El reino de Underswap hoy no descansa, la oscuridad se acaba, el día llega rápido y atareado, los guardias y militares corren de un lado para el otro, no hay rastros ni de la reina de Underswap o la princesa Blue, todos continúan buscado, hoy, el rey Honey, siempre tranquilo, siempre gentil y con gesto perezoso, se muestra como un demonio furioso, hoy, el mundo teme a su ira y como avanza aterradoramente calle por calle allá a donde va
Sin embargo, aun en los barrios más bajos y “oscuros” del mismo reino, se encuentra un ligero ambiente lleno de tensión, todos parecen incómodos con la situación, en especial de ver tantos guardias cuando por lo regular solo se veían a estos por las noches para pasar un rato agradable y placentero en alguno de los bares de mala muerte de la zona
-parece que todo es demasiado tenso- escucha la voz de su hermano susurrando con nervios mientras cierra las cortinas de su casa, Lust gira a ver a su hermano menor, mucho más alto y elegantemente torneado en su magia, lo mira unos segundos y suelta un tranquilo suspiro que mas es por preocupación al mencionado
-nosotros no hemos hecho nada, no deberías de preocuparte tanto hermano- le sonríe tranquilo y conciliador, su hermano, Papyrus parece sonreírle del mismo modo, un momento de silencio se crea entre ambos, el suficiente para calmar los nervios de su hermano mayor quien vuelve la mirada hacia la ventana aun cubierta por la cortina rosa
-¿Me pregunto que estará pasando para que el reino siempre tranquilo y fiestero se haya puesto de tan tenso humor?- menciona encogiéndose de hombros y pegando un salto para ponerse en pie de su muy agradable sofá, una vez que ambos hermanos se miran, Lust le guiñe un ojo a su hermano menor
-será mejor prepararse, lo más seguro es que hoy tengamos trabajo hasta los huesos- le volvió a guiñar el ojo entre risas, sin embargo, esta vez su hermano no corresponde el chiste no inocente, ni siquiera sonríe, solo desvía la mirada mientras se toma uno de sus brazos frotándolo… Lust sabía que eso significaba que no estaría con él esa noche… o peor aún, ese día
-¿Iras con Mettaton?- pregunta con una muy suave sonrisa que intenta ser gentil y no tan fingida, por suerte, una de las ventajas de su muy sucio negocio es que uno aprendía a fingir una sonrisa gentil… como la que ahora debe de poner delante de su hermano
-no puedo dejarlo, sabes que no está bien cuando se trata de militares, quiero estar con él para que se sienta más seguro- pide con un rostro de cachorro, Lust sonríe enternecido; algo que Papyrus no ve es que su siempre reluciente mirada ahora brilla con tristeza pero se encoje de hombros, cerrando sus ojos y colocando sus brazos tras de su nuca como si le restara importancia
-entiendo que te necesite, solo procura no salir, siempre mantenerte tranquilo y procura no causarte a ti mismo problemas- sonríe avanzando por la sala y pasar a la cocina de su pequeña casa, frenando antes de entrar a la cocina, gira a ver a su hermano con una sonrisa conciliadora
-no olvides llevarte algo de comida, seguro tendrá algo de hambre también- su hermano lo mira con ilusión, Lust le guiña el ojo una última vez y cambia el rumbo hacia su habitación en la planta de arriba
-bueno encanto, tu no iras a trabajar pero yo sí, así que si me disculpas, iré al yacusi a refrescarme lo que resta del día- le dice divertido recargándose sugestivamente en el mango de la escalera, escuchando una risa de parte de su hermano
-pero si acaba de amanecer y tu trabajas hasta la noche- se rio y regaño al mismo tiempo, Lust le saco la lengua sugestivamente y subió otros dos escalones pasando una pierna sobre el pasamanos comenzando a mover sus caderas de un modo sugestivo
-¿Qué quieres? Este cuerpo debe descansar correctamente para dar más placer- le guiñe un ojo, Papyrus se sonroja pero desvía la mirada divertido, se dirige a la puerta y se despide de su hermano con una pequeña sonrisa gentil
-¡cuídate allá fuera Papy!- le grita, siendo correspondido por su hermano
Una vez la puerta se cierra y la sombra de su hermano desaparece de la casa, Lust baja la mirada y su cuerpo, ahora está completamente en las escaleras, solo y con un mirar lleno de tristeza y soledad, toma una bocanada de aire y salta desde su lugar para volver a la planta de abajo, camina hacia la cocina y prepara una comida rápida, un par de emparedados es todo lo que tiene rápido para hacer, una vez todo listo avanza rápidamente escaleras arriba hacia su habitación
A veces a ambos les tocaba horarios diferentes en la noche y, siendo honestos, muchas veces no se veían a lo largo de su trabajo debido al mismo, por ejemplo, la noche anterior Lust termino temprano pues tenía un dolor de estomago, su hermano se había ido incluso antes que él para acompañar a Mettaton a su casa, por mientras, el, que iba de salida se encontró con algo inesperado, un esqueleto que tenía una facha terrible y que al parecer tenía una terrible herida tanto en su cráneo como en su pecho
