Gaara y Naruto estaban en la habitación del rubio. Gaara estaba recostado en la cama de Naruto y el rubio estaba doblando y acomodando su ropa dentro de su armario.
-No puedo creer que de verdad te mudaras- dijo Gaara. El solo había venido por ese día, el camino entre los dos distritos era de una 4 horas y él había faltado a la escuela para ir a visitarlo solo un rato por la tarde.
-Yo tampoco puedo, todo fue tan repentino. Apenas me dio tiempo para despedirme de nuestros amigos.-
-Lo sé…- Gaara se quedó pensativo.- Aun así, ya deberías de saber que eres bienvenido a mi casa cuando quieras. Mis padres no se enojarían si decides quedarte un tiempo
-No quiero causarte problemas. Pero aceptare tu invitación, algún día iré a pasar una noche.-
Gaara sonrió. –Naruto, ven acá-
Naruto sonrió y levemente escucho el sonido del nuevo timbre. No le prestó atención y en su lugar empezó a caminar, cuando estuvo a punto de sentarse en la cama algo más llego a sus oídos
-¡NARUTO! ¡Estamos un poco ocupados aquí! ¡¿Podrías ir a ver quién es?!- un grito de su madre.
El rubio se quedó helado y volteo a ver a Gaara, estaba sonriendo amargamente, el ambiente se había roto.
Naruto sonrió en forma de disculpa. -¡Voy!- salió de la habitación
Llego a la puerta y en cuanto abrió sintió como el mundo se le venía encima
(Sasuke)
-Te dije que necesitábamos hablar- dijo Sasuke.
-¿Cómo sabes dónde…?-
-Colonia “arboleada”, te acabas de mudar, no fue difícil. Si te lo preguntas –volteo y señalo una casa no muy alejada- esa es mi casa. Mi madre le trajo galletas a la tuya el día que se mudaron ¿recuerdas?
-Ah, si…- dijo Naruto un poco confundido
-En fin… como te decía- empezó Sasuke, pero fue interrumpido
-¡¿Sasuke!?- dijo una pelirrosa que estaba junto a Ino, Ellas estaban en la entrada del jardín. Ino al ver Sasuke puso mala cara e hizo intento de irse, pero fue detenida por la mano de Sakura-¿Ya te vas? pero acabamos de salir…- esta vez, Sakura hablo con Ino
-Lo siento Sakura- dijo Ino.- Acabo de recordar que mi padre necesita ayuda en la florería.- La mentira era tan obvia que casi parecía una mala broma. Aun así la pelirrosa no la detuvo.
-Ya veo…- dijo cabizbaja. -¿sabes? Extraño estar contigo
Ino sonrió y volteo a ver a Sasuke. –Yo también. Bueno, salgamos mañana…-Ino se despidió de Naruto con un movimiento de mano y regreso por donde había venido.
Sasuke no entendía el por qué Ino le había dejado de hablar tan repentinamente e incluso no parecía soportar estar a unos metros de él, pero cuando la veía no podía evitar sentirse culpable. Pero lo que más le importo en ese instante fue que desde el segundo piso pudo sentir, por un breve segundo, una mirada hostil seguida de una sombra que apenas alcanzo a ver.
-¿y?- escucho como le hablaba el ojiazul, su ceja se alzó- ¿para qué han venido?
Sasuke quería hablar, pero no quería que su actual novia se enterara. –Por nada en especial, solo he venido a darte la bienvenida al vecindario.-
-Ahh… claro- Naruto hizo un gesto de confusión
(Kushina)
Kushina acababa de preparar la comida, así que llamo a las tres personas, aparte de ella, dentro de la casa.
Minutos después aparecieron, pero solo fueron dos de ellas
-¿Y Naruto?- pregunto
-pensaba que la estaba ayudando, ¿no ha entrado?- contesto Gaara
-“¿sigue en la puerta?”- se preguntó.
Kushina camino hacia la puerta, y no pudo evitar sonreír nostálgicamente al ver a las personas que estaban en la entrada.
-Naruto…- dijo con dulzura mientras llamaba la atención de todos. -¿Quiénes son ellos?
-¿amigos?... de la escuela- dijo su único hijo
-Ya veo…- dijo analizando la situación. –Bueno, seria de mala educación si se quedan afuera ¿verdad?- dijo dirigiéndose a los otros tres jóvenes- ¿No quien pasar a comer?-
-En realidad nosotros…- dijo Sakura queriéndose negar, pero Kushina se adelantó y tomo a Sasuke y Sakura (que ya estaba junto a Sasuke) de una mano a cada uno.
-Entonces está decidido, adelante-
Cuando todos acabaron de comer Kushina aún continuaba con su alegre actitud
-Así que… Sasuke- empezó- ¿estás en el mismo salón que Naruto?
