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Roommates por Elle Trancy

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Notas del capitulo:

Hola! Aqui el segundo cap mas pronto de lo que pensé. Debo aprovechar que tengo la inspiracion caliente así que estén pendiente. El capítulo 3 ya esta en proceso! 

 

un abrazo <3

 

 

-          ¿Será que te puedes apurar? – Tocó la puerta de nuevo y se cruzó de brazos apoyado en la pared esperando que su amigo saliera del baño. – ¡Yo también necesito tomar un baño!

 

La puerta se abrió de un golpe.

 

-          ¡BOO! – Trató de asustarlo alzando las manos como si fueran garras y poniendo cara fea pero sin borrar su sonrisa.

 

Yoongi suspiró.

 

-          Por fin…

-          Hyung, ¿No te asusté? – pregunto el castaño haciendo puchero.

-          ¿Mm? Sí sí claro que sí. Tócame el corazón, estoy temblando.

Hoseok se acercó al pelinegro y le puso su oído en el pecho. Yoongi volvió a suspirar cansado.

 

-          No pareces asustado… - concluyó mirándolo serio.

-          ¿No? – el pelinegro no espero más y termino de sacar a su amigo del baño para poder tomar una ducha y terminar de salir.

Hobi, como le decían sus amigos más  cercanos se quedó viendo la puerta aún después de que su compañero la cerrara en su cara. Estaba de mal humor.

 

Yoongi era un chico de veintitrés años muy serio, sabía bromear y sabía cómo llevarle el juego a Hobi; Se atrevía a decir que hasta le daba pie cuando se inspiraba y su niño interior salía. Participaba en sus bromas y las hacia también de vez en cuando, pero a diferencia de su castaño amigo, Yoongi no podía ocultar cuando estaba de mal humor, y mucho menos era considerado o mentiroso con respecto a su estado de humor en el momento. Si estaba molesto, el mundo se enteraba de ello, si estaba feliz; solo se enteraban las personas que realmente lo conocían. Todo lo contrario a su amigo.

 

Cuando Hobi estaba feliz, se le veía feliz.

Cuando estaba triste, se le veía feliz.

Cuando estaba molesto, se le veía feliz.

 

No importa como lo vieras, hasta cuando dormía, si lo veías con cuidado podías ver no solo su sonrisa sino sus ojos animados soñando con las bromas que haría el día siguiente y todas las risas que iba a soltar.

 

Así que cuando ese día su arrendadora les había tocado la puerta en plena mañana y les había pedido que desocupasen el departamento lo antes posible ya que había conseguido compradores el humor difícil de Yoongi no había hecho otra cosa que torcerse, y Hobi, al intentar llevar las cosas con calma trató de lanzar algunas bromas para levantarle el ánimo.

 

La verdad era que su amigo era de una familia con dinero y no tenía ninguna necesidad de que viviera en un sistema de departamentos rentados a universitarios. Ni siquiera tenía la necesidad de trabajar de medio tiempo en ese café como camarero, no tenía la más mínima necesidad siquiera de ir a la universidad. Pero Min Yoongi no era el típico niño de cuna de oro. Él creía fielmente que podía salir adelante sin el apellido de su familia por delante, sin su dinero y sus lujos, era creyente de que si te esfuerzas y trabajas duro por lo que quieres, por tus sueños, puedes salir adelante por ti mismo.

 

Durante los días Min Yoongi era su nombre, pero en las noches él se convertía en SUGA, el chico que quería ser rapero.

Y es lo que quería lograr. Por eso que tuvieran que conseguir otro lugar donde vivir, cuando en el que estaban, estaban cómodos con los “lujos” necesarios para sobrevivir y buscar un lugar donde no sabían si les iba a alcanzar con el trabajo de medio tiempo, donde no sabían si les quedaría cerca de la universidad, y más importante: Donde no sabían con qué clase de personas se iban a topar, simplemente el mundo comenzó a derrumbarse y con el mundo, el sueño de ambos.

