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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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Jongdae había protestado, pero a su regreso de la residencia Do, Minseok había aparecido en la cena como Sohee, después de unos días de no hacer nada más emocionante que leer un cuento a Daeul para dormir o dar tranquilos paseos por los jardines, estaba feliz de describirse a sí mismo como totalmente recuperado, todavía tenía una costra de la herida en la cabeza, pero estaba oculta por el pelo y sólo se dio cuenta cuando accidentalmente la tocó al ponerse la peluca, los dolores de cabeza residuales eran cosa del pasado y pudo una vez más leer poesía sin las líneas borrosas entre sí.

Deseando aprovechar al máximo el buen tiempo, decidió que era la oportunidad perfecta para salir a dar un paseo, antes de que los caminos se convirtieran en poco más que surcos llenos de barro, no había forma que el ser lanzado por Taitan le impidiera montar para siempre, Seuta parecía complacida de verlo, o por lo menos estaba feliz de recibir la manzana que le dio mientras la conducía fuera del establo una vez que su montura estuvo en su lugar, se encaramó sobre ella y fue a un ritmo suave el aire fresco tan bueno para su constitución como cualquier plato de hierbas que un médico pudiera darle, lo tomaron con calma evitando los caminos más escarpados y Minseok estaba relajado, contento por no haber permitido que un accidente arruinara lo que se había convertido en uno de sus pasatiempos favoritos.

Regresó a la residencia después de haber pasado una hermosa tarde de otoño, encontrándose con Jongdae en la entrada. —Pedí que me notificaran el momento en que volvieras. —Su hosca expresión y su lenguaje corporal le dijeron con toda claridad que estaba disgustado por algo—. Ven conmigo.

Se arrastró tras él entrando en el estudio, con la sensación de un colegial que está a punto de ser castigado por sus tutores.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —exigió.

—Creo que era obvio, estaba montando.

Jongdae dio un puñetazo sobre la superficie de su escritorio, haciendo que un montón de papeles se cayeran. —¿Y si te hubiera pasado algo? ¡Te fuiste por tu cuenta, sin estar recuperado de la caída del caballo!

—Estoy completamente recuperado —dijo con toda la calma que pudo—. No puedes mantenerme prisionero en la casa por si acaso puede pasarme algo.

—Minseok, realmente tienes que ser más responsable. ¿Y si te hubieras lesionado de nuevo? Fue bastante difícil convencer a la gente que tanto Sohee como su hermano estaban en cama al mismo tiempo, si se hubiera repetido ¿Cómo crees qué se vería?

—Ya veo —espetó ya incapaz de controlar su temperamento—, ¡y yo aquí trabajando bajo la falsa premisa de que estuvieras enfadado porque me hubiera lesionado! Mis disculpas, Conde Kim, pero había olvidado que lo beneficioso que soy para usted como su falsa esposa supera con creces cualquier preocupación por mi persona.

Jongdae lanzó sus manos al aire en señal de frustración. —No pongas palabras en mi boca ¡Tú has actuado como un tonto irresponsable!

—No he hecho nada de eso, habría sido más irresponsable para mí que no hubiera conseguido volver a montar a caballo, me niego a dejar que el miedo domine mi vida. —Se dio la vuelta y salió del estudio, haciendo caso omiso de la orden de Jongdae para que volviera.

La cena fue tensa, al igual que los días siguientes, no quería escuchar otra disculpa de Jongdae, aunque no estaba seguro de que estuviera dispuesto a admitir que estaba equivocado, hizo su trabajo como adorable esposa cuando los invitados estaban presentes o cuando podían ser escuchados, pero no se quedaba para hablar con Jongdae, ni lo buscaba para pasar más tiempo juntos, lo que se había convertido antes en una costumbre.

Minseok recibió una invitación para visitar a Kyungsoo y decidió que unos días lejos de la mansion Kim era justo lo que necesitaba, estaba recogiendo algunas cosas en su bolsa de lona cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe chocando contra la pared y después golpeando al cerrarse.

Jongdae se quedó allí con la mirada encendida, con una arrugada carta en la mano. —¿Cuál es el significado de esto? —dijo con voz fría, tirando el papel a sus pies.

Los restos de la amable nota que había dejado para informarle de su intención yacían abandonados en el suelo, lo ignoró y se volvió hacía su equipaje. —¿Tu formación universitaria no te enseñó a leer?

—Ya he tenido suficiente de tu mal humor, tú no te vas.

Minseok se dio la vuelta para enfrentarse a él, indignado por la implicación detrás de sus palabras. —¿Cómo dices?

—Creo que lo dejé claro Mindeok, no puedes desaparecer durante unos días, te necesito aquí.