No lo había pensado demasiado, simplemente había corrido a socorrerlo, descubrió que la herida de su cráneo al parecer llevaba días mientras que la herida de su pecho era seria, el mencionado solo se había desmayado y por suerte no parecía nada realmente peligroso… curó sus heridas y lo dejo descansar en su cama a sus anchas mentiras el dormía en el sofá el resto de la noche, por supuesto, cuidando que su hermano no lo viera o seguramente se pondría mal…
Papyrus no dejaba que entraran desconocidos a la casa, solo Mettaton y eso… bueno, Lust prefirió dejar de pensar en las razones por las que un “desconocido” entraba a su hogar y siguió subiendo hasta llegar a su habitación donde encontró aun inconsciente a su “invitado inesperado” avanzo lentamente, dejando la comida en el buro de noche, se acerco y toco con mucho cuidado la frente del dormido…
-al menos no tienes fiebre- susurra aliviado, estira su cuerpo y se encamina hacia su armario, saca ropa nueva y comienza a desvestirse ahí mismo, termina y entra a bañarse, aun cuando le dijo a su hermano que se quedaría ahí todo el día, solo ha tardado 15 minutos, ha terminado y completamente desnudo, pero más seco, ha comenzado a ponerse sus ropas de ese día…
El problema es que Horror había despertado desde que sintió tacto en su frente y se despertó completamente cuando le escucho hablar, entreabrió sus ojos para ver quien estaba con él en la habitación y valla que había tenido una primera vista… peculiar.
Si, vio a Lust desnudarse de espaldas a él, se mantuvo estático observando sus delicados huesos lastimados y marcados por una vida que no parecía ser tranquila, Horror comprendía eso… aunque de igual modo, espero en silencio escuchando el agua correr de la regadera y acto seguido, ver salir en la misma dirección al esqueleto que, sin darse cuenta, movía sus caderas de un modo sensual, poniendo sus ropas y sintiéndose estúpido Horror, termino notando (perfectamente bien) que Lust no llevaba ropa interior y que en cada movimiento parecía bailar para seducir a quien le miraba
-mggg…- gruño de dolor al tratar de moverse, notando que la otra persona en la habitación pegaba un brinco y giraba a verlo asustado, un chaleco morado con pelo en la capucha y en la parte de abajo en un color turquesa descansa entre sus manos con guantes negros (sin la parte de los dedos) y pegado a la diminuta camisa negra que apenas cubre sus costillas, el esqueleto que le mira sorprendido muestra sus cuencas de un llamativo color morado
-dios, despertaste- susurra Lust aliviado, dejando su chaleco en una cómoda donde antes estaba y avanzando con pasos presurosos para estar al lado de Horror, al ver que trata de moverse le ayuda muy lentamente
-ve despacio amor, estas muy lastimado- la voz de Lust y sus manera de referirse a él le detienen un segundo
-¿Qué has…?- su pregunta ni siquiera es escuchada, Lust termina ayudándolo a sentarse en la cama y suelta un suspiro de alivio mientras mira la herida en su pecho sonriendo tenuemente
-se cuidadoso encanto, tus heridas podrían volver a abrirse- menciona subiendo su mirada, esperaba (como siempre) guiñarle el ojo para que cayera, pero cuando se encontró con el único ojo del esqueleto con hueco en su cabeza, se sintió extrañamente cohibido… sus mejillas se tiñeron en un sonrojo morado y tuvo que desviar la mirada a otro lado que no fuera el rostro del esqueleto delante suyo, encontrando en la cómoda el plato con la comida que anteriormente había traído
-mira- susurra enderezándose y tomando el plato, dejándolo con cuidado sobre las piernas de su invitado
-tal vez no sea mucho, pero te traje algo de comida- susurra con una suave sonrisa, viendo en todo momento la comida y prefiriendo no verlo a el
-por cierto encanto, mi nombre es Lust- le guiñe el ojo por fin, tomando el valor que siempre le ha caracterizado y que ahora puede relucir con su actitud coqueta, Horror por su parte no había dejado de verlo en ningún momento, solo lo observaba en silencio, su timidez, su amabilidad y esas palabras cariñosas… hasta que escucho su nombre
-mi nombre es Horror- responde, Lust ríe por lo bajo y asiente dándole algo más de espacio al despierto para que coma
-¿En dónde estoy?- pregunta luego de darle el primer mordisco al emparedado que tiene, mira a Lust en todo momento, el mencionado se ha sentado en una silla con ruedas y se ha empujado para llegar al lado de la cama viendo a quien ahora come ávidamente
-el reino de Underswap, estas en los barrios bajos encanto- responde Lust girando con la silla hasta poder llegar a su lado, Horror abre sus ojos y maldice por lo bajo, si lo encentran, estará perdido. Trata de ponerse en pie sintiendo el dolor de sus costillas, suelta otro fuerte gruñido de dolor que alerta a Lust y que se levanta de su lugar