 

Hobi era bailarín y ese era su sueño, era talentoso en lo que hacía a pesar de que su familia nunca lo apoyo, ni apoyaría el camino que el quería tomar en la industria del entretenimiento, era el mismo caso de su amigo con la diferencia de que su familia no estaba forrada en dinero... Pero él no se quejaba, nunca. A veces bromeaba con Yoongi diciéndole que si fuera él estaría comiendo uvas mientras lindas chicas le ventilaban con palmas enormes de plumas y que en cada dedo tendría tres anillos. Excepto el pulgar, ese tendría un anillo de oro con un diamante ya que no le cabrían tres aros.

Y su amigo sonreía por un momento pero luego su sonrisa se borraba al no pensar igual que el castaño. Al darse cuenta lo ridículo que eso podría ser si se lo pensaba mucho y lo imposible que sería para él el aceptar todo eso de su familia…

 

 Yoongi salió del baño con la toalla en la cintura y el pelo goteando hacia sus abdominales, acariciando lentamente su piel y dejando húmedo el camino hasta ser absorbidas por la toalla.

 

Miró hacia su amigo sin esperar ni en sus peores sueños que Hobi le lanzaría aquella bomba la cual no pretendía ser graciosa.

 

-          No vamos a poder. Este es el único lugar que nos podemos costear. Voy a llamar a tu padre para pedirle ayuda. – Soltó sin sonrisa. Suga quién había empezado a escurrirse el cabello con las manos se quedó descolocado.

 

El pelinegro ladeo la cabeza mirando con el ceño fruncido y camino lentamente encorvado hasta su amigo quien aún seguía con la toalla alrededor de la cintura, sólo que él ya se había secado. Min Yoongi vio a Hoseok directo a los ojos sin pestañar, esperando porque su amigo estallase en risas y le dijera que solo era una broma, una muy mala broma y para nada graciosa.

 

 

-          Hoseok – pronunció su nombre lo cual nunca hacía, nunca. – Si tú haces eso, te prometo…no; Te juro, que no te consideraré más nunca mi amigo. Podrás disfrutar todo lo que quieras del dinero de mi familia pero habrás perdido mi amistad.

-          Suga yo…

-          No…no me llames así – le dijo dando un paso para atrás, negando con la cabeza y un dedo sacudiéndose frente a su cara, habían estado tan cerca que podían sentir sus respiraciones – No después de lo que me acabas de decir. Yo comprendo que mi familia te tiene aprecio por todos estos años de amistad, y también comprendo lo que mi padre te dijo el día que cumplí dieciocho y me fui de esa mansión sólo con un bolso en el hombro, un billete de metro en el bolsillo y 50 won en la cartera junto a ti. Pero no voy a permitir por nada del mundo que tú a quien considero mi hermano me traicione de esa manera. No lo voy a permitir Jung Hoseok.

Hobi bajó la mirada intimidado por los ojos serios de su amigo.

 

-          No sé qué vamos a hacer, pero algo vamos a conseguir. Eres mi hermano – Le dio un puñetazo cariñoso en el hombro – vamos a salir de esta. No me vuelvas a decir eso. – Le dio un medio abrazo con un solo brazo y palmeándole la espalda siguió de largo a su habitación.

 

El castaño suspiró. Había sido un error, pero no se hubiera permitido, no se hubiera perdonado guardarse eso. Él no podía leer los pensamientos de Suga, y por mas renuente que éste fuese con referencia al tema, no sabía si aquello ya le había pasado por la cabeza y el orgullo no le permitía dar el primer paso.

 

Aun cuando eso destruyera su dignidad y su hombría. Él como su amigo tenía que plantearle todas las opciones posibles. Para eso eran amigos ¿No?

 

. * . * . * .

 


Se levantó de puntillas para poder alcanzar el gabinete de arriba, donde guardaban la sal. Pero por más que lo intentó no lograba alcanzar. Se dejó caer sobre sus talones frustrado por su tamaño y se cruzó de brazos intentando encontrar con la mirada con que alcanzar el gabetero.

 

-          ¿Por qué me has hecho tan pequeño, Dios? – Le preguntó al aire mirando hacia al techo dejando caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo. Se había dado por vencido.

