A las 10 estaba un pelirrojo esperando en la puerta de un peliverde.
-Pasa, Akashi.
-Con permiso.-dijo akashi mientras entraba a la casa.
-¿Ya has cenado?
-Sí, no te preocupes, ¿y tú?
-Sí, ya me he duchado, sólo me falta la ropa.
Midorima vio como iba vestido Akashi. Llevaba una camiseta con cuello en pico roja oscura, con un blazer negro y unos pantalones chinos gris oscuro.
-Dudo que tenga algo parecido a lo que llevas.
-Pues es la moda de ahora, así que vamos a ver tu armario e improvisamos porque ahora no tenemos tiempo de ir a comprar nada.
-Esta bien… vamos arriba.
-Seguramente tengas algo para esta ocasión. Siempre hay alguien que te regala una cosa que piensas que no vas a usar, la dejas por el fondo del armario y al final te sirve y todo.
-No lo sé, la verdad, a lo mejor algún regalo de mi hermana, ella está más puesta en esto que yo.
-Cualquiera está más puesto en esto que tú, Shintaro.-dijo Akashi con una leve sonrisa.
-¡Tampoco es para tanto!
-Sí, sí que lo es, si no fueras tan antisocial no pasaría nada.
-No soy antisocial, sólo un poco reservado.
-Me alegro de que te hayas echado un amigo que te saque de casa y de fiesta.
-Takao es mi compañero de trabajo y ya está.
-Clarooo, y por eso te vas esta noche de fiesta con él, porque sólo es tu compañero de trabajo.-dijo Akashi con tono irónico.
-Es verdad.
-Cuanto más lo niegas más parece que te gusta.-dijo Akashi molestando a su amigo.
-¡No me gusta! y para ya con tus ironías y deducciones, la próxima vez no te pido ayuda.
-Ahhhh, que va a haber una próxima vez, sabía que ese chico te gustaba.
-Ayyy…
-Vale, ya te dejo, vamos a ver que tienes por aquí.
Akashi empezó a mirar cosas y las que no le convencían las dejaba a un lado, mientras las que le iban gustando las dejaba en la cama, al cabo de unos minutos ya había un pequeño montón en la cama.
-Bueno, vamos a ver que te va mejor.
-Empezó a mandarle al peliverde al baño para que se fuera probando cosas.
Estuvieron así un rato hasta que un modelo le pareció bien a Akashi. Midorima salió con una camiseta blanca básica, con un cárdigan de punto de color verde oscuro con unos pantalones de mezclilla negros.
-Eso te va bien.
-Menos mal porque ya estaba harto de probarme cosas.
-¿A qué hora decías que venían Kise, Kuroko y tu amigo?
-A las 11 vendrían porque decían que estaba un poco lejos, y teníamos que ir en coche.
-Pues son las once y media y aquí no ha llamado nadie, porque me hubiera dado cuenta.
-Voy a llamar a Bakao.
Midorima fue a coger su móvil y antes de marcar recibió una llamada, vio que el remitente era Takao y lo cogió.
-¡Shin-chaaaaann! vamos a llegar un poco más tarde, lo digo para que no te duermas que te despertaremos y te sacaremos de una oreja.
-No hace falta que grites Takao, te oigo perfectamente. Ya sé que vais a llegar tarde, ya os habéis pasado media hora, ¡y no me voy a dormir!
-Es que verás, hemos cenado tarde y luego nos hemos puesto a ducharnos y a vestirnos. Además de que hemos empezado a hacer un desfile con conjuntos que no pegaban ni con pegamento para echarnos unas risas. En conclusión, se nos ha hecho un poco tarde, así que a las 12 estamos en tu casa. De todas formas la buena fiesta empieza a partir de las 12 o más, y entre que llegamos y aparcamos, vamos a pillar la mejor parte. Así que no te preocupes, no te vas a perder la fiesta.
-¡Yo no me he preocupado por nada, por mí como si no vamos!
-Sí, sí, lo que tú digas, pero a las 12 estamos allí para verte darlo todo después en la pista de baile de la disco.
-No pienso bailar, bastante y que voy.
-Eso lo dices ahora pero luego ya verás.-dijo Takao con un tono juguetón.-Bueno, que a las 12 nos vemos, no te duermas.
-¡No me voy a dormir!
Takao colgó después de que dijera lo último Midorima, y este suspiró cansado, pero no con sueño, ya que se había tomado un café después de cenar para aguantar, ya que dudaba que fuera aguantar toda la noche sino tenía una ayuda.
-¿Qué ha pasado al final?-preguntó Akashi ajeno a la conversación de antes.
-Que también se les ha hecho tarde, así que vendrán a las 12.
