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Tú eres mi reflejo por Miky15E

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Notas del capitulo:

¡Disfruten! 

Haru.


Por la tarde, cuando el sol se escondió y los odiosos rayos dejaron de molestarnos en el lago, entramos a la cabaña. Yo preparé la comida con los alimentos que había en el refrigerador y Rin se duchó. Comimos y nos sentamos en el mueble a ver una película de terror, a pesar de que a él no le gustaban.


—¿Crees que la muñeca aparezca en su habitación? —preguntó apegándose a mi hombro derecho.


—Tal vez —musité riéndome por su actitud de gato asustado y pausé la película antes de que Rin brincara aterrado—. Voy por palomitas, ¿quieres? —Me levanté del sofá y acomodé el control en la mesita del centro.


—Sí, voy. —Se paró de un salto y sólo pude carcajear divertido—. ¡No te burles, Haru! —Me empujó en el camino hacia la cocina.


—Perdón, es que tú rostro se ve terrible. ¿Qué género te gusta? ¿El romántico? —Ingresamos a nuestro destino y me dirigí al microondas, ubicado en el extremo contrario.


—¿Algún problema? —refunfuñó rellenando un vaso con agua—. Las románticas y las de comedia.


—No son mis favoritas. —Abrí un sobre de palomitas y las coloqué en el interior del electrodoméstico, apreté unos números y comenzaron a explotar—. De hecho, creo que están en los últimos lugares de mi lista.


—¿Tienes una lista? —Se burló y me volteé. Él sacaba una pastilla de una tableta, seguramente sus supresores—. ¿Qué hay de las ciudades? ¿Cuál es tu favorita?


—No tienes que ingerir esas porquerías. —Rin me miró incrédulo y sorprendido por mi reciente declaración. Al parecer no me entendía—. Es decir, si yo soy tu pareja, puedo ayudarte con el celo.


—¿E-Estás consciente de lo que hablas? —balbuceó sonrojándose hasta las orejas y se tomó la píldora con un trago de agua.


—Sé que no vivimos juntos y que tu celo es irregular, pero me encargaré de que no sufras —afirmé y me giré para agarrar la bolsa de palomitas.


—Gracias, Haru —respondió con timidez.


Fui capaz de decirle eso, sin embargo, no le he pedido que sea mi novio. Sólo nos hemos besado y tuvimos sexo en esa ocasión, pero, ¿acaso debo declarármele? Bueno, Rin tiene una faceta de chico romántico que es inesperada para mí. Quizá se alegre si me le planto de rodillas y le digo que quiero que sea mi pareja.


—Oye —lo llamé mientras caminábamos de regreso a la sala—, ¿quieres ser mi novio, Rin?


—¿Q-Q-Qué? —Se agachó sosteniendo su cara con ambas manos y negó con la cabeza—. ¡Ha-Haru!


—¿No quieres ser mi novio? —Fruncí las cejas furioso debido a su rotunda negación—. Yo pensé que tú estabas enamorado de mí.


—¡Estás equivocado! —Se reincorporó y me encaró. Sus mejillas se encontraban teñidas de un intenso rojo y su respiración acelerada delataba cuán apenado y feliz estaba—. ¡Me gustas y te amo, Haru!


—¿Entonces sí quieres ser mi novio?


—¡Por supuesto! —Hizo un mohín y se abalanzó sobre mí, rodeando mi cuello y aplastando la bolsa de palomitas—. Acepto ser tu novio, Haru.


-n-


A la mañana siguiente, salimos temprano porque yo tenía programada una sesión fotográfica y desayunamos en un restaurante cualquiera. Rin no quería que subiera con él por el temor de toparnos con su perro guardián, pero insistí y lo acompañé.


—¿Irás conmigo? —Lo perseguí hacia su habitación, ignorando en dónde me hallaba.


—Sí, me cambiaré y vamos. —Me recargué en la puerta y lo observé recorrer su recámara buscando una camisa y un pantalón de mezclilla que combinara a la perfección con su bonita figura, su despampanante cabello y sus zapatos.


—Me gusta el que está colgado en el gancho de arriba. —Le indiqué con mi dedo índice la prenda y él se quitó el pantalón para vestirse con el que le había señalado.


—¡Maldición, el cinturón! —bufó y me acerqué a Rin sin que se percatara de mis sucias intenciones.


