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Clearest Blue por DanaLang

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Dicho y hecho.

A las 9 de la mañana Donna llegó a su departamento sosteniendo dos vasos con café y una bolsa con el resto del desayuno. No lucía como si se hubiera ido a dormir pasadas las 3 de la mañana la noche anterior, todo lo contrario. Y luego decían que era él quien se veía siempre perfecto. 

No había bebido demasiado por lo que no despertó con jaqueca, aunque tenía el presentimiento de que la conversación que lo esperaba le provocaría una. Mientras tanto Wally continuaba durmiendo en otra habitación, cuando Dick fue a comprobarlo parecía como si hubiera caído en estado de coma. Tuvo la seguridad de que no despertaría pronto, pero se aseguraría de guardarle algo del desayuno comprado por Donna y de dejarle un par de pastillas para el dolor de cabeza. 

Su amiga se acabó el croissant que sostenía y puso sus codos sobre la mesa, apoyando su rostro entre sus manos. - ¿Y bien?

Suspiró. Ya no había forma de seguir evitando el tema y honestamente no quería seguir haciéndolo, sentía la necesidad de desahogarse y vivir sus sentimientos de forma libre, no importaba si estos eran positivos o negativos.

- Algo me dice que ya sospechas de que se trata todo esto…Lo que—

- Lo que ocurre contigo y Jason. Estás interesado en él.

Dick tragó un buen sorbo de su mokaccino antes de responder. Siempre podía confiar en que Donna le llevaría su sabor de café favorito y que escucharía con divina paciencia sus problemas amorosos, y se preguntaba si acaso su atracción hacia Jason era obvia o simplemente Donna lo conocía demasiado bien…Se inclinaba a creer lo segundo, era más conveniente.

- Si— Creo que me gusta y…No lo noté hasta que me entere de todo el asunto de Kyle anoche y Roy comenzó a hablar sobre ellos, y todo eso…

No estaba seguro si la mirada que le devolvía Donna era de ternura, lástima, emoción, o todas las anteriores. Pero tenía la impresión de que su situación lo hacía ver como un adolescente— Su atracción por Jason provocaba en él sentimientos similares a los que alguna vez sintió por Barbara, aquella íntima amiga que en ocasiones parecía jugar con él y su enamoramiento, pero que finalmente le correspondió con la misma intensidad.

No funcionó, pero seguían siendo amigos. Quizás en otra vida…

- Dick, ¿estás ahí? - La voz de Donna lo removió de sus pensamientos, devolviéndolo al presente. - Escucha, todo lo que dije ayer fue con completa honestidad. No creo que Kyle y Jason vuelvan.

Confiaba en Donna lo suficiente como para que sus palabras lograran convencerlo y tranquilizarlo al respecto. Y si bien la posibilidad de un reinicio de la relación entre ambos era nula a juicio de su amiga, eso no era suficiente para desvanecer todas sus dudas, ¿había pasado algo entre ellos en el taxi la noche anterior? Kyle estaba ebrio, Jason también se encontraba levemente influenciado por el alcohol, y las palabras y aquella pregunta de Roy habían generado el ambiente propicio para caer en la tentación. No quería seguir torturándose con aquellas suposiciones, por lo que decidió realizar otra pregunta.

- ¿Y tú crees que él tenga interés en…? No lo sé, ¿intentar algo— Conmigo?

Ahora si podía identificar con exactitud la expresión que cubría el semblante de Donna: era de pura molestia. - ¿Hablas en serio? El Dick Grayson que conozco ya estaría intentando conquistar ese corazón.

- El Dick Grayson que conoces no fue capaz de llevar una relación con las mujeres que creía que serían sus amores de toda la vida. Supongo que después de eso me puedo permitir ser un poco más cauteloso.

El silencio cayó sobre ambos. ¿Acaso era un estúpido por sentirse inseguro después de esas experiencias? En ocasiones tenía la impresión de que nadie realmente creía que había sufrido tanto como Kory o Barbara luego de sus rupturas. Siguió adelante al igual que ellas, lo que no significaba que el miedo a arruinar lo más especial que podía tener con alguien se había desvanecido.

