Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Love Again. (MinRon/AMin) por MargyTom

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Parte única del fic.

Lo sabía. Siempre lo supo. Por más que lo hubiese deseado, imaginado y falsamente creído, Aron nunca fue suyo. De su corazón siempre recibió razones con las cuales denegaba que no fuese así, porque, claramente, estaba enamorado, terriblemente cegado por las palabras que cruelmente la máscara que Aron usó para hacerle caer de tal forma, asimismo le expresó, de tan falsa forma; pero, ese día, Minhyun reclamó a su muy roto corazón, cómo es que a tan sólo unos metros de sí, éstas perdían totalmente el sentido y significado que una vez, sólo una, creyó y tuvo fe de que eran verdaderas... Porque todo se derrumbó en cuanto sus ojos visualizaron al que creyó ser el amor de su vida, en brazos de otra persona. 
 
Aún así, su relación continuó, Minhyun rápidamente cubrió y ocultó las heridas en cuanto tuvo de cerca la presencia del chico cuyo aroma inundaba sus sentidos, le mareaba, le enloquecía y hacía sentir igual e incluso más enamorado que la anterior vez que le tuvo de la misma forma. Porque ciegamente caía, o bien, después de lo sucedido, tan sólo omitía aquella voz que le recordaba el fraude que su novio le propició, la ignoraba, le hacía callar, porque definitivamente prefería las sensaciones en su pecho, barriga, y cuerpo entero cuando este le besaba, con esa dulzura, amarga a la vez, que las punzadas en el pecho, el tormento en su garganta y asimismo las ganas de llorar que estas voces, que representaban la realidad, le ocasionaba. 
 
Pero, nada valía ahora, cuando ya no sólo era sólo su mente quien le decía que ni el amor ni absolutamente nada de ese chico que tanto amaba y adoraba le pertenecía; sino que él mismo también. La voz de este se convirtió en tan sólo ecos que resonaban en su cabeza, cuando pronunció las palabras que él nunca quiso creer de su parte, de su mente, de incluso las imágenes que sin permiso y sin previo aviso se colaron en su cabeza y pasaron a ser parte de esta día con día y a atormentarle de la peor forma. Se sintió mareado, pero esta vez no era a causa del aroma impregnado en su piel. Sintió un terrible cosquilleo en su barriga, mas no a causa de sus besos, y próximamente, una sensación que se sintió como un golpe directamente en la boca del estómago, que le dejó sin aire, sin poder respirar, que le hizo perder la razón de lo que estaba pasando y solamente se centraba en él, en sus palabras, en su "Ya no siento lo mismo por ti, Minhyun.", seguido del "Estoy con alguien más.", que tanto le había costado ignorar cuando era tan evidente. Golpeándose y maldiciéndose internamente por no haberlo creído y que, por ende, ahora sonase tan desgarrador para él, para su corazón. 
 
Su visión se volvió borrosa, asi como la silueta de Aron alejándose y dejándole, saliendo de su vida tan fácil como le fue entrar. Minhyun no quiso pronunciar ninguna palabra de despedida. En su lugar, quería correr hacia él y pedirle que no le dejase. Que se retractase de esa despedida definitiva, de ese seco y frío "adiós". Quería pedirle que volviese, que le amara de nuevo. Sin embargo, sólo permaneció en el mismo sitio hasta que la presencia de Aron desapareció de la calle, de su vista, de su vida. Fue entonces, cuando la primer lágrima escapó, seguida de un sinfín de las mismas, llenas de tristeza y lamento. Toda esa que se acumuló durante largos dos meses desde el día que presenció la infidelidad, hasta la actualidad, cuando se escupió la verdad y todo terminó. Las lágrimas simplemente salían, pues el rostro del castaño se mantenía inexpresivo, aún perdido y aturdido por el peso de la realidad que aún y pese a esas alturas, le costaba creer. En su mente le gritaba a ese chico a quien no veía más que en su mente terca, que volviese y le amara como siempre lo había hecho. 
 
