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THE PRINCES OF EROS por Sayurayaoista

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Notas del capitulo:

Sayura: perdonen por tardar tanto

Ana: tuvimos pequeños percances 

Nina: pero esperamos actualizar pronto

Xóchitl: ¡a leer!

 

-Dos meses después-

Había sido la espera más larga que su corazón haya tenido, al final Ryuichi y los otros dos varones los habían convencido de regresar al trabajo, alegando que podrían distraerse un poco, además no podían hacer otra cosa más que dejar que el tiempo empezará a seguir su curso, inclusive Kain apoyo esa opción quería tener a sus chicos cerca y asegurarse de que estuvieran bien, por las noches ya no regresaban a su apartamento sino que eran recogidos por sus parejas o la persona de confianza de estas-cuando tenían alguna junta urgente-y llevado hasta la mansión de Víctor, Akihito era el más abatido, había perdido su sonrisa poco a poco con el pasar de los días preocupando a sus amigos y dicho sea de paso a Ryuichi aunque no lo demostrase.

-iré contigo-

-No-

-no estoy pidiendo tu opinión Ryuichi Asami, te lo estoy informando-

Aquello sorprendió un poco al de ojos miel, pero sin más sonrió discretamente ese era el Akihito que conocía.

-si Akihito va, yo voy-

-Yo también-

-Y nosotros-

-Pero mi Yuri-

-nada de peros Víctor, Yurio, hijo, tú te quedarás a cuidar a Lampo, no podemos arriesgarnos a que les pase algo-

-Pero ma.…-

-Confío en que me harás caso hijo y que cuidarse bien de Lampo-

-Está bien-

- ¿Cuándo partimos? -

-En dos horas-

El de ojos cafés asintió junto con el de ojos verdes, y así los tres donceles subieron a sus habitaciones siendo seguidos con la vista por sus respectivos novios, Reborn desvió la vista a Ryuichi.

-Sabias que esto pasaría, ¿no es así Ryuichi? -

El de ojos ónix miraba al mayor de todos con una mueca de seriedad y cierta desconfianza, aunque en el fondo se lo agradecía.

-Por eso pediste que los entrenáramos, ¿verdad?-

Víctor miro al menor sorprendido mientras alzaba su mano y lo señalaba acusadoramente, y era cierto los tres donceles habían tenido clases de defensa personal junto con los dos menores, su agilidad para bailar había sido un factor clave para que aprendieran más rápidamente a pelear y les daba una ventaja extra, al moverse rápidamente.

- ¿lo dudaron acaso? Son sus novios, ¿creían que se iban a quedar tan fácilmente cruzados de brazos? -

-No-

-Lamentablemente los conocemos-

-/-/- Yuri -/-/-

El doncel suspiro mientras terminaba de cambiarse aquellos dos meses habían sido estresantes de cierta forma pero se había acercado más a Víctor incluso su hijo lo había hecho, el pequeño rubio ahora veía con cierta admiración al príncipe ruso, río un poco recordando las peleas de este con el menor, al fin había hecho una buena elección, su mirada adquirió un tono más serio al recordar como los niños extrañaban a Mei y la mirada triste de Akihito, tenían que recuperar a la niña costara lo que costara, dejó de divagar y se apresuró a vestirse, salió de su cuarto topándose con Cris, el rubio estaba a punto de tocar su puerta.

-Yuri-

-Cris-

Ambos habían mantenido una distancia considerable el uno del otro y cuando Víctor pregunto ambos contestaron en automático" somos viejos amigos" sabía que Víctor no se había tragado aquello completamente, pero, aun así, agradecía que no lo haya presionado para hablar, desvío la mirada del rubio apretando entre sus manos el pomo de la puerta.

- ¿podemos hablar? -

-no creo que sea el momento Cris-

-sólo será un momento-

Dudo un poco, pero, sin más asintió mientras se hacía a un lado dejando pasar al de ojos azules, cerró la puerta detrás de si mientras se quedaba pegado en la puerta observando aquellos ojos que lo enamoraron años atrás.

-Yuri yo...lo siento-

-no tienes porque disculparte, ya pasó-

Sintió una opresión en el pecho, no se consideraba una persona rencorosa, más sin embargo, aún sentía cierta molestia al ver al rubio.

