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EL ACTOR Y EL CONDE [CHENMIN] por solokik

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Notas del capitulo:

Tarde pero seguro.

—¿Escuchaste lo que dije? —preguntó Seohyun.

Minseok levantó la vista de su plato de la cena, con la mente atrapada en el mismo ciclo de pensamientos relacionados con Jongdae, la lucha constante de si debía perdonar y olvidar. —Lo siento, estoy a kilómetros de distancia.

Con un suspiro de exasperación, repitió la pregunta. —Te pregunté si habías escuchado más de Jongdae.

Negó con la cabeza. —No desde el teatro, estuvo de acuerdo en esperar y es bueno con su palabra.

—¿Y cuanto tiempo vas a hacerle esperar primo? ¿Tienes la intención de hacerle sufrir toda la Navidad hasta año nuevo?

Empujó la carne de su plato con el cuchillo, nada sabía bien en ese momento, incluso las mejores chuletas eran como trozos de cuero poco apetecible. —No sé que haré, por un lado sé que está arrepentido y por otro es lo que siempre hace, es normal para él actuar primero y luego buscar el perdón... No estoy seguro de que pueda hacer frente a una vida con este tipo de comportamiento.

—¿Pero alguna vez has llegado al extremo de perdonarlo antes? —preguntó y él ya sabía a lo que hacía alusión—. Un hombre como Kim Jongdae no pide perdón en la forma que lo ha hecho sin estar verdaderamente arrepentido.

Levantó la mirada de su plato y la miró. —¿Crees qué debería volver a la mansión Kim?

—¿Qué crees tú que deberías hacer? —Seohyun chasqueó la lengua pero no lo presionó cuando no respondió. —Viajo a la finca de mi padre a pasar la Navidad ¿Tienes intención de unirte a nosotros o vas a quedarte aquí?

—El teatro sólo se cierra el día de Navidad, no he pedido el permiso que me permitiría viajar fuera de Seúl.

—Entonces tal vez deberías, o mejor aún, deja de frecuentar esta casa y haz algo que te haga feliz.

Golpeó con el cuchillo en la mesa. —¿Y si me equivoco? ¿Qué pasa si elijo lo que creo que quiero ahora y termina en más angustia y amargura?

—Es mejor haberlo intentado que quedarte aquí y lamentar un amor que perdiste sin luchar por él —contestó sonando casi enojada.

—¿Qué sabes tú de amor? —escupió.

—Sé lo suficiente para ver que estás enamorado Minseok, Jongdae ha hecho todo lo posible para convencerte de sus sentimientos y de que está arrepentido, si eso no es suficiente entonces que así sea, pero no te tortures a ti mismo y a él si has decidido que, no importa lo que haga, nunca serás capaz de perdonarlo.

—No te atrevas a sermonearme Seohyun. —Se puso de pie—. ¡Esto no es sólo mi corazón, sino mi vida y mi cabeza!

—¡Si tu verdadera preocupación fuera la cabeza, entonces ya habrías tomado una decisión y hubieras mandado a Jongdae al infierno! Tienes miedo, miedo de intentarlo y la única cosa que creía que conocía de ti Minseok, era que no eras un cobarde, pero al parecer estaba equivocada.

No dispuesto a escuchar más de lo que Seohyun tenía que decir, salió de la sala, cerrando puertas a su paso, de vuelta en su habitación encendió una vela. Estúpidamente pensaba que podía acallar la agitación de sus sentimientos pero fue incapaz de estarse quieto y se paseaba con la mente confundida en el aluvión de pensamientos que le asaltaban, las palabras de su prima habían añadido una nueva capa a la confusión en la que ya estaba inmerso.

Apagó la vela, se arrojó sobre la cama, mirando hacia arriba en la oscuridad, el sueño era esquivo y yacía dando vueltas mientras su mente trabajaba a través de todos los escenarios de lo que pasaría si decidiese volver a la mansión Kim o quedarse en Seúl, una y otra vez encontró una excusa para no volver con Jongdae sólo para pensar en algo que impidiese que se quedara en la ciudad, pero al final, todo se reducía a que si lo que sentía por él era suficiente para arriesgarse a volver a la mansión.

Finalmente los sonidos del despertar de Seúl y la luz del amanecer acompañaron su difícil decisión.

Caminó con sigilo por el pasillo y llamó a la puerta de Seohyun. —Soy yo —susurró—. Abre la puerta.

Unos momentos después oyó retirarse un cerrojo y la puerta se abrió, ella lo miró detenidamente. —¿Confio qué una noche de sueño te puso en un mejor estado de animo, primo?

—He hecho mi elección, devuélveme mi anillo de boda.

Seohyun abrió la puerta y le abrazó, su alegría evidente en la fuerza de sus acciones. —Oh Minseok, me alegro por ti.

