Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

IN YOUR BACK (TAORIS) por AnnaKIM

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este es mi nuevo bebé, quería publicarlo antes, pero mi inspiración no más no daba xD

Espero que le den mucho amor :3

Los capítulos no sarán taaan largos como en "BE LOVED" (Prometo actualizarlo muy pronto).

#HappySeHunDay <3

Notas del capitulo:

Sólo denle amor <3

Por faaaaa

Capítulo 1: La mansión


 


 


-Do you know where he is?- habló fría y firmemente con la persona al otro lado de la línea.


Una sardónica risa fue lo que obtuvo en respuesta.


-You know where he is.- respondió simplemente.- He is in the same place that he was been the last three months.- Su voz sonando fría y carente de emoción alguna.


Un ahogado suspiro salió de sus labios, tan desgarrador como el murmullo del mundo derrumbándose.


-You must be kidding me.


-You would wish that all of this was a joke, but this is your reality, boy.- el hombre hizo una corta pausa, para después dejar salir un irónico suspiro seguido de una sínica risa- You did it with out regrets and you already knew the consecuences. Now acept your responsability and live with it.


Su corazón latió fuerte y la respiración se entrecortaba, sus ojos se empañaron de lágrimas, la presión de su pecho se volvió insoportable y la garganta amenazó con privarse del aire.


Lo único que logró salir de aquel nudo fue:


-I just want to see him.


-It's to late.


 


 


El sol brillaba, el aire se sacudía cálido y el murmullo de las hojas se escuchaba dulce sobre el silencio.


Un lujoso auto se detuvo justo al frente de aquella construcción ostentosa y brillante.


Enamorados.


Perdidamente enamorados, sus ojos fijos en las profundas córneas ajenas, tan conscientes el uno del otro. Viéndose mutuamente con absoluta entrega y pasión.


Una mano sobre la cintura ajena y en suave contacto de ambas bocas en un encuentro dulce y amoroso.


Aquel momento y aquella sonrisa.


Así fue el día en que ambos pisaron juntos por primera vez los confines de aquella mansión.


Tan puros e inocentes. Ignorantes de lo que moraba en la gran mansión, sin imaginar el alcance de aquello que podría cambiarlo todo.


 


 


 


Un nuevo vistazo emocionado por aquella gran ventana.


Pequeños saltitos de nerviosismo y un dulce corazón emocionado. Ojos azabache llenos de luz y dulzura. Un alma pura sostenida en vilo por un sentimiento.


Huang ZiTao de dieciocho años, hijo único del multimillonario Huang Zheng y heredero de la fortuna de empresas Huang Co. Un chico dulce y delicado. Alto, sonriente y de cuerpo delgado y frágil. Rostro suave y de facciones definidas, masculinas, pero cargadas de ternura e inocente sensualidad. Bellísimo.


Sus alargados ojos de panda recorrían por quincuagésima vez el patio de entrada en busca de aquello que tanto anhelaba. Un puchero sobre sus labios, incapaz de contener la emoción.


-Relájate, TaoZi.- se escuchó la voz susurrante y dulce de LuHan, el mejor amigo de infancia del heredero Huang y residente permanente de la mansión al ser hijo de la confiable ama de llaves.- Aún faltan algunos minutos ya debe estar por llegar.


El pelinegro puchereó y asintió como un infante regañado.


-Ya quiero verlo, Lu ge~.


El maternal LuHan sólo sonrió e indicó a su tierno amigo que se recostase sobre su regazo.


El niño panda se acercó y recargó su cabeza suavemente en el regazo de su amigo. Los dedos del mayor perdiéndose entre las suaves hebras del color de la noche de su dulce niño panda.


El mejor Huang empezando a sentirse algo adormilado y aletargado por las suaves caricias y el aura de tranquilidad que desprendía normalmente su maternal y dulce mayor.


Los gatunos y ojerosos ojos empezaron cerrarse con pesadez y la respiración a calmarse, el menor Huang empezaba a dormirse, dejando de lado un poco el nerviosismo anterior.


El sonido de la ruedas de un auto crujiendo sobre la grava de la entrada desperezó por completo al ansioso pelinegro.


Como un cachorro emocionado mueve las orejas, el pelinegro menor levantó la cabeza de su refugio en el regazo de su Lu ge~ y ansiosamente corrió a asomarse por la ventana de la habitación. Las córneas de sus ojos brillaron al divisar el Audi negro lustroso que estaba aparcando frente a la entrada.