-Pues mientras vamos arreglando todo este desastre.
-No te preocupes Akashi, de esto me encargo yo, si quieres vete a ver la televisión o algo, en cuanto acabe voy.
-Está bien, como tú quieras.
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Mientras en la casa de un pelirrojo y ahora también de un pelinegro se encontraban los dos dueños en compañía de un moreno.
-Oi, ¿habéis terminado ya de vestiros? En serio, sois muy lentos los dos hermanitos, si fuerais hermanos de sangre creería que es genético.-preguntó un moreno desde el sofá.
-Yo ya he terminado, a Tatsuya creo que aún le falta un poco.-dijo un pelirrojo con una camisa a cuadros roja y negra desabrochada, con una camiseta interior blanca, unos pantalones de pitillo negros y unas zapatillas blancas.
-Uhh, cuidado el señor leñador se acerca, ¡Corred pequeños ents! Jajajajajajajaja.-dijo Aomine riéndose a más no poder.
-¡No tienen gracias, Ahomine!
-Es verdad, los ents no son especialmente pequeños, y tampoco es que corran demasiado.
-¿Y qué me dices de tu atuendo? ¿Ehh?
-Yo estoy genial, como siempre.-dijo con una sonrisa de suficiencia en el rostro.
El moreno iba con una chaqueta de cuero negra y una camiseta interior blanca, unos vaqueros negros y unas zapatillas también negras.
-Pareces un matón de instituto.
-¡Oi, que este estilo es el que me ha ayudado a entrar a muchas discotecas para mayores de edad sin que me pidan siquiera el DNI! Y hoy me va a volver a servir. Eso y mi extraordinaria altura, jejejejeje.
-Eso espero, porque como nos quedemos fuera por tu estúpida idea de ir a una discoteca para mayores de edad te mato.
-Que noooo, no te preocupes, he hecho esto muchas veces. Además las discotecas así son más divertidas, hay más gente, y se pueden hacer más cosas..., tú ya me entiendes.-dijo lo último con un tono sugerente.
-Yo no voy a ir a eso, y pensaba que tú tampoco estabas de ánimos para eso.
-Y no lo estoy, no voy a ir a ligar, voy a ir a evadirme un poco. Te lo decía a ti, que no te comes una rosca, mira como Himuro ya está avanzando, ahora te toca a ti.
-Déjame, yo haré lo que quiera.-dijo Kagami un poco molesto.
-Vaaa no te enfades, lo decía de coña. Si quieres esperar al amor verdadero no es de mi incumbencia, sólo te digo que lo esperes mientras te diviertes un poco y pruebas cosas nuevas.
Kagami se puso pensativo durante un momento. Estos días se había estado sintiendo raro cuando estaba con Kuroko, no sabía muy bien que era, pero tenía la necesidad de estar con él, y siempre iba con mucha ilusión a su clase, cuando realmente nunca le había gustado la literatura japonesa, más bien la aborrencia. Dejó de pensar en eso cuando escucho de nuevo la voz del peliazul.
-¿Al final quiénes vamos?
-Himuro, Murasakibara, Furihata, tú y yo.
-¿Y Kiyoshi?
-Se va a quedar con su abuela, dice que ha cogido fiebre y quiere estar con ella hasta que le baje un poco, así que esta noche no sale.
-Ahh, vale, muchos querrían a un nieto como Kiyoshi.
-Sí, es una buena persona, y se preocupa mucho por los demás, aunque desde que salen Hyuuga y Riko juntos lo veo un poco distante.
-Será que le molaba Riko o Hyuuga, realmente no sé cual es su orientación sexual.
-Yo tampoco, pero no creo que sea eso, es decir se junta con ellos, pero Hyuuga me dijo que la última vez lo invitaron a irse por ahí los tres, como han hecho siempre, y les dijo que no y puso una excusa muy pobre, de que tenía deberes, cuando siempre que puede salir con sus amigos lo hace.
-Bueno, a lo mejor lo había dejado para última hora y no le iba a dar tiempo.
-Kiyoshi no es como tú, además, Hyuuga le dijo de hacer los deberes los tres juntos y les siguió diciendo que no, me dijo que estaba muy raro, como decaído.
-Todo el mundo tiene un mal día, Kagami, incluso el que aparenta ser el más feliz del mundo.
-Yaaa, puede que sólo fuera eso, pero no sé, me preocupa…
La conversación terminó con la entrada de Himuro al salón.
-¿Y Furihata?
-Me ha dicho que ahora mismo venía. ¿Y Murasakibara?
-Dice que está aparcando.
-Yo me voy en mi moto.