-¡Ho no! ¡No lo hagas torpe! Abrirás tus heridas- regaña, obligando a Horror a recostarse en la cama que aunque es cómoda, el mismo puede reconocer que incluso puede ser más vieja que la suya, mas no dice nada, no solo por el dolor que sorpresivamente le hace recordar sus heridas, sino por la amabilidad del esqueleto que le atienden con honesta preocupación y que, aunque no le mira en todo momento, realmente luce preocupado con su salud
-¿Cómo fue que llegue aquí?- pregunto, aun cuando ya se imaginaba el tipo de respuesta que recibiría… que estuviera herido no significaba que fuera estúpido, sabia sumar y se imaginaba que el había sido la última persona que había visto antes de quedar inconsciente, aun así, quería asegurarse de sus propias palabras y conocimientos, encuentra a su contraparte, Lust, sonriendo algo tímido y desviando la mirada pero moviendo su cuerpo como si tratara de seducirlo, Horror se toma un segundo para preguntarse si es que acaso ese esqueleto de nombre Lust es ya de ese modo o si ese contoneo de seducción es parte natural de su propio ser… le parece atrayente como nada que haya visto antes
-te encontré en las calles herido y a punto de desmayarte, te traje a mi casa y te he cuidado en la noche- susurra, levantando la mirada y volviendo a guiñarle el ojo coquetamente, Horror solo lo mira fijamente, Lust siente su mirada pesada y penetrante, como si quisiera y pudiera ver mas allá de lo que nadie jamás había intentado ver en él, eso le cala hasta el hueso, nunca imagino tener que pasar algo así
Por lo regular, las personas que venían en su visita, incluso sus clientes mas frecuentes siempre se jactaban de su cuerpo, disfrutaban con él a un punto máximo del cual Lust se sentía orgulloso, pero jamás, en todo el tiempo que llevaba trabajando como lo que era, había tenido la oportunidad de sentir una mirada tan intensa, fuerte y envolvente como lo había sentido de Horror… era extraño aun para el sentir una mirada tan profunda, casi podría apostar a que lo miraba como si quisiera ver el interior de su alma en un punto donde ni siquiera Lust podría ver
-y… ¿Pudiste acabar con tus negocios encanto?- pregunta Lust para crear charla, Horror lo mira sin comprender y el morado sonríe de medio lado más tranquilo
-imagino que serás alguien también de los bajos mundos, así que no preguntare lo que no debo de saber- le sonrió amable, Horror se sorprendió por aquello y como era que Lust iba por sus medios como si nada, avanzando hasta llegar a su chaleco y colocándoselo de nueva cuenta
-deberías de tenerme miedo entonces- susurro Horror volviendo de su sorpresa inicial, Lust giro coquetamente para verlo y sonrió guiñándole un ojo como si nada y sacando la punta de su lengua del mismo modo seductor
-si te tuviera miedo hubieras muerto a mitad de calle como un perro abandonado… particularmente hablando, pienso que eso sería aun peor que la basura de vida que cualquiera de nosotros hubiera tenido antes de eso… imagino que por lo menso algo bueno debería de salir de una vida como la que tenemos- y si bien, aunque Lust lo había dicho en un principio hacia Horror, de algún modo extraño, lo había terminado diciendo mas para él que para quien le escuchaba en cama, Horror comprendió que del mismo modo que él debía de dar miedo, Lust también debió de haber tenido un tipo de dificultades mas “significativas” que las del resto
-es inútil tener ese tipo de esperanzas si vivimos en una mierda como nuestras vidas- menciono Horro tajante, era cierto, el también habla hablado mas para sí que par Lust pero suficientemente audible, como si de verdad tuvieran en ese momento una conversación entre dos, cundo la realidad era que se estaban diciendo sus propias verdades, entonándolas para una segunda persona, aun así Lust sonrió tranquilo, bajando la mirada tenuemente y sonriendo tal vez derrotado
-no todo es tan malo- susurra él, Horror lo mira, Lust levanta la mirada, ha olvidado ser seductor, tal vez, esta sea la primera vez que se muestra tal cual es delante de alguien que no es su hermano… Lust mira el único ojo carmesí de Horror y toma en cuenta algo interesante… ¿Desde hace cuanto no es el mismo? Ni siquiera cuando se trataba de su hermano había podido ser el mismo… y ahora… ¿Qué hacia diferente ese momento en particular?
-¿Qué hay de bueno?- pregunto Horror observando la triste y solitaria mirada de Lust, una mirada que clama por ser salvado sin darse cuenta de su sufrimiento, de alguien que ha sacrificado mucho por los demás y no ha recibido nada más que golpes y crueldades y aun así, callando las lagrimas y los lamentos, continua sonriendo determinado a seguir adelante… ¿Qué era Lust? Un ángel no era, pero tampoco era un santo… tal vez… solo era… Lust
-una oportunidad para cambiar y buscar la felicidad- susurro y sus cuencas se llenaron de lagrimas… su voz se volvió suave, tersa y llena de un extraño dolor que ni el llego a comprender realmente, pero aun así, sonrió tranquilo y gentil… esa, era su verdad