LuHan sonrió.


Las largas y delgadas piernas del heredero Huang se movilizaron tan rápido como les fue posible abandonando la habitación.


Los escalones de la escalera parecían ser interminables entre más rápido deseara ir, la puerta del recibidor parecía alejarse y tuvo la sensación de estar dando pasos demasiado cortos.


YeMin, ama de llaves y madre de LuHan, se limitó a esbozar una sonrisa indulgente y dejar que el joven que cruzó el living como una exhalación se encargara del visitante tras la puerta.


La enorme puerta de encino blanco se abrió revelando la tan ansiada compañía.


El niño pelinegro saltó sobre el visitante siendo atrapado en vilo por unos largos y musculosos brazos en torno a su delgado torso.


Olor a melocotón y calidez dulce inundaron el ambiente, un reconfortante peso se asentó entre sus brazos y la fuerza sedosa de unas largas piernas se enredó en sus caderas.


Labios suaves dieron encuentro a las suyos y unas pequeñas manos se enredaron entre las hebras de su cabello rubio.


Aquel hombre alto y rubio sonrió entre el beso y correspondió ardientemente ante el fervor ajeno.


-Anyonghasaeyo, ge~- susurró ZiTao a unos cuantos milímetros de distancia de los labios del rubio.


YiFan soltó una airosa risa y afirmó mejor al chico entre sus brazos.


-Buenos días a ti también, TaoZi.- depositó un fugaz beso sobre los rosados labios.


-Hola, Tao.- habló un rubio platino de rostro serio y ojos fríos.


-Hola, SeHun.- respondió el inquirido, sin dejar de mirar al rubio miel frente a él.


El rubio menor bufó con una sonrisa por la nada satisfactoria atención dirigida a su persona.


-Buenos días, SeHun.- una cuarta y suave voz se dejó escuchar, captando por completo la atención del platinado.


Una sonrisa ladina se materializó a todo lo ancho del frío rostro del rubio menor.


-Buenos días, Lu.- articuló lenta y gravemente mientras sus pasos le guiaban pausada e imponentemente en dirección al pequeño pelirosa que se había hecho presente por la enorme puerta.


El pelirosa abrió sus dulces ojos y levantó la cabeza, clavando su mirada en los obscuros ojos de SeHun, mirándose como un pequeño e inocente ciervo.


SeHun se acercó aún más. LuHan retrocedió ligeramente, antes de que los abrasadores labios del platinado se cerrarán sobre los suyos.


Las manos del menor se enredaron suavemente en la cintura del pelirosa y las manos de este último fueron a parar en torno a los anchos y fibrosos hombros ajenos.


SeHun se separó de LuHan con suavidad y pasó sus manos por debajo de jersey del pelirosa, tocando con delicadeza la tersa y tirante piel del vientre hinchado de su mayor. LuHan gimió.


El menor levantó la ropa del más pequeño hasta la altura de la naciente curva superior de su estómago, dejando al descubierto el voluminoso vientre del pelirosa.


-Y buenos días a ti también.- habló a la pancita para después dejar un tierno beso y repartir caricias suaves sobre toda la superficie de la pancita del mayor, para después apoyar ligeramente una mejilla sobre ella y deleitarse con los ligeros sonidos y latidos del bebé en conjunción con los de LuHan.


El pequeño dentro de LuHan respondió con entusiasmo las caricias de su padre con leves pataditas desde dentro del vientre materno. SeHun sintió los golpecitos provenientes del interior del vientre de su amado y sonrió.


LuHan hizo una pequeña mueca, pues su bebé se estaba volviendo muy fuerte, se mordió ligeramente el labio inferior y colocó una de sus manos alrededor de su bajo vientre.


-Te ha extrañado.- susurró el gestante.- No ha parado de patearme hasta que tú apareciste.


SeHun sonrió y dejó un beso más a su bebé, se incorporó, pero siguió acariciando a su niño sobre la piel tirante de LuHan.


-También lo he extrañado.- habló quedamente y dejó un piquito sobre los labios del pelirosa.


El mayor le correspondió y bostezó algo adormecido por las caricias que su pareja le daba a su pequeño niño.


SeHun reacomodó la ropa del pelirosa y lo apegó a sí tanto como el vientre hinchado del mayor le permitía.


-Te amo, LuHan.- susurró al oído del mayor, mientras dejaba un beso en el suave cuello del más bajo.