-          Tal vez porque toda tu ternura y atrevimiento tiene que estar compactada para que funcione… - le dijeron a sus espaldas. Se dio la vuelta sobre sus talones ya con expresión frustrada. Allí apoyado al mesón comiendo una barra nutritiva estaba Tae quien masticaba mientras sonreía.

-          ¿Me has estado observando todo este tiempo? – interrogó Jimin apretando los puños.

-          Mmm…no…sólo desde que tratabas de alcanzar allá – dijo señalando el gabinete. Al hacerlo la manga de su sudadera se corrió dejando su muñeca al descubierto.

Jimin sonrió.

 

-          Bonitas cicatrices…

Taehyung se ahogó con el cereal por lo que se tuvo que golpear el pecho varias veces mientras Jimin reía a carcajadas. Acabó totalmente rojo.

 

-          Me las vas a pagar… - dijo aun tosiendo y se acercó amenazante a Jimin quien se puso en guarda enseguida, sin embargo, Tae sólo pasó por su lado y alcanzó la sal poniéndola en la encimera y retirándose de ahí.

Jimin se volvió a carcajear mientras bajaba la guarda. Fue entonces cuando un cojín le dio en la cara.

 

-          ¡Auch! ¡Me va a dejar cicatriz! Oye, ¡yo trabajo con mi rostro…! – y siguió carcajeándose.

 

 

 

 

-          Listo. – Dijo poniendo el broche y cerrándolo. – aún está hinchado pero creo que está mejor.

-          Gracias… - se limitó a decir, sólo sus ojos hablaban. Sus ojos decían de más.

-          ¿Qué te han dicho en el laboratorio? – Interrogó Jungkook.

Jin suspiró y se recostó sobre las almohadas.

 

-          Evidentemente no me pagarán el reposo. A pesar de que fue un accidente mi pago es en consistencia con mi producción. Si no produzco…

-          No cobras… entiendo… - Asintió tratando de digerir todo. Jin era el soporte de los cuatro. Si bien todos trabajaban y el trabajo de Jimin le daba muy buenos ingresos, era Jin quien siempre los apoyaba a todos. Cada quien ponía su peso en la balanza y sin el peso de Jin la balanza estaba descuadrada. No pasaría mucho hasta que tuvieran que sacrificar algunos lujos para poder pagar el piso, los servicios y la comida.

 

-          Creí mencionar que voy a pagar la parte que le toque a Jin… - Dijo Jimin mientras traía el almuerzo de su amigo a la cama.

 

-          Y yo creí mencionar que no voy a permitir que hagas eso. Ya tienes suficiente gastos sobre tus hombros con tus padres y tus hermanas para que también te ocupes de mí. – sentenció el aludido.

 

-          Pero Jin, yo también puedo poner de mi parte. Puedo sacar de los ahorros de la Universidad hasta que puedas volver a…

 

-          ¡No! ¡Que no dije!

 

-          Entonces ¿Tú que propones? – Dijo Jimin mientras le daba una cucharada de crema en la boca.

 

-          No lo sé, pero ya se me ocurrirá algo… Puedo, puedo buscar otro trabajo donde no tenga…

 

-          ¿Dónde no tengas que usar las manos? – Pregunto en tono burlón Jungkook. – Dime cual porque yo quiero trabajar de eso también.

 

Jimin levantó la mano como si estuviera en el aula de clases.

 

Ambos le miraron interrogantes y bastante expectativos.

 

-          Una HOT LINE. – Dijo muy serio. Jin y Jungkook sólo se miraron por un rato mientras lentamente la risa se dibujaba en sus rostros hasta que explotó.

 

-          ¡JAJAJAJAJAJAJA! – rieron ambos con tanta fuerza que seguro se escuchó hasta la planta baja.

 

Jimin hizo un puchero al mismo tiempo que atrás también se escuchaba una risa pero más suave. Apoyado al marco de la puerta estaba Taehyung con los brazos cruzados sobre el pecho.

 

-          Al menos yo di una idea – reclamó Jimin mirando a los tres. Tomó otra cucharada de crema y se la metió en la boca a Jin quien apenas podía respirar.

