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38. Ravi (04) por dayanstyle

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Hak Yeon miró a Kim Soo Hyun mientras el hombre caminaba en círculos alrededor de la mesa en donde estaba encadenado. Tan aterrorizado como estaba, Hak Yeon no demostró su miedo.

El tipo no lo merecía.

Hak Yeon preferiría morir antes de mostrárselo.

Cuando Kim Soo Hyun regresó frente a Hak Yeon, él apretó los labios. El bastardo no iba a sacar nada de él. Lo cual sería imposible de todos  modos ya que Hak Yeon no sabía nada.                                           

No estaba seguro de por qué este hombre se había ensañado contra él, pero sea cual fuese la razón, Hak Yeon no iba a quebrarse bajo ninguna presión que el hombre le pusiera. Estaba acoplado a un guerrero y Hak Yeon iba a hacer que Ravi se sintiera orgulloso de él.

Ravi era la única persona que Hak Yeon tenía en su vida y no iba a defraudarlo. Durante mucho tiempo había anhelado pertenecer a alguien, pertenecer a algún sitio y ahora que era de Ravi, Hak Yeon no dejaría que lo alejaran.

Incluso aunque Ravi lo hubiera defraudado. El guerrero podría no quererlo pero Hak Yeon se aferraba a la esperanza de que él estuviera equivocado.

—¿Sabes por qué secuestré a Ravi en primer lugar? —Kim Soo Hyun preguntó, sus ojos sin fondo mirando a Hak Yeon por una respuesta.

Hak Yeon se negó a darle una.

»Veo que eres tan testarudo como tu pareja.

Lo que sea.

Hak Yeon estaba orgulloso de ser comparado con Ravi. Si ese presumido bastardo estuviera a punto de matarlo, Hak Yeon se iría sabiendo que amó a Ravi con todo su corazón.

Muy mal que nunca tuvo la oportunidad de decírselo. Ese sería su único arrepentimiento. Debió haberle dicho al guerrero que él era el mismo aire que respiraba. Quería a Kim Soo Hyun muerto por robarle esa oportunidad.

»El fue el único que me tuvo encerrado por tanto tiempo. ¿Sabes lo que es estar encerrado en esas celdas?

Hak Yeon se mantuvo en silencio.

»No importa —Kim Soo Hyun continuó—. Me vengaré llevándote lejos  del guerrero. Sabrá lo que es perder algo. Me aseguré que Ravi no recordara este lugar. Es un lugar al que me gusta traer a aquellos con los que quiero jugar un poco. Y tú…—Kim Soo Hyun recorrió la cara de Hak Yeon con su nudillo, haciéndolo desear vomitar ante el toque— …tú serás mi invitado de honor aquí. Me aseguraré que veas los verdaderos horrores antes de morir.

Las palabras congelaron a Hak Yeon hasta los huesos, pero mantuvo su rostro estoico. Sabía que Kim Soo Hyun estaba tratando de provocar alguna emoción en él. Pero Hak Yeon no le iba a dar esa satisfacción.

Podría no saber cómo luchar físicamente, pero existían otras formas de pelea y Hak Yeon estaba peleando con Kim Soo Hyun justo ahora al no darle lo que él quería. Podía ver la irritación en los ojos del demonio, por rehusarse a hablar.

Las cadenas que sujetaban sus brazos comenzaron a tintinear haciendo eco en las paredes de concreto de la habitación, mientras Hak Yeon se sacudía sin control.

 

Kim Soo Hyun sacó un látigo largo de la pared, maldad pura reflejada en su mirada cuando se dio la vuelta. Hak Yeon se preparó, negándose a cerrar los ojos cuando el sonido del látigo rompió en el aire.

Sentía su carne como si estuviera siendo desprendida de su cuerpo, pero Hak Yeon se negó a llorar. Tan urgente como quería gritar, mantuvo sus labios fuertemente cerrados. Hak Yeon se aferró a las imágenes de Ravi tomándolo, emparejándose con él y en eso se concentró mientras que Kim Soo Hyun continúo haciéndolo sangrar.