El pelirosa suspiró relajado, notando por primera vez la ausencia de los otros dos chicos que se habían perdido por los jardines hacía ya algún tiempo.


SeHun apegó aún más al pequeño a su cuerpo y lentamente lo levantó en sus brazos. El mayor se acurrucó adormilado en el pecho del platinado y sonrió.


-También te amo, Hunnie.- respondió cayendo en los brazos de Morfeo con ambas manos protegiendo su vientrecito.


El rubio sonrió con infinita ternura y besó brevemente los labios de su niño dormido.


-Te adoro, LuHan. Eres todo mi mundo.


 


***


 


 


Un interminable y apacible túnel de verde espesor y primaveral jovialidad. Sutiles toques de color esparcidos como pinceladas en un profundo lienzo verde perpetuo que resplandecía al contacto con el Sol. Ambiente cubierto de contrastes y matices de dulzura embriagante.


Tiernas mejillas de melocotón se tiñen de rosa palo, perlas blancas se revelan en una nerviosa sonrisa y gatunos ojos azabache clavan su mirada sobre sus deportivas negras. Tierna carita llena de nerviosismo.


Bellamente aturdidor, todo tan puro como sólo él lo era.


Wu YiFan envolvía la mano pequeña del menor Huang con la suya más grande. Una confiada sonrisa pintada al óleo sobre sus labios y una calidez poco común en su persona desbordándose sobre su rostro frío.


-¡Ge~,ge~! ¡Mira!- su pequeño e inocente ZiTao emergió desde detrás de un arbusto con una brillante bolita de pelo blanco y una sonrisa abarcándole todo el rostro.


Wu frunció el ceño en confusión y se acercó a su niño con una curiosa mirada clavada en el misterioso ente entre los frágiles dedos de Huang.


La misteriosa cosa levantó la cabeza y lo miró con esos ojos azules como cristales llenos de desconfianza; las orejas puntiagudas se movieron en tensión y la rosácea nariz olfateó el aire, revoloteando con ello sus largos bigotes.


La pequeña mierda se erizó y ceceó cuando el rubio miel se dispuso a acercarse y le encajó las pequeñas y afiladas garritas cuando esté osó tocarle.


-¡Hey!- gritó fuertemente YiFan, tocándose cuidadosamente la mano herida.


La maldita cosa maulló y restregó la blanca cabecita sobre el pecho de Tao y ronroneó por todo el sitio como si tal cosa.


-¡Oh, es tan lindo!- Sonrió el niño panda, mientras el gatito ronroneaba ahora que Tao le rascaba entre la orejas.


-Déjalo en el suelo, panda.- habló Kris, mirando resentido al pequeño animal.


Tao lo miró como si estuviera loco.


-¡Por supuesto que no!- exclamó aun viéndolo.- Voy a conservarlo.- afirmó el pequeño panda, mientras la bola de pelos ronroneó complacida y movió la cola burlándose de Wu.


-Pequeña mierda consentida.- bufó por lo bajo y por un momento realmente juró que maldito gato le estaba sonriendo.


ZiTao pasó de acariciar las orejas del animal a frotarle la pequeña barriga con suavidad. El gatito ronroneó y movió sus patitas tratando de alcanzar el dedo de Tao, pero sin encajarle las garras. Tan angelical la pequeña mierda.


-Gatito, gatito.- sonrió el panda.-¿Ge~, cómo crees que debería llamarlo?


Wu frunció el ceño y se quedó mirando al animal.


-Satán.- respondió con sinceridad, estando absolutamente convencido de que ese era “el nombre” para ese gato.


Tao le miró como si estuviera loco y la maldita bola de pelo volvió a erizarse.


-Ya lo ves, el nombre no le ha gustado.- acarició las orejas del animal y este le ronroneó.- Ah, que dulzura.- los cálidos ojos de Huang parecieron encenderse como una pequeña flama y una sonrisa de melocotón se plantó en su boca. -Te llamaré Soo.-dijo emocionada y resueltamente.


La pequeña bola de pelo se regocijó y restregó una vez más sobre el suave pecho de Tao.


-¿Soo?- cuestionó YiFan y luego recordó a “Do KyungSoo” el detective protagonista de la novela de romance preferida de su niño panda. 


El rubio torció los ojos y asintió resueltamente, ese tal Do KyungSoo era un grano en el culo tanto como lo era la bola de pelo. El  nombre calzaba perfecto, considerando que YiFan sentía, secretamente, cierta repulsión por aquel detective metomentodo tanto como le repudiaba la bola de pelo.


