Se encontraba un pelirrojo llamando a la puerta de un pelinegro.
-Hey, Taiga, ven, solamente me faltan algunas cajas y ya está.
-¿Cómo vamos a trasportar todo esto?
-Mi padre ha alquilado una furgoneta y a un conductor que nos lleve, ahora nos ayudará también a bajar cosas.
-Vayaa, ha estado bastante atento contigo.
-Es lo mínimo, ¿no? ya que no me van a ver el pelo por meses.-dijo Himuro un poco enfadado.
-Aún te afecta el que se vayan.
-Buff..., ya estoy acostumbrado y sé que haremos videollamadas y que cuando vuelvan no se despegarán de mí, pero aún así a mí no me gustaría un trabajo que no me dejase ver a mi familia.
-Yaaa… es una putada, pero nosotros lo tenemos mejor que Aomine, él sí que lo pasó mal en su infancia.
-Sí, supongo..., pero vamos a cambiar de tema, que esta semana está siendo muy buena y no quiero estropearla.
-Y he de suponer que el que vayas a vivir con tu hermano no es lo único que hace que esta semana sea muy buena para ti, ¿no?
-Acéptalo Taiga, he encontrado a alguien a quien quiero.
-Si yo lo acepto, pero si te hace algo me va a dar igual que mida más de 2 metros, pienso ir a por él.
-Te voy a dar un consejo hermanito, búscate a alguien también.
En ese preciso momento Kagami pensó en cierto profesor con poca presencia, pelo celeste, ojos iguales y con una sonrisa que le hacía derretirse. Himuro al notar el silencio de su hermano y su expresión de estar pensando profundamente en algo o en alguien, se atrevió a hacer una suposición.
-¿No me digas que ya tienes a alguien en mente?-preguntó Himuro sorprendido, ya que su hermano solía ser muy tosco para esas cosas.
-No, no, no, que vaaa…
-¡Ayy, el pequeño Taiga ha encontrado el amor! ¡Qué tierno!
-¡Déjalo ya Tatsuya, no es nada de eso!-dijo Kagami mientras se ponía rojo.
-¿Entonces qué es? ¿Ehh? Dímelo vaaa.
-No, no es nada.-dijo Kagami inflexible a dar explicaciones.
-Ahhh, es el profesor, el que me contaste que te iba a dar “clases particulares” de forma gratuita, ahh vale, vale.-dijo Himuro deduciéndolo y haciendo énfasis en las clases particulares.
-¡No pienses cosas que no son, Tatsuya!-dijo Kagami completamente rojo.
-Bueno, bueno, por esta vez dejo el interrogatorio aquí porque tu cabeza se va a convertir en un tomate como siga preguntándote cosas, pero no creas que te me vas a escapar, que a partir de ahora viviremos juntos, así que prepárate.-dijo Himuro mientras le guiñaba.
-Ayyy… ¿cómo es que sin hacer nada me meto en estos berenjenales?-preguntó derrotado al aire.
-Porque es tu naturaleza, Taiga.
Los dos hermanos siguieron empacando cosas y llevándolas a la furgoneta. Una vez revisaron que todo estaba vacío, se fueron con el conductor hasta la casa de Kagami y descargaron todo otra vez, lo bueno es que Himuro no tenía demasiadas cosas, así que no les fue muy difícil. Una vez en el piso Kagami empezó a hacer la comida, ya que a lo tonto habían gastado toda la mañana en la mudanza, mientras que Himuro terminaba de organizar las últimas cosas y de instalarse en su nuevo cuarto.
-Oye Taiga ¿qué te parece si celebramos el que vayamos a vivir juntos? Es sábado, mañana no hay instituto, podríamos ir a una discoteca o algo.
-Mmmm…, no sé Tatsuya, no tengo muchas ganas.
-Vengaaaa, ¿cuándo fue la última vez que saliste de fiesta’
-Con Aomine al empezar el curso.
-Bueno, rectifico, ¿cuándo fue la última vez que salimos de fiesta juntos?
-No lo sé, no me acuerdo.
