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Anécdotas con mi hermoso esposo por ANGEL DEL SOL

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Notas del capitulo:

Les traigo la primera pareja a la que ame. 

- Vamos Tetsu, abre la puerta.-

 

- NO.- se escucha un fuerte grito del interior de la habitación, donde pequeños sollozos pasan de la habitación hacia el pasillo de su apartamento.

 

- Tetsu,-

 

- Dije que no.- se escuchó otra vez.

 

- Tienes que ser más amable, intenta con una voz más suave.- lo aconsejo su entrañable amigo, quien se encontraba ahí desde que le exigió venir gritándole que su matrimonio estaba en juego.

 

- Lleva ahí más de medio día. Y se supone que te llame para que lo sacaras, o al menos te dejara entrar para que le dieras de comer.- refunfuño el moreno molesto por su casi nula participación.

 

- No es mi culpa, Kuroko...-

 

- Aomine.- lo interrumpió corrigiéndolo.

 

- Si, sí. Lo siento.... Aomine.... Feliz.- el moreno asintió.- ¿bueno y todo este embrollo porque salió?- pregunto el bronceado recargándose en la pared.

 

- Solo fue una tontería.-

 

- No lo fue.- se escuchó el grito del pequeño de adentro de la habitación, provocando que el moreno se jalara los cabellos y soltara un bufido.

 

- Tetsu, amor… por favor sal. Si no quieres verme me voy a dormí con Bakagami.- el otro dio un respingo al escuchar como lo llamaba.- pero por favor al menos come. No es bueno en tu estado que te pases la comida. No tengas así a los gemelos.-

 

- ¿Para que quieres que coma?, ¿Para que me digas que estoy más gordo?- soltó con molestia. Daiki se golpe la frente y Kagami soltó un bufido acompañado de una risa burlona.

 

- Todo este jaleo es por eso.-

 

- Cállate Bakagami.- se acercó para darle un golpe en el hombro y este solo se giró para defenderse.- ¿Y qué le dijiste?, ¿Que esta tan inflado como una pelota de playa?- soltó una carcajada y el llanto detrás de la puerta aumento.

 

- Lo vez. Es verdad, soy una vaca gorda.- Aomine esta vez sí le soltó un buen golpe en el hombro y Taiga solo se quejó.

 

- ¿Quieres ayudar?- le murmuro con molestia y sarcasmo ante su estúpido e inoportuno comentario.- claro que no amor, solo tu estomago esta algo ....- intentaba buscar una palabra para que no sonara mal.

 

- Dilo, grande. Voluminoso. GORDO.-

 

- Pero eso es bueno amor. Quiere decir que nuestros bebes estarán sanos y fuertes. Y que su mami estará sana para poder traerlos al mundo sin peligro alguno.- tras sus palabras ya no escucho reproche.- amor.... me oyes.- no se escuchó nada detrás de la puerta, ni siquiera el llanto que no había parado desde que se fue a encerrar.

 

- Tetsu.- lo llamo de nuevo tocando la puerta.- Hey amor.- esta vez fue más frenético.- ¿amor me oyes?- intento abrir moviendo la perilla, pero nada.

 

- Hey cálmate, tal vez solo se quedó dormido.- lo detuvo el bronceado al notar el frenesí en su amigo. Daiki se tranquilizó un poco, pero eso no duro al escuchar un fuerte quejido un poco alejado de la puerta. Aomine se soltó del agarre de Taiga y comenzó a golpear la puerta desesperado para que Tetsuya le abriera.

 

- Tetsu, ¿qué sucede?- un grito más fuerte llego, alertando de igual manera a su mejor amigo quien ayudo a tumbar la puerta y entrar a la habitación encontrándose con dos cunas y un montón de ropa para bebe por toda la habitación.

 

- DAIKI.- se escuchó un fuerte y claro grito, provocando que ambos gigantes fueran a la habitación de baño en donde un lindo peli celeste estaba fuertemente agarrado al lavabo para no caer.- Daiki.- murmuro con los ojos llenos de lágrimas y mirada temerosa, provocando que su esposo corriera para sostenerlo.

 

- Dios Tetsu, ¿qué paso?-

 

- Ya vienen.- le respondió dando un quejido por las contracciones. Observando los dos varones el piso mojado por el líquido de la fuente rota. Aomine lo levanto en vilo, y con la rapidez de un basquetbolista profesional lo llevo a su habitación compartida. El bronceado solo lo siguió observando como su mejor amigo reprimía el dolor frunciendo el rostro.

 

- Llama al doctor Kagami. Dile que prepare todo y que vamos para allá.- Taiga con rapidez tomo el teléfono y salió de la habitación mientras Daiki colocaba a su esposo en la cama.

