Lambo se aferraba a la cintura de Kyoya debido a la alta velocidad a la que conducía la motocicleta en la que iban. Sentía su corazón acelerado y no precisamente por la velocidad, tenía miedo, miedo de lo que pudiera hacerle el de ojos grises; ya casi lo había mandado al hospital una vez y había mandado a Tsuna a uno ya.
Y para colmo de sus males no podía contactarse con Reborn debido a que antes de subir el de cabello negro le había pedido su teléfono aventándolo y destruyéndolo, Kyoya era meticuloso y lo suficientemente listo, llevaban ya alrededor de media hora de camino cuando llegaron a un pequeño paraje entre dos montañas el cual se veía apartado, el mayor aparco la moto cerca de una cabaña de estilo acogedor, de conductor bajo y luego se dirigió a él bajándolo del vehículo de forma algo brusca.
-ahora…no hagas ninguna tontería-
Kyoya lo puso frente a él mientras disimuladamente colocaba algún objeto-que reconoció como un arma en su espalda- y así entraron al lugar caminando una vez dentro el de ojos grises compuso su mejor mueca.
-una suite por favor-
La joven que atendía alzo la vista mientras componía una sonrisita traviesa, tecleando en el computador. Mientras hacia la reserva del de cabellos negros, Lambo estuvo a punto de hablarle, pero el otro le agarro fuertemente de las caderas provocándole un respingo y un ligero sonrojo, la chica termino de hacer la reservación y le entregó las llaves al mayor.
-gracias-
-de nada…felicidades-
El mayor compuso media sonrisa mientras caminaba hacia la habitación asignada una vez en este arrojo al menor contra la cama, el lugar era realmente acogedor, pero en estos momentos poco o nada le importaba a Lambo la decoración, lo acogedor o el lugar en sí; debido a la mirada poco sana en aquellos metalizados ojos.
-desvístete-
-Kyoya-
El mayor coloco el seguro en la puerta mientras se acercaba rápidamente a él tomándolo bruscamente de las mejillas, obligándole a verlo.
-eres mío Lambo, siempre lo has sido, pero parece que hace falta que te lo recuerde; ahora haz lo que te ordeno sucia perra-
-/-/- Mansión Nikiforov -/-/-
Ryuichi suspiro al ver a su compañero colocarse detrás de su novio junto con los otros dos chicos mientras Akihito le lanzaba una mirada significativa.
-se lo digo yo-
-pon altavoz-
El mayor asintió mientras marcaba rápidamente el número y ponía el altavoz, uno, dos, tres timbrazos hasta que la persona al otro lado de la línea se dignó a contestar.
-espero que sea de vida o muerte-
-Kyoya se llevó a Lambo-
El silencio se hizo presente solo interrumpido por el leve rugido de la motocicleta que conducía el de ojos negros, un suspiro se escuchó del otro lado de la línea mientras Reborn volvía a hablar.
-pásame a Víctor-
-ho-hola Reborn-
-eres ruso muerto, aunque primero acabare a Kyoya ¿entendiste? -
-s-si-
La seriedad en la voz el de patillas no dejaba lugar a replicas mientras Víctor pasaba saliva nerviosamente y se aferraba más a Yuri quien lo veía con una gotita en la nuca.
- ¡anciano! ¿podemos ver televisión? -
-Yurio-
-por favor-
Víctor asintió mientras se retiraba con los 4 chiquillos que habían llegado hasta ellos mientras todos los demás esperaban alguna nueva señal del de ojos negros.
- ¿Qué saben? -
-no mucho parece que destruyo su celular y escapo en una motocicleta-
-bien un motivo más para arrancarle la cabeza y no precisamente la de los hombros-
Reborn corto la llamada mientras aceleraba al vehículo, una media sonrisa adorno su rostro mientras observaba el celular en su motocicleta el cual mostraba un mapa con un punto rojo en él, todo iba de acuerdo al plan, algo bueno de que nadie sabe-ni el mismo Lambo cabe aclarar- del chip rastreador que el de ojos verdes tiene, eso le daba un factor sorpresa y una forma más fácil de encontrar a ese mal nacido.
