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Entre lobos y omegas [OMEGAVERSE] por Walker_chan

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Notas del fanfic:

Es de los primeros fics Sarumi que hago, no aseguro que sea muy bueno pero la idea me fascina, espero que haya más personas que les interese leer esto~ 

Lean y disfrutenlo :3 

En el pueblo de Shizu, alejado de otros pueblos y rodeado por bosques, nieve y montañas vivía una pequeña comunidad bajo completa paz debido a la protección que recibían de los clanes licántropos.

Eran tres clanes en total, diferentes entre sí y con ideales contrarios.

El clan Azul, astuto y con una gran mente estratega.

El clan Rojo, valiente y siempre dispuesto a pelear primero.

Pero aun así ambos compartían el mismo objetivo: cuidar al pueblo del clan Gris.

El tercer clan había aparecido de repente atacando a los civiles, robando comida y  secuestrando a los omegas indefensos.

Los otros clanes interfirieron salvando al pueblo de más destrucción, orillando al clan agresor a vivir en lo más profundo del bosque siendo el Azul y el Rojo quienes vivían en las orillas en extremos opuestos para proteger a los aldeanos ya que dichos clanes eran rivales entre sí, peleando por separado.

Sin embargo, dicha protección cobraría un precio a las personas de ese pueblo. Cada tres años debían ofrecer como “sacrificio” a un omega de doce años. La edad exacta en la que los niños tenían su primer celo y su cuerpo estaba madurando para poder procrear.

Con el paso de los años, dicho sacrificio se volvió una tradición y una leyenda viviente del pueblo atemorizados cada vez que la fecha de pago se acercaba, pero, era mejor ofrecer una pequeña victima a que dejasen morir a toda la comunidad a garras del clan Gris.

 

 

La tormenta de nieve cubría el suelo que pisaba al correr, aumentando la capa entre el piso y la nieve acumulada, dificultando sus pasos.

La creciente oscuridad de la noche evitaban que pudiera ver mas allá de lo que, la escasa luz de luna llegaba a través de las ramas de los árboles.

Su respiración estaba agitada, llevaba mucho tiempo corriendo, huyendo de su inminente muerte.

No tenía a donde llegar, tampoco había sentido alguno el seguir corriendo; desde el momento en  que lo eligieron como sacrificio por el bien de todo el pueblo sabía que estaba muerto.

Pero no podía darse por vencido, conservaba la vaga esperanza de poderse salvar, aunque fuera por algunos minutos más.

El sonido de las pisadas que escuchaba atrás suyo desapareció pero junto a eso se escucho el sonido de un par de animales salvajes luchando, seguramente un par de alfas licántropos peleando entre sí para ver quien se comía al chico, eso pensó.

Él no quiso detenerse a observar que era lo que había ocurrido así estuviera muy cansado. Su instinto de supervivencia le decía que siguiera corriendo a pesar de lo difícil que era, tanto por el clima de ese momento como las olas de calor que venían de su interior debido a su primer celo.

Estaba cansado y acalorado, su cuerpo le pedía aparearse con un alfa pero su mente estaba intentando concentrarse en escapar. Ahora entendía lo malo de ser un omega.

Llego a un prado donde la luz de luna iluminaba completamente el lugar, se detuvo un momento para observar que camino que seguir y calmar un poco su respiración aunque aun no podía darse el lujo de descansar por completo, su vida aun corría peligro.

— Al fin te encuentro —una voz se hizo escuchar y de entre las sombras de los arbustos una figura más alta que él apareció, sin dudarlo un segundo comenzó a huir, por el rumbo que fuese, debía encontrar una salida pronto.

— Puedes correr pero no esconderte —ya estaba cerca del chico por lo que atraparlo ahora no sería nada difícil. Ya se había encargado del licántropo que perseguía a ese niño, el resto de su clan también se encontraba luchando. Su deber y primera misión como alfa era atrapar al “sacrificio” y llevarlo consigo.

No hay manera de que pueda huir. No es posible… voy a morir. Los pensamientos del chico nublaban su mente, junto a la tormenta y la noche que oscurecían su vista y con sus pies cansados se dejo caer sobre la nieve, respirando con dificultad.

