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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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El desayuno era mejor describirlo como incómodo, Minseok se alegró de que sólo algunos de los invitados se hubieran unido, la cara de Sohee tenía un ceño permanente y obviamente, Jongdae no podía entender su animosidad.

—¿Has dormido bien, mi amor? —preguntó.

—Bastante bien —respondió con un tono cortante—. ¿Jugaste a las cartas hasta la madrugada?

—No tan tarde, perdimos a tu hermano, a menudo Minseok es muy entretenido en la mesa de juego.

—Tal vez esta noche, podría ser persuadido —dijo cortando la respuesta de su hermana.

—Oh, espero que sí, tal vez podríamos revisar las apuestas que hemos hecho en el pasado.

Sohee gruñó y cortó un trozo de queso con el cuchillo. —Minseok por tu constitución te agradecería si pasaras más tiempo durmiendo que en los juegos de azar ¿Recuerdas el tiempo que estuviste enfermo después de perder una apuesta con Seohyun acerca de que no podías comer una docena de huevos crudos?

Kyungsoo se rio tan fuerte que la cerveza le salió por la nariz. —Parece que siempre has estado rodeado de mujeres combativas Minseok.

—Dices la verdad —dijo con una mueca—. Mi prima Seohyun es aún peor que mi hermana.

—Debe ser todo un personaje.

Sohee ladeó su cabeza hacía un lado y miró pensativa, se preguntó que pasaba por la mente de su hermana pero no tuvo que esperar mucho tiempo para averiguarlo. —Minseok está bromeando simplemente Seohyun es una chica encantadora de una muy buena familia, y escapó de la nada envidiable suerte de terminar como esposa de Minseok ya que de ningún modo su padre hubiera autorizado a un actor como yerno.

—Se me ocurre pensar que fui yo quien tuvo la suerte de evitar eso.

Kyungsoo se echó a reír. —Una fuga afortunada en efecto.

Hyesuk apareció repentinamente interesada en la conversación. —¿Ella está comprometida con alguien, Sohee?

—No, todavía no, pero su padre tiene mucho interés en que consiga un buen partido para su vigésimo primer cumpleaños la próxima primavera.

—¿Y quién es su padre?

—El señor Joo Jaewook, pasa gran parte de su tiempo divido entre la corte y sus viajes de negocios.

Podía ver hacia dónde se dirigían las maquinaciones de Sohee y aún cuando él pensara en la lamentable hipocresía dada su propia elección de matrimonio, Kyungsoo parecía tan interesado como su madre. —¿Y le permite vivir en Seúl?

—Teniendo en cuenta el tiempo que pasa en Seúl al servicio de la Corona, ella está más protegida allí que en su finca y él probablemente tiene razón al creer que hay más intrigas en las provincias que bajo el constante ojo de la corte —explicó Sohee enarcando una ceja hacia él.

—Muy cierto —dijo Hyesuk sonriendo con ironía.

—Tal vez podría escribir a su padre acerca de una presentación la próxima vez que te encuentres en Seúl ¿Kyungsoo? —Ofreció Sohee—. ¿O tal vez podríamos invitar al Señor Joo a la mansión?

Hyesuk asintió. —Me parece una idea esplendida, se lo mencionaré a Jongdae antes de regresar a casa después de la cena.

Jongdae apareció en el extremo de la mesa. —Damas y caballeros —dijo con una reverencia—, el tiro con arco está colocado, y por supuesto hay tenis para los más activos, pensé que deberíamos seguir disfrutando del clima mientras podamos.

A medida que se abrían camino hasta el exterior, Jongdae hablo. —Sohee, ven un momento.

Minseok se fue con los demás, pero se dio la vuelta con el pretexto de que quería recoger algo de su habitación, asegurándose de que la puerta del comedor no estaba completada cerrada, escuchó la conversación entre Sohee y Jongdae al tiempo que mantenía un ojo en el pasillo, por si alguien lo veía escuchando a escondidas.

—Necesitas bajar el tono de tus miradas Sohee, esta gente sabe que nunca actuarías como lo has hecho esta mañana.