 

- Espérame amor, necesito ir por las cosas de los niños.- Tetsu asintió con el ceño fruncido, reteniendo el fuerte dolor que le daba con cada contracción.

 

- Ya y tam...- las palabras del pelirrojo se cortaron al colisionar con el moreno en la puerta.

 

- Qué demonios haces.- alzo la voz el moreno mientras se sobaba la cabeza debido al fuerte impacto.

 

- Tú estúpido, fíjate por donde vas.- ahora se quejó el pelirrojo levantándose del suelo.

 

- QUIEREN LOS DOS CALLARSE Y AYUDARME.- grito el pequeño tras terminar una contracción.- mis bebes van a salir aquí si no se apuran.- pujo y contrajo la cara al tener una nueva contracción.

 

- Lo siento amor.-

 

- Perdona Kuroko.-

 

- Es Aomine con un carajo.-

 

- POR FAVOR.- volvió a gritar al notar que lo ignoraban nuevamente.

 

Aomine fue a preparar el auto mientras Taiga iba por las pañaleras. Cuando todo estaba listo el moreno tomo a su esposo en brazos y camino-corrió al elevador de su departamento. Se adentraron y ambos barones solo hacían gestos de dolor cada vez que Tetsu tenía una contracción.

 

- Tranquilo amor.- beso su frente, y Tetsuya rodeo el cuello de su esposo mordiendo su hombro al sentir una contracción muy fuerte. Aomine solo frunció la nariz por el dolor, pero no dijo nada al imaginarse por lo que su pequeño esposa estaría pasando.

 

- Lo siento.- susurro jadeante por los dolores y mirando a Aomine arrepentido.

 

- Está bien amor. No dolió.- le dio nuevamente un beso en la frente y observo la numeración del elevador; ya solo faltaban dos pisos. La puerta se abrió y dos pares de pies caminaron por la recepción, mientras el guardia de los departamentos se acercó al moreno.

 

- Señor Aomine, su auto está listo.- le extendió las llaves y fue Taiga quien las tomo.

 

- Yo me encargo.-

 

- Gracias,- sin esperar más subieron al auto y se encaminaron al hospital.

.

.

.

- ¿Cuánto hace que se le rompió la fuente?- le pregunto el medico mientras trasportaban a Tetsuya a la sala de partos. Aomine era el único que se encontraba ahora con él, ya que Kagami se había quedado buscando donde estacionar el auto.

 

- Dos horas o menos.- Tetsu tomo la mano de su esposo de la camilla y la apretó con fuerza al sentir otro dolor punzante.

 

- Parece que al ser gemelos su parto será rápido.- les informo al ver lo constante de los dolores.

 

- Señor Aomine por favor vaya a cambiarse.-

 

- ¿A dónde?- se exalto.- ¿a mi casa?- Tetsu lo observo incrédulo y el medico solo le sonrió al imaginarse lo nervioso que se encontraba el padre primerizo

 

- No señor Aomine. Cambiarse por ropa adecuada para ayudarnos a ir por sus bebes.-

 

- ¿Ir por los bebes?- frunció las cejas confundido.

 

- AL QUIRÓFANO DAIKI. AL QUIRÓFANO.- grito Tetsu ya desesperado por lo estúpido de su esposo.

 

- A si es verdad, discúlpame amor.- el medico volvió a sonreír.

 

- Bueno, acompañe a la enfermera ella lo ayudara.- Daiki asintió y vio a su esposo.

 

- Ahorita regreso amor, ¿ok?, vas a estar bien.- beso sus labios y se apresuró para alistarse.

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- Parece que será un parto natural.- les informo el medico ya en el quirófano.- su canal está lo suficientemente dilatado y siempre es mejor tenerlos de esta manera. Esta listo señor Aomine.- se refirió al pequeño quien ya se encontraba con su bata puesta y las piernas abiertas.

 

- Haga lo que usted crea mejor.- apenas termino de hablar y otra contracción llego. Apretó la mano de su moreno y este solo lo observaba asustado al ver todo el dolor por el que pasaba su pareja.

 

- Entonces todos listos.- su personal se acomodó y levanto la bata de Tetsuya.- por favor puje.- Tetsu acato la orden y tomando un largo respiro, pujo lo mejor que pudo apretando la mano de Daiki. El moreno poco le preocupo el agarre. Aunque la fuerza que usaba Tetsuya en cada pujido le dejaba la mano morada, él estaba muy concentrado en auxiliarlo con las respiraciones.

 

- Veo al primero.- Tetsu se sintió feliz y dio un último pujido que lo siguio un fuerte llanto.- tenemos al primero. Es un hermoso varón.- Daiki se asomó para ver a su bebe de piel un poco canela y cabello azul como él.

 

- ¿Como esta?- Le pregunto Tetsuya cansado, pero la emoción de ver a su bebe lo dejo en silencio. El celeste sonrió al ver su hermosa reacción, y esta se perdió cuando nuevamente las contracciones comenzaron.

