Una vez en el parque se encontraron Kagami, Aomine, Furihata y Kiyoshi.
-Bueno ya estamos aquí. ¿Dónde están Himuro y su amigo?-preguntó Kiyoshi.
-Oi Kagami llama a tu hermano y a su novio.
Kagami hizo un gesto de molestia, aún no aceptaba del todo el que su hermano tuviera novio, pero no quería que se enfadara con él, así que se aguantaba, de todas formas hoy conocería al “amigo especial” de Himuro. Por ahora prefería llamarlo así que en vez de novio.
-No hace falta, ya estamos aquí.
Todos se dieron la vuelta y al momento abrieron tanto la boca que parecía que se les iba a descolocar. Frente a ellos y cogido de la mano de Himuro estaba un gigante con el pelo lila y por los hombros más o menos. Pero la verdad en lo que menos se fijaban era el su pelo, aunque era sumamente llamativo, su tremenda altura lo eclipsaba por completo. Tanto Aomine, Kagami y Kiyoshi, que eran los más altos, rondaban los 190 cm, veían a Murasakibara como un titán.
-E-emh h-hola, ¿qué tal? Yo me llamo Furihata Kouki.-dijo Furihata, el cual fue el primero en salir de su asombro.
-Yo me llamo Murasakibara Atsushi. Umm, te llamaré Furi-chin.
-Ahh, b-bueno, vale, jejejejeje.-nadie le había llamado así nunca, pero no le molestaba, además de que sabía, por parte de Himuro, que el mayor tenía sus peculiaridades.
-Viendo que los demás no salen de su trance yo os presento.-dijo Himuro harto de esperar a que reaccionaran.-El pelirrojo con cejas raras es mi hermano, Kagami Taiga. El de su lado derecho, el peliazul, es Aomine Daiki, y el del lado izquierdo de Taiga, el castaño, es Kiyoshi Teppei. Chicos este es Murasakibara Atsushi, mi novio.
Porque sí, ya lo habían hablado formalmente. Aunque Murasakibara creía que ya lo eran, por lo que había sido más fácil. Por otro lado estaba el cerebro de Kagami, que por un momento había desconectado más de lo que ya estaba al principio. Tenía que asimilar el que su hermano tuviera ya a alguien para cuidarlo, pero eso llevaba tiempo.
-Encantado y siento el lapsus. ¿Vamos a jugar entonces?-preguntó Kiyoshi una vez recuperado.
-Sí, vamos-dijo Himuro dirigiéndose hacia la cancha.
Entraron en el campo, el cual estaba vacío y dejaron todos en el mismo lado sus mochilas y chaquetas. Empezaron a lanzar unos tiros para calentar un poco y luego se pusieron a hacer equipos.
-¿Qué os parece por un lado Murasakibara, Aomine y yo, y por otro Kiyoshi, Kagami y Furihata?-dijo Himuro intentando que su hermano conectara con su novio.
-Por mí bien.-dijo Kiyoshi con una gran sonrisa, sabía que se enfrentaría a un gran oponente, y nunca mejor dicho.
El partido empezó y se notó la gran defensa de Murasakibara, aunque Kiyoshi no se dio por vencido y sacó a relucir su habilidad de derecho de aplazamiento. Por otro lado estaban Aomine y Kagami, como siempre en su mundo y con sus batallas uno contra uno. Finalmente estaban Himuro y Furihata, aunque la habilidad de Himuro era mejor que la de Furihata, el que éste último fuera precavido y ralentizara el ritmo del partido hacía que Himuro no pudiera robar balones fácilmente y hacer contraataques. El partido se estaba poniendo tan emocionante que incluso la gente que caminaba por el parque se paraba para ver el intenso 3x3 entre los chicos. Jugaron 15 minutos e hicieron un descanso en el que apenas hablaron, ya que estaban bastante cansados pero aún podían seguir. Tantas eran las ganas que tenían de ganar, porque de momento estaban empate, que empezaron a idear pequeñas jugadas para adelantarse en la puntuación.
La segunda parte, a pesar del cansancio, fue incluso más intensa. Ellos se estaban divirtiendo mucho pero también quería ganar, ya que ese espíritu competitivo era el que los unía muchas veces.
Siguieron jugando otros 15 minutos, y ya al final salió el balón fuera y decidieron terminar por hoy. A pesar de haber quedado empate y de haber estado muy reñido, ni Kagami, ni Aomine, ni Murasakibara entraron en zona, aunque estos aún no sabían la existencia de la zona.
Al final estaban tan cansados que se tiraron al suelo y se quedaron ahí durante un buen rato hasta que recuperaron la respiración y se fueron levantando para hablar un rato.