—Entonces tal vez deberían ser presentados correctamente —respondió ella y Minseok sabía que tenía el ceño fruncido sin tener que verla—. Puedo enseñarle a Minseok algunas maneras de mejorar su actuación.

—Ni siquiera sé porque estás siendo tan hostil, fuiste perfectamente educada ayer.

—Eso fue antes de conseguir una mejor medida tuya.

—Y ¿qué significa eso? —exigió.

—Mi hermano es muy querido para mí conde, no apruebo que lo uses como un juguete.

—¡No lo hago! —dijo Jongdae con vehemencia—. Tenemos un acuerdo mutuo satisfactorio.

—Yo sólo puedo ser una mujer, pero recuerda mis palabras, si le haces daño, no voy a parar hasta que el dolor haya sido pagado tres veces.

—Sea lo que sea lo que he hecho para hacerte creer que le haría daño a Minseok me disculpo, porque no tengo ninguna intención de hacerlo.

Sohee resopló. —Guarda tus palabras para la gente que las crea.

Minseok escuchó pasos que se dirigían a la puerta y justo logró dar la vuelta a la esquina mientras Sohee se marchaba furiosa del comedor y pasillo abajo.

•••

Minseok pasó el resto de la mañana en la cancha de tenis con Kyungsoo, en el cual tuvo un mínimo de éxito y arriesgó su mano en el tiro con arco, en donde le fue mucho peor, sólo golpeó en el blanco dos veces, no ayudó que estuvo distraído por la conversación que había escuchado y después, Sohee y Jongdae tuvieron un comportamiento distante hacia los demás.

—¿Problemas en el paraíso? —preguntó Kyungsoo asintiendo con la cabeza en su dirección mientras le entregaba el arco —. ¿Sabe que se supone qué está aquí para ayudar?

—Está siendo demasiado sobreprotectora con algo que oyó, se calmará con el tiempo.

Kyungsoo no parecía convencido y él no podía culparlo, era una buena cosa que esos 2 generalmente se sentaran en los extremos opuestos de la mesa durante la cena, podía decir que Sohee apenas se mantenía a si misma bajo control durante la comida, se excusó tan pronto como le fue posible, quejándose de un dolor de cabeza.

Los huéspedes que tenían la intención de salir siguieron su ejemplo, marchándose después de la cena, pensó que sería mejor hablar con Jongdae sobre Sohee, no quería que pensara que él le había pedido a su hermana que interviniera.

Vacilante, llamó a la puerta del estudio, entrando cuando fue invitado. —Espero no perturbarte.

—No, en absoluto, siempre es bienvenido un respiro del tedioso papeleo.

—Me preguntaba si había algo mal… quiero decir entre Sohee y tú. —Se apoyó en el escritorio de teniendo cuidado de no tocar el cuenco de color rosa de cristal que estaba colocado sobre la pulida superficie de madera—. Ambos parecían algo tensos después del desayuno.

—Me gustaría decir que tuvimos unas palabras, pero sería más exacto decir que ella tuvo unas palabras conmigo. —Suspiró y se frotó la parte posterior de su cuello—. Nunca he estado tan contento de que decidiera fugarse y que tú fueras el gemelo Ahn que vino a la mansion, su marido debe ser un santo.

—Puede ser difícil, pero tiene buenas intenciones.

—Si es así con buenas intenciones, no me gustaría verla cuando es malévola ¿Crees qué podrías hablar con ella? ¿Conseguir qué deje de tratarme como si fuera el diablo?

Se humedeció los labios, preguntándose si debería omitir su conversación, pero se lo pensó mejor. —¿Qué fue lo que la provocó?

Jongdae jugó con la pluma que tenía en la mano, mirándolo como si quisiera también ser cuidadoso con sus palabras. —Ella no entiende nuestro acuerdo, y le preocupa que yo pueda hacerte daño, traté de convencerla de lo contrario, pero es bastante temible si cree que alguien cercano a ella está amenazado.

—Voy a hablar con ella, por lo menos conseguir que sea un poco más cariñosa contigo en público.

—Gracias, de lo contrario puedo decir algo que lamentaré antes de que termine la semana y se vuelva a Incheon.

Rió suavemente. —Estoy seguro de que eres demasiado noble para hacer tal cosa.

