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Solo dime si me amas por angelicahouski

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En el auto se podía sentir toda la tensión que se creaba por las miradas llenas de dolor y odio dirigidas hacia cierta rubia que intentaba ignorarlas fijando su vista directamente en el camino.

“¿por que carajos me está mirando así?” se preguntaba Seki mientras por el espejo retrovisor miraba a la hermosa castaña que cruzada de brazos miraba hacia afuera

-te pasaste idiota – le grito Kuro antes de darle un golpe en la cabeza sacándola de sus pensamientos

- lo siento girare en el siguiente cruce- se disculpó la rubia sorprendiendo a la pelinegra ya que se esperaba un golpe o una respuesta sarcástica de parte de Seki

“¿soy la única que se siente pesada?” se preguntó la rubia mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde para poder girar, aprovecho esos escasos segundos y giro su rostro recorriendo todo el auto, a su lado Kuro veía distraída un video en su teléfono, al parecer uno muy gracioso por que la pelinegra se mordía los labios intentando no reír fuerte, atrás de ella estaba Sumi quien sonreía al ver algo fuera del auto, a su lado la no tan pequeña Hiro no despegaba sus ojos de su nuevo libro, algunas veces Seki se preguntaba si Hiro tenía una vida socialmente activa o de si siquiera se enteraba de lo que sucedía a su alrededor.

Continuaba analizando a su casi prima cuando sintió un par de ojos que la atravesaban, por lo que se enfocó en esos hermosos ojos azules que la observaban con dolor y lo sintió en ese momento, como su pecho se contraía y unas enormes ganas de llorar se apoderaban de ella, como era posible que con solo ver dolor en los ojos de su amada todo su cuerpo sintiera que podría quebrarse.

-está en verde- le dijo la castaña antes de dedicarle una mirada fría y girar su rostro hacia la ventana evitándola nuevamente

“mierda” se dijo de nuevo antes de darle marcha al auto, sentía como su cuerpo pesaba más de lo que debería y como un nudo en su garganta crecía sin que ella pudiera controlarlo, odiaba esa sensación de que había hecho algo mal y aun peor el sentir que había lastimado a Kari

Antes de darse cuenta ya estaba aparcando el auto frente a la casa de las hermanas Kuga, el sonido de la puerta de su auto abriéndose la despertó del absurdo trance en el que estaba metida, se giró para hablar con Kari pero lo único que vio era como la puerta era azotada con fuerza por la misma castaña que rogaba poder detener “mierda, mierda, mierda, mierda” intentaba quitarse el cinturón de seguridad pero no lo lograba, por alguna razón en ese momento su siempre confiable auto la estaba defraudando, cuando por fin pudo zafarse de tan molesto agarre salió del auto pero fue demasiado tarde ya que nuevamente lo último que podía ver era como la puerta de la casa de las Kuga se cerraba con fuerza llamando la atención de las tres que se quedaron atrás

-¿Qué es lo que le pasa a Kari?- se preguntó la pelinegra quien por fin separaba sus ojos de la pantalla de su teléfono notando la tensión que se sentía

-y-yo no lo sé – respondió con una débil voz la rubia mientras sentía sus ojos arder pidiendo que por favor dejara salir aquellas saladas gotas – y-yo ahh no- bajo su rostro, que carajos le pasaba, era verdad no sabía que le sucedía a Kari pero una parte en su interior le gritaba que era más que claro que el dolor en los ojos de aquella castaña que tanto amaba era causado por ella, lo sabía la había lastimado pero no sabía cómo lo había hecho y le dolía, le quemaba el ser la causante del dolor de Kari

-oye respira idiota- le dijo Kuro acercándose a su lado y acariciando su hombro mostrándole un poco de apoyo- no sé lo que sucedió, pero estoy segura de que tiene solución ya lo veras – le sonrió sinceramente logrando que aquella rubia se recompusiera un poco