El maldito gato se esponjó y bufó en su dirección y YiFan frunció el ceño.  Al parecer era un mutuo sentimiento.


El animal lo miró fijamente por algunos minutos, analizándolo como un bicho bajo el microscopio. Cuando el minino por fin se hubo convencido de que no representaba ningún peligro para su inocente y dulce amo, le dedicó al rubio una última mirada y se echó tranquilamente sobre las piernas del pelinegro, cerrando sus ojos cristalinos, pero manteniendo las puntiagudas orejas bien regidas, dando entender que aún estaba alerta.


YiFan frunció su ceño mirando al gatito con recelo, se acercó lenta y silenciosamente hasta su dulce panda, con los ojos atentos a cualquier movimiento de la bola de pelo.


-Gege~- le susurró su pequeño niño, atrayendo completamente su atención. Dulces ojos negros fijos en los propios.


-¿Qué que sucede, bebé?-preguntó el rubio.


ZiTao le sonrió y con toda la delicadeza de mundo, bajó de su regazo al pequeño gato, que ni siquiera se dignó en mover ni un pelo.


El menor de los Huang le dedicó una sonrisa cargada de picardía y ternura, sus bellas facciones compuestas en un precioso cuadro que  mandó de paseo hasta la última gota de cordura de YiFan.


El mayor gimió y tomó repentinamente al más pequeño por la cintura, para después ubicarlo con firmeza a horcajadas sobre su regazo. Huang se sorprendió inicialmente ante la inesperada acción de Wu, pero acabó por reír deliciosamente al verse rodeado de tanta emoción.


La dulce risa de Tao tintineo como el coro de los ángeles a los oídos del hombre mayor. Tanto brillo y candidez era asfixiarse bellamente y a gusto.


Enormes manos que se internan bajo el suéter del menor, trazando figuras amorfas sobre la suave tensión de la piel, un suave suspiro ahogado que escapa a unos labios suaves y rosáceos.


Tibieza que se extiende por las palmas de las manos, frágiles dedos que se enredan con cuidado entre las hebras miel de su cabello. Suspiros de niño que van transmutándose en gemidos de joven…


Cerca y tan cerca.


El verde espesor se cierne sobre ambos y todo parece ponerse a girar a su alrededor. Comprensiva intimidad se entreteje a su ritmo. Calma y pericioza.


Todo a su tiempo…


 


 


***


 


 


El suave y frágil respirar que se apega e inunda el ambiente con sus calmos subir y bajar.


Oh SeHun observa atentamente el ir y venir del pecho del hombre en sus brazos.


Con adoración observa también los cambios que van sucediendo en el pequeño cuerpo de su pronto-a-ser-esposo. Pasa cuidadosamente las manos por las mejillas ligeramente más rellenas de su pareja y sonríe.


LuHan se remueve entre el sueño y golpea, accidentalmente y sin mucha fuerza, su vientre contra la dureza del esternón de Oh.


El rubio reacomoda el cuerpo de su bello durmiente y pasa brevemente la mano por la pancita de este sin sentir señal alguna de descontento de su pequeño inquilino.


-Hunnie~- susurra entre sueños el  peligrosa y se apega más al pecho de menor, permitiéndole así sentir la ligera hinchazón de su pecho preparado para amamantar.


Oh no resistió la curiosidad y se permitió a sí mismo la libertad de internar su mano por debajo de la camiseta de su dormido mayor, acariciando lentamente la sedosa piel con las yemas de los dedos hasta llegar al pecho suave de LuHan.


El pechito se sentía un poco más firme e hinchado de lo normal, de modo que se hacía evidente el hecho de que estaba cargado de leche para su bebé.


Sus manos siguieron explorando la inusual superficie, hasta que, accidentalmente, uno de sus dígitos rozó de manera espontánea un rosado y sensible pezón.


La pequeña protuberancia se endureció en el acto y un ronco gemido se hizo notar entre los labios del dormido ciervo embarazado.


“Oh, Dios.”


Hizo eco entre las paredes craneales de SeHun, rebotando hasta los confines de su otra cabeza que rugió erguida ante tan provocador sonido.


-Uhmm.- SeHun se removió incomodo tratando de liberar un poco de presión de su hombría despierta.


LuHan volvió a moverse sobre el menor, haciendo, inconscientemente, más fricción sobre el miembro del rubio.


SeHun gimió.


