-es hora de partir- dijo la pelinegra abriendo la puerta y saliendo junto a Seki preparadas para matar o morir
-las estábamos esperando chicas ….
-¿y acaso eso nos debe importar?- pregunto altanera la rubia mientras ataba su chaqueta a su cintura con fuerza
-ten cuidado de como nos hablas – amenazo Daniel, aquel castaño de ojos miel por el cual muchas de las chicas de la escuela suspiraba y uno de los jurados enemigos de Kuro y Seki
-mejor tu ten cuidado imbécil si no quieres que te rompamos la cara – Kuro se acercó a la rubia y miro con mordacidad a aquel castaño
-jajajajaja – se rio con fuerza Santiago, otro castaño de ojos avellana quien odiaba a las dos chicas más que a otra persona- que idiotas son ustedes si creen que podrían siquiera tocarnos
-¿quieres ponerlo a prueba imbécil?- dijo Kuro mientras empujaba a Santiago con fuerza haciéndolo caer sobre sus amigos
-maldita perra- ladro con odio aquel castaño mientras se acercaba peligrosamente a Kuro mientras ella tomaba una pose defensiva dispuesta a pelear
En el ambiente se podía sentir la tensión, todos aquellos que pasaban por allí se detuvieron expectantes a lo que sucedería, el poder ver una buena pelea era una forma muy animada de iniciar la aburrida semana de clases
Daniel y Sebastian enderezaron sus cuerpos casi como inflando su pecho intentando mostrar la superioridad de sus cuerpo por sobre el de las dos chicas que sonreían cínicamente ante su vano intento de intimidarlas, no podían ser menos atemorizantes ante los ojos de ellas, ese simple gesto logro que los dos muchachos olvidaran completamente que no debían lastimar a una mujer por lo que se lanzaron hacia las chicas intentando cortar la distancia que los separaba, ellas adoptaron una postura defensiva, hace meses que deseaban partirle la cara a esos idiotas, pero justo un segundo antes de que se alcanzaran una cabellera roja se interpuso entre ellos robando toda la atención de los cuatro chicos que casi como si despertaban de un sueño se relajaron por unos segundos
-buenos días chicos- saludo Sumi sonriendo dulcemente, ignorando toda la atmosfera que se había formado alrededor de ellos, se acercó a los muchachos y les sonrió regalándoles un suave beso en la mejilla a cada uno logrando que Santiago se sonrojara levemente- ¿Cómo estás? - le pregunto mientras se mantenía cerca de el
-h-hola Sumi- Santiago se sentía en el cielo, en el aire podía sentir el dulce olor del perfume de la pelirroja y el calor de sus labios se mantenía en su mejilla casi como si hubiera sido plasmado sobre el como una braza ardiente- estoy bien – olvidando su torpeza se dio una patada en el trasero de manera imaginaria insultándose por comportarse como un idiota frente a la chica que le gustaba, tomo su pose de galán y sonrió coquetamente - y ahora mucho mejor ya que puedo verte – acerco su mano a la de Sumi y la acaricio suavemente mientras la miraba directamente a los ojos- estas muy hermosa el día de hoy Sumi
-me halagas Santi- le respondió la pelirroja sonriendo ante su comentario
A Kuro le hervía la sangre, podía sentir como su cuerpo se tensaba, sus puños le dolían de lo apretados que los mantenía, esa sonrisa que Sumi le regalaba con tanta facilidad a ese imbécil le hacía enojar y no estaba dudando en lanzarse y comenzar esa pelea que tanto anhelaba, no le molestaría romperle la cara a Santiago y mucho menos tirarle un par de dientes, se preguntaba como sonreiría después de eso
-te saldrán arrugas – escucho a su lado antes de ser sorprendida por un cuerpo que se lanzaba sobre ella aferrándose con fuerza- hermanita llévame a clases – le pidió Kari besando su mejilla con suavidad
-oye sabes que pesas – sentía como toda la ira se iba lejos, odiaba como su hermana podía controlarla con tanta facilidad, pero bueno a lo hecho pecho ¿no?, se relajó totalmente y con su hermana sobre su espalda dio un giro suave antes de depositarla en el suelo
- no soy pesada- Kari hizo un puchero y golpeo el hombro de su hermana antes de girarse y saludar al grupo de muchachos que estaban frente a ellas- buenos días chicos
-Kari- se adelantó Daniel para saludar a la castaña con una sonrisa- buenos días- se acercó a ella y beso su mejilla- es un placer verte – le dijo muy cerca del rostro de Kari sonriendo - ¿quieres que te ayude con tu mochila? - le pregunto extendiendo su mano
-no te preocupes apenas si pesa – le sonrió Kari mientras se acercaba a Sumi y la tomaba de la mano – es hora de ir a clases
-mejor corremos- le respondió Sumi mientras apretaba con más fuerza la mano de su amiga- no quiero que la profesora Erika me grite nuevamente- la pelirroja suspiro con fuerza y se encamino con Kari hacia el edificio de su escuela sonriendo dejando atrás a todos
Los chicos no dudaron ni un segundo en correr tras las dos chicas y siguiendo su ejemplo el grupo de atletas que siempre perseguía a sus dos líderes como perros falderos los siguieron firmemente
-ahhhh los odio- grito con fuerza la pelinegra mientras se revolvía la cabeza con sus manos – la próxima vez les romperemos la cara Seki- suspiro con fuerza mientras esperaba la respuesta de su amiga la cual nunca llego por lo que se giro para verla notando que literalmente la rubia estaba congelada sin dejar de mirar hacia el lugar por donde Kari se había ido- ¿Seki?
