"Está a salvo." Dijo el médico.
Nathaniel, no supo por qué, se alivió. Pensar en que pudo haber muerto le ponía nervioso, pero ¿Por qué? Se supone que no quería a ese bebé.
¿Es que aquello era algo que le pasaba a todas las 'madres'?
Miró a su alrededor. No había nadie en la habitación aparte del médico, y tal vez era lo mejor, pues Nathaniel había empezado a llorar inconscientemente.
Se limpió las lágrimas cuando la puerta se abrió.
Amber entró preocupadísima.
"¿Cómo estás? ¿Cómo está el bebé?"
Se llevó una mano al vientre. Casi pierde a ese bebé.
"Estamos bien."
La rubia sonrió y abrazó a su hermano. La puerta volvió a abrirse y entró Castiel seguido de unos hombres.
"No puede entrar si no es familiar."
" ¡Suéltenme! Yo soy responsable de eso también." Dijo refiriéndose al bebé. Y aquel término molestó mucho al rubio.
"Sácalo de aquí, por favor." Le dijo Nath a su hermana. Amber no dudó y sacó a Castiel con la ayuda de los dos hombres.
"¡Amber ¿Qué diablos...? Ese niño es mío también!"
"¡Cállate! ¡Es tu culpa que esté aquí en primer lugar! ¡Nathaniel no quiere verte, vete de una vez!"
El rubio estaba realmente muy cansado, el médico le aconsejó dormir y, como ya no había riesgo, se iría a casa al día siguiente.
Nathaniel se estuvo torturando con el tema de Castiel, pero no pudo hacer nada contra el cansancio.
Casi perdía a su hijo ese día...
Se sorprendió al llamarlo de esa forma en su mente. Incluso sonrió un poco.
Ese niño se movía en su interior y provocaba que Nathaniel no se sintiera solitario. El chico sentía su presencia y no sentía miedo de quedarse solo. No lo estaba.
¿Tal vez era un efecto de la 'maternidad'? Quería saber cómo era. Quería tenerlo en sus brazos y no sentirse solo nunca más.
¿Se parecería a Castiel? ¿Estaría mejor con él o con otra familia? ¿Qué dirían sus padres? ¿Acaso importaba?
Era una gran responsabilidad, no como un gato o una planta. Un bebé necesita alimentarse, necesita protección, cuidados, necesita mantenerse sano y necesita el calor.
No sabía cómo cuidarlo. ¿Y el dinero? No podía depender de Amber toda su vida. Y menos si tenía un bebé con él.
Sería una pésima 'madre' para ese bebé, sería extraño, todos lo mirarían mal y se burlarían de su hijo por culpa del caso de Nathaniel.
No quería que se burlaran de su hijo.
¿Dónde vivirían? No hablaba italiano, no podía manejarse en ese idioma. Y su departamento en Francia era demasiado pequeño para dos personas, más si una era un bebé que necesitaba de su espacio para jugar y crecer.
No tenía trabajo estable. Bueno, luego de cuatro meses no tenía más trabajo.
Amber le había dicho que podía quedarse hasta el nacimiento del bebé. Pero Nathaniel no quería ser así de egoísta. Volvería a Francia y conseguiría trabajo.
¿En dónde trabajaría? Dudaba que alguien lo contratara. ¿Quién cuidaría a su bebé al nacer y él tener que trabajar?
Le gustaría que alguien le ayudara y no podía pedirle a Amber que viajara de Italia a Francia cada vez que la necesitara. Ella tenía una vida ahí, no podía hacerle eso.
Tal vez pedirle ayuda a Priya o alguien de confianza, alguien en Francia que no lo mirara de mala manera.