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RELACIONES COMPLICADAS por SandraBel00

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Notas del capitulo:

Antes que nada, siento mucho no haber publicado los dos capítulos correspondientes a la semana pasada, he tenido problemas con el ordenador y no he podido, pero no os preocuéis que los voy a subir y me voy a poner al día con la historia. Este sería uno de los capítulos de la semana pasada, el siguiente lo publicaré seguramente mañana. De nuevo me disculpo por no cumplir con los plazos que yo misma dije. Muchas gracias por leer y por comentar

Mientras en la cafetería del instituto estaba un pelinegro buscando su oportunidad para acercarse al hueco donde se dejaban las bandejas para que fueran a lavarse. Después de unos minutos de auténtico bullicio la cafetería se despejó un poco de estudiantes, entonces él se acercó al hueco del lavaplatos.

-¿Atsushi?

-¿Muro-chin? te estaba esperando.

-No podía pasar entre tantos estudiantes, has tenido faena.

-Mucha, la verdad.

-Ten, el pastelito que he hecho, pruébalo y me dices que tal está.

-Si lo ha hecho Muro-chin estará bueno.

Himuro sonrió sonrojado, poco después apareció una gran mano salir del hueco del lavaplatos, y cogió el pastelito.

-¿Qué tal está? ¿Te gusta? es horrible, ¿no?

-No, está delicioso, será porque lo ha hecho Muro-chin para mí.

-¡Gracias!-dijo Himuro sonrojado.

-De nada, pero tendría que ser yo quien te agradeciera por las molestias de hacer un pastelito tan bueno.

-No que va, para mí ha sido un honor, gracias por aceptarlo, Atsushi.

-Gracias por endulzarme el día, Muro-chin.

El pelinegro sonrió sonrojado, aunque la voz del misterioso cocinero sonara infantil a él le reconfortaba escucharla.

-¿Has tenido un mal día?

-Buenooo, más bien muy movido, pero después de estar con Muro-chin se me ha pasado el cabreo.

-Eso que dices suena un poco vergonzoso- dijo sonrojado el pelinegro, sólo en esa conversación le habían sacado más sonrojos que en todo un año.

-¿Por qué? Sólo digo lo que siento.- preguntó el pelimorado confundido.

-B-bueno, ¿le dices ese tipo de cosas a alguien más?

-No, porque sólo lo siento cuando Muro-chin está hablando conmigo. Me gusta hablar con Muro-chin.

-A-a mí también me gusta hablar y estar contigo, Atsushi.¿Qué te parece si intercambiamos números de teléfono? sólo si quieres- dijo Himuro un tanto nervioso. No sabía lo que le ocurría con ese cocinero, no solía ser una persona nerviosa ni tímida, pero con él lo era.

-Claro.

Después de darse los números se despidieron y quedaron en hablar por el móvil. Himuro se sintió muy feliz, por primera vez alguien se le acercaba por su personalidad no por su físico. Durante años ha estado saliendo con chicos y chicas, pero sus relaciones duraban muy poco porque sólo se acercaban a él porque era atractivo y popular, por su gran carisma, pero él quería una relación estable con alguien que le quisiera por como es, tanto por su físico como por su mente, sin embargo todo el mundo que se acercaba a él para iniciar una relación era sólo porque era guapo y popular, no por su carácter, ni por su inteligencia, y eso le molestaba. Sin embargo, esta vez, había encontrado a alguien con el cual había conectado y ni siquiera sabía como era. Atsushi no sabía como era él físicamente y eso le alegraba mucho, porque significaba que había empezado a hablar con él al margen de su imagen. Por una vez quería creer que eso iba a funcionar.

******************************************************

Después de terminar el descanso y de pasar tres clases más ya era la hora de irse a casa, pero no para Kagami. Él se iba a quedar 10 minutos más para hablar con su profesor de literatura japonesa. Ayer hizo pastelitos con Himuro, y ya que Himuro se quedó con alguno para traérselo a sus amigos él decidió quedarse también con unos pocos. Luego pensó que podría darle uno a Kuroko por la ayuda que le está ofreciendo. Al principio dudó mucho porque no sabía si le gustaría a su profesor pero después decidió arriesgarse. La última clase la tenían con él, así que se esperó a que todos salieran para después dirigirse a la mesa del profesor, el cual estaba recogiendo sus cosas.

-Ehh…, Kuroko-sensei, ¿podría hablar con usted un momento? no será mucho tiempo.

-Claro, Kagami-kun.

-Te quería dar este pastelito que hice ayer como agradecimiento por su apoyo para que apruebe.

-Ohh…, Kagami-kun, no sé que decir.

-No le gustan los pasteles, ¿verdad? debería haberle preguntado antes, soy idiota.

-No, no, no es nada de eso. Por supuesto que me gustan los pasteles, me refería a que no sé que decir porque nunca ningún alumno ni nadie me ha regalado un pastelito hecho por él mismo, incluso en mi cumpleaños era un pastel congelado, ya hecho.

-Ahh…, vale… Siento el malentendido, pero no debe decir nada sólo cogerlo y comérselo, si quiere.

-Está bien, muchas gracias Kagami-kun.