—¡Bobadas! Puedes prescindir de Sohee durante un par de días.

—Puedo, pero no quiero hacerlo —la ira estaba fuera de la cara de Jongdae y sus palabras suaves, un cambio completo de la furia que había estado presente sólo unos momentos antes.

Confundido por el cambio de actitud, no podía creer lo que oía o formular algo sensato que decir, y lo único que consiguió fue un —¿Qué?

—He sido un idiota insoportable y te estoy alejando, que es la última cosa que quería que pasase, estaba preocupado por tu salud Minseok y fui demasiado obstinado para echarme atrás.

Jongdae lo agarró y lo jaló en un ardiente beso, al principio intentó apartarse, pero él se aferró, y la emoción de su cuerpo asociada con el otro hombre anuló su resentimiento respondiendo al beso con avidez.

No era el momento para hacer el amor lentamente, las ropas fueron quitadas con apuro y cayeron en una maraña de extremidades sobre la cama, Jongdae los giró sobre uno de sus lados, capturando las dos erecciones en su gran mano, el calor y la intensidad se apoderaron de él como si estuviera en llamas, se quedó sin aliento cuando Jongdae trabajó sobre ambos con frenesí, acariciando una y otra vez masturbándolo hasta que se corrió en una explosión de pasión, su liberación se mezclo con la de Jongdae ya que también llegó a su punto máximo.

Jongdae le dio un beso perezoso mientras recuperaba el aliento, aferrándose el uno al otro, su piel se estremeció mientras él pasaba los dedos por su espalda, arrastrando suavemente las uñas sobre la piel sensible.

—Odio cuando estamos enfadados —murmuró sobre su cuello.

Minseok susurró conforme. —Los dos somos demasiado tercos para nuestro propio bien.

—Lo siento de verdad, no debería haberte prohibido visitar a Kyungsoo.

Salió de sus brazos, se levantó de la cama y se estiró antes de recoger sus pantalones. —Realmente debería salir si quiero llegar a la residencia Do para cuando había planeado.

—Por supuesto. —Jongdae lo siguió, dándole un beso en el cuello antes de agarrar su propia ropa.

Había molestia en su tono, pero su beso mientras salía después de vestirse le hizo pensar que lo había estado imaginando.

Vestido y con el equipaje hecho, fue directamente a la cuadra, organizaba a Seuta atando su bolsa de lona a su grupa, cuando vio a Jongdae montando a Je-useu saliendo del bosque.

—¿Saliste a dar un paseo? —preguntó sorprendido, ya que él no tendía a montar sólo por placer.

—No, me dirijo a Seúl para asistir a la corte

Minseok pensó que debía haber oído mal, pero viendo como estaba vestido, no había duda de que iba a alguna parte que requería sus mejores ropas. —¿La corte? Si vas a ir a la corte, ¿Qué importaba que fuera a la residencia Do?

—Fue una decisión de último minuto —dijo tirando de sus guantes—. Si tú eres libre para visitar a tus amigos, entonces pensé que haría lo mismo.

—¿Sin Sohee?

—¿Y qué?

—¿Qué clase de mensaje enviarás a la corte? r13;preguntó impresionado con la respuesta desdeñosa de Jongdae—. Qué asistas solo sin tu esposa...

Él espoleó con sus talones a Je-useu y el caballo comenzó a caminar. —La corte pensará lo que quiera, haga lo que haga.

—¡Jongdae! —lo llamó, pero no se volvió, con una patada frustrada al costado de Seuta, se dirigió en la dirección contraria, la yegua emitió un sonido nada contenta por el tratamiento y Minseok le acarició el cuello murmurando una disculpa.

El viaje a la residencia Do le llevó menos de una hora y Minseok pasó la mayor parte de el con un humor de perros, irritado por la actitud frívola de Jongdae, pronto se olvidó de él cuando Kyungsoo le saludó con una gran sonrisa, un conjunto de bolas bochas y una gran botella de vino, pasaron la tarde con Minseok tratando de mejorar el juego de Kyungsoo, pero aunque lo intentó, algunos de los malos hábitos de su amigo estaban demasiado arraigados para romperse.

—Me sorprendió que aceptaras la invitación —admitió Kyungsoo sacudiendo la cabeza donde su bocha se había detenido—. Por la forma en la que Jongdae ha estado actuando desde el accidente, pensé que te lo prohibiría.

Minseok soltó la bola una fracción más tarde, alejándose de donde quería que terminara y noqueó una de sus propias bolas lejos del juego. —A pesar de todas las pruebas en contra, no es mi dueño.

—No, por supuesto que no, eso no era lo que yo estaba tratando de decir.