 

- Ahí viene el otro. Vamos señor Aomine. Solo uno más.- Tetsuya comenzó a pujar con fuerza, con la compañía nuevamente de su esposo; y el llanto del segundo bebe también llego.- tenemos otro hermoso varón.- este bebe era de piel un poco más clara, pero de ahí en más igual a su gemelo.- lo ha hecho fabuloso señor Aomine.- Daiki observo con total amor como limpiaban a sus pequeños y aun tomando la mano de su esposo sonrió al sentirse el hombre más feliz del mundo.

 

- ¿Cómo van a llamarlos?- se acercaron dos enfermeras sosteniendo cada una un pequeño. Daiki se giró emocionado hacia su esposo y se le congelo al tiempo al percatarlo inmóvil.

 

- Tetsu.- movió su mano y al notar que no se movía se asustó más.- TETSU.- alzo un poco la voz pensando lo peor.

 

- No grites Daiki. Te escuche la primera vez.- abrió sus hermosos ojos color cielo y le sonrió con mucho cansancio.

 

- ¿Maldito casi haces que se me detenga el corazón?- le reprendió con los ojos llorosos y repartiéndole besos por toda su rostro.

 

- El señor Aomine está bien.- lo tranquilizo el medico.- solo está cansado, tener dos bebes no es fácil y él lo ha hecho fabulosamente. Cuando recupere fuerzas se mirara igual de hermoso que siempre.- Daiki le dio una mirada matadora y él solo le sonrió.

 

Daiki sabía lo hermoso y sensual que era su esposo; y que ese medico se lo recordara cada vez que iban a consulta no le agradaba mucho.

 

- Daiki no empieces, ya sabes que el señor Allen está casado.- lo reprendió el pequeño con voz cansada al ver su semblante.

 

- El señor Aomine tiene razón, mejor escojan los nombres de los bebes.- Daiki regreso la atención a su esposo.

 

- En realidad había pensado en nombres americanos ya que estamos aquí.- El moreno frunció el ceño.

 

- Aun no te rindes con eso.- Tetsu negó y Daiki soltó un suspiro.- en ese caso pongámosles dos.-

 

- Eso me parece fenomenal.... entonces el primero será Haku Evolet, y el más pequeño será Raito Luken. ¿Te parece bien?- Daiki sonrió al ver que a ambos les habida puesto el significado de luz en sus nombres.

 

- Me parecen perfectos.- beso los labios de su esposo y él le correspondió con la poco fuerza que aun tenia. Se separaron después de algunos segundos y las enfermeras se encargaron de ponerle su brazalete a cada uno.

 

- En ese caso les presento a los pequeños señor Tetsuya.- le enfermera les acercó a sus pequeños y Daiki tomo a uno mientras que el celeste cargo al otro.

 

- Son idénticos a ti.- hizo un puchero.

 

- Al menos tienen tus hermosos ojos.- lo animo el moreno al ver el hermoso azul cielo en ambos bebes.

 

- Lamento interrumpirlos, pero debemos llevarlos a los cuneros y a usted a una habitación para descansar.-

 

- Pero no estoy cansado.- reprocho ahogando un bostezo que amenazaba salir y haciendo un esfuerzo descomunal por no cerrar tus ojos.

 

- Esta bien amor, déjame ahora a mí el cuidarlos.- el moreno se acercó para tomar a su otro pequeño y después darle un beso en la frente a su esposo.

 

- Cuídalos bien.-  le susurro en medio de la inconciencia.

 

- Con mi vida amor.- alcanzo a escuchar el pequeño, provocándolo que pudiera descansar tranquilo al ver la hermosa sonrisa que aún estaba en los labios de su esposo.

.

.

.

Tres años después.

 

- Por favor amor.-

 

- Dije que no.-

 

- Sabes que no es verdad, Bakagami me hizo una trampa.-

 

- No te creo.- se escuchó la voz de Tetsuya detrás de la puerta de su habitación.

 

- ¿Por qué mami no quiere abrirle la puerta a papá tío Taiga?- le pregunto el hermoso Luken en la comodidad del sillón de la sala y la mirada atenta en el pasillo, en donde su padre rogaba hincado en el suelo para que su mami le abriera.

 

- Porque papá es muy desconsiderado con tu mami.-

 

- No es verdad, todo fue tu culpa.- grito el moreno aun con su postura frente a la puerta de madera.

 

Ambos gemelo dejaron de ver a su padre y llevaron sus enormes y hermosos ojos celestes ahora a su tío.