—Desearía tener la misma seguridad —suspiró y señaló el montón de papeles en su escritorio—. Por desgracia necesito volver a ellos, son los planes para el campo del oeste y necesitan estar acabados a tiempo para la temporada de siembra.

—Ya que nunca he sido de agricultura, sería de poca ayuda, eso se lo dejo a usted, querido esposo.

Vio desaparecer la sonrisa de la cara de Jongdae, para ser sustituida por una fría mirada. —Soy el marido de Sohee, Minseok, no el tuyo, tienes que ser cuidadoso con lo que dices un desliz en falso sería difícil de explicar, sobre todo desde que hemos ido por todas las molestias al tener a tu hermana de visita.

—Sí, por supuesto, lo siento, yo nunca quise… Tengo que irme.

Se apresuró a salir del estudio, ignorando la llamada de Jongdae detrás de él, pero no se perdió el fuerte estruendo de lo que seguramente fue el cuenco rosa de cristal golpeando el suelo.

Salió fuera de la casa, con ganas de poner un poco de distancia entre él y Jongdae, y se encontró en los establos, mientras que había pensado a menudo en la equitación para pasar el tiempo, como Sohee apenas podía ir por su cuenta y fue recientemente que Minseok había sido aceptado como miembro regular de la familia.

El jefe de mozos lo miró con cautela mientras se acercaba. —¿Señor?

—¿Me preguntaba si el Conde tiene en su cuadra un caballo con un temperamento apacible? Yo era un jinete competente cuando era más joven, pero me temo que han pasado unos cuantos años desde que no monto.

—Seuta sería la mejor, señor, ella era la yegua de la primera dama Kim y es un animal precioso, pero no recibe el tiempo que necesita.

Sonrió cálidamente. —Suena perfecto.

El mozo se fue y volvió llevando una hermosa yegua castaña, su silla de montar y arreos colocados. Ayudó a Minseok a montar. —Le sugiero que tome el camino a través del bosque de terreno llano, mientras que se acostumbra a estar en la montura de nuevo, lo llevará a campo abierto y a continuación, verá un bosquecillo un poco más lejos, hay una parcela de hierba allí que a Seuta extrañamente le gusta.

Seuta sólo necesitó un suave toque de sus talones para moverse y caminar, no había mentido cuando dijo que había pasado un tiempo desde que montó a caballo y le tomó varios minutos acostumbrarse a estar de vuelta en la silla y en sintonía con el vaivén que acompañaba cada paso, pero cuando se dirigió al bosque, el camino claramente marcado por delante, empezó a relajarse y disfrutar del tiempo para sí mismo, Seuta efectivamente, tenía un temperamento apacible y no hizo caso de Minseok retorciéndose mientras ella andaba con paso lento.

Se estaba mucho más fresco a la sombra de los árboles, no estar directamente bajo el sol hizo el viaje mucho más cómodo para ambos aunque ella siempre movía la cola para ahuyentar las moscas. Minseok decidió que tenía que hacer el esfuerzo de salir de la mansión con más frecuencia, y pensó que sugeriría ir de caza con Jongdae, ni siquiera el pensamiento del conde podría arruinar su estado de ánimo, mientras salían del bosque y se dirigían a campo abierto vio el bosquecillo por delante, Seuta aguzó los oídos.

Sintiéndose más valiente, pateó los talones y la yegua aceleró el ritmo al trote, cruzaron el campo abierto en cuestión de minutos, dejando atrás cualquier preocupación suya acerca de estar de vuelta en un caballo.

Al llegar a la arboleda, Seuta se detuvo por propia voluntad y él desmontó, ella se dirigió directamente a un montón de hierba que debía verse apetecible para un caballo, Minseok ató las riendas al tronco de un arbolillo y entró en el reducido grupo de árboles, pensando que era un lugar tan bueno como cualquier otro para pasar unas horas, el suelo era mullido debajo de los pies debido a una gruesa capa de musgo y Minseok se sentó debajo de un árbol grande, decidido a cerrar los ojos para una breve siesta.

