POV's Jin
Nam me llevó a casa pero ninguno mencionó palabra del incidente.
Intenté meter las llaves en la cerradura pero una vez más mis nervios me traicionan y no puedo meterlas correctamente, así que él prefiere tomar mi mano para hacerlo él mismo.
No se cuanto llevamos sin tocarnos las manos porque siento como una electricidad recorre mi piel cuando rozó la suya, y su expresión me dice que él parece sentir lo mismo que yo.
–Voy a prepararte un baño –Me dice antes de entrar a la casa.
El ambiente se siente diferente a otros días, yo aún no he pronunciado palabra ni estoy seguro de poder hacerlo después de todo lo que paso.
Me siento en mi pequeño sillón jalando mis pantalones con las manos por los nervios y lágrimas silenciosas comienzan a caer de mis ojos.
Siento como unas manos grandes toman mi rostro para limpiarlas con la calidez que necesitaba y aunque no lo distingo completamente sé que Nam me mira preocupado.
–El baño está listo –Me toma de la mano y me guía lentamente.
Mis lágrimas no me dejan ver el camino pero confió en los pasos que me hace dar.
Con ambas manos me desnuda y yo siento su mirada penetrante en los hematomas de mi cuerpo. No me siento cómodo con la situación y para mi fortuna, Nam no se detiene mucho pues sigue desnudándome.
Me meto a la bañera que él ya ha llenado de agua mientras él también se desnuda.
El agua se siente bien y en mucho tiempo siento que estoy en casa.
Él se mete detrás de mí tomando una esponja para lavar mi cuerpo con delicadeza, intentando no tallar muy fuerte en las partes dañadas y cuidando de mí.
Ninguno dice palabra alguna.
Siento como me besa el hombro tocando con suavidad mi piel y yo confirmo una vez más que no es necesario escuchar su voz para darme cuenta del amor con el que me esta bañando.
Lágrimas caen de mis mejillas cuando siento la calidez de su corazón.
Y a pesar de que mi cuerpo entero se sintiera sucio por todo lo que me hicieron, las manos de él son capaces de hacerme sentir bien otra vez.
Me lleva a la cama y me abraza fuertemente, no puedo evitar llorar entre sus brazos mientras él me besa con firmeza la coronilla.
Las palabras no son necesarias, en ese momento lo único que necesitaba eran sus brazos protegiéndome del peligro y afortunadamente él decidió no apartarse de mí en ningún momento.
No sabía que me había hecho tanta falta como yo a él.
Sin embargo los problemas aún no habían acabado porque su directora le ha enviado un mensaje diciéndole que tenía un citatorio con el director de la escuela.
En este momento lo único que me importa es acurrucarme en el cuerpo de Namjoon.
Mi mente está quebrada, mi cuerpo también pero Nam intenta borrar ese dolor con sus palabras y con sus manos. Me acaricia el cuerpo, me besa el cuello, me susurra palabras que nunca antes había escuchado de su parte.
Los dos compartiendo una única cobija y el calor que nuestros cuerpos proporcionaban, de esta manera me duermo en su pecho.
Espero impacientemente en nuestro lugar de siempre, deseando con todas mis fuerzas que todo salga bien a pesar de todo.
Y aunque sé que es difícil, pienso no perder la esperanza.
–¿Cómo te fue? –Preguntó ansioso.
Él sonríe con un quedo de tristeza y puedo presentirlo con su mirada.
–Fui casi expulsado –Confiesa –¿No dijiste nada por qué sabías quienes eran?
Me ha descubierto y ya no es necesario mentirle.
–Al principio no lo sabía –Negué –Pero después investigué quienes eran ellos y me di cuenta de que eran hijos de políticos y…
–El padre de uno de ellos es de los principales inversionistas de esta escuela –Finalizó.
Yo asentí.
–Mi directora de carrera le rogó al director que no me expulsaran –Se sentó junto a mí y yo entrelacé mis dedos con él.
Llegados a este punto no iba a desperdiciar tiempo a su lado por estúpidos rumores.
–Y él no pudo negarse cuando tengo el mejor promedio de toda la carrera y de los mejores en toda la escuela –Siguió explicándome –Tampoco me han quitado la beca pero –Yo tensé mis dedos y él mordió sus labios –Ha decidido que lo mejor es que aplique para un traslado a otro campus.
Sus palabras me habían dejado en blanco.
¿Otro campus? ¿qué tan lejos? ¿cuánto tiempo?
Por supuesto, esto no podía quedarse de la misma manera después de haber golpeado a un hijo de alguien tan importante y de esta manera comprobé una vez más como nuestra sociedad esta vendida al beneficio de los más poderosos.
El dinero rige este mundo y este era un claro ejemplo.
–Tendré que avisarles a mis padres del traslado y aún no se como se lo tomen –Agachó la mirada.
–¿A dónde te trasladaras? –Apretó mi agarre.
–A Daegu –Sacó un papel –Y ya está autorizado –Me lo mostró.
Tenía el sello oficial de la universidad y no tenía ninguna mención del incidente.
Lo tomé con ambas manos, evitando llorar con cada palabra que leía del documento extraoficial.
–¿Hay oportunidad de que regreses? –La mirada que me dio fue suficiente para que me contestara mi pregunta.
–¿Me esperaras? –Me preguntó.
Yo no respondí, simplemente agarré su barbilla para acercarla a mi boca y robarle un beso.
¿Qué más podía perder cuando el ser que más amaba se alejaba de mí? Me dejé llevar por mis emociones y él también lo hizo, después de todo ya nada importaba cuando ya nos iban a separar.
–No es necesario que preguntes –Respondí.
Esperaré porque quiero volver a verte.