Ella lo soltó y Minseok observó mientras abría una caja cubierta de cuero que estaba sobre la mesilla de noche y sacó su anillo de bodas.

—Gracias por todo —dijo mientras tomaba el anillo de oro y lo deslizaba en el dedo anular de su mano izquierda—. Tu lengua puede ser afilada Seohyun, pero dijo lo que necesitaba oír.

—Ahora ve, necesitaras un caballo para llegar a la mansión —dijo presionando un número de monedas en su mano—. Te veré pronto, con suerte como invitada del Conde y la dama Kim, que en breve acogerá un encuentro oficial entre el hijo del Señor Do y yo.

—Dalo por hecho, prima. —La besó en la mejillar13;. ¿Tienes la intención de expedir el Golden Hind?

Ella se echó a reír. —¡Por supuesto!

Minseok regresó a su habitación, recogió sus escasas pertenencias incluyendo la caja con el anillo que Jongdae le había regalado y los sonetos, envuelto en su capa, corrió escaleras abajo y fuera de la casa.

Las calles ya estaban llenas y dado que era la víspera de Navidad, era sorprendente, tuvo dificultades para moverse a través de la estrecha calle a cualquier velocidad, tuvo que pedir disculpas a varias personas, a las cuales golpeó, por lo que recibió un tirón de orejas de una anciana cuya pila de paquetes había salido volando.

Hyeokjin estaba en el teatro, cuando finalmente llegó y aunque no estaba nada contento con que se fuera, no había nada que pudiera hacer para que se quedara. Hubo un tiempo cuando la oportunidad de audicionar para la siguiente obra podría haber influido en su mente, pero no mas, y cuando Hyeokjin se dio cuenta de que iba a negarse a todo lo que le ofreciera, le deseó suerte y lo alentó en su camino.

Le llevó más tiempo del normal llegar a las cuadras del lado norte del puente de Seongsu por un caballo, las multitudes y el tráfico había aumentado a medida que avanzaba la mañana, sólo quedaban unos cuantos caballos cuando llegó y había muy poco margen para la negociación sobre el precio, pero Seohyun le había dado suficientes monedas para comprarle un caballo capaz de llevarle de vuelta a la mansión Kim. Minseok dudaba que hubiera comprado el mejor caballo que pudo con su dinero, pero no le importaba, sería bastante rápido para lo que necesitaba y su temperamento estaba cerca de ser dócil, hacia el mediodía se dirigía fuera de la ciudad y hacia Jongdae.

El viaje le dio tiempo para pensar, para decidir sobre la forma de anunciarse en la mansion, quería que Jongdae supiera que estaria allí para siempre, quería declarar que Jongdae era suyo, o al menos de Sohee, a los ojos de cualquier espectador.

El clima empeoró a mitad de camino a casa el día seco y fresco desapareció entre una cortina de lluvia helada, haciendole ir lento debido a la falta de visibilidad y las condiciones del suelo.

No estaba preparado para su reacción al ver la mansión Kim de nuevo, la explosión de alegría, cuando estuvo a la vista fue inesperada, pero se dio cuenta tarde que se había convertido en su hogar, mientras que la casa en Seúl no era más que un lugar para dormir. Tomando la ruta más larga que le llevó a la parte trasera de la propiedad, esperaba llegar a los establos sin ser visto desde la casa, desmontó y condujo al caballo por el camino a los establos en busca de un puesto vacio, los establos estaban casi llenos ya que a juzgar por el número de carruajes que también estaban alineados, Jongdae tenía más huéspedes de los que él había visto antes en la casa.

Un mozo acudió corriendo hasta él, tomando las riendas que le entregaba. —¿Regresa para Navidad señor? —preguntó—. Sospecho que Seuta se alegrará de verle de vuelta para una visita, a estado desganada últimamente.

—Es bueno saber que alguien me ha echado de menos —respondió con una sonrisa—. Pero estoy aquí sólo para ver a mi hermana antes de dirigirme con unos amigos para las vacaciones.

Con tantos invitados Jongdae tenía que estar ocupado y el plan que tenía en mente podría funcionar bien, se deslizó dentro de la casa por una de las entradas laterales que era el punto medio entre la cocina y el gran salón, aparte de corteses reverencias de las criadas que le pasaban, nadie hizo ningún comentario sobre su regreso, el personal estaba demasiado ocupado corriendo detrás de los huéspedes para considerar su reapación, sin embargo, necesitaba la ayuda de una persona para hacer que su plan tuviera éxito, así que tendría que encontrarla primero.

Detuvo una chica mientras ella se apresuraba con los brazos llenos de ropa de cama. —¿Podría decirle a Hyuna que vaya a la habitación de la dama Sohee?