El chasquido de las ramas le advirtieron de que no estaba solo y vio a Jongdae apoyado contra un árbol enfrente. —Me parece que paso mucho tiempo pidiéndote disculpas —dijo con media sonrisa—. Llevé contra ti la molestia que tenía con tu hermana y lo siento.

—Podrías dejar de hacer cosas que requieran una disculpa —sugirió.

—Muy cierto. —Se acercó e hizo un gesto hacia el suelo—. ¿Puedo?

—Por supuesto ¿Cómo me has encontrado?

—Jongup, el mozo, me dijo que te había enviado por este camino. —Se unió a él en el suelo—. Has encontrado un lugar agradable, yo solía venir aquí con frecuencia cuando era joven.

Gruñó. —Por favor no me digas que este es el lugar donde traías a tus amantes.

—No, en absoluto. —Rió—. Me gusta la paz y la tranquilidad, me dio un lugar para pensar, sobre todo después de morir mi padre.

—Oh.

Jongdae puso su brazo alrededor suyo y Minseok apoyó la cabeza en su hombro, el calor de su cuerpo y su olor a tierra ahuyentaron su ira. —¿Puedo hacerte una pregunta?

—¿Qué es? —Jongdae beso la parte superior de su cabeza.

—¿Por qué estás tan enojado con Sohee? ¿Es sólo porque ella está actuando de manera diferente a como lo hago yo?

Se quedó callado por un momento. —En realidad no, podemos pasar sus acciones como que está cansada de su enfermedad, dio por supuesto que yo activamente decidiría hacerte daño, utilizarte como un juguete y eso me enfureció. —Minseok no estaba seguro de que decir, su corazón se disparó con las palabras, pero al mismo tiempo no era una admisión de que Jongdae se preocupaba por él de la misma manera que él lo hacia. —Asumió cosas que no debería —continuó—. Lo que estamos haciendo puede que no sea convencional, o incluso legal, pero no estamos haciendo daño a nadie, sobre todo uno al otro, ambos sabíamos qué nos estábamos metiendo, y creo que ella tiene que respetar tus decisiones.

Minseok se apartó para mirarlo bien. —¿Qué es lo que crees que tenemos?

Jongdae parecía confundido. —Tenemos un acuerdo, tú interpretas a mi esposa y encontramos placer en la compañía del otro, mientras estés aquí no habrá ningún otro compartiendo nuestra alcoba.

No era una declaración de amor pero Minseok pensó con tristeza que sería lo más cercano a ello que alguna vez conseguiría de Kim Jongdae.

•••

Sohee estaba sentada en el jardín de rosas, bordando cuando la encontró, se alegró de ver que sus habilidades en la costura eran tan pobres como las suyas, el hilo que estaba usando estaba terriblemente anudado y estaba tirando a través de la tela, dejando un gran agujero detrás de cada puntada.

—Me alegra ver que de alguna manera te estás comportando como yo lo haría —dijo sentándose junto a ella y agarrando la tela con su mano.

—¡La costura es tan aburrida! Tiene que haber más que hacer como la señora Kim que holgazanear, me aburro.

—Podrías empezar por no molestar a Jongdae.

—Es un idiota.

—Realmente no lo es —Sohee rodó los ojos—, e incluso si esa es tu opinión acerca de él, se supone que estas aquí para eliminar sospechas, no hacer creer a todos que la dama Kim ha sufrido un gran cambio de personalidad.

Sohee tiró el bordado sobre el banco. —Así que te ha convencido de que la conversación que tuvo con su, oh tan querido amigo, no debe preocupar esa linda cabecita tuya, ¿lo ha hecho?

—Sí, lo hizo, sé que te preocupas, pero actuando de esta manera no facilitas las cosas. ¿Puedes al menos tratar de ser educada?

—Intentaré hacerlo mejor, por ti hermano, pero creo que cuanto antes la segunda dama Kim sucumba a una rápida enfermedad mortal, será lo mejor.

Sonrió y se levantó. —Puedes poner tu recién descubierta tolerancia en práctica durante la cena, entonces.

Sohee lo tomó del brazo cuando se lo ofreció, y caminaron tranquilamente por los jardines. —La mansión Kim es un lugar encantador —dijo ella—, si tan sólo Jongdae fuera más así.