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Habían pasado 3 días 9 horas y 27 minutos desde la última vez que Seki pudo conseguir que Kari le dirigiera una sola palabra, desde esa vez en el auto en el que le aviso sobre el cambio de semáforo la castaña se había abstenido de dedicarle una mirada, un sonido, una palabra y dudaba que hasta un pensamiento

-¿estás bien?- le pregunto Kuro al verla literalmente echada en medio de una de las pistas de atletismo de la escuela – los zombis tienen mejor color que tú en estos momentos

-no estoy de humor justo ahora- le replico sin dedicarle si quiera una mirada solo cerrando sus ojos sintiendo como el viento acariciaba su cuerpo frio, no era muy buena idea estar en medio de la noche tirada en el césped sin nada más que un esqueleto y una pantaloneta corta

-es la segunda vez que me dicen eso en la noche- Kuro estiro sus brazos y se sentó a su lado observando las estrellas que brillaban sobre ellas en ese momento – Kari lleva un par de días actuando de una manera muy extraña, solo se queda en su cuarto y come muy poco- suspiro fuerte y se hecho de espaldas junto a la rubia- estoy preocupada

-¿ella te ha dicho algo?- pregunto Seki preocupada lanzándose sobre la pelinegra atrapándola en medio de sus brazos y piernas

-oye calma tu emoción pervertida- Kuro se levantó empujando a la rubia al suelo solo para sentarse de nuevo – no me ha hablado mucho que digamos y mama- uki y mami- nao están preocupadas por ella también – la pelinegra pauso un segundo sus palabras y se giró para ver a su mejor amiga- no sé que hacer

-yo tampoco- se quejó la rubia sentándose a su lado mirando al cielo por un par de segundos – pero por más que intento hablar con ella solo consigo que me ignore y me mire como si quisiera que una popo cayera del cielo justo en mi boca

- jajajaja ya lo creo – se rio con fuerza la pelinegra sujetándose la panza – he visto la forma en la que ella te ve, creo que enserio la has cagado amiga mía

-bueno entonces es una suerte que tú seas su hermana y más que eso su melliza así que supongo tienes una idea de que sucede en su mente

- …..

-¿Kuro?- pregunto al no escuchar ni un solo sonido provenir de aquella pelinegra

-la cosa  ammm creo que la cosa es que no si se te has dado cuenta pero Kari y yo enserio no tenemos mucho en común, solo cuando ella se enoja enserio da miedo ya que se comporta igual que mama- uki pero enserio no creo que yo tenga ni la más mínima idea de cómo piensa ella y pues claro supongo ella es más lista y amable yo soy como una idiota sin remedio pero también me va bien en la escuela pero creo que eso es por los genes además de que Kari es linda pero enserio no sé que puedo p

-wa wa wa oye para – se lanzó sobre Kuro tapando su boca- pero que carajos – se rio suavemente – creo que active tu botón de basura verbal

-ya no molestes- le aparto la mano de su rostro que ahora estaba sonrojado – es que últimamente mis madres me hacen la misma pregunta y por más que lo intento no lo sé y termino poniéndome nerviosa y diciendo cosas muy raras

-bueno al menos ya tengo más que claro que no eres de ayuda

-lo siento por ser una inútil- se quejó haciendo un pequeño puchero antes de levantarse y extender su mano para que su amiga la tomara

-en este momento lo eres- sonrió y tomo la mano de Kuro levantándose para ir a su casa

-lo lamento- se disculpó y empezó a caminar estirando sus brazos ayudando a que la pereza se fuera de su cuerpo- seria lindo que Sumi tomara paseos nocturnos- sonrió y miro hacia el cielo- seria lindo poder ver estas estrellas junto a ella

-que cursi puedes llegar a ser – la molesto la rubia antes de darse cuenta de algo verdaderamente importante- ¡SUMI! – se detuvo y tomo a la pelinegra por los hombros – ella seguro sabe que sucede porque no lo pensé antes