Y de la misma forma continuó el resto de sus días, sin embargo, habiendo pasado casi más de medio año, los ruegos de que volviese habían cesado, y ahora rogaba por que le ayudase, que le salvara, que le rescatase del gran abismo al que había caído y del cual no podía salir. En donde lentamente era consumido por la tristeza y sufrimiento perpetuo e incesante a causa de su amor. Porque para Minhyun, Aron lo fue, o más bien, era todo. Su felicidad y su vida. Porque de esa forma le había enseñado a vivir cada día de todos esos ocho largos años de hermosa relación que se fundió en un gran abismo, parecido al que se encontraba ahora, por una razón que desconocía. Y era lo que más le mortificaba; el porqué Aron decidió dejarle, porqué su corazón se abrió para alguien más si toda su vida se esforzó en demasía en hacer que esto no sucediese, pues, entonces, ¿qué había hecho mal?
 
Ahora Minhyun ya no luchaba por escapar de la tristeza y soledad, ya que no había nadie además de Aron que pudiese ayudarle. Porque había dejado a sus amigos por su causa. Había escapado de casa, dejando a su propia familia a la corta edad de dieciséis años, por un amor juvenil hacia su joven maestro. Ambos habían escapado pese a la prohibición hacia amores de su tipo. Se mudaron a un pequeño apartamento alejado de la ciudad, Minhyun abandonó los estudios y su estancia era sólo en dicho lugar, esperando cada día por el regreso de su amado para fundirse en su amorío, lleno de besos fogosos, húmedos, y caricias que dejaban rastros de fuego en su cuerpo, que terminaba en sexo vulgar y descontrolado, pero que ambos deseaban. No obstante, los días comenzaron a pasar, y Aron dejó de regresar, así como también Minhyun dejó de esperar por él.
 
Su vida se desvió, y dejó de llevar rumbo. Simplemente, allí estaba. 
 
Y, muy a lo lejos de él, prácticamente, al otro lado del mundo, un alma rogaba por escapar de aquel cuerpo en busca de otro que le hiciese sentir feliz después de más de seis meses sin vivir. Aron había dejado Corea para regresar a su país natal, Estados Unidos y rehacer su vida luego de ser acusado y terriblemente buscado por un supuesto secuestro, denunciado por los padres de Minhyun, quienes después de tanto tiempo al fin dieron con el chico que se había robado el corazón de su hijo y se los había robado a ellos. 
 
Si bien, su corazón aún seguía perteneciéndole a ese chico de cabellera castaña, gran estatura y sonrisa deslumbrante. Esa que él atesoraba y había cambiado por un semblante desdichado, como bien lo pudo apreciar la última vez que le vio, aquel día, cuando incluso el cielo se había nublado a causa de los hechos que se presenciaban. Aron sabía que Minhyun había quedado destrozado más por el hecho de pensar que le había traicionado y cambiado por alguien más que por la separación misma, y él quería llamarle sólo para explicarle la realidad detrás de todo. Que aquél día en el que le vio junto a Jinri, su compañera de trabajo, besándose, había sido planeado. Que él había posicionado bien sus palabras para que el menor desconfiase, le siguiese y asimismo le encontrase cometiendo tal cosa. Que él había continuado su relación con él después de dicho suceso por pura necesidad de tenerle por un tiempo más, ya que debía haber terminado desde ese mismo día. Que la vez que le confesó la "verdad" y le dejó, quiso regresar y y abrazarle con todas sus fuerzas. Decirle que le amaba más que a nadie en ese mundo y que no había nadie más para él, que en su corazón sólo había lugar para una persona, Minhyun, y nada más. Quería decirle, que luego de haber mantenido un semblante firme y decidido a lo que diría, al darle la espalda, las lágrimas, sin anunciar su venida, aparecieron y, hasta el día de hoy, no se retiraban ni cesaban su estancia. Quería decirle, que aunque ambos sintiesen que sus vidas estaban acabando, todo había sido por el bien de ambos. 
 
Aron fue informado por sus amigos que Minhyun había sido encontrado y ahora descansaba en brazos de sus padres, quienes posiblemente iban a devolverle la vida de la que él le privó por ocho años, y que se recuperaría de la caída. Mientras tanto él, viviría el resto de sus días encerrado en su apartamento, sin nadie quien le acompañase, sufriendo en silencio, y fundiéndose en la tortura que acabaría siendo su propio fin. 
 
Y, al cerrar sus ojos, tan solo viviría la imagen de su sonrisa, y las palabras que no podría dedicarle nunca más.
 
Notas finales:

Gracias por leer. b25;


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).