Correr, correr y correr… ¿Hacia cuanto que estábamos huyendo? Nuestra magia se había agotado desde poco antes de la media noche, apenas habíamos tenido el tiempo de dormir un par de horas, de verdad, no era suficiente para recuperar nuestra magia, el momento lleno de ataques y explosiones nos hacía recordar a la guerra en la que ambos nos habíamos enfrascado, era como volver a un pasado amargo que, por lo que podía observar, a ninguno le hacía gracia el volver; era comprensible.
En cualquier caso, apenas habiendo podido descansar un par de horas sin mucho que recuperar, junto a la tormenta que helaba el ambiente, ataques de monstruos que no podíamos alcanzar a ver nos llovían peor que la tormenta, nos encontramos rodeados varias veces, logramos escapar con ayuda de nuestros ataques más fuertes, aunque debíamos de turnarnos. Lo que a su vez significaba que mientras que uno creaba el ataque que nos liberaría de los enemigos que nos perseguían, el otro debía de tele transportar a ambos, porque el primero no estaría en condición de caminar siquiera… las cosas eran peligrosas, sin alimento y sin descanso adecuado, éramos por mucho más débiles que en nuestros estados normales, sin mencionar que, por nuestra debilidad, apostábamos que ya llevábamos varios días sin dormir ni comer, los efectos parecen de una semana sin comida y sin descanso
Eso, si bien, problemático, igual nos daba una información más detallada, significaba que llevábamos poco más de una semana lejos de nuestros hogares, nuestros esposos estarán preocupados por nosotros, particularmente imagino que Honey y Blue se volverían locos al saber nuestra desaparición, no hay indicios de que Blue haya sido secuestrado, cosa que alivia a ambos… pero aun así, eso no significa que las cosas estén bien por aquí
-puta mierda ¿Qué estos animales no se acaban nunca?- pregunto Red entre jadeos mientras lo observaba en una situación muy similar a la suya, me encogí de hombros; masi importante en ese momento era cerciorarse que nadie nos estuviera siguiendo
El amanecer ya nos había alcanzado después de todo, no habíamos dormido realmente nada, no había puestos de comida y a donde fuera que corriéramos había enemigos por doquier y si nos quedábamos, llegaba aún más holeadas de enemigos… no había escapatoria ni descanso al enemigo
-me siento un estúpido ratón atrapado por gatos- gruñí molesto, recargándome en un muro igual que Red, sentándome un momento, siendo seguido casi de inmediato por Red, ambos respiramos jadeantes, habíamos perdido la noción de cuando fue que dejo de llover; igual, no era importante, pero si aliviante; nuestras ropas nuevamente estaban empapadas por la tormenta, nuestros cuerpos congelados por el frio, débiles sin comida y sin agua o leche tan siquiera. No era posible asaltar alguna tienda, todas estaban perfectamente blindadas, como si la corrupción fuera cosa de todos los días en ese lugar, cosa que parece acertada por el modo en que Red se mueve… conoce muy bien ese tipo de lugares peligrosos así que, nos guste o no, él es quien guía tratando de buscar como escapar del lugar
-nuestras tele transportaciones ya no nos dejan más lejos- susurra Red mirándome, yo hice lo mismo, no era necesario que dijera algo que ya sabíamos de antemano, nuestra debilidad en esos momentos era preocupante, aun así, tomando una bocanada más profunda de aire intentando no jadear, lo mire lo más serio posible
-una mierda, no pienso morir aquí ni hoy, ni mañana, ni pronto- dije molesto, poniéndome de pie y estirando mi mano hacia Red
-pienso tener un hijo con Edge y estoy muy seguro que Honey quiere tener hijos contigo también, así que no podemos darnos el lujo de perecer aquí- dije tan serio y molesto de pensar que íbamos a morir, que todas las situaciones anunciaban perfectamente que íbamos a morir… que me negué a aceptarlo, que simplemente, me aferre a lo que quería en este momento… volver con mi esposo y poder tener hijos juntos, lejos de lo que pronto pasara a ser una más de las pesadillas que a veces, solo muy a veces me acosan. Mientras este en los brazos de mi celoso esposo, esas pesadillas quedan fuera
-e-espera… ¡¿Estas embarazado?!- me grito Red, yo parpadee sorprendido… es cierto, no lo sé…