-/-/- Kyoya -/-/-
Se mordió los labios mientras sus ojos seguían cada prenda, cada trozo de piel al descubierto, sentía su pene pulsar encerrado en sus pantalones, pero aun así se negaba a tocarse, el plus extra de la situación era el temblor en aquellos ojos verdes y su completo miedo.
Lambo era suyo, lo fue desde el primer día cuando lo vio en su trabajo aquella torpeza inocente, sus ojos claros y toda aquella aura tierna que deseaba corromper. En ese entonces recién se había casado con Tsuna debido a que su familia tenía problemas económicos y una alianza con la Vongola resultaría beneficioso, y seguido por aquel deber auto impuesto había aceptado sin chistar el matrimonio arreglado.
Pero lo encontraba insulso sin sabor, Tsuna era la perfecta esposa obedecía en todo y todo lo hacía sin rechistar incluso si era para forzarlo a tener relaciones; su matrimonio era aburrido por eso cuando sus ojos se posaron en el joven de cabellos verdes su vida cambio, aquella emoción y sabor que le provocaba la infidelidad cada vez le gustaba más, hasta la concepción y posterior llegada del primogénito de Vongola Giotto algo cambio, Tsuna se había enterado de la infidelidad y por fin se había puesto firme ante él, empezaba a ver el verdadero carácter del joven capo y ahora Lambo era insulso para él.
La violencia ya era normal para él, su padre lo había educado tan estrictamente que su infancia y adolescencia habían pasado rápidamente sin un momento feliz donde estuviera riendo más que los escasos momentos con su madre, todo habían sido lecciones de artes marciales, literatura, historia, matemáticas, japonés antiguo, y muchos etcéteras que no valía la pena nombrar.
-eres hermoso-
-de-detente Kyoya…por favor-
-cállate sucia perra, el pantalón-
Una parte de él pedía que se detuviera esa parte de conciencia que aún le quedaba oculta en la parte más recóndita de su mente, pero sus impulsos eran más fuertes diciendo “tómalo” necesitaba saciar sus instintos; aquel impulso gano la batalla en su cerebro y se acercó al menor bajándole de manera brusca los pantalones.
-rápido…colócate en 4-
El chico hizo lo que se le pidió mientras temblaba, se deshizo rápidamente de toda su ropa; no había tiempo para preliminares, necesitaba hacerlo ya; mordisqueo una de las blancas nalgas hasta dejarla roja.
Tomo sus caderas de forma brusca posicionándose para penetrarlo, pero la puerta del lugar fue tirada de una patada mostrando la figura de Reborn quien sonreía de forma malvada.
-oh vaya, parece que he interrumpido algo-
- ¡Reborn! -
-hm…segunda rama-
-quítale tus sucias manos imbécil-
Tomo a Lambo bruscamente volteándolo mientras el menor daba un pequeño brinco al observar aquellos ónix enfurecidos.
-¿molesto? Tan solo mira-
Las manos de Kyoya recorrían el cuerpo ajeno sin inmutarse por el arma que era apuntada contra ellos en aquella posición el capo no podría disparar a menos que quiera matar a su novio. Paseaba las manos descaradamente por el torso del menor, llego hasta sus tetillas pellizcándolas con saña provocando un leve gemido.
- ¿te gusta? Mira, tu novio nos observa, pero no puede hacer nada para impedir que te toque y eso te excita que sucia zorra-
-tú…maldito-
-Kyo-Kyoya…suelta-me-
-mm no-
Bajo una mano hasta la entre pierna del joven la cual comenzaba a despertar mientras lo masturbaba, Reborn se mantenía firme a pesar de empezar a sentir una presión en el pantalón, la vista del joven de ojos verdes resultaba en cierto punto afrodisiaca pero no ser él quien provocaba ese estado lo hacía sentirse enfermo, un gruñido bajo salió de sus labios mientras observaba impotente la escena más, sin embargo; el arma en sus manos no tembló ni un poco.
