Después de 2 horas ya se hizo la hora del recreo y en la cafetería se encontraba un entusiasmado pelinegro. Tenía muchas ganas de hablar con su cocinero favorito para ver en qué había pensado para que se vieran por primera vez. Después de que se desocupara un poco la cafetería se acercó al hueco del lavaplatos, el cual se había convertido en su lugar favorito, aunque sonara un poco extraño.
-¿Atsushi?¿Estás ahí?
-¿Muro-chin?
-Sí, soy yo, ayer me dejaste con la intriga de saber como nos vamos a ver finalmente.
-No quería dejarte así, pero quería que fuera una sorpresa, lo siento.
-No pasa nada, está bien, no tienes que disculparte.
-Pero si te tengo que decir algo para que todo se pueda cumplir…
-Entonces dime, ¿qué tengo que hacer?
-¿Podrías hacer hoy pastelitos, pero solamente traerte uno hoy a las 8 de la tarde al instituto?
-Umm...sí , claro que sí-dijo himuro un poco cohibido.
-Bien, y una últim cosa, ¿le puedes decir a 4 amigos tuyos o compañeros de clase que hagan lo mismo?
-¿Qué?-preguntó completamente perdido el pelinegro.
-Sí, que hagan ellos sus propios pastelitos o que los compren y que se vengan con uno hoy a las 8 de la tarde al instituto.
-Ehhh, eso es un poco raro, Atsushi.
-Tú confía en mí, ¿puedes hacerlo?
-S-sí, creo que sí.
-Entonces perfecto, luego hablamos, nos vemos a las 8 no lo olvides con un pastelito hecho por tí, y los demás con el suyo propio.
-Vale, pues luego nos vemos- al decir eso Himuro se sonrojó un poco, por el hecho de que por fin podría ver a su cocinero, porque claro era suyo.
-Sí, esta tarde nos vemos Muro-chin-dijo murasakibara de forma alegre.
Himuro se fue dando saltos de felicidad a la mesa donde estaban sus amigos, todos a excepción de Aomine, el cual estaba unos pisos más arriba y acompañado de rubio…
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En la azotea se encontraban Aomine y Kise, este último acababa de llegar. El ambiente estaba bastante cargado. Pasaron unos segundos hasta que Kise decidió hablar.
-Aomine, tenemos que hablar algunas cosas.-dijo Kise seriamente.
-Mira Kise, lo siento, no tenía que haberme puesto así, pero no lo pude evitar. Si me perdonas damos el tema por zanjado y seguimos como siempre por favor, te juro que voy a intentar no ponerme como ayer.
-Aomine, no te he dicho de venir a hablar por lo que sucedió ayer, eso suele pasar. Te he llamado para hablar de nuestra relación.
-¿Nuestra relación?¿Qué le ocurre a nuestra relación? Estamos bien, ¿no?-dijo Aomine un tanto confuso.
-No es que estemos mal, es que nuestra relación está mal, ese es el problema.
-Venga Kise no empieces otra vez con eso, a mí no me importa y las otras veces no importó, ¿por qué ahora sí?
-Siempre ha importado, todo lo que ha ocurrido hasta ahora ha sido un error, y yo como adulto que soy debo poner fin a ese error.
-¿Dices que todo ha sido un error?¿Un error?¿Eso es lo que soy para ti?¡¿UN MALDITO ERROR?!-dijo Aomine cabreado.
-No he dicho que hayas sido un error, solamente que nuestra sí que lo ha sido, nunca tendría que haber pasado.-dijo Kise intentando mantener los nervios.
-¡AHORA DICES ESO PERO LAS OTRAS NOCHES NO HABÍA NINGÚN PROBLEMA, ¿VERDAD?!-dijo Aomine levantándose del suelo y acercándose a Kise.