—¿Y si te quedas desnudo? —Lo jalé de la cintura y lo lancé a la cama—. Tu bóxer con estampado de tiburón me fascina. —Me trepé apresando sus piernas con las mías y me apoyé a los costados en las palmas de mis manos.


—Haru, eres un atrevido —murmuró entreabriendo los labios para recibir mi lengua en su cavidad bucal y rodeó mi espalda con sus brazos, ciñéndome a él.


Llevé mi mano derecha a la altura del elástico de su ropa interior y la escabullí dentro. Rin se tensó al sentir cómo acariciaba su miembro, que comenzaba a reaccionar con leves toques en el glande. Se apartó de mi boca y exhaló una bocanada de vapor caliente, mismo que golpeó en mi rostro y me provocó un cosquilleo.


—Ngh, H-Haru —jadeó concentrado en las sensaciones que le producía el vaivén que ejercía con mis dedos alrededor de su pene—. N-No, espera.


—¿Por qué? No estás en celo y no podrás embarazarte. —Rin ladeó su cabeza y yo aproveché a besar esa zona entre su cuello y clavícula que resaltaba.


Su piel es tersa, blanca y delicada. Sus reacciones son tan encantadoras; las amo. Sus labios son suaves, delgados y de un rojo que me recuerda a sus sonrojos. Sus ojos lagrimean de lo excitado que está en estos momentos y el alocado palpitar de su corazón retumba en el cuarto, como una armoniosa melodía que llega a mis oídos para maravillarme.


—Haru… AAH. —Me volvió a besar, ahogando sus gloriosos gemidos en un jugueteo de lenguas y saliva.


Su entrepierna estaba mojándose lentamente y sabía que era porque su entrada empezaba a lubricarse para permitir mi intromisión, aunque no sé si Rin lo desee. Tampoco quiero corretearlo y si él no está preparado, mi deber es ser paciente. Rin ya esperó durante años y ahora es mi turno.


—Nh. —Se apartó, dejando que un hilillo de saliva colgara y expulsó el semen—. H-Haru, tú… —Su cuerpo liberó un poco de feromonas, embriagándome con su exquisito aroma a flores silvestres.


—Rin, harás que mi cordura se vaya al carajo —murmuré conteniéndome para no inhalar demasiado de su dulce fragancia.


—Rin. —Alguien irrumpió en la habitación y, fue ahí cuando comprendí que estábamos en el apartamento de él y no en la cabaña o en mi casa—. ¿Qué demonios le haces, bastardo? —Yamazaki me aventó como un trapo al piso y se interpuso entre Rin y yo.


—¡Sou, no! —Se arrodilló en el colchón y sujetó a su amigo de los hombros—. No tienes derecho a golpear a Haru porque somos novios.


—¿Qué? —replicó retornando sus ojos a Rin—. ¿Novio de este infeliz animal que te folló a la primera? ¿Sabes lo que dices? ¡Joder, Rin! ¿Qué te pasa? Nanase te culpó y terminó ese contrato para no trabajar contigo.


—Me disculpo por eso —dije levantándome del suelo. Ya era hora de confrontar a esa bestia salvaje si quería tener una relación seria con Rin—. Fui un completo idiota por pensar que los omegas eran la clase más baja.


—Sou, por favor —suplicó mirando al gamberro que no contestaba y sólo gruñía—. Amo a Haru.


—Él no te ama. Jamás te amará —aseveró decepcionado y eso hería a Rin—. Él es un alfa ignorante. Te está engañando.


—Tú no puedes conocer mis sentimientos —bramé y Yamazaki me fulminó con la vista, pensando que con esa acción yo retrocedería—. Estoy seguro de que me gusta Rin, por esa razón le pedí una oportunidad. Tú eres su mejor amigo y nada más, así que no opines en las relaciones ajenas. Si Rin no me quisiera en su vida, me habría rechazado y no lo hizo.


—No lo hizo porque está ilusionado —contratacó, no obstante, Rin brincó de la cama y le dio un puñetazo a Sousuke en el pecho.


—Basta, Sou. No dejaré a Haru y si tú no tratas de llevarte bien con él, tendremos conflictos nosotros dos —lo sentenció y agarró su pantalón—. Vámonos, Haru. 

Notas finales:

Esos dos han avanzado poco a poquito. <3 

 

La próxima actualización será el miércoles o jueves. ¡Nos leemos hasta entonces! 


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