente.
- Entonces, tú y Kyle...No me habías dicho que tuvieron “algo”. - Intentó hablar lo más bajo posible y con un tono distendido, como si el tema poco le preocupara. Lo cual por supuesto que no era cierto, pero debía disimular.
Sin embargo, el menor no le respondió de inmediato logrando que se inquietara por unos segundos.
- ¿Donna te lo dijo? - Dick asintió. Jason volvió a su labor de picar las verduras pero una sutil sonrisa se dibujó en sus labios. - Si, hace un tiempo, pero eso ya acabó. ¿Por qué? ¿Estás celoso?
Estaba bromeando, por supuesto que estaba bromeando. Aun así Dick se sintió enrojecer aunque al mismo tiempo se sintió aliviado por saber que lo que sea que haya pasado entre ellos ya estaba en el pasado.
Lamentablemente para él, aquella tranquilidad no duró demasiado. Antes de que pudiera responder la llegada de un tercero los interrumpió.
- ¿Quieres que te ayude, Jay?
Ambos se voltearon y encontraron a Kyle acercándose. Jason le dedicó una rápida mirada a Dick antes de dirigirse a Kyle: - Claro, ¿puedes revisar el pollo? Dick, un día de estos deberías probar la cocina de Kyle, tengo que admitir que cocina bastante bien.
- ¿Un halago? Eso es nuevo en ti, Jason.
- Uh, sí, me encantaría— Por ahora los dejo, si necesitan algo me pueden avisar.
Podía escuchar las risas de Kyle y Jason mientras se alejaba de la cocina e intentaba recobrar su habitual positivo espíritu. No tenía sentido estar celoso, Jason era solo un amigo… Y se estaba divirtiendo, Dick creía que eso era todo lo que debía importarle aquella noche.