Ravi era un hombre guapo, gentil, amable. Siempre se  había tomado su tiempo con Hak Yeon mostrándole las cosas con las que sólo podría soñar. El hombre le había hecho reír en tantas ocasiones  que Hak Yeon había perdido la cuenta. Estaba agradecido de que se hubieran convertido en amigos antes que amantes y entonces en pareja.

Eso le dio la oportunidad de conocer al verdadero Ravi.

Hak Yeon sonrió al recordar la primera vez que puso los ojos  en Ravi. El hombre había entrado a su habitación desde el closet, asustando a Hak Yeon a plena luz del día. Pero después de pasar la noche convenciendo a Hak Yeon que él no pretendía hacerle daño, Hak Yeon había bajado la  guardia y puesto su confianza en el guerrero.

Una confianza que todavía ponía en Ravi hasta el día de hoy.

»¿Sonríes mientras de doy latigazos? —Kim Soo Hyun rugió indignado—. Debo haber perdido mi toque.

Hak Yeon volteó su cabeza rehusándose a responder mientras cerraba sus ojos de golpe. Supo que los azotes se volverían duros y rápidos y quiso desaparecer de ese lugar mientras pensaba en su guerrero.

La última cosa que vio antes de desmayarse fue la sonrisa que siempre parecía estar en la cara de Ravi siempre que lo visitaba.

 

Tomó esa sonrisa con él mientras era barrido bajo el mar de la inconsciencia.

 Ravi apretó su mandíbula mientras miraba fijamente el edificio del que había escapado. Podía recordarlo todo desde que el guardián lo había desbloqueado. Recuerdos que Ravi deseó poder mantener en el olvido.

Recordó las horas de tortura que Kim Soo Hyun y otros habían infligido sobre él. Esas rivalizaban con los recuerdos de Ravi sobre Baku. No estaba seguro de cómo estaba allí de pie sin enloquecer, después  de recordar todas las cosas que el demonio le había hecho, pero estaba agradecido con ese pequeño milagro.

Había tratado de caminar a través de una sombra dentro del edificio que ahora estaba mirando, pero parecía que el lugar le negaba ese poder. Tendría que ir de la manera tradicional, a través de la puerta.

—¿Puedes llevarnos hasta donde él te mantuvo retenido? —Jimmy preguntó a su lado.

Ravi recordó el camino por donde había escapado. Encontrarlo de nuevo no sería un problema. Solo esperaba encontrar a Hak Yeon allá abajo.

Pero entonces de nuevo, luego de recordar sus dos meses allí rezó porque su pareja no estuviera en ningún lugar cerca de las salas del inframundo.

Eso hacía que sintiera su pecho como si estuviera siendo aplastado al pensar en Kim Soo Hyun o cualquiera de sus hombres colocando sus manos sobre la suave piel de Hak Yeon.

—Te mostraré el camino.

—Entonces vámonos. —Jimmy gruñó cuando corrió por todo el patio. Ravi, junto con Him Chan, Kangnam y Jin Ho, lo siguieron muy de cerca. Los guerreros se deslizaron suavemente, apoyando sus espaldas contra la pared de piedra del edificio.

—Nuestros poderes no funcionarán adentro. —Him Chan dijo cuando estaba a unos centímetros de la puerta—. Tenemos que confiar en la fuerza bruta de aquí en adelante.


Ravi tenía mucho de eso. Tenía suficiente rabia contenida para acabar con el reino demonio por completo. Le iba a enseñar al vil demonio lo que significaba tomar lo que era suyo. Iba a tirar de las entrañas de Kim Soo Hyun a través de su culo mientras lo desangraba por pensar en regresar para vengarse.

Cuando un demonio era arrojado a las celdas de detención, ellos tenían que permanecer allí. ¿Podría ser eso tan complicado? Él los detenía, ellos eran encerrados. Ellos escapaban, él los mataba. Parecía suficientemente simple para Ravi.

