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38. Ravi (04) por dayanstyle

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Jimmy tocó a la puerta del apartamento de Ravi. Normalmente habría usado una sombra, pero tenía el presentimiento de que Ravi arrancaría sus ojos si veía a Hak Yeon desnudo.

Qué lástima. El pequeño humano era guapo como el infierno. No es que fuera un cazador furtivo, pero sólo se llevó a casa el hecho de que Jimmy aún no había encontrado a su compañero. Ravi era el cuarto en encontrar el suyo. Bastardo suertudo. El resto de los guerreros miraban a los hombres emparejados con envidia.

Especialmente Him Chan. El líder era el  más  viejo de los   guerreros,   había estado cerca de miles de años antes de que alguno de los guerreros fuera un brillo en los ojos de sus padres. No podía imaginar estar viviendo sin pareja durante tanto tiempo.

—No está ahí. —Phoenyx dijo mientras subía las escaleras—. Llevó a Hak Yeon al Java de Useung.

Jimmy nunca había visto a Ravi actuar de esta manera hacia cualquier persona y se alegró de que el demonio estuviera al fin acoplado. Tal vez sonreiría más a menudo, una vez por milenio no era suficiente. Se habían convertido en amigos el primer día que Jimmy había sido traído aquí para su formación. Conocía el pasado de Ravi. Era uno de los pocos que lo sabía.

Ravi nunca dejaba que nadie entrara en su espacio personal.

El hombre respiraba letalidad, comiéndola como desayuno, pero Jimmy siempre había visto la soledad en los ojos del guerrero, ese anhelo que todas las criaturas tenían de encontrar su otra mitad. Fue bueno verlo dejar entrar a alguien. El hombre lo necesitaba.

—Him Chan me envió a encontrarte. Tenemos que salir.

Con las cosas tan estropeadas alrededor de Serenity City, Jimmy no era demasiado aficionado a vagabundear fuera. Le gustaba tener un plan en su lugar. —¿Adónde vamos? —Jimmy preguntó corriendo hacia abajo detrás del guerrero.

Kim Woo Bin. Ha sido visto.

El pie de Jimmy se cernía cerca del paso inferior ante la jodida situación de Kim Woo Bin. Se estremeció cuando salió del edificio. —¿Y está enviando a dos de nosotros en lugar de todos los guerreros? ¿Por qué?

¿Tengo que orinarlo o algo así?

La última vez se habían necesitado diez guerreros y el líder para capturar a Kim Woo Bin. ¿Y él estaba enviando solo dos?

—Él quiere que confirmemos.

Como si eso lo hiciera mejor. ¿Qué si ellos confirmaban que se trataba de Kim Woo Bin, entonces qué? Tanto como Jimmy se enorgullecía como un guerrero, él iba a sacar rápidamente su culo de allí. Kim Woo Bin no era alguien a quien fuera a joder por su propia cuenta. —Uh. Aún deberíamos pedir refuerzos. No puedes haber olvidado lo que pasó la última vez. —Jimmy seguro como la mierda no lo había hecho.

Casi había perdido su vida en aquel entonces. No quería repetirlo.

—Está bien. Es solo una misión de confirmación.

Si, correcto. No había manera en la que ellos simplemente fueran y dijeran sip, es él y caminaran de regreso.

Las cosas nunca eran tan fáciles.

 

Jimmy no estaba seguro en que se estaban metiendo. Con Kim Woo Bin nunca se sabía. Siguió a Phoenyx hasta que llegaron a un callejón en  el peor lado de la ciudad. Era el verdadero borde de Serenity City, justo antes de convertirse en lo que los humanos llamaban el infierno.

Figurativo.¿Dónde más estaría Kim Woo Bin escondido?

Jimmy rodó sus hombros mientras su cuello traqueaba, preparándose para un infierno de batalla. No con Kim Woo Bin, sino con la escoria de los bajos fondos que custodiaba las puertas del infierno. Eran unos bastardos espinosos que amaban joder con la gente, guerreros demoníacos que estaban en la cima de la lista de golpea sus bolas.