-ni idea, cuando íbamos a hacerlos me secuestraron, no sé si lo estoy- dije, estirando mi mano para hacer ver mi alma, apenas me estaba concentrando, estaba ahora demasiado perdido… ¿Embarazado? Si… era una idea muy acertada que tenía con Edge pero… pero nunca supe si se pudo hacer correctamente o si apenas fue, como dicen esos chistes colorados “solo la puntita”
-¡Ahí están!- escuchamos el grito y posteriormente un ataque que roso mi mano donde apenas se estaba formando en una bruma azul mi alma, ambos pegamos un brinco, Red pudo atacar primero mientras yo giraba y lanzaba un ataque más poderoso de gaster blaster, el impacto hizo un fuerte resplandor que cegó a todos, escapamos de lo que parecía el interior de un edificio en construcción lleno de graffitis y corrimos tratando de matar a todos los que nos seguían
Un fuerte golpe en mi espalda me azoto con violencia contra el suelo, Red se detuvo al escuchar mi quejido de dolor, apenas logrando destruir lo que me había atacado, al parecer, una especie de soga ahora ataba mis pies y la chaqueta azul que tenía estaba rasgada en la espalda, justo donde había recibido tal golpe, Red me levanto con trabajo, no estamos en condiciones de seguir, pero Red logro tele transportarnos lo más lejos que su concentrada magia nos permitió. El centro de un bosque espeso y muy oscuro aun para ser de día
Nos sentamos jadeantes, pude liberar mis pies y revisar mi espalda… no era nada grave gracias al cielo, mi vida no corría mas peligro que por no estar bien alimentado, hubo un silencio pesado en el que podía sentir la mirada de Red, preferí no verlo, solo mis manos… ¿Realmente estaré embarazado? Una risa amarga surco mi rostro
-no es que no quiera pensar que lo estoy… pero no es una buena idea que sea justo ahora ¿No te parece? Tendríamos que cuidar de tres entonces- dije yo, el solo asintió sin dejar de verme, sin dirigirme ni una sola palabra. Tome otra honda bocanada de aire y usando ambas manos concentre mi magia para hacer aparecer mi alma
Pronto, una pequeña bruma azul aparece y toma la forma de un alma de monstruo, Red se acerca, ambos observamos meticulosamente mi alma… no hay indicios de que este preñado, ambos soltamos un suspiro de alivio, no creo que pueda proteger al bebe ni a mí en mi situación, Red se deja caer de sentón en el suelo y me mira, yo estoy sentado en un tronco caído
-¿Entonces Honey quiere tener hijos conmigo?- me pregunta ligeramente emocionado, lo observo y sonrío tratando de no soltar las pequeñas risas enternecidas que me acosan
-esto no lo deberías de saber por mi… pero si, quiere tener hijos contigo y todo eso meloso- susurré divertido, ocultando mi sonrisa con mis manos, viendo como Red sonreía ilusionado, sus cuencas rojas brillaban genuinamente y me vi obligado a desviar la mirada… debía de recordar algo muy importante…
Ambos estábamos casados con personas diferentes
-¿Y? ¿Cuántos hijos piensan tener tú y mi hermano?- me pregunto, como si el también quisiera que recordáramos ambos la realidad de nuestra situación, que dormimos con gente diferente en la cama. Lo mire un segundo y mire al cielo oculto por la espesa maleza del lugar
-no lo sé, apenas estábamos pensando tener uno, no sé si estamos preparados siquiera para su llegada- dije perdido en mis pensamientos; aquel silencio agradable duro lo suficiente para que al menso nuestros cansados pies pudieras tener el merecido descanso que necesitaban. Avanzamos por el bosque cuando nos sentimos en condición de proseguir con nuestra huida, encontramos unas frutas, al menos no muy podridas, el bosque es tenebroso pero no parece que haya comida para monstruos
-¡Mira! ¡Encontré comida!- escuche el grito de Red, gire en su dirección encontrando que el ya corría hacia un manzano de rojas y brillantes manzanas, abrí mis cuencas y mire asustado a Red, corriendo tras de el
-¡No lo hagas idiota! ¡Es una trampa!- pero aun cuando lo grite con todas mis fuerzas y él se detuvo, ya había sido demasiado tarde, ambos habíamos sido atrapados en una jaula de hierro, por supuesto que atacamos de inmediato, pero la jaula nos regresó el ataque con uno de electricidad que nos dejó aturdidos en el suelo, arrodillados y jadeantes, nuestra magia no podrá liberarnos aun cuando lo intentemos
-¿Estas bien Sans?- escuche la pregunta de Red y asentí entre jadeos