 

- No fue mi culpa, yo solo dije que Kuroko…-

 

- Aomine.-  le grito el moreno.- que nunca te lo vas a aprender.-

 

- Pues tal vez lo haga cuando tú aprendas a no decir tonterías.- el moreno lo miro con odio y se cuestionó si soltarle una grosería, pero al ver los vivaces ojos de sus hijos se abstuvo. A Tetsu no le gustaba que maldijera frente a los niños y ahora no se encontraba en una buena posición para hacerlo enojar más. Soltó un largo suspiro y volvió a su labor de pedir perdón.

 

- Amor, no es verdad que estés gordo, Bakagami fue el que lo dijo yo no.-

 

- Pero tú dijiste que mi trasero está más grande.-

 

- Pero me encanta tu trasero así.-

 

Kagami soltó una risa y el moreno lo observo con el ceño fruncido. De cierta manera agradecía que sus hijos aun fueran muy pequeños para entender de qué hablaba.

 

- Vamos Tetsu, sabes que pase lo que pase, y estés, como estés. Te amare por el resto de mi vida. ¿Lo recuerdas?, te lo dije en nuestros votos matrimoniales. Aunque si quieres que los repita lo haré una y otra vez hasta que me creas.-  

 

El sonido de los pasos detrás de la puerta se escucharon. Taiga se giró sobre el sillón al igual que los gemelos al oír como el seguro se quitaba y la puerta se iba abriendo lentamente mostrando a un lindo angelito con los ojos rojos por tanto llorar. Daiki levanto la mirada y observo el lindo puchero que adornaba los labios de su esposo. Tetsu sorbió su nariz y limpio las lágrimas de sus ojos, para luego aventarse de improvisto a los brazos de su esposo.

 

El moreno reacciono con rapidez para amortiguar el golpe y se sintió aliviado de poder tener nuevamente entre sus brazos al amor de su vida.

 

- ¿Entonces así de gordito me quieres?-

 

- Ya te dije que no estas gordo. Además estas me gustan.- aprisiono las sentaderas de su pareja y el pequeño dio un grito por la impresión.

 

- ¿Quiere decir que si engordo un poco más está bien?-

 

- Tu no engordas amor, solo te pones rellenito cuando…- las palabras del moreno se quedaron inconclusas. Separo al pequeño de sus brazos y busco su mirada para saber si lo que creía que estaba pensando era verdad. Tetsuya sonrió apenado y asintió levemente al ver el semblante de su esposo, llevándose ambas manos a su vientre aun plano.

 

- Vamos a ser papas otra vez Daiki, tengo dos meses.- Los ojos del moreno se abrieron sorprendido, amplio una sonrisa tan grande que dejo a la vista casi todos sus dientes. Llevo la mirada a sus bebes y el solo pensar que otro ser tan hermoso llegaría a sus vidas, lo regocijo en felicidad.

 

- Haku, Luken, mamá les dará un hermanito.- les informo a sus pequeños. Taiga reacciono igual de sorprendido y sus gemelos se bajaron haciendo relajo hasta llegar a su mami.

 

- Mami, mami.- se le abalanzaron para abrazarlo.- ¿santa al fin lo traerá?- le preguntaron con inocencia, puesto que el año pasado ambos le escribieron aquel deseo en su carta navideña.

 

- Si amor, santa al fin lo traerá.- acaricio las mejillas de sus bebes y les beso la frente para después abrasarlos.

 

- Dios, soy el hombre más feliz del mundo.- grito el moreno y envolvió a su linda familia entre sus brazos. Kagami después de darles un poco de espacio a la feliz pareja se acercó para felicitarlos y compartir la hermosa nueva noticia.  

 

Con el paso del tiempo el tema por el que se comenzó la discusión paso a segundo plano, ya que Tetsuya se entretuvo con sus pequeños explicándoles cuando llegaría su hermanito.

 

- Creo que vas a tener otra guerra con las hormonas amigo.- Taiga palmeo su hombro como muestra de apoyo.

 

- Lo sé, solo espero esta vez aprender a cerrar la bocota.-  

 

Ambos rieron al recordar todo por lo que pasaron durante el embarazo del pequeño, Aomine por ser el padre y esposo, y Kagami por que Daiki siempre se encargaba de meterlo en sus problemas. Pero esta vez no estarían desprevenidos, los nueves meses que sufrió por las hormonas con sus gemelos no habían sido por nada, por lo que esta vez estaba seguro que no cometería los mismo errores.

 

O al menos eso es lo que creía.

 

Notas finales:

Siempre había querido escribir algo de cada pareja ya que he visto algunas imágenes muy hermosos que me inspiran, por lo que ahora les e traído estas mini historias de cada una de ellas. Espero les agraden y las iré escribiendo cuando tenga tiempo libre.  

 

Espero que este les haya gustado tanto como a mi al escribirla, y les deseo que tengan felices vacaciones a todos aquellos lectores que son de México como yo. 


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