-estaba segura que lo habías pensado antes – le dijo Kuro mientras veía a la rubia saltando de lado a lado feliz de la vida – y ya estoy hablando sola

 

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La rubia estaba agradecida de que ese día no tuviera que estudiar ya que enserio necesitaba un par de horas de sueño para reponerse, desde que la castaña estaba enojada con ella no había podido dormir ni un poco pero por alguna extraña razón esa noche al volver de la pista de atletismo pudo quedarse dormida con facilidad en su cama

Salto de su cama y se arregló ro más rápido que pudo ni siquiera se preocupó por tomar un desayuno como debería, su única meta ese día era descubrir que le sucedía a la castaña y la única que podía iluminarla seria Sumi, salió de su casa y cruzo la calle dirigiéndose a la casa de sus tías Mai y Lorena, acababa de recordar que hace mucho tiempo no las veía por lo que aprovecharía esa oportunidad para hablar con ellas un poco, al llegar a la puerta de la casa toco el timbre y espero pacientemente a que alguien abriera

-oh – escucho una voz suave y bajo su vista para encontrarse con Hiro – hola

-hola- Seki se rasco su cuello algo nerviosa, no era normal que fiera precisamente ella quien buscara a la pelirroja y por alguna razón sentía que los ojos de la pequeña Hiro la analizaban totalmente desnudando cada pensamiento que pasara por su mente – y-yo hola

-Sumi salió con Kari y uno chicos hace un par de horas – le dijo ella antes de que la rubia pudiera pensar una forma de preguntar coherentemente por Sumi- y mis madres están en la empresa así que solo estoy yo

-¿s-salieron con unos chicos? – pregunto después de analizar las palabras de Hiro sintiendo la vena de la ira recorrer su cuerpo, ese imbécil de Daniel seguro aprovecho la lejanía que en ese momento tenía con Kari para acercarse a ella, lo mataría estaba segura que en cuanto lo viera se le lanzaría encima y le rompería ese rostro del que tanto presumía

-pasa te daré algo de beber – la voz de Hiro la devolvió a la realidad logrando que sus puños se relajaran, no se había dado cuenta en que momento había empezado a tensarse de la manera en la que lo estaba

-no creo que quiera beber algo justo ahora

-no fue una pregunta – le respondió la pequeña entrando en la casa siendo seguida por Seki, debía admitir que en el fondo le tenía un poco de miedo a Hiro

Entro y se dirigió sola hacia la cocina, desde niña había variado su zona de juegos entre las casas de sus tías y la suya misma por lo que para ella esa casa era un hogar también, al entrar a la cocina  pudo divisar a la castaña menor con medio torso metido en la nevera buscando algo por lo que decidió tomar asiento perdiéndose en su mente imaginando como el idiota de Daniel en este momento estaría disfrutando de la compañía de su Kari hasta que un frio en su mejilla la trajo a la realidad

-toma- después de tocar su mejilla Hiro dejo sobre la mesa la helada lata de cerveza sorprendiendo a la rubia por completo

-dijiste que sería jugo- le reprocho sonriendo al tocar la lata y sentir ese delicioso frio recorrer su cuerpo recibiendo como respuesta una levantada de hombros de la más joven – gracias – por unos segundos se dedicó a disfrutar del delicioso sabor de la cerveza deslizándose por su garganta antes de bajar su rostro y dedicarse a ver a Hiro, debía admitir que daba ese aire intelectual y misterioso que lograba tenerte al pendiente de ella intentando descifrar que le pasaba por la mente

-¿necesitas algo?- pregunto sin separar sus ojos de aquel libro sorprendiendo totalmente a Seki que ni siquiera imaginaba que ella le estaría prestando atención

-ah no… emm no necesito nada

-¿enserio no lo necesitas?- pregunto de nuevo por fin separando sus ojos de aquellas líneas solo para situarlos en los de Seki poniéndola totalmente nerviosa

-y-yo

-si no lo necesitas ¿para que viniste aquí en primer lugar?