—Esa es la primera cosa positiva que has dicho desde que llegaste, bien hecho.

•••

Durante la cena, Sohee estuvo tan bien como había prometido y aunque no se podía decir que estaba jugando a la esposa que adoraba a Jongdae, fue significativamente menos abrasiva, Jongdae pronunció "gracias" hacia él cuando Sohee lo felicitó en su elección de ropa para la cena y sugirió que podría presentarle su sastre a Minseok, una vez que la cena terminó, Sohee se retiró a su habitación después de colocar un beso en la mejilla de Jongdae.

Kyungsoo sonrió a Minseok. —Parece ser que tu hermana ha encontrado su mejor estado de ánimo.

—Me temo que sus estados de ánimo dependen de su estado de salud y ha estado muy cansada en los últimos tiempos, espero, Conde Kim, que no lo haya tomado como una ofensa.

—No, en absoluto, me he acostumbrado a la idiosincrasia de Sohee y es muy encantadora normalmente, creo que antes de que termine la semana será de nuevo la misma de siempre. —Los ojos de Jongdae brillaban mientras hablaba, Kyungsoo y Joonmyun tomaron un largo trago de su vino para ocultar sus sonrisas.

•••

Minseok debería haber sabido que la tregua no duraría mucho tiempo, después de dos días de paz, se dirigía a la biblioteca después de pasar una entretenida hora jugando a los soldados con Daeul, cuando vio caminar a Sohee enojada por el césped, Jongdae la seguía de cerca gesticulando ampliamente con las manos.

Corrió fuera pero Sohee lo empujó. —¡Es un insufrible! Me vuelvo a Incheon lo más pronto posible.

—Sohee —la llamó, pero ella no le hizo caso y regresó a la casa.

—Que se vaya —gruñó Jongdae—. Es una arpía.

—También mi hermana y te pediría que te abstuvieras de insultarla.

—¿Te pones de su parte? —Jongdae sonó incrédulo.

—Es mi familia.

Jongdae se acercó más, su rostro duro, la ira haciendo estrechar sus ojos y ensanchar sus fosas nasales. —Yo soy tu marido.

Lo empujó. —Ya has dejado muy claro, Conde Kim que eres el marido de Sohee, no el mío.

Dejándolo boquiabierto, Minseok corrió detrás de su hermana y la encontró en su cuarto arrojando objetos en un baúl de viaje. —¿Qué pasó?

Estaba furiosa, su cara estaba enrojecida y respiraba con dificultad. —Me dijo que comía como un cerdo.

—¿En serio?

—Algo en ese sentido —dijo recogiendo su maquillaje y colocándolo en una bolsito—. Así que le respondí que era mejor comer como un cerdo que parecerse a él.

Minseok gimió y se dejó caer en la cama, con la cabeza entre las manos. —¿Qué dijo realmente?

—¡Te lo dije!

—No, dime lo que dijo exactamente, no tu interpretación.

—Dijo que por la manera en que comía me darían cólicos.

—¿Eso es todo lo qué dijo? —preguntó levantando la cabeza de sus manos.

Sohee lanzó la bolsa del maquillaje dentro. —Fue suficiente ¡Me insultó Minseok, y lo estás excusando!

—Se supone que sufres de una enfermedad que te causa pasar largos periodos de tiempo encamada, por lo que has dicho, Jongdae estaba interpretando al marido preocupado.

La ira drenaba la cara de Sohee. —Supongo que cuando lo dices así, puede que haya sobreactuado un poco.

—¿Un poco? vas a tener que pedir disculpas.

—¡No!

Negó con la cabeza, preguntándose cómo no podía ver que estaba equivocada, poniéndose de pie, la agarró del codo. —Vas a pedirle disculpas a Jongdae y vas a demostrarlo, o te acompañaré a Incheon y le diré al sacerdote que te casó que falsificaste mi firma.

—No te atreverías —dijo entre dientes, tratando de tirar de su brazo, pero él no la soltaba.

—Si ese es el riesgo que deseas tomar, entonces sigue protestando, pero necesito que dejes de hacer las cosas difíciles para mí, tengo que vivir aquí cuando te hayas ido.