-fue una estupidez lo que hice-

-deja de disculparte Cris y si fue una estupidez-

-Si, había sido una estupidez de eso estaba consciente, su relación había sido buena y ambos estaban enamorados uno del otro, hasta aquel día...

-/- flash back -/-

Un lindo chico de 17 años corría apresurado por los pasillos de la plaza, hasta una cafetería ubicada en el centro de esta, iba algo tarde a la cita con su novio, una radiante sonrisa adornaba su rostro, ese día era su aniversario cumplían ya un año y medio juntos, en sus manos sostenía una bolsa de mediano tamaño con el regalo de su pareja se había tardado casi 1 mes en conseguirlo, en su mente repasaba los planes de ese día sería algo totalmente romántico desayunaba, después irían a ver una película, irían a la feria, y terminarían la noche entre sus brazos, este último pensamiento lo hizo sonrojarse levemente, había encargado a su hijo con Yuko, su mejor amiga.

Llegó semi agitado hasta el lugar mientras buscaba con la vista a su pareja, cuando la encontró su mundo se vino abajo, ahí frente a él estaba su novio Cristophe con una hermosa chica de cabello negro, la joven en cuestión se encontraba sentada en las piernas del rubio mientras ambos compartían un beso, el tiempo se detuvo a su alrededor mientras sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas, el regalo en sus manos cayó al piso alertando a la pareja, el rubio lo veía sorprendido, sin muchos miramientos había dejado caer a la chica.

-Yuri yo...-

No se quedó a escucharlo simplemente se dio media vuelta y empezó a correr, el dolor en su pecho no lo dejaba pensar con claridad, corrió sin mirar ni siquiera a donde iba hasta que escucho un grito y sintió un golpe.

- ¡cuidado! -

Cuando alzó la vista después de recuperar sus lentes que se le habían caído pudo observar que estaba tirado en plena banqueta, sobre él estaba un joven de masó menos su edad de cabello rubio el cual se encontraba difuminado en las puntas, el chico en cuestión lo cubría con su cuerpo, analizó rápidamente la situación mientras observaba a las personas que empezaban a juntarse a su alrededor.

-Ten más cuidado, pudieron haberte atropellado-

-Etto...gra-gracias-

-no hay que agradecer, me llamó Akihito-

-Soy Yuri...em... ¿podrías pararte? Nos están mirando-

-Oh cierto, ¿te lastimaste? -

-estoy bien-

-/- fin del flash back -/-

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios al recordar aquello y como después de eso el sondeo rubio se había convertido en su mejor amigo, miró de nuevo a Cris y un nuevo suspiro brotó de su boca, mientras miraba seriamente al de ojos claros.

-Dejó de importarme hace tiempo ya, y si es todo lo que querías decir-

El rubio camino hasta la cama, Yuri se había sentado en esta mientras lo escuchaba hablar y sin más lo beso, el de cabellos negros se quedó en shock unos momentos hasta que empezó a forcejear con el más alto.

-Yuri ya estás...-

Ambos se congelaron al escuchar aquella voz mientras una pesada aura se dejó sentir llenando la habitación y reteniendo cualquier movimiento del rubio, el de ojos negros aprovechó esto para quitárselo de encima

-Víctor-

-jefe-

El rubio se levantó con cierto temor al observar aquella mirada llena de seriedad de su amigo y jefe, Yuri por su parte intentaba buscar un modo de explicar.

-así que era esto lo que no querían decirme-

El de cabello gris escondió la mirada en su flequillo mientras apretaba los puños, el rubio intento caminar hasta el, pero recibió un puñetazo en la cara el cual lo mandó al piso, Yuri e quedó estático y reaccionó cuando observó a Víctor irse.

- ¡Víctor! -

La mirada que le dirigió el mayor le helo la sangre, era una mirada furiosa, llena de resentimiento y dolor, el ruso hablo terminando de rematar la situación al usar aquel tono carente de sentimientos.

-Ryuichi nos quiere en el auto en 15 minutos-

Por primera vez no supo que hacer simplemente asintió mientras se quedaba ahí parado, observando la espalda del ruso, su cerebro y corazón le decían que corriera tras el que no dejará esa situación a la deriva, o perdería al de ojos azules pero su cuerpo no reaccionaba, escucho un quejido y dirigió una mirada a Cris quien cubría su nariz con ambas manos, de seguro el golpe le había roto la nariz, lo observó salir y cuando al fin se sintió sólo terminó de rodillas llorando.