Antes de que pudiera decir algo más, sintió la mano de Donna estrechar la suya sobre la mesa. Al alzar la vista, su amiga le sonreía. - Está bien, Dick. Lo siento. Tomate las cosas con calma, Jason también avanza a su propio ritmo en ese sentido... Solo te advierto que tendrás que tenerle bastante paciencia.
Sin más, Dick sonrió igualmente. - Puedo hacer eso.

- Viejo, ¿qué demonios? – Sin que ninguno de los dos lo notara, Wally se apareció en la sala y los miraba atónito. - ¿¡Te gusta el chico rudo, el ex de Kyle!?

Llamó a su puerta una, dos, tres veces.

Comenzaba a impacientarse (y preocuparse), le había enviado un mensaje a Dick diciéndole que pasaría por su motocicleta ese día pero el mayor no respondió, y ahora no atendía a sus llamados.
Pasó por su cabeza la idea de dar unos cuantos golpes más fuertes y quizás derribar la puerta de una patada— Pero afortunadamente Dick se dignó a abrirle.

- Lo siento, Jay. Me quedé dormido y…Acabo de ver tu mensaje.

¿Se suponía que recién despertaba? Cuando Jason despertaba de una siesta se veía y se sentía como un maldito zombie, pero Dick solo tenía la suave mirada de un modelo que posaba para una revista. Ante los ojos de Jason, Dick era ridículamente perfecto.

Quizás algún día tendría la valentía de decirlo en voz alta.

- Donna estuvo aquí por la mañana y Wally se fue hace un par de horas, así que trataba de recuperar algo de sueño. – Agregó el mayor mientras lo invitaba a pasar y buscaba las llaves del estacionamiento.

- Ahora me siento culpable por interrumpir tu sueño de belleza.

A Dick pareció hacerle gracia aquel comentario y comenzó a reír mientras se le acercaba con las llaves, sin embargo, era cierto que Jason se sentía un poco apenado— Aunque lo del sueño de belleza era cuestionable, evidentemente Dick no lo requería.

- Mi belleza no necesita descanso. ¿Quieres que te acompañe al estacionamiento?

- No, vuelve a dormir. Disculpa por despertarte. – Respondió, encaminándose a la salida.

- Jay, espera. – El mayor se le acercó y Jason se detuvo en la puerta. – ¿Te divertiste anoche?

La pregunta lo tomó desprevenido, pero la respuesta era obvia. Esbozando una sonrisa, contestó: - Claro que sí. Tenemos que repetirlo un día de estos, tu amigo Wally me hizo reír de buena gana.

Solo había honestidad en sus palabras, fue una de las mejores noches que tuvo en un buen tiempo. Aunque si notó cierta distancia que el mayor tuvo con él en algún momento, casi como si estuviera evitándolo. Aquel asunto lo tuvo preocupado una vez terminada la celebración, pero a juzgar por la conversación que tenían en ese momento, las cosas entre ellos seguían igual que siempre.

- Sabía que te caería bien— Oh, y antes de que te vayas… - Dick disminuyó la distancia entre ellos haciendo que el corazón de Jason se agitara levemente— Si tan solo supiera lo que estar así de cerca de él le provocaba. Expectante, Jason observó cómo Dick ponía una mano sobre su hombro y le ofrecía una sonrisa. – Buena suerte en tu nuevo trabajo mañana.

El menor le dio las gracias, manteniendo su mirada atenta a los ojos azules de Dick mientras sentía como deslizaba su mano por su hombro antes de removerla por completo.

Mientras Jason conducía devuelta a su hogar, pensó una y otra vez en el calor de la piel de Dick sobre él y como aquello despertó una vez más su deseo de tenerlo cerca. Le asustaba pensar lo mucho que anhelaba tener aquel cuerpo presionado contra él, y se odiaba por no tener la suficiente valentía como para hacer realidad dicha fantasía.

Y todo porque apenas había tocado su hombro. Era increíble lo patético que se volvía por culpa de Dick.

•••

Al llegar a casa después de su primer día de trabajo lo único que quería era descansar un buen rato, por lo que se desplomó sobre el sillón como peso muerto. Había sido una jornada agotadora entre clases, planificaciones, y conocer al resto del equipo. Jason aflojó el nudo de su corbata, la Academia tenía un código de vestimenta que debía seguir y tampoco estaba seguro si podría acostumbrarse a ello.