-o-oye esta…

-esta es como tu segunda o tercera casa, hogar lo que quieras pero que carajos vienes a buscar aquí- se sentía totalmente atacada, ese par de ojos la leían como si de un libro abierto se tratase, se sentía pequeña y no sabía cómo responder a esa sola pregunta que esa pequeña castaña le realizaba ¿Qué necesitaba?

-vine a buscar a Sumi- por fin su cerebro le había permitido formar una frase coherente pero la sentía vacía en sus labios, no buscaba a Sumi, buscaba algo más y estaba casi segura de que al menos Sumi podría dárselo

-si es eso entonces puedes irte de mi casa- sentencio la pequeña sin levantar un poco su voz ni cambiar su tono reubicando totalmente a la rubia y logrando enojarla

-mira Hiro – se levantó y apoyo sus manos en aquel mesón empujándose hacia adelante por instinto lista para pelear

-oh perdón, ¿eso te hizo enojar? - le pregunto desubicándola nuevamente ¿a que jugaba esa niña?- entonces si tienes sentimientos- hizo una media sonrisa y dejo su libro cuidadosamente sobre la mesa – lástima que no tengas un cerebro también

-n -no se a que te refieres – era un hecho, estaba totalmente confundida

-en que eres una idiota- el grito de Hiro la sorprendió demasiado, en toda su vida no había escuchado a Hiro levantar ni un poco su voz, ni siquiera aquella vez en la que se comió su preciado pudin-  tú y Kuro piensan que tienen todo saldado solo por el tiempo, piensan en que solo por conocer a Kari y a mi hermana desde el día que nacieron entonces ellas serán solo suyas y sin importar las pendejadas que hagan ellas siempre deben estar listas para ustedes con los brazos abiertos, pues déjame decirte que no es así- se acercó a ella y la tomo por el cuello de su camisa levantándola un poco y logrando lastimarla- ellas no son sus juguetes y mucho menos sus trofeos, no volveré a permitir que ni tu ni Kuro las lastimen de nuevo, estoy cansada de solo estar de espectadora esperando a que ustedes tomen una decisión, cansada de verlas sufrir por dos idiotas así que te voy a dar una última oportunidad y si la jodes Seki déjame decirte que no volverás a acercarte a Kari más que como una amiga – la soltó del cuello y la empujo de nuevo sobre la silla en la que antes estaba sentada

Asimilaba cada palabra que le había dicho Hiro y todo era cierto, ellas habían supuesto que el derecho a ser la pareja de Sumi y Kari era totalmente suyo solo por el hecho de que las conocían y amaban por más tiempo ¿pero en algún momento se les ocurrió preguntarles a ellas? No, no habían hecho esa pregunta tan importante, simplemente se impusieron a la fuerza, pero aun así tampoco tuvieron ni siquiera la idea de declarar su sentimientos, de abrirse a ellas y confesar lo que sentían “idiota”

-puedo ver que por fin te das cuenta de las cosas – sonrió de lado Hiro mientras tomaba un trago de la cerveza que estaba sobre la mesa perdiendo poco a poco el frio

-entiendo totalmente – le respondió seria, estaba arrepentida y sentía que debía ir corriendo a buscar a Kari y decirle que la amaba, que toda su vida la había amado – tengo que decirle muchas cosas- Hiro se giró con un rostro totalmente neutral y volvió a sentarse tomando su libro y retomando su lectura

-restaurante Sevinong del centro – le dijo haciendo sonreír a Seki, al menos ya sabía hacia donde debía empezar a correr, pero antes de que pudiera levantarse una voz la detuvo – es la última oportunidad

-no la dejare ir

 

CONTINUARA…..

Notas finales:

espero les guste 

este fic sera mucho mas corto que el de solo te amo a ti ya que es solo una pequeña continuacion pero espero que lo disfruten mucho n.n

segundo enserio lamento la demora pero aprovechare mis hermosos dias libres para terminar de subir mi fic y adelantar otros que tengo a medias 


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