-Ha sido genial, esto es lo que necesitaba hoy.-dijo Aomine feliz de poder haber jugado con más nivel que el de normal.
-Sí, la verdad es que ha estado muy bien, además de que nos tenemos que ir preparando para la semana que viene que empiezan los entrenamientos, y Riko nos matará a entrenar.-dijo Kagami pensando en lo cansado que estaba y en lo cansado que iba a estar la semana que viene.
-Yo ni quiero pensar en eso, Riko-san puede llegar a ser aterradora con los entrenamientos.-dijo Furihata con la cara blanca del miedo.
-Y aún peor si es pretemporada, nos va a matar a hacer físico, no creo que ni toquemos balón.-dijo Kiyoshi recordando como es su amiga de la infancia.
-Yo prefiero no hacerlo, porque en caso de tocar balón será un balón medicinal, y para eso mejor me quedo con las ganas.-dijo Himuro provocando las risas de los demás, que aunque se estuvieran riendo, por dentro sabían que no era broma.
-Parece que vuestra entrenadora os da miedo.-dijo Murasakibara después de haber estado escuchando los comentarios de los chicos.
-Buff, ni te lo imaginas Atsushi, voy a morir la semana que viene.-dijo Himuro bromeando sobre lo estricta que era Riko.
-¡No, Muro-chin, entonces no vayas, yo no quiero que te mueras!-dijo el pelimorado exaltado. Se había tomado la broma de su novio demasiado en serio.
-Tranquilo Atsushi es una broma, solamente estaré muy cansado, no me voy morir por eso, Riko aún me necesita, jejejejejeje.-dijo Himuro conmocionado por lo tierno que podía llegar a ser Murasakibara.
-Ahh, menos mal, no me pegues esos sustos Muro-chin.-dijo acercándose a Himuro y abrazándolo.
Todo esto bajo la atenta mirada de todos, pero sobretodo de un pelirrojo. El cual por fin se había dado cuenta del cariño que el titán, como él llamaba a Murasakibara, le tenía a su hermano. Después de ver esa cara de desesperación por parte del más alto se dio cuenta de que Himuro tenía a alguien que lo querían de verdad y que no iba a dejar que le tocasen un pelo.
Después estuvieron un rato hablando y finalmente se despidieron, quedando Kagami y Himuro, este último se alejó un poco del grupo para despedirse de forma más íntima del pelimorado, y dijeron de hablar mañana por teléfono o algo porque no habría instituto por ser sábado. Himuro no había querido quedar con Murasakibara por la mañana porque tenía planes, los cuales tenía que comentarle a Kagami.
-Oye Taiga, te tengo que decir una cosa.-dijo Himuro acercándose a Kagami para luego emprender el camino de vuelta.
-Sí, ya sé, Murasakibara es un buen tío, no debería haber desconfiado de ti y todo eso, no hace falta que me lo restriegues.-dijo Kagami prediciendo erróneamente lo que le iba a decir Himuro.
-Aunque todo eso es verdad, lo que te quiero decir es otra cosa.
-Entonces dispara.
-Mis padres se han ido otra vez a América, y esta vez será por más tiempo por lo que les ha dado cosa que me quede en casa solo, ya sabes cosas de padres, nunca asimilan que sus hijos crecen y maduran para cuidar de sí mismos.
-Bueno, supongo que a mí también me daría cosa.
-Pero tú vives solo.
-Yaaa, por eso, algunas veces se echa de menos el calor familiar.
-Bueno, pues eso se va a arreglar.
-¿Cómo?¿A qué te refieres?
-Mis padres han hablado con los tuyos, ya sabes lo amigos que son, y han decidido, sin mi consentimiento y por lo que veo sin el tuyo también, que yo me vaya a vivir a tu piso, ya que sobran habitaciones.
-Ahh, b-bueno es un poco repentino, pero ¿por qué no?
-¿En serio?¿No te enfada que no te hayan consultado?
-Haber, deberían habérmelo dicho pero no creo que sea un problema, tú y yo nos conocemos desde pequeños, nos llevamos bien y no tenemos problemas por el orden o la limpieza, y menos por la comida,así que pensándolo bien, no es tan mala idea.
-Ummm, puede que tengas razón, de todas formas mañana por la mañana me tienes que ayudar a mudarme.
-¿Mañana ya? pues sí que es repentino.
-¿Pero entonces te parece bien?
-Sí, claro.
-Bueno pues mañana nos vemos, buenas noches
-Sí, y ten cuidado de camino a tu casa.
-¡Taiga, que no soy un niño!
-Vale, vale, jejejejeje.
Se despidieron los dos hermanos mientras se reían.