Tenía que recordar enviarle a Him Chan una tarjeta de agradecimiento por esto.

 

Ravi de pie frotando sus sienes frente a su estimado líder, haciendo su mejor esfuerzo por entender porque había enviado a Jimmy y a Phoenyx por su cuenta a rastrear a Kim Woo Bin. Debería haberle entregado los demonios una navaja dentada para cortar sus propios corazones.

Esto no tenía ningún sentido para él.

Kim Woo Bin podría ser estúpido pero su fuerza compensaba eso. Him Chan solo le había enviado al bastardo su próxima comida.

—¿Sabes hacia dónde se fueron ellos? —preguntó, haciendo  su mejor esfuerzo por permanecer en calma. Jimmy había sido su único amigo. No había tenido ninguno en Baku y Jimmy se había partido por Ravi, rompiéndolo y yendo hasta la muerte por su amistad.

El loco bastardo era así. Implacable. Sabía de hecho que su amigo no iría solo a localizar a Kim Woo Bin y entonces regresar corriendo a casa. Iba  a tratar de atraparlo. Eso era lo que Jimmy era y así era como funcionaba su cerebro.

Hak Yeon estaba abajo en el apartamento de Jin con las otras parejas esperando a que Ravi regresara. Sabía que si él salía Hak Yeon insistiría en acompañarlo. Eso era demasiado peligroso para su pareja.

Ahora tenía que dejarlo.

—Están en las afueras del infierno.  

La cabeza de Ravi se quebró, ira llenándolo con esas palabras. Solo alguien fuera de su sano juicio se aventuraría a ir por ese camino. Incluso siendo un guerrero Ravi procuraba permanecer lo más alejado posible de las afueras del infierno.

Him Chan realmente había perdido su jodida mente.

Ravi giró sobre sus talones, saliendo el penthouse de su líder mientras entraba en una sombra y salía cerca de las afueras del infierno. Vio a Jimmy y Phoenyx de inmediato. Ellos estaban ocupados en una batalla con los centinelas.

Y parecía que los centinelas estaban ganando. Sus ojos se agrandaron cuando Jimmy fue lanzado contra las puertas, su cuerpo rebotando sobre el hierro y luego golpeando el suelo. Se puso de pie sacudiendo la cabeza y luego corrió tras la criatura.

O había perdido su cerebro o tenía muchas bolas. Ravi no estaba seguro cual de las dos cosas era.

Apretó sus puños y cerró sus ojos concentrándose fuertemente. Cuando sintió el poder surgiendo a través de sus venas, Ravi abrió sus ojos para ver diez Ravis rodeando a los centinelas.

—Yo lo estaba haciendo bien. —Jimmy gritó cuando  volaba contra la puerta de hierro una vez más. Sip, se veía como eso.

Ravi alzó su mano. Los otros diez Ravis repitieron el movimiento. Ravi tuvo que concentrarse para mantener sus imágenes de espejo en el lugar. No era fácil pero el truco parecía estar funcionando. Los centinelas veían a su alrededor confundidos por todos los Ravis que los rodeaban. Era un truco que tenía a mano para usarlo en momentos como estos, pero era mental y físicamente agotador.


Ravi giró sobre su derecha, las imágenes haciendo lo mismo. Los centinelas dejaron salir un ruidoso gruñido y avanzaron. Había dos de ellos, gruñendo mientras humo salía de sus fosas nasales. Su piel estaba derretida, pequeñas chispas de fuego encendiéndose al azar desde su carne en distintos lugares. Eran una pareja horrible y Ravi sabía que no debía dejar que cualquiera de ellos lo tocara.

No sería agradable si lo hicieran. Podía ver las marcas de quemaduras por todas partes en Jimmy. —Ven conmigo —Ravi se burló provocándolos mientras daba un paso hacia atrás, llamándolos con un movimiento de sus dedos.