-¿Y tu?- el igual me respondió que estaba bien, nos pusimos lentamente de pie y con una pequeña rama tocamos los barrotes. Era imposible salir, estaba fuertemente reforzado con electricidad… en otra situación podríamos escapar pero estábamos de verdad demasiado agotados como para poder hacer algo útil
-un último intento- le escuche decir a Red, ambos nos miramos a los ojos y asentimos, tomamos la mano del otro y la estrechamos con fuerza, nuestros ojos flamearon con la magia que teníamos, ambos señalamos con nuestras manos libres en dirección donde se encontraban los barrotes
Ahora podía sentir la magia de Red fluir por mis huesos y estoy seguro que Red sentía lo mismo con mi magia, nos concentramos lo más que pudimos, creamos huesos tan fuertes como si fueran caramelos con colores rojo y azul, atravesamos la jaula con el ataque. El ruido que se hizo fue ensordecedor pero por fin había un camino libre, apenas salimos jadeantes y aun tomados de las manos nos encontraos con algo aun peor…
-mierda- susurro Red molesto, no era para menos, un grupo de monstruos como los que nos habían estado atacando aparecieron, pero note algo que no habíamos visto sino hasta ahora y que parece que Red también lo noto
-Guardias reales- susurre, ambos tuvimos que pegarnos espalda contra espalda
-eso explica por qué son más resistentes que la basura promedio- susurra Red cercas mío, ambos asentimos, los ataques comenzaron a aparecer con violencia, ambos apenas pudimos escapar de la primera oleada y ya nos encontrábamos jadeantes
Un grupo de perros violentos y parecía que rabiosos me atacaron, una pareja de casados por lo que mostraban, atacando con grandes hachas, logre evitar que el ataque me diera de lleno gracias a mis huesos, pero de todos modos la inercia del ataque me había lanzado de espaldas hasta chocar contra Red quien estaba igual que yo; rápidamente nos vimos rodeados por el grupo de monstruos, Red y yo nos miramos… ¿Este iba a ser el final?
-“una mierda” ¿Recuerdas? No podemos morir aquí- susurra Red intentando ponerse en pie… es cierto, no podemos morir aquí… yo aún quiero tener hijos y Edge me esta esperando…
Con aquel pensamiento en mente, inundándonos y ahogando los reclamos de nuestros adoloridos cuerpos que suplican por descanso y comida, nuestra determinación es mayor, no moriremos ni hoy ni pronto, tenemos muchas cosas que hacer y no vamos a detenernos aquí… gracias a nuestra determinación de ese momento ambos pudimos ponernos de pie, como si por un segundo nos desconectáramos de la realidad, ambos nos lanzamos a un ataque violento; nuestras ultimas energías contra los enemigos que estaban como si nada
No supe bien que paso, solo se, que cuando pude recobrar el conocimiento, delante de mí se encontraba Red viendo hacia uno de mis flancos, yo lo veía a él, pero a nuestros alrededores solo había sangre y polvo… de algún modo, un milagro había pasado y habíamos logrado ganar, nos miramos, estábamos al borde de morir esta vez de agotamiento, nos dejamos caer lentamente en el suelo, justo ahora nuestras vidas son más débiles y fáciles de matar. Nos miramos a los ojos, sonreímos suavemente… bien, no hemos muertos aun, pero aún tenemos que escapar y no estoy seguro que lleguemos más lejos que esto
Pronto, como si alguien estuviera escuchando mi mente, del cielo comienzan a caer aún más monstros de todos los tipos, sin forma algunos, otros con armaduras de rangos superiores, imagino que tenientes, capitanes y algo peor… ambos nos miramos, sabíamos que ninguno de los dos tenía más energía ni para ponerse en pie o tan siquiera para que alguno de nosotros escapara usando la energía del otro… este era nuestro fin definitivo
Y sin embargo, ambos nos pusimos de pie… cerramos nuestros ojos y elevamos lo más que pudimos nuestros rostros… si íbamos a morir, lo haríamos con orgullo, de pie y sujetándonos de las manos, sabiendo que al menos no moriremos solos, un temor que ambos hemos tenido desde que conocemos el significado de la guerra
-owwww pero que lindos! ¡Han aceptado su destino de muerte!- escuchamos el grito de una mujer, decidimos no mirar lo que iba a suceder a continuación, tome un hondo respiro, podía sentir como ambos temblábamos ligeramente presa de saber el final, quise darle consuelo a Red, pero estaba igual de asustado ¿Hoy por fin vería de verdad la muerte ante mi? ¿Hoy por fin no podría escapar de ella? ¿Era hoy el día en que me llevaría lejos de mi hermano y mi amado esposo?