-Clarooo, porque fue hace mucho, vengaaa vaaaa, lo normal es que me hicieras una fiesta de bienvenida a tu casa, en vez de eso nos vamos de fiesta un rato, invita a tus amigos, seguro que ha Aomine le encantará la idea.
-Eso seguro es un fiestero de poco cuidado.
-Pues vengaa llámale.
-Si es que no sé… Tatsuya.
-¿No decías que estaba depre estos últimos días? Así se le olvidará un poco de todo.
-Bueno, vale, pero tú me ayudas a vigilarlo para que no haga ninguna estupidez.
-¡Claro! ¡Voy a llamar a Atsushi!-dijo Himuro emocionado.
-¡Ahh, ¿pero él también viene?!
-Sí, taiga, sí, es mi novio y quiero verlo.
-Pero es contraproducente salir de fiesta con tu pareja.-replicó Kagami con una tontería de excusa.
-Ahora ya sé a lo que ibas con Aomine cuando os ibais de fiesta.
-Espera, no me tomes como un mujeriego como Aomine.
-Entonces no me digas esas cosas, yo me puedo ir de fiesta sólo para divertirme sin tener que ponerme a ligar, y eso es lo que pretendo hacer esta noche, divertirme con mi novio, mi hermano y mis amigos.
-Vale, vale, ha sido una tontería lo que he dicho, lo siento, no me lo tomes en cuenta por favor.
-No pasa nada Taiga. Además, si tú quieres ligar tienes todo el derecho del mundo.
-No te preocupes, por ahora estoy bien como estoy.
-Claroo, como tienes ahí a tu profesor.-dijo Himuro con tono sugerente.
-¡No empecemos otra vez, Tatsuya!
-Valee, valeee, como te pones por nada. Voy a llamar a Atsushi tú mientras llama a Aomine y a los demás si quieres.
-Está bien…, al final siempre consigues lo que quieres.-dijo Kagami mientras cogía su móvil.
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Por otro lado, se encontraba un peliverde intentando vestirse para la ocasión, y es intentando y no consiguiendo porque no tenía ni idea de que ponerse, las únicas veces que recuerda haber salido de fiesta son en los días de sus graduaciones, y desde que se graduó en medicina ya nada de nada. Además de que esas veces había tenido a su hermana para que le ayudara, aunque no quisiera admitirlo. No sabía que hacer, no es que para él esta salida fuera algo importante, lo único que quería era no dar el cante. Pensó en llamar a Kise para que le ayudara pero desechó la idea de inmediato, a saber lo que le hacía ponerse, luego pensó en Kuroko, pero tampoco es que fueran tan íntimos, es decir, siempre habían ido a un muchos lugares juntos pero siempre con el equipo o con amigos, así que nunca habían hablado demasiado. Finalmente pensó en Akashi, le llamaba y así de paso le pedía que fuera con él y así no lo pasaría tan mal, en Murasakibara ni pensó, porque sabía que este no le daría ninguna respuesta y le pediría dulces, por lo que era una batalla perdida. Marcó el número de Akashi y esperó a que le contestara.
-Hola, Shintaro, ¿a qué se debe tu llamada?
-Buenos días Akashi, siento molestarte pero me gustaría pedirte un favor.
-Dime haber si puedo ayudarte.
-Es una petición un poco extraña, no me juzgues.
-No te preocupes Shintaro, nos conocemos desde hace mucho, dudo que esta conversación cambie algo de mi percepción hacia ti.
-Está bien…, necesito que vengas a mi casa a que me ayudes a decidir que ropa llevar para irme de fiesta esta noche.-Midorima soltó todo eso de sopetón.
Por un momento se produjo un silencio por parte de Akashi, el cual fue roto por el mismo.
-Está claro que no es una petición muy usual en ti, pero no tengo ningún inconveniente en ir a ayudarte, así charlamos un rato también.
-Te lo agradezco mucho Akashi, de paso me gustaría pedirte que te vinieras tú también. Me ha invitado Takao, mi insoportable compañero de trabajo.
-Son muchas peticiones en un mismo día, pero supongo que hoy me viene bastante bien desconectar un poco.