-Si- respondió el azabache- De hecho, Sakura también lo esta
Kushina se sorprendió, aunque lo único que no pudo ocultar fue una leve risa que trato de cubrir con su mano. –Ya veo… -después volteo a ver a Gaara disimuladamente. –Dime… ¿de casualidad también esta una adorable jovencita llamada Hinata?- pregunto volviendo a Sasuke
-Kushina…- le dijo su esposo, tal vez estaba diciendo de más…
-¿Hinata?- dijo Sakura.- ¿Por qué pregunta por ella?
-Por nada en especial, su madre y yo somos amigas de la infancia, es todo.
-Ya veo…- dijo la pelirrosa confundida
……
(Naruto)
Viernes
Un mes pasó rápidamente, y ahora mismo Naruto estaba junto a amigos de la secundaria en su anterior ciudad. Le había tomado la palabra a Gaara y se quedaría en su casa el fin de semana.
Inmediatamente cuando las clases acabaron Naruto salió corriendo de la escuela y tomo el primer autobús al distrito Norte. Apenas llego fue a reencontrase con sus amigos ya que no tenía mucho tiempo después de todo.
(Fuu)
Ella era amiga de Gaara de la infancia, y se podría decir, por los cinco años en los que conocía al rubio, que también de Naruto.
Aún recuerda el día en que conoció al rubio, ambos congeniaron al instante en esa aburrida fiesta del trabajo de sus padres.
También recuerda su primer día en la secundaria y como había llorado en cuanto llego a casa. ¿La razón? Por azares del destino sus dos amigos habían quedado en el mismo salón y ella como buena amiga los presento, arrepintiéndose al instante. Sin saber exactamente por qué y solo con las vagas oraciones que ambos chicos compartieron se dio cuenta desde ese momento que ella ya no tendría ninguna posibilidad con el pelirrojo, el chico que amaba en ese entonces.
Fuu pensó mucho acerca de esto cuando escucho que el rubio se mudaría al distrito central y ver como su mejor amigo, Gaara, fingía estar bien con el asunto. Y todos estos pensamientos regresaron cuando ella, y todos los demás, se encontraron el parque gracias a un mensaje del pelirrojo. “Naruto vino de visita”. Y entonces pudo ver otra vez como el pelirrojo sonreía naturalmente otra vez.
-u~- escucho como alguien le intentaba sacar de sus pensamientos. –Fuu~~-
-¡ah!- regreso a su presente. -¿Qué paso?
-Vamos, apúrate. Eres la última – dijo Gaara
-¡oh! Lo siento. Me da un helado sabor chicle, por favor.- se dirijo a la señorita que atendía. Después regreso la vista a sus amigos que ya tenían sus respectivos pedidos. –“después de todo, ¿no es un poco raro comer helado en la noche?”- pensó, pero al parecer nadie parecía estar en contra de esto así que solo lo dejo pasar.
A Fuu le gustaba mucho salir con sus amigos, pero sin duda uno de sus lugares favoritos para salir con ellos era la heladería. Y es que sin que ellos se dieran cuenta (o tal vez sí) ambos tomaban el color de pelo del otro. Gaara siempre pedía helado de piña y Naruto de cereza. Fuu siempre pensaba que era una tontería que ellos no fueran novios cuando era más que obvio para todos.
Cuando le dieron su helado Fuu tomo asiento en las mesas en las que sus amigos estaban sentados, y como siempre, no pudo evitar ver los helados de los dos chicos. Como siempre el helado de Gaara era de piña, pero se sorprendió al ver que el de Naruto era de mora azul, lo que le daba una tonalidad purpura.
-¿paso algo interesante en tu nueva ciudad?- pregunto Fuu a Naruto cuando noto esto
-¿ah?- dijo el rubio – ¿Por qué lo dices?
Ellos no parecían darse cuenta de detalles tan pequeños y tal vez era ella la que estaba exagerando. –solo pregunto. ¿Tan aburrido es el distrito central? ¿No se supone que la ciudad es más divertida?-
-Lo es, las personas son diferentes, las escuelas, hay muchas más cafeterías, hay cines, hay eventos, hay mas tiendas, hay un chica en mi salón que tiene los ojos completamente blancos y…- dijo Naruto, él no había hablado de su nuevo entorno, pero ahora parecía que quería decía tantas cosas a la vez.
Ellos continuaron hablando y poco a poco, conforme iba obscureciendo, todos regresaron a sus casas. Ellos se siguieron viendo los siguientes días.
…
(Naruto)
Era domingo por la madrugada y Naruto se encontraba recostando en su cama viendo hacia el techo, o más bien, hacía la nada.
Acababa de regresar a su casa después de pasar un fin de semana en la casa de Gaara y también había visitado a todos sus demás amigos, que desde luego ya extrañaba. Habían ido al cine, a comer helado, a jugar videojuegos…
Pero, por muy feliz que esto sonara Naruto apenas se divirtió, y es que cada vez que hacia algo con Gaara (su mejor amigo y el chico que le gustaba), se preguntaba cómo sería hacer lo mismo con Sasuke.
Y aunque en realidad no tenía por que sentirse así, no podía evitar sentirse un poco culpable...