Él sabía en lo profundo de su alma que Kim Soo Hyun no iba a regresar al inframundo. No, el demonio iba a morir en el momento en que Ravi lo encontrara.

No habría piedad en él para la maldad que caminaba en la tierra.

Los guerreros se deslizaron dentro del edificio mientras Ravi les mostraba el lugar en donde había sido retenido. Los lamentos recorrieron el corredor mientras ellos descendían hacia el sótano. El penetrante frío retornó mientras Ravi caminaba rápidamente.

Recordaba ese frío. Aún lo sentía en sus huesos desde que  el guardián había desbloqueado sus recuerdos de ese lugar.

Los pasillos estaban brillantemente iluminados mientras ellos se dirigían a la habitación en donde Ravi había permanecido. Era un extraño contraste con la oscuridad que se escondía detrás de cada puerta. Sus pasos comenzaros a disminuir al llegar a la habitación. Estaba aterrorizado de lo que encontraría.

¿Estaría Hak Yeon aún con vida?

El corazón de Ravi se desplomó ante la idea de no volver a ver esos hermosos ojos sonriéndole de nuevo o la sensación de su compañero debajo de él mientras lo reclamaba una y otra vez. Sus brazos le dolían  por sostener a su pareja una vez más.

—Allí —susurró Ravi mientras señalaba la puerta de acero que le  había hecho prisionero durante dos meses olvidado, por Dios.

—¿Estás seguro? —Him Chan preguntó con solemnidad.

No, pero Ravi no iba a dar marcha atrás. Se preparó para lo que estuviera detrás de la puerta. El líder corrió el cerrojo de fuera de la pared mientras Jimmy abría la puerta. Ravi contuvo la respiración, rezando para que su compañero no estuviera muerto mientras irrumpían en la habitación.

Era exactamente como Ravi la recordaba, hasta las ratas en la esquina.

Pero la habitación estaba vacía.

Ravi podía sentir rabia pura acumulándose dentro de él. Era una baja vibración que iniciaba en la boca del estómago y se levantaba lentamente, llenándolo sistemáticamente hasta que fue consumido por ella.

 

Giró sobre sus talones y salió de la habitación, empujando a los guerreros mientras se dirigía a la habitación de al lado. Cogió el cerrojo de su lugar de descanso y abrió la puerta.

Sus ojos se posaron sobre un hombre que estaba encadenado a una mesa. Estaba tan sangriento y magullado que apenas si se parecía a un hombre. Ravi ladeó la cabeza y estudió al sangrante ser, preguntándose quién era y qué había hecho para justificar tal abuso.

—No es Hak Yeon —Him Chan dijo a su lado—. Pero debemos ayudarlo.

Por más egoísta que pareciera, en ese momento a Ravi solamente le interesaba encontrar a su pareja. Observó a Jimmy quitarle los grilletes al hombre y levantarlo de la mesa, cargándolo fuera de la habitación, al   final del pasillo.    

Ravi giró sobre sus talones y fue a la siguiente habitación encontrando exactamente la misma cosa. Solo que este hombre estaba muerto. ¿Qué tipo de infierno de lugar era este? Ravi estaba comenzando a pensar que sus oportunidades de encontrar a su pareja viva se estaban haciendo muy remotas. Estaba aquí en un lugar que más podría describirse como el infierno.

Y también olía como eso.

—Lo encontraremos. —Jin Ho intentó tranquilizarlo, pero Ravi no estaba escuchando. Si Hak Yeon estuviera en verdad muerto, entonces la única misión en la vida de Ravi sería cazar a Kim Soo Hyun y torturarlo por los próximos mil años.

Matarlo rápidamente sería demasiado misericordioso.

Ravi se dirigió a la habitación de al lado, una determinación inexorable saliendo fuera de él cuando abrió la puerta. No estaba seguro en donde estaban los torturadores, pero casi rogó a los dioses para que los enviara por su camino.