-¿Un mal día?
-Algo así, pero volviendo al tema de antes, ¿no crees que me estoy colando un poco?
-También van Kise y Kuroko así que yo creo que no, además, yo voy bajo coacción de Bakao.
-Entonces perfecto, así salimos todos juntos que hace mucho tiempo que no salimos.
-Vale, voy a decírselo a Takao.
-Te tiene bien controlado, ¿ehh?-dijo Akashi para molestar un poco a su amigo, ya que sabe que desde el principio tanto su ayudante como él eran polos opuestos, pero los polos opuestos se atraen.
-¡No me tiene controlado, me tiene extorsionado!
-Eso es mucho más interesante, Shintaro, jajajajajaja.
-Ya vale, Akashi, ¿me vas a ayudar o no?
-Está bien, ya paro, además, ya te he dicho que sí y yo cumplo mis promesas.
-¿Te espero a las 10 en mi casa?
-Claro, allí estaré.
-Vale, adiós Akashi.
-Hasta luego, Shintaro.
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Por otro lado, tres jóvenes habían pedido comida a domicilio, ya que se les había hecho bastante tarde con el tema de acabar sus tareas pendientes y de la mudanza de Kuroko.
-¿Qué tal lleváis la búsqueda, Kise-kun, Takao-kun?-preguntó Kuroko dejando en la mesa la comida que habían pedido y que segundos antes había recibido.
-Yo creo que he encontrado un par de discotecas buenas: baratas, dentro de lo que caben, para mayores de edad, así no hay posibilidad de que os encontréis con alumnos, y que tienen buenas valoraciones.-dijo Takao analizando minuciosamente cada una de sus búsquedas.
-Yo me fío de Takaocchi, porque a la que solía ir era en la que me encontré con Aomine, así que queda descartada.
-Pues decidido, Takao-kun, tú eliges.
Los tres empezaron a comer en la casa de Kise, ahora también de Kuroko, para después decidir dónde ir. Mientras comían el móvil de Takao comenzó a sonar.
-Es Shin-chan, seguro que no sabe ni que ponerse.-dijo Takao sonriéndole a sus amigos mientras que contestaba a la llamada.
-Bakao, que he invitado a un amigo para que venga con nosotros.
-Ahhh, vale, vale, ¿dónde tenemos que recogerlo?-dijo Takao escondiendo su desilusión porque el peliverde hubiera invitado a alguien más.
-No os preocupeis, estará en mi casa y llevará su coche, me iré con él en el coche y os seguiremos a vosotros.
-Vale, vale, sin ningún problema, luego nos vemos Shin-chan.
-Adiós Takao.
Takao cortó la llamada, no había hablado con su habitual tono juguetón y eso les llamó la atención a sus dos amigos.
-¿Pasa algo con Midorima-kun, Takao-kun?
-¿Al final nos ha dejado plantados Midorimacchi?
-No, sólo ha dicho que ha invitado a un amigo.
Los dos amigos se van a dar cuenta de por donde iban los pensamientos de su amigo azabache y se lo van a explicar mejor.
-No te preocupes Takaocchi, será Akashicchi al que invitará, ellos son buenos amigos pero no tienen nada especial.
-Sí, Takao-kun, sólo que se conocen desde hace mucho y Midorima-kun habrá querido llevar a alguien de su confianza porque no suele salir de fiesta, y se sentirá como desprotegido.
-Independientemente de eso ¿no creeis que lo tendré más difícil para estar a solas con Shin-chan si está su amigo?
-Nosotros nos ocuparemos de Akashicchi.
-Sí, hace mucho que no salimos todos juntos, utilizaremos eso como excusa para separarlo de Midorima-kun.
-¡Muchas gracias, chicos, siempre me ayudais un montón!-dijo Takao recuperando la ilusión que tenía antes.
-Para eso están los amigos, Takao-kun.
-Tienes razón Kurokocchi, vosotros también me habéis ayudado mucho a mí.
Todos se miraron aprobando lo dicho por Kuroko, y luego se pusieron de nuevo a comer.