-Que ganas de fardar que tienes.-le dijo Kagami.
-Eaa, para algo la tengo, ¿no?
Kagami vio que la ropa que llevaba su hermano no dejaba mucho que desear. Llevaba unos pantalones ajustados gris oscuros y una camiseta con cuello de V blanca y ceñida a su torso. Y aunque él también llevara unos pantalones más ajustados que los que normalmente utilizaba, el ver a su hermano así hizo que saliera su instinto sobreprotector.
-¿Te traigo tu chaqueta larga, Tatsuya?
-No, estoy así bien, me voy a llevar una más fina, que la otra me cubre todo y ocupa mucho.
-Por eso mismo lo digo.-dijo Kagami en un susurro que alcanzó a oír el pelinegro.
-No empecemos Taiga, que no ha comenzado aún la noche y ya estás modo hermano lapa.
-No es por eso, es porque a lo mejor tienes frío luego.
-¡No hace mala temperatura, he salido a la calle y se está bien, así que por favor deja de agobiarme con tu maldito instinto protector, que no me va a pasar nada, y si me pasa yo sé defenderme!-dijo Himuro con el tono de voz un poco más subido de la cuenta.
La discusión se vio interrumpida por el sonido del timbre. Himuro fue a abrir la puerta y se encontró con Murasakibara y Furihata.
-Hola, pasad, ¿y eso que venís juntos?
-No, nos hemos encontrado en el ascensor.-dijo Furihata mientras pasaba al interior de la casa.
-La casa de Muro-chin es muy bonita.
-¡Gracias Atsushi!
-Oye, que la decoración ha sido cosa mía, tú acabas de llegar.
-Sí, sí, lo que tú digas Taiga, vamos Atsushi voy a enseñarte el resto de la casa, que eres el único de aquí que no la ha visto.-dijo Himuro ignorando el reclamo de su hermano y cogiendo de la mano a Murasakibara para llevárselo al interior de la casa.
-¡Ehhh, no tardéis mucho que al final vamos a llegar tarde!-dijo Kagami elevando la voz.
-Por cierto, ¿dónde vamos a ir?-preguntó Furihata.
-A una discoteca de adultos.-dijo Aomine con simpleza.
-P-pero si es único adulto aquí es Murasakibara, n-nos van a dejar entrar.-dijo Furihata preocupado.
-Bueno a Kagami y a mí dudo que nos pidan el dni, Himuro al ir con Murasakibara y además es alto, así que no tendrá muchos problemas. Y supongo que si tú vas con nosotros te pasarán también.
-¿Y-y si no me dejan pasar como a vosotros?
-Pues ajo y agua.
Por un momento a Furihata se le puso la cara blanca, se quedaría solo, por la noche y, según le habían dicho, a bastante distancia de casa, porque había que coger el coche para ir. Kagami al ver la cara de Furihata intervino para socorrerlo.
-No te preocupes Furi, en el hipotético caso de que no te dejen iremos a otra y ya está.
-¡Ehhhh, ehhh, ehhh, eso ni de coña!-saltó rápidamente Aomine.
-¡¿Y qué quieres que lo dejemos fuera y solo?!-le preguntó Kagami a Aomine mirándolo fijamente.
Después de unos segundos en los que la tensión podía cortarse con unas tijeras, el moreno finalmente recapacitó y habló.
-Vale, vale, eso no estaría bien. Tengo un plan, si vemos que se van a dar cuenta de que eres menor te haces pasar por el novio de Kagami y ya está.
-Yo eso lo veo muy retorcido, es decir, no es que no quiera ayudarte Furi, pero no creo que colemos como pareja cuando somos tan amigos.
-Ohh, venga que solo le tienes que pasar el brazo por encima de los hombros o cogerle la mano, no es para tanto.
-Bueno si Furi no tiene problema yo tampoco.
-S-supongo que será un poco raro, p-pero también emocionante, n-no solemos romper demasiado las reglas.
-Uhhh, el chihuahua se desmelena, esta noche a tope.-dijo Aomine sonriendo.
Unos segundos después aparecieron Himuro y Murasakibara.
-Menos mal que aparecéis, por un momento he pensado que estábais echando un polvete rápido.-dijo Aomine mientras reía.
-Aomine por favor intenta no ser demasiado tú cuando estés cerca mío, porque alguna vez te patearé el culo.
-Ehh, ehh, ehh, que era broma, no hace falta recurrir a la violencia.
-Bueno, ¿nos vamos ya?-preguntó Kagami.
-Sip.-dijo Murasakibara.
Todos se encaminaron hacia la puerta para luego montarse en coche de Murasakibara a excepción de Aomine que iba a ir en moto guiándolos.