Sintiendo como el cansancio le ganaba, cerró los ojos dispuesto a dormirse ahí mismo, hasta que el sonido de su celular lo despertó de su letargo. Con un quejido lo sacó de su bolsillo creyendo que se trataría de un asunto de su nuevo trabajo, pero para su fortuna, era Dick quien lo llamaba.

- Hey.

- Jason— ¿Renee está en tu casa? Debo contactarla y no tengo su número de celular…

- Aún no llega, pero puedo enviarte su número, ¿es urgente?

- No, no realmente, pero te lo agradecería.

- Okay, te enviaré un mensaje entonces— Por cierto, disculpa por no poder acompañarte al almuerzo, me mantuvieron ocupado un par de horas más.

- No hay problema, lo entiendo. ¿Cómo estuvo tu día?

La voz de Dick era capaz de levantar su ánimo y devolverle las energías a su cuerpo, y aunque sabía que era ridículo, no podía evitar sonreír.

- Uh, extraño. Los adolescentes son difíciles, pero al menos Kyle me dio unos cuantos consejos para tratar con ellos.

- Estoy seguro que te van a terminar amando.

- Me basta con que me respeten, no necesito tanto de ellos.

Escuchó a Dick reír. - Jay, hay algo de lo que debo hablarte.

- Dime.

- Wayne Enterprises va a organizar un baile de caridad en un par de semanas, y Bruce me pidió que les entregara invitaciones a ti y a tus madres.

- ¿Un baile?

El único al que había asistido fue aquel donde justamente conoció a Dick… Pero además de ese momento, el resto de la jornada fue tortuosamente aburrida, Jason se sentía incómodo en un traje formal, y solo podía mirar con recelo a todos esos adultos repletos de joyas y que al abrir la boca solo escupían superficialidades.

Dejó escapar un quejido, no quería pasar por aquello otra vez.

- Nada de quejas, Jay. Créeme, yo tampoco los disfruto, así que necesitaré a alguien que me haga compañía.

- ¿Si? Pues en ese caso será mejor que te consigas a alguien más.

- ¡Jay!

- Estoy bromeando.

- Hm, lo supuse. Más tarde acordamos la entrega de las invitaciones, ahora debo volver al trabajo— ¡Adiós!

-  Hablamos luego, Dickface.

- ¡Te dije que no me llamaras así! Hasta luego, Jaybird.


Una sola llamada había sido suficiente para salvar su día. Se recostó en el sillón nuevamente, tapando sus ojos con su antebrazo y sonriendo por lo gracioso que le había parecido el ofendido tono de voz de Dick. En definitiva, el mayor era capaz de animarlo aunque le hablara del tema más banal.

- ¿Cómo está Dick?

Por segunda vez desde que había llegado a casa alguien lo sobresaltó mientras intentaba dormir. Jason alzó su mirada y encontró a Kate, apoyada en el marco de la puerta que daba al salón y mirando casualmente su celular a la espera de una respuesta de su hijo.

- Mierda, Kate— ¿Algún día dejarás de hacer— Eso? - Desde que lo habían adoptado recordaba la molesta costumbre de su madre de aparecer en absoluto silencio en un lugar, sin que nadie pudiera prever su llegada y asustando a quien se encontrara con ella. - Está bien…Dijo que Bruce Wayne está organizando un baile, y estamos invitados.

Su madre se quejó de la misma forma en que él lo había hecho minutos atrás. - ¿No pudo conseguirse otro Kane que invitar?

- ¿No eres su prima, o algo así?

- Lo soy, pero suele invitar a Catherine o a Betty. – Kate se cruzó de hombros y le dedicó una mirada de aquellas que cuando era un niño le indicaban que estaba en problemas. – Estoy segura que esto tiene que ver contigo, Jason.

- ¿Qué? Ugh, no empieces con eso—

Era cierto que Dick le dijo que necesitaba un acompañante, pero pensar que llegó junto a su papi a pedirle que invitaran a la familia Kane-Montoya solo por él era absurdo.

Su madre le sonrió. - Dick es un chico inteligente. Ahora, Romeo, ayúdame a preparar la cena antes de que llegue Renee y cuéntame cómo estuvo tu día.

Notas finales:

Adoro a Dick, mucho, pero también me gusta hacerle un poco de daño de vez en cuando (?) ya nos vamos acercando a una de las partes que más disfruté escribiendo, así que no puedo esperar a que la lean ♥ en fin, ¡espero que les haya gustado!


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