—Sí, señor —fue su breve respuesta, deseosa de volver a sus deberes.

Tomando las escaleras traseras, Minseok alcanzó el primer piso sin pararse, pasando a través de la galería oyó risas y charlas provenientes de abajo, por lo que se mantuvo tan cerca de la pared como le era posible para asegurarse que no era visto, unos momentos más tarde estaba parado fuera de la habitación de Sohee.

Hyuna doblaba por la esquina y casi tropezó cuando lo descubrió, sonrió ampliamente y él podría decir que trataba de contener su euforia al verlo mientras sacaba la llave de la habitación de los pliegues de su falda.

Abrió la puerta, Minseok entró dentro, y Hyuna rápidamente cerró detrás de ella. —¡Oh Minseok, no sabes lo bueno que es verte!

Se vio envuelto en sus brazos mientras ella lo apretaba con fuerza, finalmente lo liberó y lo sostuvo a distancia, como si comprobara que era realmente él y si todavía tenía todos los miembros en los lugares correctos.

—Pensé que era el momento de volver a casa —dijo en voz baja.

—Jongdae se pondrá eufórico, ha estado tan triste desde que desapareciste, como un cahorro herido, nunca lo había visto así.

—Tuve que irme —dijo sin querer discutir los motivos de su partida con ella—. Pero ahora estoy de vuelta.

Hyuna tarareó feliz. —Lo tomo como que él no sabe que estás aquí todavía.

—No, quiero hacer una gran entrada, es hora de que la dama Kim regrese.

—Bien, entonces tendremos que cambiarte, y tan pronto como sea posible, para que puedas llegar al inicio de la Víspera de Navidad, quítate esa ropa, estaré de vuelta tan pronto como pueda.

Minseok se quitó la capa y los zapatos, de su bolsa, sacó la caja de madera y la colocó en la mesita de noche junto a la cama, ser mangoneado por Hyuna le hizo sentir como si nunca hubiera estado lejos y se creía ridículo luciendo una amplia sonrisa que su alboroto había causado, regresó unos minutos más tarde con una jarra de agua, un juego limpio de camisa y calzas.

Vertiendo agua en un recipiente, Hyuna le ordenó que se lavara, antes de salir de nuevo, se quitó la ropa mojada y se limpio el sudor antes de ponerse la camisa limpia y las calzas, en la mesita de noche junto a la cama, Minseok sacó su navaja y una botella de agua de rosas, se afeitó con diligencia, teniendo cuidado de no cortar su piel y después, echó un poco de agua de rosas en su cuello y pecho.

Hyuna bullía de nuevo al mostrarle un conjunto de ropa que nunca había visto antes y lo que parecía una nueva peluca. —Jongdae trajo estos consigo de Seúl en su última visita, creo que esperaba que estuvieras de vuelta pronto.

—El señor Kim no es más que un optimista.

Riéndose entre dientes le ordenó vestirse, Minseok encontró que cambiar a Sohee extrañamente le tranquilizaba, las capas de ropa acumulándose como si fueran una armadura, el nuevo vestido era rojo burdeos con las mangas del mismo color, mientras que la falda y el corpiño eran de oro, Hyuna le mostró la peluca antes de colocarla en su lugar, todavía era una masa de rizos negros pero daba la impresión de llevar el pelo recogido hacía atrás y Hyuna había tejido una serie de joyas en oro y rojo a través de él.

Por último, le ayudó a aplicarse su maquillaje y atar su gorguera en su lugar. —Es un vestido precioso —dijo, acariciando una de las mangas.

—Sí, pero me temo que se desperdicia en la simpleza de Sohee ¿Dónde ha estado mientras yo estuve fuera?

Sohee ha estado en cama convaleciente —apretó los labios antes de continuar—. Creo que deberías saber que un número de mujeres locales han estado ofreciendo a Jongdae su compañía, pero te aseguro que todas fueron rechazadas yalgunas de ellas no muy suavemente, puedo decir, pero no quiero que si por casualidad oyeras algo te lleve a la conclusión equivocada.

Minseok rio suavemente. —Jongdae parece atraer los rumores, espero oír que me embaraza en cualquier momento.

—Y estoy segura que cuando te vea, su reacción será no dejar a nadie con dudas de donde yacen sus afectos.

—Espero eso.

Se puso sus zapatillas y Hyuna caminó a su alrededor para comprobar que todo estaba en su lugar. —¿Estás listo?

—Una última cosa. —cogió la caja de la mesita de noche y sacó el anillo lo deslizó sobre el dedo meñique de su mano derecha—. Ahora lo estoy.

—Mi señora. —Hyuna abrió la puerta e hizo una reverencia—. La fiesta la está esperando.


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