-/- Lambo -/-

-vamos Reborn suelta ya-

-No, no debes ir-

El doncel de ojos verdes observó aquellos ojos negros que tan cautivado lo traían mientras podía ver un deje de preocupación en estos, llevaba casi 20 minutos discutiendo con el mayor debido a la decisión que habían tomado, como último recurso el varón lo había recostado en su cama y ahora se abrazaba a su cintura posesivamente, se giró para encararlo, a veces el de patillas parecía niño pequeño pero sólo cuando estaban completamente solos, depósito un suave beso en sus labios, beso que el mayor se encargó de tornar apasionado mientras se colocaba encima suyo, las manos del mayor se colaron por debajo de su playera provocándole escalofríos, la lengua del de cabellos negros invadió su boca invitando a la suya a jugar, empezó a cooperar en el beso hasta que tuvieron que separarse por falta de aire.

-Ah, Reborn-

Lambo se retorció entre sus brazos al pellizcar sus tetillas, alzó su playera bajando su boca a aquellos botoncitos que pedían a gritos ser mordidos y eso hizo dando un ligero mordisco a estos provocando un gemido aún más audible en el de ojos verdes.

Sentía su pantalón apretarle y los gemidos del menor no le ayudaban, estaba a punto de soltar su cinturón cuando un par de toques los interrumpieron, chasqueo la lengua esperando a quien sea que fuese que se fuera, pero los toques se repitieron seguidos de una vocecita infantil.

- ¿Mami? -

Un suspiro brotó de sus labios al observar la cara de cabreo del de patillas, como pudo lo alejo mientras le abría la puerta a su pequeño hijo, el de cabellos verdes entró pasando por alto la presidencia del mafioso, camino hasta una mochila tirada por ahí y la tomo.

-Sólo necesitaba mis juguetes mami, dame-Reborn-

A Reborn le apareció un tic en la ceja al escuchar aquel mote que él le había puesto al menor, Lampo gustaba de fastidiarlo cuando terminaba en situaciones "comprometedoras" con su padre, casi como si adivinara que quería comer vaquita, el niño salió de la habitación mientras el mayor chasqueaba la boca de nueva cuenta.

-Lo hace a propósito-

-Es sólo un niño Reborn, no creo que lo haga a propósito-

-es lo suficientemente listo para su edad-

Aquello último había sido dicho con un deje de orgullo, y él sabía porque, había sido el de patillas quien entreno a su hijo descubriendo el potencial del pequeño quien aprendía rápido, siempre sabía cómo y cuándo reaccionar y sus golpes eran fuertes para su edad, era increíble ver sus peleas, aunque al principio se asustó al ver a ambos a la par, pero pronto se dio cuenta que su hijo no corría peligro en manos del de ojos ónix, adoraba ver aquellas escenas donde Reborn se empeñaba por enseñarle alguna técnica nueva al pequeño, dando la muestra y corrigiendo al de ojos verdes en sus posturas; Reborn sería buen padre, y el futuro padre de sus hijos de eso se encargaba él.

- ¿en que piensas? -

-en nada, vamos muévete o no saldremos a tiempo-

Reborn suspiro mientras se levantaba, era casi imposible hacer cambiar de opinión a Lambo, el doncel era completamente terco cuando se lo proponía, consultó rápidamente su reloj mientras su mente formaba una ligera idea.

-de acuerdo, aunque tenemos 40 minutos aún-

Sólo pude observar la sonrisa maliciosa de mi novio antes de que se me volviera a aventar y terminamos recortados sobre la cama comiéndonos la boca.

-/- Akihito -/-

Estaba completamente nervioso mientras Ryuichi me miraba, llevaba unos 10 minutos dando vueltas por la habitación, Ryuichi me hizo una seña y me senté en sus piernas mientras recargaba la cabeza en su hombro, sus brazos rodearon mi cintura, cerré los ojos un momento, sólo en sus brazos me sentía seguro aunque no lo admitiría en voz alta.

-la traeremos de regreso-

-eso espero-

-confía en mi-

Sentí un escalofrío cuando su aliento chocó contra mi oído, mis ojos chocaron con los suyos, y me vi reflejado en ellos, me quedé un rato así, diciéndole sin palabras que toda mi confianza estaba depositada en él.