El peliceleste le regaló una sonrisa, que aunque para muchos fuera pequeña y meramente formal para él era la más bonita que había visto en su vida. Por un momento se quedó embobado mirándolo, tanto que casi se le cae la baba, despertó de su ensoñación cuando el profesor lo llamó.

-Kagami-kun, kagami-kun.

-Ehhh…

-Kagami-kun, ¿estás bien?

-S-sí, solamente me he quedado pensando en otras cosas, lo siento.

-No pasa nada, a mí también me pasa. Te estaba diciendo que está espectacular este pastelito y además, es de mi sabor favorito, vainilla.

-A-ah, bueno, hice de varios sabores y me pareció que este le gustaría porque era de los mejores.

-Pues has acertado, muchas gracias por el pastelito y siento las molestias.

-De nada, y no han sido molestias, te lo aseguro, me gusta mucho cocinar.

-Eso es estupendo.- le respondió sonriendo.-Bueno, deberíamos hablar de cuando vamos a hacer las clases y demás.

-Sí, sí, claro.

-La otra vez dije a las 5 pero no sé si a esa hora se puede estar aún en el instituto. ¿Qué te parece de 2 a 3?

-¿Nada más salir de la última hora?

-Sí, ya sé que es muy cansado, pero creo que es la mejor hora, así luego tenemos toda la tarde libre.

-Me parece bien, ¿qué días serían?

-Yo creo que con dos a la semana iría bien. ¿Qué te parece Martes y Jueves?

-Perfecto, justo esos días no tengo entrenamientos, y así descanso toda la tarde.

-¿A qué juegas?

-Al baloncesto.

-Vaya, que coincidencia, yo también jugaba cuando estaba en el instituto.

-Pues podríamos quedar algún día para jugar.

-Me encantaría Kagami-kun, pero no creo que eso se vea muy bien, un profesor quedando con su alumno fuera del colegio para jugar al baloncesto.

-B-bueno, si es fuera del horario lectivo no somos profesor  alumno, ¿no?

-Ummm…, vamos a hacer una cosa, si veo que apruebas todas tus asignaturas y que te esfuerzas en las clases adicionales vamos a jugar al baloncestos, ¿te parece bien?

-Sí, claro, me esforzaré. Muchas gracias Kuroko-sensei.

-Gracias a tí Kagami-kun, por el pastelito y a por todas desde ya.

-Sííí.

Después de eso los dos se despidieron y se fueron a sus casas con una sonrisa de oreja a oreja.

*******************************************

En la salida del instituto estaba un castaño esperando a que su amigo Kagami llegara para irse juntos a casa, pero este se estaba retrasando. Mientras esperaba veía como la entrada se iba vaciando de estudiantes y profesores y pensaba en que hacer esta tarde. Como era principio de curso no tenía demasiados deberes y había pensado salir e ir a dar un paseo, de repente un toque suave en su hombro lo hizo despertar de su ensoñación.

-Hola Kouki, ¿qué haces aún aquí?

-H-hola Aka… Seijuro-san.- dijo sonrojado el castaño.

-¿Estás esperando a alguien?- dijo sonriendo por la expresión del menor.

-S-sí, a un amigo con el que había quedado para ir juntos a casa.

-¿Un amigo?- dijo con una sonrisa.-Pues es un poco tardón, ya han pasado 10 minutos desde que tocó el timbre.

-Yaa… se debe haber entretenido con algo, seguro que está al caer.

-Seguro. Oye Kouki, ¿qué te parece si quedamos esta tarde para dar un paseo y así hablamos? Recuerda que me debes una charla.

-A-ahhh, s-sí es verdad, pues entonces podríamos quedar, por ahora no tengo demasiadas tareas y mis entrenamientos aún no han empezado.- dijo pensativo y un poco avergonzado por la familiaridad con la que hablaba con el director de su colegio.

-Perfecto, te recojo a las 5 de tu casa.

-P-pero espera, ¿usted sabe dónde vivo?

-Kouki, kouki, kouki, yo lo sé todo, además de que tengo en mi despacho tu matrícula del instituto.

-Ahhh, b-bueno entonces n-nada.

-Hasta esta tarde, Kouki.

Antes de que Furihata reaccionara Akashi le besó en una mejilla y se fue dejando a un castaño muy sonrojado.

Unos segundo después de que se fuera el pelirrojo apareció Kagami corriendo, Furihata intentó por todos los medios posibles quitar el rojo de su cara, aunque se quedó en un intento.

-Lo siento Furihata, me he entretenido hablando con un profesor. Me sorprende que me hayas esperado, podías haberte ido a casa, no hubiera pasado nada.

-No me importa esperar un poco, tranquilo Kagami.-dijo sonriendo pero tratando que no se le viera mucho la cara.

-Oye, ¿te encuentras bien? Estás muy rojo.

-N-no es nada, estoy bien.

-¿Seguro?

-C-claro, vámonos ya a casa.

Los dos empezaron a caminar a sus respectivas casas. El trayecto fue ameno ya que hablaron de lo que habían hecho en vacaciones, y Kagami se quedó más tranquilo al ver que se le iba el rojo de la cara a su compañero, y mientras pensaba ¿qué le habrá pasado? ¿le habrán dado algún balonazo?

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. PD: Kagami es más simple que el mecanismo de un botijo, jejejejejejeje.


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