Sohee gruñó su frustración pero dejó que la sacara de la habitación y la llevara hasta el estudio, llamó a la puerta, abrió y la empujó dentro, cuando entraron, Jongdae los fulminó con la mirada desde donde estaba sentado en su escritorio.

—Mi hermana tiene algo que quiere decirte —empujo a Sohee.

Ella hizo un mohín como una niña. —Minseok ha sugerido que puede ser que te deba una disculpa.

—¿En serio? —contestó mientras se inclinaba en su silla, esperando que continuara.

—Sohee —Minseok la miro fijamente.

—Oh, muy bien... Lo siento por malinterpretar lo que me dijiste antes, y siento haberte llamado cerdo gordo.

No sonaba como que lo decía en serio, pero conocía muy bien a Sohee y sabía que esta era la mejor disculpa que Jongdae iba a conseguir.

—Creo —dijo, tratando de romper la notoria competencia de miradas que los otros dos estaban teniendo—, que sería una buena idea si Sohee vuelve a casa esta noche, si se puede organizar.

—Puedo tener el carruaje preparado de inmediato —dijo Jongdae—. Baekho te acompañará de nuevo para garantizar tu seguridad.

—Me vendría muy bien.

—Y ¿Cómo explicarías a dónde va la señora Kim en mitad de la tarde sola? —preguntó con incredulidad—. Entiendo que ambos quieren estar tan separados como sea posible, pero hay que aplicar un poco de sentido común a la situación.

—Por supuesto, tienes razón Minseok. —Jongdae se sentó en su silla—. El transporte estará listo para salir al anochecer —yo me aseguraré de que Baekho tome un par de hombres dignos de confianza con él, ya que los caminos pueden ser peligrosos por la noche.

—Entonces voy a pasar el resto del día haciendo las maletas, ya que no tengo intención de asistir a la cena.

—Tenemos al señor y la señora Lee aquí esta noche —hablo Jongdae como si acabara de recordarlo—. Es necesario que asistas.

Minseok intervino para desviar la grosera respuesta que sabía vendría de su hermana. —Yo asistiré como Sohee, de esa manera también se podra ver que arreglamos nuestros pequeños desacuerdos en público.

—Tú mejor que yo —dijo Sohee.

—Por lo menos eso es algo en lo que estamos de acuerdo —Resoplo Jongdae.

Sohee hizo una reverencia, insustancial, y se fue, él le sonrió débilmente a Jongdae. —Lo siento por su comportamiento, y por ponerme de su lado sin saber lo que había ocurrido.

Él desechó sus disculpas. —Es tu hermana, y como su hermano, siempre vas a querer defenderla. —Se puso de pie y se acercó a Minseok, tirándolo en sus brazos—. Ahora, ¿qué tienes en mente que hagamos nosotros más tarde? Definitivamente creo que debemos practicar.

•••

Hyuna estaba esperándolo cuando subió a vestirse para la cena. —He oído que tu hermana nos deja antes de lo esperado —dijo, sosteniendo un conjunto de ropa para él.

Se despojó de su ropa. —Sí, para deleite tanto de ella, como de Jongdae.

—Es una mujer alegre.

—Es una manera educada de decirlo.

Hyuna se echó a reír. —Es encantadora y amable conmigo, pero no ocultaba su desprecio por el Conde.

—No, ni él a ella.

—Aún así, has logrado lo que querías lograr —dijo girándolo lentamente en su sitio, le hizo entrar primero en la crinolina y luego en la falda.

—Espero que sí, no se puede decir que los gemelos Ahn nunca han sido vistos juntos en la mansión Kim. —Se quedó quieto mientras ella ataba la gorguera en su lugar y aseguraba su corpiño—. Pero esta noche ya hemos acordado en que tenemos que actuar como si hubiéramos resuelto una pelea de amantes.

—Oh, ya veo, su Gracia estará coqueteando con su esposa. ¡Buena idea!