Con Ryuichi me sentía tranquilo, a pesar de que era un mafioso, Fei también lo es y cuando estuvimos juntos nunca me sentí tan seguro con él, por mi parte sabía que Asami-san nos defendería a Mei y a mí a toda costa ya lo esraba demostrando justo ahora al estar haciendo todo lo posible para traerla de vuelta a mis brazos, y ahora lo podía confirmar me había enamorado de él y no pensaba dejarlo ir, en medio de mis cavilaciones tomó mi mentón mientras me besaba, yo me deje acomodándome sobre su regazo con una pierna a cada lado de su cuerpo, leves escalofríos recorrían mi cuerpo cuando las manos de mi novio se colaron debajo de mi playera y un suspiro brotó de mis labios, era increíble como Ryuichi me hacía perder la razón con un simple beso o roce como si su tacto volviera extremadamente sensible mi piel.

-muy pronto le haré un hermanito o hermanita a Mei-

-eres un...pervertido-

-y ¿tú no? Mira como tiemblas y aquí...ya está duro-

El rubio soltó un quejido cuando la mano del mayor se paseó descaradamente sobre el bulto de sus pantalones, sintió como el de ojos miel hábilmente desabrochaba aquella estorbosa prenda.

-Ryuichi...a-aquí no-

-te ayudará a relajarte-

Dicho esto, el de cabello negro tomó al rubio de los glúteos mientras lo levantaba y en aquella posición caminaban hacia la cama, lo recostó quitando rápidamente su pantalón y ropa interior dejando a la vista su excitado miembro.

-parece que esta parte requiere mi atención-

Por toda contestación un gemido salió de la boca del rubio al sentir como las manos del mayor rodeaban su hombría, las grandes manos de Ryuichi le estaban dando un delicioso masaje que lo hacía delirar, su espalda se arqueo y su boca emitió un pequeño grito al sentir la lengua del mayor deslizándose en su miembro.

Alzó la cabeza sólo para mirar aquel espectáculo, su novio subía y bajaba la cabeza en torno a su pene jugueteando con la extensión y la punta, no podía más una de sus manos se colocó sobre aquella cabellera negra indicándole el ritmo, ante esta acción, el de ojos miel alzó la mirada potenciando el erotismo de la situación y provocando cientos de escalofríos en el rubio.

Los gemidos del rubio estaban haciendo estragos en su mente y aquella vista que le daba no ayudaba en nada, ojos cristalizados mejillas sonrojadas, un pequeño hilo de saliva escurriendo por las comisuras de sus labios, sintió un tirón en la entrepierna, pero no era el momento ya después le cobraría todas sus atenciones a Akihito, aceleró sus movimientos sintiendo el cuerpo ajeno tensarse, ya no faltaba mucho, sus manos se dirigieron a las bolas del menor masajeándolas y pellizcándolas a su antojo, el cuerpo del rubio se tensó mientras arqueaba la espalda gritando su nombre y derramaba su esencia en su boca, se tragó aquel líquido blanquecino saboreándolo y dejando que el rubio recuperase el aliento.  

-Delicioso... ¿mejor? -

-al-algo-

Sus mejillas aún estaban levemente sonrojadas cuando el de cabello negro beso sus labios dejándole probar los rastros de su semen que quedaron en su boca, observó disimuladamente la entrepierna del mayor mientras tragaba duro.

-no te haré nada aún, primero debemos ir por esa chiquilla problemática, te espero en el auto en 20 minutos-

Después del tiempo establecido ya todos los donceles y varones se encontraban en la limusina de Víctor, siendo despedidos por sus hijos y el resto del personal, dentro del auto cada uno iba sumido en sus propios pensamientos, Lambo y Akihito pudieron notar la distancia interpuesta entre Víctor y Yuri observaron al doncel preguntándole con la mirada más este desvío la vista, paso lo mismo en el caso de Víctor más este prefirió ignorarlos y mirar hacia la ventana, llegaron al aeropuerto donde los esperaba un jet privado.

-destino Hong Kong, tiempo estimado de vuelo una hora y media, les pedimos amablemente que abrochen sus cinturones-

La voz del capitán los trajo a la realidad, todos se miraron y asistieron, la prioridad en estos momentos era traer de vuelta a Mei

Notas finales:

Sayura: empiezan las complicaciones ju ju ju 

Nina: esperemos que les haya gustado tanto leerlo como a nosotras escribirlo

Ana: nos vemos dejen lindos reviews

Xóchitl: bye bye


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