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Belle Erreur por SiluetaDeCera

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Amber le había dado el sí para vivir con ella en Italia.


Estaría feliz en otras circunstancias. Aún no le había explicado a la rubia por qué quería vivir con ella, pero le había prometido que se lo diría apenas llegase.


Le dijo a Priya por teléfono, y ella no lo cuestionó. También le dijo que Alexy quería disculparse por su comportamiento. Y Nathaniel le dijo que le ofrezca una disculpa de su parte por ser tan insensible, y que no abortaría al bebé.


Eso también puso feliz a la chica y le deseó buena suerte.


El tren salía al día siguiente y ya había comprado el pasaje. Estaba asustado, esperaba que su hermana pudiese aceptarlo cuando se lo dijese.


Amber y él habían estrechado su relación cuando terminó el instituto, ya no quedaba una razón para ser tan malvada. Había madurado, y su novio italiano le había ayudado en el proceso.


El tren partió a la mañana siguiente y se alegró de que nadie hubiese ido a despedirlo.


Estuvo tratando de dormir todo el viaje, pero el pánico se apoderaba de su cuerpo. Estaba pensando en los embarazos y en todos los efectos que tenían en las mujeres. No se aguantaría vomitar o los antojos o cargar con ese peso durante meses.


Es más, se puso a llorar un poco mientras pensaba en los partos. Cerró los ojos para alejar esos pensamientos.


Cuando llegó estaba cansado, pero debía pasar algo de tiempo con su hermana, que estaba esperándolo al bajar del tren.


" ¡Nathaniel!" Llamó la chica a su hermano. Tenía un corte nuevo y vestía más madura. Y eso que solo había pasado un año. Venía de la mano de un pelinegro que le doblaba la altura. Debía ser su novio.


El rubio caminó hacia ella para fundirse en un abrazo.


"¡Me alegro de que estés aquí!" Exclamó la rubia "¿Qué tal el viaje?"


"Bien, pero he estado algo mareado." Y embarazado.


Recordaron la presencia del pelinegro.


"Él es Salvatore, mi novio." Dijo la chica con una sonrisa. Luego presentó a Nathaniel en italiano.


El rubio se preguntaba cómo había hecho Amber para entenderlo. Nunca la había visto estudiando italiano.


Supuso que Salvatore le había dicho que se alegraba de conocerlo o algo similar.


"Un placer conocerte." Dijo Nathaniel estrechando la mano del chico.


"Vas a contarme todo cuando lleguemos"


"No es un tema fácil, Amber."


"Pero me lo merezco."


Recorrieron las calles italianas, lo suficiente para borrar un rato el tema del embarazo de la mente del rubio.


Luego llegaron a la casa de la pareja. Ahí ni bien entraron Amber quiso sacar el tema.


"¿Qué es lo que sucede?" Preguntó la rubia.


Nathaniel quería desmayarse. Preferiría no contarle nada, mentirle. Cualquier cosa.


"Me gustaría que habláramos a solas." Dijo refiriéndose a la presencia de Salvatore. Amber le dijo algo en italiano y el chico se fue.


La rubia se sentó junto a Nathaniel y le miró con seriedad.


"¿Puedes contarme ahora? No te ves feliz."


Claro que no estaba feliz.


Reprimió las ganas de llorar.


"He estado haciendo algo desde hace como un año... y estoy en la etapa de las consecuencias."


Buena manera de decirle a tu hermana que estás embarazado.


Ella lo pensó por unos segundos. Nathaniel nunca había visto a Amber tan concentrada en algo.


"Estuviste teniendo sexo con alguien y ahora te trasmitieron una enfermedad."


De hecho, no.


"No es tan así."


"¿Pero sí tuviste sexo?"


"¿Puedes dejar de decir eso?"


"¿Sexo?"


"Exacto."


"Luego la inmadura soy yo." Se quejó la chica. "Bien, veamos. ¿Embarazaste a alguien?"


Su respiración se volvió acelerada, como el latir de su corazón.


"No exactamente."


"Ya, espera. ¿Es con alguien que conozco?"


El rubio asintió. Hablar de Castiel se le hacía tan complicado, Amber había estado enamorada de él.


"¿Es del instituto?" Nathaniel asintió. "¿Es una amiga mía?" El rubio hizo una mueca de asco y negó. "Bien, bien. Veamos. Dime que no es Sucrette."


"No, no es ella." Sabía de sobre manera que Amber la odiaba.


"Bien. ¿Es una chica de su grupo?" Nathaniel negó. Y a Amber se le ocurrió otra cosa. "¿Es una chica?"


Las mejillas del rubio se volvieron carmesí, entonces negó.


Amber se llevó las manos a la boca. No podía creerlo.


"¿De verdad? Dios mio, Nathaniel. No lo sabía."


"Está bien."


"¿Es un chico que yo considero lindo?"


El rubio asintió, sintiendo miedo. Ya estaba por adivinarlo. Es más, se atrevía a pesar que ya lo tenía en la cabeza, pero no quería decirlo.


"Por favor, Nathaniel. Dime que no es Castiel."


El rubio bajó la mirada con el rostro sonrojado y no dijo nada. Amber lo interpretó como un 'sí'.


"¡No puedo creerlo! ¡¿Tuviste sexo con Castiel por todo un año?!"


Nathaniel abrió los ojos como platos.


"¡Amber, te dije que...!"


"¡No puedo creerlo! ¡¿Y qué fue lo que pasó?!"


El rubio suspiró, cansado de ocultarlo más. Debía desahogarse.


"No entres en pánico, pero soy parte del 10%"


Amber no entendía nada. ¿Qué quería decir su hermano?


Hasta que su mente viajó a las noticias, a la información de internet. 10%...


10% de hombres que podían...


A Amber casi se le salen los ojos de sus cuencas por la sorpresa.


"Nathaniel... ¿Quiere decir que estás...?"


No terminó la oración. No podía ser real.


Pero Nathaniel asintió.


Estaba embarazado. Ella sería tía. Y Castiel sería padre.


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