Una vez que la peluca se encontraba en su lugar y el polvo y carmín aplicado dejo a Hyuna todavía riéndose de su broma, mientras bajaba las escaleras, vio a Jongdae, quien le tendió la mano para que él la tomara. —Eres un regalo para la vista —añadió en voz baja—. No creo que mi cordura hubiera sobrevivido otra noche con tu hermana.

Sólo había seis de ellos para la cena, Kyungsoo y Joonmyun estaban presentes tambien el señor y la señora Lee, el señor Lee era cincuentón, un hombre de aspecto perspicaz con una nariz puntiaguda pómulos altos, su esposa, sin embargo, era fácilmente veinte años menor que él y de piel olivácea, con ojos y pelo marrón oscuro.

Los asientos en la mesa estaban diferentes, en lugar de estar en el extremo opuesto de Jongdae en la mesa, Kyungsoo estaba en el lugar habitual de Sohee y el sitio junto a él estaba libre.

Hizo una reverencia y se presentó a la pareja. —Señor Lee mi marido me ha dicho que ha regresado recientemente de sus deberes de embajador en Tailandia.

—Un país fascinante —respondió—. Y donde conocí a mi Sikarn.

Jongdae empujó su silla mientras tomaban sus asientos. —Parece que el matrimonio le ha hecho bien, Byunghun.

—Puedo decir lo mismo de usted Jongdae, no recuerdo haberle visto tan lleno de ganas de vivir.

—Tengo que darle las gracias a mí querida Sohee. —Tomó la mano de Minseok cuando estaba alcanzando su copa y la besó en la parte posterior de la misma—. Nunca pensé que pudiera estar tan satisfecho con la vida.

—Canta una melodía muy diferente de cuando nos conocimos por primera vez en la corte, casi no le reconozco como el hombre de las historias que he escuchado.

—¿Qué puedo decir aparte de que soy un hombre muy afortunado?

A través de los platos, Jongdae fue muy atento, incluso juguetón a veces, con frecuencia tocándolo y alimentándole. Sikarn también disfrutó de la atención de su marido, Kyungsoo y Joonmyun estaban hablando sobre las ventajas de estar fuera de Seúl durante los meses de verano, Byunghun era un hombre de muchas historias y obviamente, disfrutaba de una audiencia, una historia en particular, acerca de cómo fue perseguido alrededor de un patio por un ganso graznando, hizo que Minseok casi escupiera su vino.

Después de un tiempo, se excusó, diciendo que necesitaba algo de su habitación y que volvería en seguida, los otros estaban felices divirtiéndose con las historias del señor Lee y él se escabulló arriba, llamó suavemente a la puerta de Sohee y entró, estaba una vez más vestida con ropa ordinaria, más adecuada a la esposa de un herrero que a la de un Conde y tenía una larga capa marrón de viaje.

—¿Estás lista?

—Sí, recogí mi baúl antes, no puedo esperar para estar fuera de esta casa.

—Me gustaría que hubieses conseguido llevarte mejor con Jongdae, tenía la esperanza de que me visitaras otra vez.

Ella suspiró. —El problema que Jongdae tiene conmigo es que yo no soy tú Minseok, y mi problema con él es que te tiene atrapado aquí.

—No es así.

—Sí, lo es. —Lo miró de arriba abajo, y se dio cuenta de que era la primera vez que ella lo veía vestido de Sohee—. Buen dios, esto es más preocupante, sé que no soy una mujer elegante, pero ¿realmente me veo tan simple?

—La prima Seohyun dice que soy más bonita que tú.

Sohee golpeó su brazo. —¡Ella es una bruja! A pesar de que probablemente sea correcto —añadió con tristeza.

—Debes irte, el carruaje está esperando.

Sohee colocó la capucha de la capa sobre su cabeza. —A pesar de todo, ha sido bueno verte Minseok, por favor, no dejemos tanto tiempo para vernos otra vez.

Él la abrazó con mucho cariño. —Voy a ir a Incheon, después de todo tengo que conocer al hombre que te ha tomado como esposa.

Llevó a Sohee fuera de la sala, tomando la escalera trasera a la parte posterior del edificio, el carruaje estaba esperando y por tanto, con un último abrazo la ayudó a subir, el carruaje se alejo rodando y Minseok volvió a entrar, de vuelta con sus huéspedes.


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