Se hizo un silencio ahogado entre risas y burlas, escuchamos el sonido típico de la magia mientras se acumula, alcanzamos a escuchar a un monstruo más serio anunciar que acabaran con nosotros de un solo golpe, escuchamos la orden de los demás que nos rodeaban, ambos apretamos nuestras manos estrechadas, se escuchó la risa desquiciada de algunos monstruos y de pronto…
… … …
Y de pronto un silencio de muerte que se extendió demasiado tiempo… el tiempo suficiente como para que nosotros dudáramos haber muerto o tan siquiera haber recibido el ataque. Abrimos nuestros ojos, ahora solo había una pila de polvo y algunos aun muriendo con una cortada en sus tráqueas tan profunda que no podían emitir sonido, ambos nos miramos confusos, miramos a nuestros alrededores asustados y desconcertados ¿Qué mierda había pasado?
-hasta que te encuentro- escuche una voz familiar
-maldita mierda, eres un insecto duro de matar ¿Lo sabias jefe?- escuche una voz que no reconocí, pero Red solo soltó una suave risa que más parecía una exhalación
-la puta mierda serás tu bastardo- y vi como Red se dejó caer de sentón, yo hice lo mismo apenas vi aparecer a dos personas que conocía a la perfección… me dejé caer arrodillado mientras les sonreía aliviado de verlos… justo a ellos dos
-Color… G…- susurre aliviado, un esqueleto que respondía al nombre de Color Sans, con una buena proporción de su cráneo destruido pero que de esas mismas partes brotaban colores intermitentes y cambiantes, uno de mis mejores amigos y colegas mientras estuvimos en guerra, con el cree varias tácticas de ataque y combinaciones de guerra, trabajamos en alguna que otra misión, bastante más seguido de lo que me gustaría admitir, G Sans es, por mucho uno de los más altos de mis amigos sin mencionar a mi hermano
Él era más un infiltrado, un espía en todo el contexto de la palabra, bastante útil y habilidoso en el arte de la guerra; gracias a él podía adquirir conocimientos bastos de nuestro enemigo, de ahí que supiera que había un estratega que llevaba a cabo la guerra y fue él además quien me advirtió del asesino (que era Red)
-realmente estas echo una mierda- una nueva voz sonó, de entre los arboles apareció un esqueleto de ropas negras y rojas… no había mucha necesidad de suponer que era perteneciente a Underfell, solo que el portaba una bufanda roja y negra con un puñado de flores ocultando su cuenca derecha, aquel monstro que lucía un rostro melancólico igual miraba con burla a Red
-deja que me recupere y veremos quien se ve como una mierda cuando acabe con ustedes dos- Red hablaba igual de animado con los monstros que estaban delante suyo, solo a uno lo pude reconocer, así que sonreí divertido
-hola de nuevo chico- aquel que tenía el pelo de la gorra más esponjado en negro y fiusha se tensó y desvió la mirada con algo de nervios, yo reí por lo bajo algo divertido
-descuida colega, sin rencores, después de todo ya acabo la guerra- le dije divertido, Red también rio suavemente mientras se enderezaba un poco y apoyaba desde atrás con las palmas de sus manos
-see… sin resentimientos- susurro Red divertido
-¿Y no piensas ponerte en pie o esperas a que nos arrodillemos ante ti?- me pregunto G, yo lo mire con deseos de matarlo pero me encogí de hombros, mostrando mi imperturbable sonrisa y mis cuencas sin atisbo de mis ojos, él se tensó, pude sentirlo más solo hable con esa pose
-si supieras que no hemos comido ni dormido en casi una semana ya veremos cómo estarías tu colega- reí macabramente mientras Color solo tragaba duro y asentía nervioso
-eso se arregla fácil- hablo el de bufanda y flores doradas, al verlo nos lanzó a ambos un trozo de pan que, viéndolo más a detalle eran vitaminas, como esas pequeñas barritas energéticas, solo que estas eran tamaño pan
-es una receta propia, les dará suficiente energía para poder moverse sin tantos problemas- dijo el esqueleto, yo agradecí pero Red ya estaba comiendo, gire los ojos he hice lo mismo, igual tenía hambre, los demás comenzando a alternarse para hacer guardia, cada cierto tiempo escuchábamos ataques a lo lejos, al final, tanto aquel de nombre Melancoli y G tuvieron que llevamos en sus espaldas para poder irnos de nuestra actual ubicación… por desgracia, ni Red ni yo estábamos en condiciones de aguantar y terminamos dormidos antes de que saliéramos del bosque… logramos sobrevivir…
Sobrevivimos un día mas