— Eres mío…pequeño omega —la misma voz de hace rato se escucho tras suyo, se dio media vuelta para encontrarse con la persona que acabaría con su vida. Sintió sus manos siendo aprensadas sobre su cabeza en la nieve y un peso extra subirse a su cuerpo, se estremeció al notar como el otro lo olfateaba y lamia lentamente su cuello.

— No…no me hagas…daño…por favor —suplicando con lágrimas en los ojos.

— Tu aroma es exquisito —alejo su cabeza para admirar al chico que tenia atrapado bajo su cuerpo y se sorprendió al cruzar la mirada con este.

El sacrificio se trataba de un pequeño varón de cabello castaño rojizo cayendo por sus hombros, con la piel ligeramente morena junto a unos ojos color ámbar bastante expresivos. No solo podía ver el miedo reflejado en sus orbes, todo su cuerpo temblaba y su voz sonaba quebrada.

El joven no podía distinguir los rasgos de su cazador ya que su cuerpo bloqueaba la luz de la luna. Solo veía un par de ojos azules brillando con intensidad.

Trago saliva esperando que su final fuera lo más rápido y menos doloroso posible. El calor de su cuerpo y el frio del exterior lo estaban mareando, seguro que parte de ese calor ahora se había convertido en fiebre.

— No pienso hacerte daño... —había sido perseguido por él y quizá otros mas, lo tenía atrapado y en su mirada se veía ese deseo de devorarlo. El joven rojizo no podía creer esas palabras, seguramente era una trampa.

— Oh vaya, parece que llegue tarde… —otra figura apareció de entre los árboles, un lobo de pelaje dorado se acerco a ellos transformándose en un hombre adulto de cabello rubio y ojos heterocromaticos.

— Él es del clan Azul ahora, aléjate —el menor se levanto colocándose entre el omega y el nuevo alfa.

— La regla numero uno entre clanes dice: “quien se lo encuentra se lo queda” pero… —analizando al chico de cabello azabache —. ¿En verdad un crio como tu es alfa?  

— Por supuesto que sí y uno mejor que tu —no iba a permitirse fallar esa misión.

— ¿Intentas provocarme? Niño… —se acercaba a paso lento hacia los menores, el chico pelirrojo aun en su posición miraba al otro alfa transformando su cuerpo, hasta verse como un semi-humano, con sus extremidades en forma de garras. Bien, seguro estaba delirando ya por todo lo que estaba pasando.

Es imposible que alguien pueda transformarse de lobo a humano o viceversa. Solo existen en los cuentos de hadas que su madre le contaba antes de ir a dormir y que desgraciadamente ya no volvería a escuchar. Pensaba en todas las cosas buenas que había pasado hasta entonces y los recuerdos de su familia le nublaban la vista por las lágrimas.

Tal vez estaba muriendo lentamente por el frio. Prefería eso a ser devorado vivo. Sucumbió ante el peso de sus parpados creyendo que ese era su final.

— Tú lo dijiste…yo lo encontré, ahora es mío —adopto una posición de defensa, mostrando los colmillos queriendo intimidar al mayor.

— Me gustaría respetar esa regla pero…nuestro clan también necesita omegas, mi misión es quitarte al chico de manera justa.

—… ¿Qué quieres decir?

— Ya que te consideras un mejor alfa que yo, vamos a pelear. El que gane se lleva al chico —listo para dar el primer ataque.

El niño de mirada azulina ahora estaba un poco asustado. Era su primera misión como alfa y debía enfrentarse a un alfa más experimentado que él proveniente del clan Rojo.

— Bien…no te dejare ganar –la tormenta había cesado desde hace poco, pero el frio y la luz lunar daban un aspecto lúgubre al bosque donde presenciaba el inicio de una pelea entre alfas de clanes rivales.

 

La regla numero dos entre clanes dice:

“Si el clan contrario al que encontró al omega lo reclama, se hará una batalla limpia y justa entre dos alfas. El vencedor será quien se lleve al sacrificio”.

 

 

Notas finales:

Ojala el prologo les haya llamado la atención xD enseguida subiré el resto de capítulos que ya tengo, también pueden encontrar esta historia en Wattpad ;) 


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