Ravi tenía tanta angustia reprimida y rabia dentro de él que necesitaba desahogarse.

Sus ojos se posaron sobre el bulto de un hombre que estaba ensangrentado de pies a cabeza, su pecho subía lentamente apenas tomando suficiente aire. Ravi sintió su cuerpo fuera de control cuando vio el cabello negro y corto. Estaba cubierto de sangre, pero reconocería esa cabeza y ese cabello en cualquier lugar. Entró en una especie de niebla mientras entraba en la habitación.

No podía ser él. Sólo no podía.

Un silencioso sollozo dejó sus labios cuando miró hacia Hak Yeon.


Su piel estaba cortada y abierta en tantos diferentes lugares que Ravi no estaba seguro en donde tocarlo. Sus brazos estaban tan delgados que una gruesa pieza de caucho estaba incrustada entre la muñeca y las esposas, estaban bien aseguradas con el objeto de que no pudiera liberarlas. La mano de Ravi se sacudió cuando tentativamente tocó el brazo de su pareja sintiendo la congelada piel por debajo de sus dedos. Los ojos de Hak Yeon estaban cerrados y los labios secos y agrietados,  separados un poco, sangre seca decorándolos casi como lápiz labial.

—Saquémoslo de aquí. —Him Chan dijo empujando a Ravi y comenzando a liberar las esposas de acero de una de las muñecas de Hak Yeon.

Sentía que estaba muriendo un millar de muertes cuando deslizó cuidadosamente sus brazos por debajo de su pareja y lo levantó de la losa fría de hormigón en donde había sido tirado. Se comprometió en ese mismo momento a cazar a Kim Soo Hyun y a vengarse por lo que le había hecho a su pequeño compañero.

La prisión era demasiado buena para el monstruo.

 

Sacando a su pareja de la celda, Ravi tuvo cuidado extra de no tropezarlo con nada a su alrededor. Sabía que una vez que su pareja despertara iba a estar en un mundo de dolor. Tenía que haber alguna manera de sanarlo. Sabía que su corazón no podría soportar un solo quejido de su pareja, sin contar con los gritos que seguramente daría.

Cuando barrieron la sala y se empujaron por el pasillo brillantemente iluminado, Ravi vio movimiento en la esquina de su ojo, pero fue demasiado tarde. Hak Yeon fue arrancado de sus brazos por uno de los hombres de Kim Soo Hyun que intentaba huir con él.



Ravi rugió y entonces lo persiguió con los demás guerreros detrás de él. Corrió adelantándose al hombre, bloqueando su camino mientras los otros guerreros se situaban detrás. No había salida. El hombre no tenía más remedio que devolverle su pareja a Ravi o morir.

Él iba a morir de todos modos, pero Ravi mantuvo la cabeza fría.

—Entrégamelo.

—No. Si dejo que se lo lleven, Kim Soo Hyun me hará tomar su lugar. Como si a Ravi le importara una mierda.

—Entrégamelo —dijo a través de los dientes con firmeza. No había manera que fuera a permitir que su pareja despertara en brazos de su torturador. Sus ojos fijos sobre su compañero mientras Jin Ho caminó más cerca, cerrando la brecha detrás del hombre. Ravi estaba listo.

Cuando Jin Ho envolvió sus brazos alrededor del tipo, Ravi saltó hacia adelante agarrando a Hak Yeon antes de que él chocara contra el suelo. Las heridas se reabrieron, sangre se derramó sobre el suelo y Ravi sostuvo a su pareja apretándolo contra su pecho.

Hak Yeon no hizo sonido alguno mientras Ravi corría hacia la salida.

Tenía que conseguir llevar a Hak Yeon a algún lugar seguro.

 

Ravi miró hacia abajo el lánguido cuerpo en sus brazos antes de empujarse hacia la puerta abierta.

Y el lugar más seguro en el que él podría estar, era el edificio de apartamentos de los guerreros.

 

 

 continuara...


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