-¡SÍ TIENES RAZÓN, ME LO PASÉ MUY BIEN CONTIGO, PERO AHORA HE RECAPACITADO Y HE LLEGADO A LA CONCLUSIÓN DE QUE TODO LO QUE HA PASADO NO TENDRÍA QUE HABER OCURRIDO, Y QUE HA SIDO TODO CULPA MÍA POR NO PARARLO ANTES!.-Kise hablaba mientras intentaba que las lágrimas no se derramasen por su cara, ahora no era el momento luego se desahogaría.
-¡¿Entonces reconoces que te lo pasas muy bien conmigo?!-poco a poco Aomine se calmaba un poco.
-¡Sí, me lo he pasado genial contigo en la cama, pero esto no va a seguir!
-¿Es por qué alguien se ha enterado y te está diciendo algo? Porque si es así dime quien es que no te volverá a molestar jamás.-dijo Aomine de forma amenazante.
-¡No, no es eso, solamente quiero terminar contigo y ya está!-dijo Kise rápidamente y muy nervioso.
-¿Hay otro, no? Te has cansado ya de mí y me desechas como un pañuelo, ¿no? ¡ES ESO, ¿VERDAD?!
-¡NO, NO ES ESO, Y NO ME TRATES COMO SI FUERA UN NINFÓMANO, NO HAY OTRA PERSONA, ¿VALE?!-dijo Kise bastante molesto.
-Está bien, está bien, entonces no hay ningún problema.-dijo Aomine como desentendiéndose del tema.
-Miraa…, ya no sé como decírtelo. No vamos a acostarnos más, la única relación que vamos a tener es de profesor-alumno y nada más, ¿así lo entiendes?-dijo Kise utilizando toda la paciencia que podía reunir en ese momento.
-De acuerdo…, pero por lo menos déjame que te dé un beso de despedida, por favor.-dijo Aomine con un tono abatido pero suplicante.
-Vale, pero sólo un beso y ya está.-dijo Kise cediendo a la propuesta.
Aomine se acercó más a Kise, puso una de sus manos en la nuca del rubio y otra en la cadera de este, y fue acercando su cuerpo lentamente. Cuando sus rostros estuvieron tan cerca como para notar el aliento del otro cerraron los ojos y se besaron de forma lenta. Kise puso sus dos manos en la cara y el cuello de Aomine, profundizando más el beso. Cuando Kise iba a dar por terminado el beso, Aomine lo cogió y lo volvió a juntar a él. Kise, después de unos segundos, logró zafarse.
-¡Ya, ya vale Aomine!
-No, no vale.
Aomine volvió a acercarse al rubio pero esta vez cogió las dos manos del rubio y lo acorraló contra pared, sin dejarle oportunidad de escapar.
-¡A-AOMINE, PA-PARA!-intentó decir el rubio pero Aomine lo besaba de forma feroz.
-Eres mío.-dijo Aomine con un tono de voz que Kise nunca había escuchado.
Aomine cogió con una mano las dos de kise y las sostuvo encima de la cabeza de este. Su otra mano se deslizó por el abdomen del rubio subiéndole la camiseta, y mientras le besaba en la boca y pasaba su lengua por el cuello del rubio. Luego fue bajando su mano a la entrepierna de Kise, desabrochó el pantalón y metió la mano para masajear el miembro del rubio por encima del bóxer.
Kise estaba lejos de sentir placer, ahora mismo lo que sentía era asco, así que hizo uso de toda su fuerza y consiguió quitar una de sus manos del agarre del moreno y lo empujó, antes de que Aomine consiguiera volver a coger a Kise, este le dio un fuerte puñetazo y le gritó.
-¡ESTO SE HA ACABADO AHORA Y PARA SIEMPRE!-dijo Kise gritando mientras muchas lágrimas se deslizaban por su rostro.
Al momento Aomine se sintió la peor mierda del mundo, había estado a punto de violar a una persona a la que quería. Vio como Kise se iba, tenía el rostro lleno de lágrimas, el pelo desordenado, al igual que sus ropas, pero lo que más torturó a Aomine en ese momento fue la mirada del rubio, llena de odio hacia él, ese fue el momento exacto en el que supo que la había cagado de todas las formas posibles.