-          Claro, Jin en una hot line. Y ¿Qué sigue? ¿Tae se vuelve clérigo? – rió Jungkook.

-          ¡Oye! Eso no es conmigo, es con él – Dijo señalando a Jimin, quien los miró mal.

-          Nada de eso – Sentenció el rubio. – Pero al menos aportó algo, eso es verdad... – Abrió la boca exigiendo otra cucharada la cual llego a los pocos segundos.

 

Quedaron en silencio por un momento, pensando que hacer. Jungkook ya se había levantado dispuesto a salir a clases cuando Taehyung rompió el silencio.

 

-          Y… ¿Sí compartimos el departamento con otros chicos?

Todos voltearon a mirarlo. Cada uno con su expresión de confusión. Como nadie dijo nada, ni siquiera se burlaron de la idea; Tae siguió hablando.

-Hay cuatro habitaciones, cada uno tiene una… Pero ¿y si compartiéramos? Jin podría dormir con Jimin y yo compartiría con Jungkookie. Quedarían dos habitaciones libres para dos chicos más…

 

Todos se miraron entre sí sin saber cómo reaccionar. Esperaban quien dijera la primera palabra, la primera burda, la primera risa o la primera felicitación.

 

Pero nadie dijo nada. Así que Tae siguió.

 

-          Nosotros nos conocemos desde hace mucho tiempo y Jungkook y yo nos llevamos excelen…

-          Sí… - Interrumpió Jin quien ahora veía las sábanas como si en éstas estuviese escrito el futuro. – No es mala idea… Pero ¿Cuánto nos tomará encontrar a dos chicos que necesiten vivir en un sistema de departamentos?

-          Nada perdemos con intentarlo… - dijo Jungkook poniéndose la chaqueta y los lentes. – Voy a correr la voz en la facultad, si en ocho días no tenemos nada yo entro a trabajar en la Hot Line.

Dicho esto tomó su bolso y salió de la habitación dándole una nalgada a Tae, dejando a todos carcajeándose.

 

El tiempo que transcurrió entre clase y clase lo utilizó para conversar con varios compañeros y plantearles la idea de Tae.

Varias chicas no tardaron en animarse al escuchar que tendrían la oportunidad de convivir junto al cotizado Jeon Jungkook, sin embargo sus ánimos descendieron casi tan rápido como habían aparecido; Todas ya tenían su piso y mudarse no era una prioridad ni mucho menos una necesidad para ninguna por lo que declinaron la oferta a los pocos minutos dejando el joven veinteañero igual de cómo había llegado: con las manos vacías.

 

Lo mismo con otras tantas personas, chicos y chicas, a todos les parecía excelente, pero nadie tenía la necesidad específica por lo que, casi al final de la tarde Jungkook aún se encontraba sin nada.

 

Suspiró sentándose en el campus de la parte de atrás del instituto. Pensó por unos cuantos minutos mientras el viento le revoloteaba el cabello. Ya casi era otoño por lo que unas cuantas hojas se le enredaron en el pelo y la ropa. Una atrevida hoja se metió dentro de su chaqueta y se posó justo donde se encontraba su corazón.

 

Él la saco con cuidado de que no se deshiciera entre sus manos, la observó dándole vueltas del tallo y volvió a dejar salir el aire que había estado reteniendo.

 

Acto seguido, decidido; Arranco una hoja de papel de una de sus libretas, un marcador y apoyándose escribió:

 

Busco ROOMMATES!

A 15 min de la Universidad K. Dos habitaciones disponibles.

Jeon Jungkook: 58xxxxx

 

Se levantó y se dirigió a la fachada del edificio donde lo pegó y se retiró de allí para volver a casa. La jornada había terminado. Por ahora no tenía más que hacer que volver a casa y esperar una llamada.

 

 

. * . * . * . *

 

-          ¿Ésta noche? Pero…mañana tengo un examen, no puedo trasnocharme…- El chico hablaba bajo tapando con su mano la bocina para que solo la persona al otro lado de la línea pudiera escucharlo.