Oh sí, LuHan no estaba cooperando, eso o pretendía hacerle un hermanito a su bebé.


El menor volvió a frotar el pezón del pelirosa, esta vez con más fuerza y rodó los ojos dentro de su cabeza cuando otro gemido por parte del mayor se hizo escuchar.


-Lu~- gimió fuertemente el platinado y sintió su hombría volver al pulsar.


LuHan jadeo y gimió contra el cuerpo del menor.


Eso fue todo lo que el autocontrol de Oh pudo soportar.


Ansiosamente, el hombre rubio levantó la blanca polera de LuHan descubriéndole el torso hasta por encina de los rosados pezones. SeHun prácticamente babeó ante la preciosa vista de su niño con el vientre hinchado y redondo con esos rosados pezones erectos y endurecidos.


El suave pecho de su niño subía y bajaba con parsimonia y sus facciones lucían relajadas, ignorante de lo que su precioso cuerpo de embarazado le hacía a su novio.


SeHun pasó la mano por encima de la cintura de LuHan y la dejó vagar ligeramente por el cuerpo del mayor, hasta llegar a sus deliciosos muslos. El menor acarició tranquilamente la zona, mientras su otra mano seguía aventurándose en los suaves confines del pechito del pelirosa. Un gemido ronco provino del gestante y SeHun casi se salió de su piel cuando su ciervo preñado gimió y arqueó su espalda en el aire de una manera tan pecaminosa que habría empalmado a cualquier hombre de haberlo presenciando. El pecho del pelirosa empezó a subir y bajar con rapidez, sus bellos ojos avellanas parpadearon como dos mariposas saliendo de su capullo y su pequeño niño ciervo se removió al incomodo al sentir la humedad de sus pantalones que evidenciaba su reciente orgasmo. El embarazado lo miró y le dedicó una angelical sonrisa de niño que lo hizo lucir como un completo inocente. Tan tierno y tan sexy el muy vándalo.


SeHun lo miraba con completa fascinación, sus dedos perdiéndose entra las hebras rosadas de su dulce ángel preñado. El niño pelirosa le sonrió y sus orbes de ciervo brillaron amorosamente al hacer contacto con los suyos, mirándole como si en el mundo no hubiese nada más.


¡Dios! Tenía tanta suerte.


El sonido de alguien aclarándose la garganta acabó, momentáneamente, con la conexión visual entre ambos jóvenes.


Ambos chicos dirigieron su atención a la persona de pie en el umbral puerta, viéndolos con frialdad.


LuHan se sonrojó hasta las orejas al reparar en su estado y la desnudez de su torso y quiso esconderse bajo la piel de SeHun.


El menor correspondió la mirada de quien le veía con desprecio de la misma manera.


-Shhh.- susurró el rubio al oído de su LuHan, mientras con dulzura acomodaba la ropa del mayor y le mecía para tranquilizarlo como a un bebé. Todo aquello sin dejar la dureza de su mirada dirigida a la persona en la puerta.


-Muy pintoresco.- dijo sarcásticamente con una sonrisa sardónica en la boca.


LuHan se estremeció e intimidado escondió su rostro en el hombro de SeHun, su cuerpecillo se tensó de tal manera que incluso su dulce bebé se removió dentro de su vientre ocasionándole una ligera punzada.


El peligrosa jadeo a dolorido.


SeHun fulminó con mirada a la causa de la incomodidad de sus tesoros y sonrió con acidez.


-¿Se le ofrece algo?- escupió con un controlado tono de desprecio.


-¿Mi hijo?- preguntó con sequedad.


-En el jardín.- respondió SeHun con desconfianza.


-¿YiFan?- volvió a preguntar.


-Está con él.- respondió nuevamente.


Sin decir una palabra, aquella persona dio un giro sobre sus talones y avanzó a paso constante en dirección al jardín.


SeHun siguió meciendo a LuHan, quién aún estaba un poco alterado.


-Tranquilo, Lu.- acarició la tierna mejilla, sintiendo los músculos de su niño destensarse.


Sus ojos fríos fijos en la dirección por la que aquella amenaza se había ido.


 


 


***


 


 


Jadeos, jadeos dulces combinados con un embriagante olor a melocotón.


Preciosas mejillas de niño sonrosadas, mientras pequeñas manos corren tímidamente en una dulce caricia sobre un tonificado pecho ajeno.


Wu ahoga todos sus gemidos en el precioso cuello de su dulce panda.