Kyoya sonreía malicioso sacándole cada vez más suspiros y gemidos al joven peli negro quien por más que se mordía los labios no podía contenerse, sentía un nudo en la boca del estómago que cada vez se iba apretando más y más; y la mirada oscurecida por deseo y furia de Reborn sobre su persona poco ayudaba; pronto terminaría y sus gemidos anunciaron su llegada a los otros dos que seguían mirándose como si con ello pudieran enterrarse a 4 metros bajo tierra.
- ¡REBORN! –
-maldito-
Se llevo los dedos empapados en la semilla del menor mientras lo arrojaba al suelo, se levantó elegantemente tomando sus pantalones y el resto de ropa, empezando a vestirse mientras con su arma apuntaba a Lambo.
-terminemos esto Kyoya…al estilo Vongola-
-hm…de acuerdo-
Ambos salieron mientras Lambo lo observaba rápidamente les dio alcance colocándose parte de su ropa en el proceso. Sentía el corazón palpitar fuertemente mientras observaba a ambos apuntándose uno frente al otro en aquel desolado estacionamiento.
-arrójala-
-tu primero-
-ambos…uno-
-dos-
- ¡tres! -
Las armas cayeron al piso mientras ambos se lanzaban a su respectivo oponente Kyoya había sacado de improviso un par de tonfas, aquellas armas fueron detenidas casi al instante demostrando así la fuerza del de patillas quien dio una voltereta hacia atrás esquivando otro tonfazo que iba directo a si cara y respondiendo con una patada en las costillas que obligo al de ojos grises retroceder unos cuantos pasos.
Kyoya se limpió la poca sangre que su cuerpo expulso y miro a Lambo quien se había mantenido al margen de todo esto, pero sus ojos no lo veían a él, veían al hombre contra el que luchaba eso solo provoco su ira mientras volvía a arremeter contra su cuerpo esta vez procurando dañar el abdomen, un golpe otro más; el líder acabo de rodillas, pero se levantó golpeándolo y partiéndole el labio los golpes de sus puños dolían como el mismísimo infierno, pero no se iba a dejar vencer tan fácil.
Podía notar la angustia y amor en los ojos de su novio, se aferraba a si mismo podía ver claramente sus manos clavándose en sus hombros, en un vano intento de mantener la calma; y se dio cuenta, en medio de aquella batalla, en medio de aquel lugar, en los ojos de Lambo quería más de él quería todo de él absolutamente todo y Kyoya no lo derrotaría, no ahora, no perdería menos si el amor de su vida lo estaba observando; le dio un fuerte golpe en la mandíbula al joven arrojándolo contra un árbol cercano mandándolo a la inconciencia.
Intentaba calmar su respiración mientras una sonrisa victoriosa adornaba sus labios dio la vuelta evitando mirar a aquel hombre que había convertido la vida de Tsuna y la de su novio en un infierno, recogió el arma y le sonrió a Lambo una sonrisa pura sin ningún tipo de maldad en ella.
-te amo-
Aquella frase cruzo el aire mientras Lambo se quedaba en una pieza y una hermosa sonrisa adornaba su cara, mueca que paso al terror puro cuando un disparo resonó en el aire; Kyoya había recuperado la conciencia y la confesión del asesino solo pudo hacer hervir su sangre, ¿Por qué alguien como él podía tener a una persona como el joven de cabellos verdes? Había mirado a su alrededor y recogido su arma que estaba cerca sin pensar acciono el gatillo.
- ¡cuidado! -
Su corazón se aceleró ante la frase de Reborn pero después mirando por su hombro simplemente miro a Kyoya despertar miro como tomaba el arma y como le apuntaba a su amado a traición y por la espalda; no supo como pero en menos de un instante ya había corrido colocándose frente al mayor sintiendo un duro golpe al vientre, cayó de espaldas escuchando otro silbido de bala, el cual impacto en la frente de Kyoya sonrió pero era tarde.
