Narra Kuroko:
Cuando abrí mis ojos lo primero que vi fue un escenario completamente desconocido, ya no estaba en la azotea, eso era claramente obvio, pero la pregunta era, ¿Dónde estaba?
Me encontraba acostado en un sillón de lo que al parecer era una sala, empecé a recorrer con la vista todo el lugar, estaba en un departamento parecido al mío, tenía la misma estructura, pero estaba decorado de diferente manera, lo más correcto sería decir que este si estaba decorado, mi habitación básicamente estaba con las paredes blancas y una que otra fotografía de Kagami, esas fotos eran lo más cerca que podría estar de él, realmente lo extrañaba.
Lo último que recuerdo fue que subí a la azotea para tratar de suicidarme y que cuando estaba a punto de soltarme de la barandilla un joven pelirrojo me detuvo, creo que después de eso me dormí y ahora estoy aquí, básicamente estoy en la casa de alguien ajeno a mí, creo que lo más prudente es que regrese a mi departamento.
Me pare del sofá, creo que el mucho o poco tiempo que dormí fue el suficiente como para sentirme mejor, me dirigí hacia la puerta, cuando estaba a punto de abrirla la perilla se movió desde afuera, era notorio que alguien estaba por entrar, cuando la puerta se abrió por completo pude distinguir a aquel chico pelirrojo que momentos atrás me había… ¿salvado?
-Hola.- Me saludo gentilmente y con una cálida sonrisa en su rostro.- ¿Te encuentras mejor?
-Sí, gracias por su ayuda.- Hice una leve reverencia, realmente no estaba muy alegre por seguir con vida, pero aun así no iba a ser descortés con un desconocido que probablemente actuó con las mejores intenciones posibles.
-Tu…-Hizo una pausa y una pequeña risa escapo de sus labios, ¿Qué le pasa a este sujeto?
-¿Qué le causa tanta gracia?- Le pregunte un poco molesto, no es una sensación muy agradable saber que las personas se rían de ti.
-Es que me pareció sorprendente tu reacción.-Dijo mientras cerraba la puerta y entraba a su departamento.
-¿A qué se refiere?-Lo mire fijamente, realmente no lo entendía.
-No es nada, simplemente me pareció curioso recibir un agradecimiento por salvar la vida de alguien que horas atrás quería morir, por eso reí.-Paro un momento y me volteo a ver.- A parte, estoy seguro que realmente estas molesto conmigo por haberte interrumpido.-Dijo sinceramente.
No le conteste nada, básicamente sus palabras eran las mismas que cruzaban por mi cabeza, era como si hubiera leído mi mente y dijera lo que pensaba, ese pelirrojo era raro.
-¿Seguirás parado ahí?-Me pregunto mientras me veía aun cerca de la puerta.
-No, yo ya me iba.-Dijo de forma apresurada.
-¿Te gustaría quedarte a cenar?
-¿Disculpa?-Pregunte extrañado por la repentina propuesta.
-La verdad es que vivo solo y cenar sin ninguna compañía en ocasiones puede ser un poco deprimente.-Dijo un poco melancólico.- Me gustaría que cenáramos juntos, bueno, solo si tú quieres.
Lo pensé un momento y al final termine aceptando, es decir, realmente no tenía ninguna prisa por volver, desde hace mucho tiempo ya no había nadie esperando mi regreso y en ocasiones también deseaba un poco de compañía, y después de todo sentía que le debía algo a ese chico, no le había pedido su ayuda, pero aun así había sido amable conmigo.
El pelirrojo empezó a cocinar un poco de fideos soba, insistí en diversas ocasiones ayudarlo, pero por más que trataba siempre se negaba diciendo que era un invitado y que como tal él se encargaría de todo.
Pasados varios minutos la comida estaba terminada, en esta ocasión me ofrecí a poner la mesa y sorprendentemente acepto, cuando termine de colocar lo necesario aquel chico sirvió, agradecimos por la comida y empezamos a comer, realmente estaba delicioso, era un platillo simple, pero de alguna manera sabía muy bien para mi, tal vez era porque desde que murió Kagami solo había comido fideos instantáneos o cualquier otra comida chatarra que se prepara en cuestión de segundos, no dije ninguna palabra y simplemente seguí comiendo.
-¿Estas bien?-Pregunto el de ojos heterocromaticos un poco preocupado.
-Sí, ¿Por qué preguntas?-Dije confundido.
-Por eso.- Señalo algunas lágrimas que había en la mesa.
-¿Eh?-Fue en ese momento en el que me percate que estaba llorando, simplemente lo hice sin darme cuenta, los recuerdos aun dolían y revivirlos aun me causaban dolor, una clase de dolor que me era imposible ocultar y que era inevitable detener.
FLASHBACK
La casa olía completamente a un exquisito aroma de desayuno recién hecho, ese olor era capaz de hacer que a cualquier persona le diera hambre, incluyendo a cierto peliceleste.
-Buenos días.-Saludo alegre el alto pelirrojo.
-Buenos días.-Se acercó hacia su novio y le dio un pequeño beso en la mejilla.- Huele delicioso, Kagami-kun.
-Mi comida siempre es deliciosa.-Dijo soltando una pequeña risita.
-Pero hay algo que me gusta más que tu comida.-Dijo el de tez blanca.
-¿Eh? ¿Qué podría gustarte más que mi comida?- Pregunto un poco ofendido.
-Tú.-El más bajo se las ingenio y le dio un beso en los labios.
-K-kuroko.-Dijo avergonzado.
-Te ves muy lindo sonrojado.-Rio leve.
Pasado eso, Kagami siguió cocinando mientras Kuroko lo ayuda un poco en lo que le pidiera, un tiempo después el desayuno quedo terminado.
-Amo tu comida.-Dijo mientras proba los alimentos.
-Pero me amas más a mí, ¿no?-Dijo el pelirrojo.
-Eso es más que obvio.-Contesto feliz.
-Ya lo sabía.
-Aunque la comida casera no se queda atrás.-Bromeo.
-¡Oye!-Fingió hacerse el ofendido.
-Pero tú eres el primero.-Le dijo sinceramente mientras lo miraba con una sonrisa, el más alto simplemente se sonrojo y le devolvió el gesto.
A Kagami le encantaba cocinar para Kuroko, y a Kuroko le encantaba la comida casera de Kagami, después de todo era su segunda cosa favorita.
FIN DEL FLASHBACK
El pelirrojo se acercó a mí y me extendió un pañuelo para que pudiera secar mis lágrimas, sin dudarlo lo acepte.
-¿Qué paso?-Pregunto confundido.
-No es nada.-Hice una pausa, me miro aun sin comprender que pasaba.- La comida casera es lo mejor.-Sonreí mientras más lagrimas salían de mis ojos y recorrían mis mejillas.-Realmente amo la comida casera.
Los recuerdos duelen, pero duele aún más revivirlos.