Ellos avanzaron mientras Jimmy y Phoenyx se deslizaron por las puertas. De nuevo se preguntó que infiernos había estado pensando Him Chan. Esto tenía el letrero de misión suicida escrito por todas partes.

Solo dejen que regrese con Hak Yeon.

Ravi se quedó allí la luchando contra el aire, moviendo los brazos y las piernas mientras sus imágenes hacían la verdadera batalla. Los centinelas no parecían saber la diferencia y Ravi estaba bien con eso. Eso significaba que no tendría que tocar a los bastardos.

Podía olerlos desde donde estaba parado y se preguntó cómo  los otros guerreros no estaban en sus manos y rodillas vomitando sus tripas.

Vio a Jimmy y luego a Phoenyx deslizándose dentro de las puertas y supo que tenía que apresurar su culo con el fin de seguirlos. Él continuó luchando acercándose a la puerta mientras balanceaba sus brazos en un movimiento de boxeo, lanzando un gancho de izquierda y luego a la derecha a hasta que estuvo de espaldas a la puerta. Ravi dio un último golpe circular antes de caer en el interior.

Estaba agotado mientras empujaba sus imágenes de espejo de nuevo dentro de su cuerpo. Sentía como si hubiera sido atropellado por un maldito tren de carga. Cada músculo de su cuerpo dolía.

—Gracias —dijo Jimmy apareciéndose al lado de Ravi—. Lo tenía bajo control, pero...

Ravi sacudió su cabeza mirando a su alrededor. Los humanos no tenían idea de cómo lucía realmente el infierno. Imágenes de fuego y azufre, no eran para nada lo que el infierno era.

Ravi vio las calles de Baku justo frente a sus ojos. El largo portal rodeando la ciudad aún estaba en su lugar, al igual que la escoria de la tierra mientras se acercaban a Ravi, sus manos como si quisieran despedazarlo miembro por miembro.

—Todo está en tu mente. —Jimmy dijo tirando del brazo de Ravi—. No pienses demasiado en eso.

El infierno era un lugar que hacía que la gente reviviera sus peores pesadillas una y otra vez. Ravi nunca había estado allí antes y si pudiera hacer algo, nunca regresaría. No era un lugar para ir de vacaciones. Eso era seguro.

La diferencia entre las celdas de detención y este lugar era que aquí uno podía ser atacado y asesinado, solo para despertar y empezar toda la pesadilla de nuevo. En las celdas de detención todo eran recuerdos.

Los temores estaban jugando aquí, los habitantes de las sombras excavaban a través de las mentes de las personas y sacaban sus peores y más profundas pesadillas.

—¿Hak Yeon? —Ravi inclinó su cabeza mientras su pareja caminaba hacia él, ira llenando sus ojos y sus labios transformándose en una fiera mueca. Su pareja lo abofeteó en la cara y escupió sobre él.

—Eres la peor pareja de todas. Permitiste que me secuestraran y me torturaran. Te odio Ravi. Eres de lo peor. Quiero romper nuestro lazo para no verte de nuevo nunca más. Me das asco. Eres un error, un cobarde y no soporto el aire que respiras. Tu madre te crió como un mal chiste.



Ravi sintió como que estaba de regreso a esos años atrás cuando vivía en Baku, cuando su madre lo había abandonado, dejándolo a una temprana edad para valerse por sí mismo. Ella le había dicho que él había sido un error y que ni siquiera era digno de ser amado. Su ira explotó ante la crueldad de este lugar. No quería estar aquí.

—¡Ravi! —Jimmy gritó sujetándolo desde atrás. Ravi ni siquiera se había dado cuenta que había estado peleando. Tomó una profunda bocanada de aire tratando de calmarse. Esa no era su pareja.

Hak Yeon lo amaba. Hak Yeon lo deseaba.