Se movilizo después de arrebatarle la vida a Kyoya, aun así, disparo a su cuerpo inerte 5 o 6 veces más, corrió al lado de Lambo apretando la herida que sangraba abundantemente. La ambulancia y refuerzos de Vongola ya venían en camino al fin y al cabo aquel lugar era propiedad de Tsuna, adquirido recientemente.
-vaca estúpida, ¿Qué has hecho? -
-cre-creo que…te salve…el culo-
-idiota…no te vayas-
-Re-Reborn…cui-cuida…aLampo-
-no digas estupideces estarás bien, ya viene la ayuda; solo no cierres los ojos, no me dejaras solo ni al mocoso-
-te amo Reborn-
-no hables, resiste, vamos resiste o te buscare en donde este y pateare tu culo por dejarme, y por hacer y decir cosas estúpidas-
-te amo-
Su voz era cada vez más suave y sus parpados caían poco a poco repitiendo aquella frase que lastimaba el corazón del mayor, este intentaba mantener la calma y seguir auxiliándolo, la tibia sangre inundaba sus manos y el saco que había puesto a modo de venda improvisada.
-vamos despierta…tenemos que hacer un bebe-
La inconciencia le llego cuando ambos subieron a la ambulancia, Reborn no hablaba simplemente veía a los paramédicos auxiliar a su novio y futuro esposo, tomo su celular sin importarle mancharlo de sangre y le marco a Asami informándole escuetamente de la situación y donde deberían verlos.
La ambulancia arribo a la sala de urgencias llevando al de ojos verdes a cirugía inmediatamente donde a pesar de sus amenazas a enfermeras y doctores no lo dejaron pasar más haya de quirófano le dieron unas toallas para limpiarse y lo mandaron a la sala de espera, casi veinte minutos después llego Asami con todos los demás incluyendo a los niños, el pequeño Lampo se adelantó y al observarlo se abalanzo a sus brazos.
Abrazo el cuerpo más pequeño el cual temblaba sintiendo las lágrimas del niño mojando su ropa acaricio su cabello abrazándolo de vuelta hasta que el pequeño cayo dormido en sus brazos.
- ¿Qué sucedió? -
-Kyoya me disparo, Lambo se colocó enfrente; y el tiro…le dio a él-
- ¿y Kyoya? -
-muerto-
Los semes asintieron con la cabeza mientras Yuri caminaba hasta él intentando quitar al niño dormido recibiendo una negativa del de patillas, cuatro horas estresantes se vivieron en aquella sala mientras Reborn sentía la angustia crecer en su pecho cada vez más, Shamal salió del lugar provocando un sobresalto general el hombre tenía la bata llena de sangre y una mirada seria.
-perdió mucha sangre y tuvo un paro cardiaco durante la operación, la bala perforó el estómago y se quedó incrustada allí, así que la tuvimos que removerla y nos vimos forzados a inducir un estado de coma debido a la delicadeza del asunto hasta que su cuerpo se estabilice-
- ¿Cuánto? -
-tres semanas, un mes dependiendo de cómo su cuerpo reaccione al medicamento se quedará internado en terapia intensiva hasta que debamos despertarlo-
- ¿puedo verlo? –
-solo tú-
El de patillas asintió mientras le daba al pequeño Lampo a Yuri quien tomo en brazos al niño que aún estaba dormido. Llego hasta la habitación mientras observaba aquella imagen muy parecida a la que había visto con Tusna maquinas conectadas alrededor de su cuerpo dio un largo respiro antes de penetrar en el lugar.
-se va a salvar porque reaccionaste a tiempo-
La mano amiga de Shamal sobre su hombro le aligero un poco aquel peso que empezaba a sentir asintió entrando con más confianza.
-vaca tonta…te amo…recupérate pronto, porque tu trasero no se va a salvar por tal tontería que has hecho, te voy a llenar por dentro de tal forma y en tal cantidad que no tendrás uno sino tres bebes-
El medico suspiro mientras observaba a Reborn sabiendo de antemano que aquella era su forma de expresar su preocupación, ansiedad y amor…o si el asesino amaba al menor; ahora tenía con que molestarlo; una mirada sanguinaria lo hizo dar media vuelta y salir dejando al par de novios solos.