Tao se remueve incómodamente a sentir la dureza de sus pantalones restregarse con el enorme bulto ajeno.


-Ge~- gimió el menor al oído del rubio.


Kris gruño y apretó con rudeza el pequeño trasero del menor de los Huang, hundiendo su lengua en la húmeda cavidad de Tao.


Más melocotón bloqueó sus sentidos de una manera gloriosa, del mismo modo en que la desesperación con que las pequeñas manos de Huang aferrándose a su espalda le provocaron un subidón de adrenalina y unas inmensas ganas de estar dentro de su pequeño.


 -Te quiero, Gege.- susurró el ojeroso en el oído del rubio miel.


Aquellas palabras golpearon la cabeza de Wu como un bate de baseball. Un par de segundos de silencio se hicieron presentes antes de que al fin contestara:


-Te quiero, Panda.- besó los dulces labios con desesperación y pasión.


El niño panda gimió y se apegó aún más s Kris.


Tan perfecto…


El sonido de seguros pasos en la gravilla repiqueteó en los oídos de Wu, pero su mente estaba tan absorta en la perfección de su pequeño niño que cualquier otra cosa pasó a segundo plano.


El sonido del pequeño gato que descansaba junto a ellos los alertó de otra presencia. El animalillo e erizó y maulló amenazante.


El rubio se separó lentamente del rostro de su niño panda y dejó que su sulfurado pequeño descansara la cabeza sobre su hombro, mientras le acariciaba los cabellos.


-Lamento interrumpirlos, pero necesito hablar con YiFan un momento.- habló dulcemente.


El pequeño Huang salió de su escondite y le sonrió sinceramente a la tercera presencia. Cuidadosamente  bajó del regazo de su YiFan y se sentó ordenadamente sobre la banca de concreto, permitiendo que el felino Soo subiese sobre su regazo.


Tao le acarició entre las orejas y les sonrió dulcemente a los otros dos presentes.


Kris sintió algo doler en su pecho, pero sonrió de vuelta de cualquier modo, rodeando brevemente a su bebé como si quisiera protegerlo. El menor le besó en la mejilla y su amargura redobló.


Wu besó la frente de Huang y se levantó, encarando finalmente a la otra persona.


YiFan inhaló profundamente y avanzó entre los árboles, hasta llegar a un pequeño claro lleno de flores y vitalidad, pero que deslucía un poco a la falta de su pequeño niño brillante.


El rubio dio vuelta sobre sí mismo y se encontró allí solo, mirando frente a frente a la razón principal de todos sus problemas.


 


 


***


 


 


-Meow.- Tao acariciaba la suave pancita de su pequeño Soo, mientras el garito ronroneaba y maullaba de gusto ganándose una preciosa sonrisa por parte de su dueño.


ZiTao besó la cabecita de su mascota y sonrió mirando el cielo con algo de nostalgia.


Sus dulces mejillas se inflaron, haciendo un tierno puchero, pues empezaba a aburrirse.


Repentinamente, el pequeño gato bajo de un brinco del regazo del menor de los Huang corrió hasta esconderse detrás de un árbol.


-¡Espera, Soo!- gritó el heredero Huang corriendo detrás del gatito.


Llegó hasta el grueso tronco del árbol, siendo sorprendido por el minino que se asomó a un costado de tronco y se prendió de la pernera del pantalón de Huang.


Cuando Tao quiso quitarlo, el pequeño gato saltó del otro lado y se prendió de su otra pierna, iniciando así un pequeño juego de atrapar y correr, que hizo olvidarse a ZiTao de su aburrimiento.


-¡No, Soo tramposo!- rio Huang cuando el felino subió a una rama alta de un árbol, el gatillo maulló desde arriba y empezó a acicalarse.


Tao sonrió dulcemente mirando al gatito.


<<Pequeño bandido. >>


Pensó.


-Joven Huang.- escuchó a sus espaldas. YeMin lo miraba con una expresión confusa.- Un caballero lo busca en la puerta.


Tao le sonrió brillante, contagiándole de su júbilo.


La mujer echó a andar con el joven brincando como un niño, seguidos de una pequeña motita blanca que seguía a su amo con la colista bien alta.


-Buenas tardes joven Huang.- fue lo primero que oyó al pisar el recibidor.


 

Notas finales:

¿Qué tal?

¿Les gustó? ¿No les gustó? ¿Bien o mal?

Dejenme sus comentarios, les prometo que no muerdo.

PD: Dejen reviews (Son gratis) *w*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).