-          Es ahora o nunca. – le dijo el interlocutor. – recuerda que tienes una deuda conmigo y aún no veo el primer pago…

Suspiró mirando a todas las direcciones. Cuando se está nervioso es fácil tener paranoias como que alguien te está observando y ese alguien sabe lo que estás haciendo. Y que lo que haces está mal.

 

-          Bien, Bien… Iré. – Aceptó por fin.

-          Así me gusta, sabes que me pongo de mal humor cuando veo mi dinero fuera de mis dominios y cuando estoy de mal humor definitivamente ya no soy amigable… Aquí te espero J-Hope.

Hobi comprendió enseguida la amenaza, su expresión no cambio ni por un momento a pesar de que ya su celular no mostraba llamada alguna. No cambio siquiera cuando sintió la mano de Yoongi en su hombro alentándolo a que se retiraran. Éste al no moverse provocó que su amigo lo mirara a la cara con confusión.

 

-          Tengo que ir hoy. Necesita el dinero y no me esperará un día más… - Le dijo Hoseok muy serio.

Enseguida la expresión de Yoongi se volvió sombría y preocupada. Apretó el hombro de su amigo y lo alentó una vez más a que se retiraran. Una vez a pocos pasos de la entrada principal le dijo en un tono muy bajo.

 

-          No vayas. Esta noche hay una batalla de rap con 500,000 won como premio. Lo ganaré, lo prometo.

Hobi paró en seco. Y lo miró.

-          Ese dinero serviría para poder conseguir un nuevo piso, no lo desperdicies en mí. Estarías condenándonos a ambos a tener que vivir en la calle.

Suga sonrió de lado al ver como su amigo descartó enseguida la idea de querer pedirle ayuda a su padre.

 

-          No es un desperdicio. Tu y yo sabemos que si no pagas…

-          Sí, lo sé. Pero no lo harán y tú no tendrás que competir bajo presión - Se pararon en todo el frente de la entrada uno frente al otro dificultando la salida de los demás estudiantes.

-          Si algo sale mal…

-          No pasará – Se apresuró a interrumpir Hobi. Puso una mano en el hombro de su amigo y apretó asegurándole con la mirada que todo iba a salir bien.

Suga alcanzó a ver al chico que pegaba un papel en la fachada y por las mismas se daba la media vuelta y bajaba las escaleras con prisa. Frunció el ceño retirando con cautela el brazo de su amigo y se acercó al papel.

 

Sus ojos se abrieron al leer la información.

 

-          ¡Oye! ¡Espera! – Le gritó pero el chico ya se había puesto los audífonos y estaba a diez pasos de dar vuelta a la esquina.

 

Yoongi bajo las escaleras corriendo mientras Hobi confuso comenzó a llamarlo sin percatarse de que decía en el cartel.

 

Bajo varios peldaños aún llamando al pelinegro, pero este solo le hizo una seña para que le siguiera.

 

Hoseok volteo a leer el cartel y comprendió enseguida lo que pretendía hacer Yoongi.

 

Emprendió una carrera tratando de alcanzar a su amigo quien a su vez intentaba alcanzar al castaño. Corrió hasta el portón donde por fin Suga se había detenido y miraba en todas las direcciones. Había perdido de vista al castaño.

 

-          ¡Mierda! – exclamó. - ¿Lo viste? ¡Es nuestra oportunidad!

-          Sí, lo vi. – Hobi también buscaba con la mirada.

-          Tenemos que volver, dejo un número escrito.

Así fue que decididos caminaron de vuelta a la fachada para tomar el número. Esperanzados con que al ser un estudiante como ellos el trato sería mucho menos costoso y más fácil de tramitar. Era su oportunidad de salir victoriosos de aquel aprieto.

 

Para cuando volvieron se encontraron con la no tan grata sorpresa; El anuncio había desaparecido. Suga maldijo y dio una patada al aire mientras Hobi no pudo ocultar la decepción de su expresión.

 

-          ¿Y ahora…qué hacemos? 

Notas finales:

Si te gustó deja un review y compartelo con tus amigas ARMYS <3


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