—Entonces, ¿Qué estabas insinuando?

Kyungsoo se quedó perplejo. —Minseok ¿hay algo qué te preocupe? Porque no estas actuando en tu estado normal.

Tomó un largo trago de vino y suspiró. —Jongdae ha estado difícil últimamente, pensé que habíamos resuelto nuestras diferencias pero ahora se ha ido a la corte sin Sohee.

—¿Y qué?

Examinó la botella para ver cuánto vino quedaba, incapaz de mirar a Kyungsoo mientras respondía. —Tengo que admitir que me preocupa que caiga en su antiguo estilo de vida.

—Si te hace sentir más cómodo, mi padre comentó hace apenas un día cuánto ha cambiado Jongdae, piensa que finalmente ha jubilado su rebeldía.

—Estoy seguro que tiene razón, no estoy pensando con claridad y probablemente estoy haciendo algo de la nada.

Kyungsoo tomó la botella de vino de Minseok y se sirvió una copa. —Esto es a menudo un problema para un hombre enamorado.

—No niego lo que es mi aflicción y se hace peor saber que mi amor no es correspondido con la misma vehemencia.

Kyungsoo pasó un brazo alrededor de sus hombros. —Prototipo de actor, almas miserables llenas de melodrama, es una maravilla que seas capaz de pasar las horas del día con nosotros, meros mortales insensatos.

Lo apartó con un empujón juguetón. —Se supone que debes ser mi amigo y estar de mi lado, ahogando mis penas y levantándome el ánimo.

—A-ha, ahogar tu dolor puedo hacerlo —dijo sosteniendo el vino en alto—. Bebe y sé feliz Minseok, para mañana los malos pensamientos no serán nada más que un dolor de cabeza y un estómago revuelto. —Minseok le dio una palmada en la espalda y le robó el vino. —¡Ese es el espíritu! —ambos terminaron la botella en unos tragos generosos.

El sol se ponía para el momento en que se tambaleaban de nuevo a la casa, a lo largo de la cena Minseok no pudo contener sus risas, gracias a la cantidad de vino que había bebido y las caras que Kyungsoo le hacía desde el otro lado de la mesa para hacerle reír, recibió una mirada de desaprobación de uno de los otros invitados pero Chulho y Hyesuk parecían más entretenidos que molestos por su comportamiento.

Mas que dormir, se desmayó esa noche totalmente vestido y boca abajo, sólo despertó a la mañana siguiente porque Kyungsoo estaba hurgando en su costado con el extremo del arco. —Pensé que podríamos afinar la puntería —dijo agitando un carcaj lleno de flechas.

Minseok gimió y se arrastró sobre sus rodillas. —No estoy convencido que sea seguro manejar un arco en esta condición ¡Creo que estoy viendo doble!

Kyungsoo no dejó que se arrastrase debajo de las mantas, y al darse cuenta que su amigo no iba a darse por vencido, se levantó y lo siguió a la planta baja, una vez fuera, el aire fresco le hizo sentir un poco menos la resaca y el trozo de pan que Kyungsoo le entregó mientras él fijaba el objetivo del tiro ayudó a eliminar el resto de alcohol en su sistema.

Otro día de ser él mismo y de actuar como un hombre de veinte años en lugar de la esposa de un conde había ahuyentado lo último de su mal humor, aun si no había mejorado su puntería ni una pizca, para el momento en que estaba listo para volver a la mansión Kim la tarde siguiente, se sentía más como era él, optimista.

Se vistió como Sohee para la cena y aunque no estaba seguro de si Jongdae había regresado o si habría invitados, decidió qué, después de dos días de ausencia, sería mejor si la dama de la mansión era vista.

—No era necesario que te molestaras —dijo Jongdae cuando se encontraron en el pasillo de camino al comedor—. No tenemos invitados esta noche, podrías haberte quedado como Minseok.

Resolvio contestar de una manera igualmente concisa. —No sabía si estabas aquí, o todavía en Seúl.

—Fui sólo por dos noches, no tenía intención de estar ausente más tiempo que tú.

Minseok no sabía que decir, Jongdae estaba distante, con una reserva que no había visto antes, se movió hacia delante para darle un beso en su mejilla, pero él se dio la vuelta.

—¿Qué pasa?

—No pasa nada, sólo que no tengo ningún deseo de estar cubierto de carmín.

Comieron juntos y la conversación fue forzada e incómoda, no importaba que tema comenzara, Jongdae fue brusco e indiferente, hasta que no fue capaz de seguir intentándolo, Jongdae se disculpó inmediatamente después de la cena, se quedó confundido y solo, sentado a la mesa sin idea de lo que había hecho para que la situación estuviera tan tensa.


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