—Vamos, sigamos moviéndonos. Ignora lo que  veas. —Phoenyx dijo escoltándolos. Las cicatrices de su abandono estaban recientemente abiertas y Ravi se sentía lastimado, expuesto... sin valor. Se sentía de nuevo como un frágil niño.

—Allí —Phoenyx susurró a medida que se metía en un hueco. Ravi podía ver a Kim Woo Bin jugando con una pobre alma, torturándolo con una expresión de satisfacción en sus ojos. Ravi se frotó el esternón, tratando de librarse de ese doloroso sentimiento que crecía dentro de él a causa de las palabras de Hak Yeon.

Sabía que no era realmente su pareja, pero las palabras habían tocado una fibra sensible.

—¿Ahora qué? —Jimmy preguntó.

—Ahora nos vamos. Hemos confirmado en donde está. —Phoenyx declaró mientras comenzaba a retroceder—. No podemos atraparlo, incluso si es tres contra uno.

Ravi estaba en total acuerdo. Quería salir de ese lugar tan rápido como sus pies lo llevaran. Sentía como si toda su felicidad estuviera perdida, ida, arrebatada de él y nunca fuera a regresar. Sabía que era por el lugar, pero eso no ayudaba a extinguir ese sentimiento.


Necesitaba sentir a Hak Yeon otra vez en sus brazos para asegurarse a sí mismo que él era realmente su pareja. Con eso en mente, Ravi se largó corriendo hacia las puertas. Quería como el infierno salir de ahí.

—Maldita sea Ravi—rompió Jimmy—. Detente de una puta vez.

No, no sucederá. Tenía lugares a donde ir y gente a la cual ver, como su apartamento y Hak Yeon. Nada más importaba. Ravi vio las puertas que surgían delante de él. Imprimió una ráfaga de velocidad viendo la libertad en un cutre juego de puertas de hierro oxidadas.

Ravi casi cayó sobre sus rodillas y gritó frustrado cuando Him Chan y una línea de demonios guerreros de repente aparecieron entre él y las puertas. Decidió que iba a correr justo a través de ellas pero algo en la mirada de Him Chan lo detuvo.

El peor temor de Ravi se estrellaba contra él. —¿Hak Yeon? — murmuró.

—Tu pareja está a salvo, Ravi. Ahora mismo está disfrutando de un picnic con la manada del Alfa Changjo y un contingente de guerreros. He pedido el favor a un amigo. Si el peligro aparece, Hak Yeon será llevado a un lugar seguro.

—No es suficientemente bueno. —Ravi apretó sus manos cuando gruñó, caminando hacia el líder demonio—. Necesita…

—Él necesita que elimines la amenaza. —Him Chan señaló algo más allá del hombro de Ravi—. Tú también lo necesitas. Tu alma no se conformará hasta que no sepa que tu pareja está segura y yo creo que tu alma ahora le pertenece a Hak Yeon.

Ravi giró para echar un vistazo sobre su hombro, temeroso de saber que era lo que Him Chan estaba señalando. Tenía razón. Kim Woo Bin los había visto. Y estaba cabreado y caminando pesadamente hacia  ellos. Ravi tragó saliva duramente. Maldición, ese monstruo era gigante. Tenía que medir al menos más de tres metros de alto. Y joder si no era inmune a todos sus poderes. Tendrían que llevarlo por la fuerza bruta únicamente.


Ravi tomó una profunda respiración dándose valor. Bueno, ellos ya lo habían hecho una vez. Podían hacerlo de nuevo. Eso esperaba. Colocar a Kim Woo Bin en prisión alejaba un enemigo más de Hak Yeon. Ravi solo esperaba sobrevivir a la batalla.

—Ok. —Ravi dijo mentalizándose para la pelea que se aproximaba—. Hagámoslo.

 

 

 continuara...

Notas finales:

ok nenes.. por lo general a mi me encanta Kim Woo Bin.. a pesar de no ser un artista meramente visual, me encanta como encaja a la perfeccion en el personaje de malvado y eso sin mencionar lo jodidamente sexy que es... 


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