-ella no… no- la rubia estaba paralizada, su cuerpo no podía moverse y su mente procesaba de manera rápida millones de pensamientos que no lograban salir de sus labios, su rostro se contorsiono en una mueca de molestia mientras sus puños se apretaban con fuerza mientras veía la espalda de Kari y al puto de Daniel acercarse a ella- ¡cuando aparece ese imbécil ni siquiera me mira!- exploto la rubia que sin poder evitarlo lanzo un puño hacia aquel poste que estaba a su lado golpeando con fuerza
-oye no te lastimes así – la interrumpió la pelinegra empujándola suavemente – sabes que ella no lo hace apropósito
-¡es exactamente por eso! – grito más furiosa Seki – en cuanto lo ve solo le habla a el y yo quedo fuera de todo plano – lanzo un segundo puño a aquel objeto y luego suspiro fuertemente relajando su cuerpo
-¿ya estas mejor? – pregunto Kuro sonriendo mientras tomaba de los hombros a su amiga
-ajam – respondió escuetamente Seki sin mirar a la pelinegra quien formo un puchero con sus labios
-oye mírame – le pidió sabiendo que aquella rubia no se negaría por lo que en cuanto levanto la vista no dudo en lanzarse sobre ella y robarle un beso- ahora estarás mucho mejor, te di un poco de mi energía – sonrió orgullosa mientras veía como la cara de Seki pasaba de blanco a rojo en segundos
-t-tu – después de sentir aquel beso la rubia limpio sus labios con fuerza - ¡maldita perra! – Seki grito con fuerza antes de lanzarse tras Kuro quien al notar las intenciones de la rubia empezó a correr camino al seguro salón de clases
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-estoy agotada de hacer eso Sumi – se quejó Kari mientras recostaba su rostro y brazos sobre el asiento de su amiga
-te entiendo – Sumi sonrió dulcemente y acaricio el rostro de la castaña con suavidad – pero si no lo hacemos esas idiotas no entenderán nada
-lo se pero – Kari levanto su cuerpo y apoyándose en sus manos se enderezo sobre aquel escritorio
-¿pero?- pregunto Sumi
-lo único que hacen es pelear con Santi y Daniel, ni siquiera han hecho algún movimiento con nosotras solo … ahhhh – suspiro con fuerza y se levantó de su asiento y se acercó a Sumi quien ya sabía lo que su amiga deseaba asi que extendió sus brazos invitándola a sentarse sobre sus piernas, Kari no dudo ni un poco antes de dejarse caer sobre su amiga y rodear con sus brazos su cuello
-siguen siendo unas idiotas – Sumi rodeo con sus brazos a la castaña y beso su cabeza
-pero al menos son unas idiotas sexy
- y que lo digas – le respondió la pelirroja casi en un grito mientras se reía pensando en lo mucho que las cuatro habían cambiado con los años- los abdominales de Kuro son derrite ovarios
-eso no es nada – Kari se enderezo logrando que su rostro estuviera a la misma altura que el de Sumi – ¿has visto los labios de Seki? – pregunto mas emocionada sintiendo como una pequeña electricidad recorría su cuerpo al recordar a la rubia- ummm cuando los muerde me dan ganas de ….
-lanzarte sobre ella y folla- la pelirroja fue interrumpida por la mano de Kari, pero sin importar sonrió y continúo diciendo palabras al azar solo para frustrar mas a la castaña
-estamos rodeadas de personas Sumi- le regaño sin poder evitar sonreír mientras retiraba las manos de sus labios- eso solo lo decimos cuando estamos solas
- claro como tu digas – cedió la pelirroja mientras apretaba mas fuerte a la castaña junto a ella –¿porque teníamos que enamorarnos de unas idiotas? - pregunto algo mas apagada
-porque también somos idiotas – le respondió Kari besando la mejilla de Sumi- seria mas fácil si me hubiera enamorado de ti – la pelirroja soltó una carcajada y acerco su rostro al de Kari casi rosando sus labios con los de la castaña
-de ser asi ya te habría hecho mi esposa – le respondió mientras la miraba fijamente
-¿y llegarías todas las noches con un maletín, un sombrero y un hermoso mostacho gritando “querida ya llegue”? – pregunto y la pelirroja asintió rápidamente – es un trato entonces
-pero que conste que no te deseo sexualmente y esto es un acuerdo solo por soledad y demás razones que serán contempladas en un acta…
-rompes todo el amor – se quejo Kari golpeando suavemente el hombro de su amiga – tu y tu manía de frienzonearme
-oye lo hago con todo el cariño del mundo – la pelirroja volvió a abrazar a la castaña para luego instintivamente girar su rostro hacia la ventana
-lo se… – sonrio Kari antes de girar su rostro hacia la misma dirección que la tenia la pelirroja pudiendo ver a la chica que amaba desde que tenia memoria siendo perseguida por su hermana quien no tenia una expresión para nada agradable en su rostro- olvidaba que tenían educación física a esta hora
-algunas veces odio que nuestra ventana de directamente al patio- se quejo algo molesta Sumi al ver como Kuro se detenía para hablar con un grupo de chicas, odiaba que le sonriera a todas y ver como siempre les coqueteaba, sabia que ella no lo hacia con intención pero igual lo odiaba
-te entiendo bien – le respondió Kari mientras se hundía mas en el cuerpo de su amiga- en serio si pronto esas idiotas no deciden lo que sienten enserio que ….
-¿que?- pregunto Sumi mientras sonreía al ver a su castaña totalmente frustrada
-¿les rompemos los ovarios?- pregunto de forma inocente
-jajajajaj esta bien – se animo la pelirroja, no se rendiría en este campo de batalla – les rompemos los ovarios
Continuara